Casa de la Estrella. Donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830.

Casa de la Estrella. Donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830.
Casa de la Estrella, ubicada entre Av Soublette y Calle Colombia, antiguo Camino Real donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830, con el General José Antonio Páez como Presidente. Valencia: "ciudad ingrata que olvida lo bueno" para el Arzobispo Luis Eduardo Henríquez. Maldita, según la leyenda, por el Obispo mártir Salvador Montes de Oca y muchos sacerdotes asesinados por la espalda o por la chismografía cobarde, que es muy frecuente y característica en su sociedad.Para Boris Izaguirre "ciudad de nostalgia pueblerina". Jesús Soto la consideró una ciudad propicia a seguir "las modas del momento" y para Monseñor Gregorio Adam: "Si a Caracas le debemos la Independencia, a Valencia le debemos la República en 1830".A partir de los años 1950 es la "Ciudad Industrial de Venezuela", realidad que la convierte en un batiburrillo de razas y miserias de todos los países que ven en ella El Dorado tan buscado, imprimiéndole una sensación de "ciudad de paso para hacer dinero e irse", dejándola sin verdadero arraigo e identidad, salvo la que conserva la más rancia y famosa "valencianidad", que en los valencianos de antes, que yo conocí, era un encanto acogedor propio de atentos amigos...don del que carecen los recién llegados que quieren poseerlo y logran sólo una mala caricatura de la original. Para mi es la capital energética de Venezuela.

viernes, 13 de enero de 2017

Tenemos que vencer la fobia para reconocer al verdadero enemigo y poder enfrentarlo…”

Tomado del articulo “LA SOMBRA COLECTIVA”

Carlos Salas Silva | enero 12, 2017 | Web del Frente Patriotico
“Hay temores que se encuentran profundamente enraizados en nuestro cerebro y que vienen desde los orígenes del hombre. Hay otros más recientes que también son compartidos por muchos de nuestra especie debido a la posibilidad, aunque muy remota, de un desastre como, por ejemplo, el que causaría un terremoto. Los hay poco racionales como el que se le tiene a los dinosaurios, así hayan dejado de existir hace millones de años, y a los fantasmas, aunque no existan pruebas confiables de su existencia. Generación tras generación estos temores y muchos más se han ido manteniendo en el inconsciente colectivo como amenazas a nuestra supervivencia.

Lo que constituye la sombra colectiva es la suma de los temores y de la parte oscura que llevamos muy adentro y que no queremos que salga a flote pero que la vemos en los otros. ¿Por qué se genera esa especie de patología colectiva? Considero que una respuesta posible sea la de que así como compartimos ideales, sueños y anhelos, también compartimos nuestro lado oscuro… Cuando una persona le teme a las alturas, así este en una planicie, cargará con su fobia y lo puede atacar en los sueños o en su imaginación. Nada que hace, las alturas existen y seguirán existiendo, pero lo que si se puede es vencer el miedo y afrontar la situación. La fobia al terrorismo va unida estrechamente a la fobia al comunismo. Lo ocurrido en los cien años de su aparición dejó graves secuelas. Cientos de millones de muertos fue el resultado de ese terrorífico experimento al que estuvo expuesto más de la mitad de la población mundial. Entre la Unión Soviética y China ya hacían ese porcentaje y la otra mitad vivió con el espectro del comunismo. Nadie en el mundo escapó de la sombra de ese ogro que, como en los cuentos infantiles, en cualquier momento podría devorarlos.

Múltiples temores persisten en el inconsciente colectivo con respecto al comunismo que ahora tiene en la mira a nuestro país: la perdida de las libertades y de nuestros bienes; la tiranía y el poder en manos de unos pocos miembros del partido comunista; la traición y la delación; la persecución y la cárcel, la expropiación, la abolición de la libertad de expresión y el monopolio de la comunicación en manos del Estado, la desaparición de los partidos políticos y el fin de la democracia, la justicia arrodillada y prostituida, las restricciones en la educación y el lavado de cerebro a nuestros hijos, el terror y el asesinato en masa, la represión masiva y la tortura, la toma de rehenes y las ejecuciones, etc., etc. Con todo eso ¿cómo no sufrir de esa inmanejable fobia al comunismo?

Pero aunque existe ese peligro, y es real, hay que mirarlo con una mente clara. Tenemos que vencer la fobia para reconocer al verdadero enemigo y poder enfrentarlo…”


NOTA: la ira y los enfrentamientos internos llevan a hacerle el juego al enemigo con el peligro de hacer realidad  lo que mas  tememos

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