viernes, 19 de junio de 2015

Mary Acuña Parra, La Profe

Mary Acuña Parra, La Profe

Luis Cubillán Fonseca
Notitarde 19 de junio 2015
Mañana, sábado 20, los académicos se reunirán en el llamado Museo de la Casa de la Estrella, para 
rendir homenaje a la profesora Mary Acuña Parra. Para escribir algo sobre Mary necesitamos mucho 
espacio, pues es muy largo y fructífero su caminar por la vida haciendo el bien. Para Mary, el 
mundo está lleno de criaturas hechas por Dios, que ella ha perfeccionado con el saber.

Afortunadamente, nos ha tocado vivir mucho tiempo a su lado y esperamos continuar 
disfrutando de su extraordinaria personalidad. Intimamos mucho en las famosas Convenciones 
Nacionales de Cronistas, disfrutando de la compañía de este ser extraordinario, sencillo y sabio.

Me contaba el profesor Eduardo Arroyo Álvarez, de la extraordinaria generosidad de Mary, 
cuando él llegó a Valencia luego de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, quería traerse a su familia, 
pero estaba en condiciones económicas apretadas, nunca supo cómo Mary se había enterado de 
su situación, a los pocos días, la profesora se le acercó.

-Profesor, yo sé que usted ha tenido problemas para traerse la familia a Valencia&

-Por favor, ¿Dígame cuanto es el depósito que le están pidiendo por la casa que usted tiene 
palabreada en Ciudad Alianza?- Me figuro, como de colorado se pondría Eduardo, que normalmente 
era rubicundo; menos mal que estaban solos en la sala de profesores del Instituto María 
Montessori. El cuento de Eduardo, refiriéndose a Mary, la retrata de cuerpo entero; Eduardo, aquel 
gran caballero, en primera instancia rechazó la ayuda; -al parecer otra alma santa el profesor Mujica- 
intervino para que Eduardo la aceptara. Total que se entendieron, y Eduardo pudo traer su familia a 
Valencia donde había encontrado trabajo. Y Valencia pudo contar con un maestro como Eduardo, 
sabio, firme, ante las adversidades que sufren los maestros venezolanos.

Conocimos a Mary en el colegio Montessori, bregando con los muchachos; ya en ese 
momento éramos representantes de dos alumnas, mis hijas: Bertica y Mariana. Desde entonces la 
hemos querido mucho, la hemos valorado como un privilegiado ser que alcanza altísimo vuelo 
espiritual. Siempre igual, siempre maestra, siempre consejera ¡y siempre derecha! Derechísima, 
diría yo. ¿Y cómo olvidarlo? ¡Una extraordinaria y gran poeta!

Montalbán la eligió cronista oficial, luego que Don Torcuato Manzo Núñez fuera llamado de allá  
arriba .

Podríamos contar muchas cosas ejemplares de esta gran mujer, que siempre está haciendo 
el bien, siempre lista como los Boy Scouts, para extender su mano no pidiendo, sino dando...

Montalbán ha tenido la suerte de atesorarla como su eminente cronista, trillando la senda dorada 
abierta por aquel agricultor, desdoblado en intelectual y político: Torcuato. ¡Cuánto orgullo 
sentimos aquel día cuando Mary recibió la medalla académica, y le asignamos el Sillón letra Q ! 
Sin embargo, desde mucho antes de ser destacada académica, ya tenía un inmenso sitial de 
afecto en nuestros corazones. ¡Felicidades Mary!

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