Los diez hechos que marcarán el año 2015
El próximo año estará marcado por sucesos que irán desde la amenaza del Estado Islámico, la indignación social en México o los efectos de la relación entre Cuba y Estados Unidos hasta la incertidumbre por los efectos del precio del petróleo
Los optimistas que soñaban encontrar en 2015 un mundo más ordenado y estable que este año que termina deberán seguir esperando. Aunque en el terreno económico lo peor de la tormenta parece haber pasado, con la recuperación de Estados Unidos, en el ámbito político y social habrá desafíos de todo tipo que marcarán la escena internacional.
La mayor amenaza para Occidente probablemente sea la de los yihadistas de Estado Islámico (EI), que con su avance en Siria e Irak alarmaron a la comunidad internacional. Estados Unidos, que lidera la coalición que busca frenar al grupo, también tendrá un ojo puesto en la carrera hacia la Casa Blanca, que empieza este año con las precampañas demócrata y republicana para las elecciones de 2016.
En América Latina, la atención volverá a estar puesta sobre Cuba, donde se esperan los primeros frutos del histórico acuerdo con Estados Unidos. Pero también Colombia puede copar la escena si el gobierno de Juan Manuel Santos lograra la firma del acuerdo de paz con las FARC, que pondría fin a más de medio siglo de conflicto armado.
En Brasil, todos se preguntan si en 2015 Dilma Rousseff será alcanzada por el escándalo de corrupción del "Petrolão". Y un México hastiado por la violencia pondrá más presión sobre el gobierno de Enrique Peña Nieto para que tome medidas. En tanto, golpeado por la crisis, el chavismo se medirá en las urnas en elecciones parlamentarias.
En Europa, el avance del populismo genera cada vez más preocupación, y podría ganar terreno en las elecciones generales de Gran Bretaña y las regionales de Francia.
Por su parte, Pekín deberá enfocarse en mantener el crecimiento económico para sostener la estabilidad social.
Comienza la carrera hacia la Casa Blanca
En momentos en que muchos ponen en duda el liderazgo global de Estados Unidos, en 2015 empieza la pelea por quién será el próximo líder de la mayor potencia mundial.
La atención estará puesta en la precampaña de demócratas y republicanos. Y lo que muchos se preguntan es si dos representantes de los clanes más importantes del país, los Bush y los Clinton, se enfrentarán en las elecciones presidenciales de 2016.
La semana pasada, Jeb Bush -exgobernador del estado de Florida, hijo de un expresidente y hermano de otro- confirmó su precandidatura dentro del Partido Republicano. En el otro clan, la ex secretaria de Estado Hillary Clinton se hace desear, pero sólo por ahora. Los analistas políticos norteamericanos apuestan a que ganará la interna demócrata.
Frente a la previsibilidad de los demócratas se espera un frenesí republicano. A la carrera se sumarían el gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, y los senadores Marco Rubio, Ted Cruz y Rand Paul, entre otros.
En crisis, el chavismo se mide en las urnas
Pese al optimismo del gobierno chavista, no se esperan buenas noticias para Venezuela en 2015. Todo indica que la alicaída economía del país -con récord de inflación y desabastecimiento- seguirá igual o empeorará, sobre todo si el precio del barril de crudo, su principal fuente de ingresos, continuara en los niveles actuales.
En medio de la crisis, es difícil que el gobierno de Nicolás Maduro logre remontar la cuesta de su popularidad y se imponga en las elecciones parlamentarias, para las que aún no hay fecha definida.
"Un triunfo opositor se vería como una derrota política clave para Maduro y abriría una caja de Pandora en términos del debate político en Venezuela, y probablemente levantaría más solicitudes de referéndum revocatorio", dijo a La Nación Luis Vicente León, presidente de Datanálisis.
De todos modos, el analista advirtió que una eventual victoria sería más simbólica que impactante en términos operativos, ya que el sistema político venezolano es presidencialista y la capacidad del Parlamento de controlar realmente al presidente es muy baja.
Año decisivo para la paz en Colombia
Luego de más de 50 años de conflicto armado, Juan Manuel Santos prometió que 2015 será finalmente el año de la firma del acuerdo de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Para la gestión del presidente, que logró la reelección en junio pasado con el diálogo como bandera, será vital sellar las negociaciones que comenzaron hace dos años en La Habana.
"Santos necesita la firma de los acuerdos para buscar su refrendación en las urnas a finales de octubre próximo, en coincidencia con las elecciones regionales", señaló a la nacion el analista político colombiano Francisco Miranda. Hace poco, la revista The Economist deslizó incluso que Santos podría recibir el premio Nobel de la Paz si el año próximo se concretara el acuerdo con las FARC.
Pero aún con el anuncio del cese al fuego unilateral indefinido de la guerrilla, la semana pasada, los colombianos continúan escépticos y apáticos ante el proceso de paz, según marcan las encuestas. ¿Será 2015 el año que devuelva la fe a los colombianos?
El "Petrolão", gran reto para Dilma
El "Petrolão", el esquema de sobornos dentro del gigante estatal Petrobras que golpea a la administración de Dilma Rousseff, está lejos de terminar y en 2015 muchos peces gordos podrían caer en manos de la justicia brasileña.
"La Policía Federal descubrió hace poco una hoja de cálculo que muestra otras 750 licitaciones de obras públicas [fuera de Petrobras] que tuvieron el mismo esquema de sobornos. Esto implicará a mucha gente", advirtió a la nacion David Fleischer, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Brasilia.
Pero lo que se preguntan todos los brasileños es si el escándalo tocará a Dilma, reelecta en octubre pasado para un nuevo mandato. "El barro está llegando a la puerta de Dilma, pero aún no manchó sus pies. Si se ensuciaran, podría existir la posibilidad de que enfrente un juicio político", indicó Fleischer.
En un intento por detener el escándalo, Dilma le renovó su confianza a la jefa de la petrolera e íntima amiga, Graça Foster, pero adelantó que hará cambios en el consejo de administración de la compañía.
Inestabilidad social, el gran temor de Pekín
Afectada por un freno en las exportaciones, un mercado inmobiliario en baja y la caída de la inversión doméstica, se estima que la economía de China crecerá sólo 7,1% en 2015, debajo de la meta gubernamental de 7,5%. Aunque para muchos países esa sería una tasa envidiable, para el gigante asiático significaría su expansión más débil en 24 años.
El pujante crecimiento económico siempre fue la llave del régimen para controlar la estabilidad social, y por eso la desaceleración preocupa al presidente Xi Jinping. Mientras los exportadores pierden competitividad y muchas fábricas cierran, el ánimo entre los trabajadores no es el mejor. Según el informe laboral chino, el 40% de las huelgas entre 2011 y 2013 se produjeron entre los trabajadores de las fábricas.
Pero la amenaza latente a la estabilidad no está sólo en la industria, sino que al régimen comunista también le preocupa que algunas regiones de China se contagien en 2015 del movimiento pro democracia que sacudió a Hong Kong entre septiembre y diciembre.
El desplome del crudo anuncia otro año difícil
Después de un 2014 marcado por una caída del 40% del precio del petróleo desde junio pasado, el año próximo promete ser igual de complejo en el mercado del crudo, según los pronósticos de la Agencia Internacional de Energía (AIE).
"Salvo que la economía mundial tenga una recuperación importante, la oferta de crudo en el corto plazo seguirá siendo abundante porque los campos de alto costo [crudos pesados, arenas bituminosas, shale, crudos de aguas profundas], siguen produciendo a costos marginales. Esto puede prolongar la baja el año próximo", dijo a La Nación Daniel Montamat, consultor energético y exsecretario de Energía de Argentina.
Al igual que en 2014, los grandes perdedores por el desplome -explicó el especialista- serán los países exportadores con cuentas externas y finanzas muy dependientes de los altos precios: Irán, Rusia y Venezuela, donde la caída de los ingresos del petróleo (que en las últimas semanas ya generaron cimbronazos) pondrá a prueba el clima social y la estabilidad política.
Cuba espera los primeros frutos del acuerdo
Hace apenas diez días, Cuba puso fin a 53 años de Guerra Fría con la normalización de las relaciones diplomáticas con Estados Unidos. Luego de ese paso histórico, 2015 se avecina como el año en el que el acuerdo comience a dar sus primeros frutos, con una mayor apertura económica en la isla y, tal vez, el inicio de un progresivo traspaso del poder dentro del régimen.
Aunque el embargo que mantiene Estados Unidos sobre Cuba aún no fue eliminado, la nueva relación comercial de la isla con su viejo rival abre nuevas aristas.
En el plano político, después de unos primeros meses de resistencia, "no cabe duda de que la presión a favor de la democratización del régimen crecerá en los próximos años y colocará al gobierno cubano en una situación difícil para el sector más inmovilista, pero propicia para los actores interesados en la democratización de la isla", dijo a la nacion el ensayista cubano Rafael Rojas.
Además, el acuerdo le da oxígeno al presidente Raúl Castro para apaciguar los ánimos de una sociedad con demandas crecientes.
Europa en alerta ante el avance del populismo
En Europa, lo peor de la crisis parece haber pasado, pero su impacto todavía está en la memoria de todos. Por eso uno de los riesgos del año próximo es que prendan los discursos populistas en millones de europeos que todavía sufren los resabios de la debacle.
En Gran Bretaña, que celebrará elecciones generales en mayo de 2015, los ojos estarán puestos en el posible avance del Partido por la Independencia del Reino Unido (UKIP). La incógnita no es sólo cuántos escaños conseguirá, sino si seguirá marcando la agenda política ubicando al control de la inmigración y el antieuropeísmo en el centro del debate político.
En Francia, la baja popularidad del gobierno socialista de François Hollande, que no pudo revertir la crisis económica, augura un buen año electoral para el partido de derecha del ex presidente Nicolas Sarkozy y para la ultraderecha de Marine Le Pen, la líder del Frente Nacional que ya está en carrera para el Elíseo. Primero, en las elecciones departamentales de marzo, y luego en los comicios regionales de diciembre.
La amenaza, aún latente, del Estado Islámico
Los yihadistas de Estado Islámico (EI) pasaron este año de ser un grupo ignoto a convertirse en una de las mayores amenazas para Occidente.
Su avance sostenido en Siria e Irak -donde lograron instaurar un califato islámico en partes de sus territorios- y las decapitaciones de ciudadanos occidentales pusieron bajo presión al presidente norteamericano, Barack Obama, que se vio obligado a actuar. En septiembre pasado anunció que Estados Unidos lideraría una coalición de 40 países para atacar con bombardeos a los yihadistas.
Los ataques aéreos de la coalición lograron debilitar al grupo islamista, pero su poderío aún es una amenaza latente y lo seguirá siendo en 2015.
Con el tiempo, según señala la revista The Economist, es probable que la acción militar de Estados Unidos frene el avance de EI. Pero para eso Obama probablemente debería abandonar su política de no enviar tropas sobre el terreno y podría verse forzado a desplegar soldados en Irak para ayudar a las fuerzas del gobierno en sus combates contra el grupo.
La indignación en México
"Estamos próximos a concluir ya este 2014. Un año que, sin duda, ha sido de claroscuros", admitió esta semana el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto. Con las reformas cruciales en energía, telecomunicaciones y salud, el mandatario quería presentarle un nuevo México al mundo. Pero los viejos vicios pudieron más.
Su gestión se vio opacada por el caso de los 43 estudiantes desaparecidos y probablemente masacrados por narcotraficantes en septiembre pasado, en Iguala. Tal fue el impacto que la agencia calificadora Standard & Poor's sostuvo hace poco que la violencia y el narcotráfico constituyen en 2015 "un desafío para el liderazgo de Peña Nieto y, por consiguiente, para su capacidad para implementar su agenda económica".
La presión social para que el presidente tome acciones contra el narcotráfico, que se palpó este año con masivas manifestaciones en todo el país, probablemente irá en aumento. Y a eso se suma un sombrío panorama económico por el desplome del precio del crudo, que golpea a los grandes productores, como México.
No hay comentarios:
Publicar un comentario