Casa de la Estrella. Donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830.

Casa de la Estrella. Donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830.
Casa de la Estrella, ubicada entre Av Soublette y Calle Colombia, antiguo Camino Real donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830, con el General José Antonio Páez como Presidente. Valencia: "ciudad ingrata que olvida lo bueno" para el Arzobispo Luis Eduardo Henríquez. Maldita, según la leyenda, por el Obispo mártir Salvador Montes de Oca y muchos sacerdotes asesinados por la espalda o por la chismografía cobarde, que es muy frecuente y característica en su sociedad.Para Boris Izaguirre "ciudad de nostalgia pueblerina". Jesús Soto la consideró una ciudad propicia a seguir "las modas del momento" y para Monseñor Gregorio Adam: "Si a Caracas le debemos la Independencia, a Valencia le debemos la República en 1830".A partir de los años 1950 es la "Ciudad Industrial de Venezuela", realidad que la convierte en un batiburrillo de razas y miserias de todos los países que ven en ella El Dorado tan buscado, imprimiéndole una sensación de "ciudad de paso para hacer dinero e irse", dejándola sin verdadero arraigo e identidad, salvo la que conserva la más rancia y famosa "valencianidad", que en los valencianos de antes, que yo conocí, era un encanto acogedor propio de atentos amigos...don del que carecen los recién llegados que quieren poseerlo y logran sólo una mala caricatura de la original. Para mi es la capital energética de Venezuela.

jueves, 18 de agosto de 2011

Y en Astrología en el estudio del Eje Lilith-Príapo y la Sombra de carl G.Jung

Asi como para los astrólogos Pedro González Silva y Dhamarys Contramaestre que son los que he leído que estudian la vinculación de los puntos nodales en las cartas natales de Rómulo Betancourt y de Hugo Chávez con los de Venezuela, como justificación de su misión de vida en este país, yo presento la perfecta vinculación del punto Lilith en la carta natal de nuestro actual Presidente y Venezuela. Para tal fin expongo primero qué es ese punto Lilith y qué es la Sombra para el psicólogo Carlos G. Jung, que explican para mi lo que es esa figura jerárquica política, llamada Hugo Chávez Frías en nuestra sociedad del presente, arquetipo que arrastramos desde un José Tomás Boves por ejemplo, como producto de la materialización perfecta que nuestro inconsciente colectivo logra concretar a través de ellos a lo largo de nuestra historia y de diversos personajes...Esta vez para que al fin tomemos consciencia de nuestras luces y nuestras sombras, sin juicios, críticas a la persona en si, culpabilidades ni resentimientos...ya que estamos en los albores de una nueva humanidad y merecemos los venezolanos dar ese salto cuántico en plenitud de consciencia y ejercicio de la libertad, ese "libre albedrío" que nos corresponde como el Don Divino que dio a los humanos, y en el que ni El puede intervenir.

Lilith o Luna Negra

Stefan Nitschke:


Lilith - la feminidad suprimida

Lilith no es un planeta, sino un punto sensible que se puede identificar mediante determinados cálculos. Para fijar su posición en el horóscopo se contempla la órbita elíptica de la Luna alrededor de la Tierra y el eje que forman los dos puntos más lejanos de la Tierra en esa elipse. Lilith se encuentra en el eje en aquel punto que está a la misma distancia de la Tierra y del centro de la elipse. Lilith tarda unos 9 años para dar una vuelta completa a los doce signos.

La historia de Lilith nos ayudará a interpretar su posición en la carta natal. Ella fue la primera esposa de Adán, pero huyó del paraíso porque no quiso someterse a él por ser mujer. Vivió en compañía de demonios cerca del Mar Rojo donde dio a luz a numerosos hijos. Cuando fue encontrada por ángeles enviados por Dios, éstos le pidieron volver con Adán, pero Lilith se negó. Como castigo murieron cada día cien de sus hijos. Enloquecida, Lilith empezó a matar también. Sus víctimas eran mujeres en periodo de lactancia, recién nacidos y hombres a los que mató después de seducirlos. Se dice que más tarde apareció en el paraíso en forma de serpiente para dar a Eva la manzana del árbol del conocimiento.

Lilith recibe también el nombre de Luna Negra (coincidiendo con el símbolo empleado para representarla), una denominación que da alguna idea de su significado en el horóscopo. Se refiere al lado oscuro y desconocido de la naturaleza femenina. No es sólo fuente de la vida, sino también de la muerte, el dolor y la desgracia.

En la astrología babilónica y asiria, Lilith jugó un papel importante, el cual fue redescubierto en los años sesenta y setenta, cuando las mujeres empezaron a luchar por su emancipación.

A la luz de la psicología moderna, la posición de Lilith nos revela algo acerca de nuestros deseos ocultos, los lados reprimidos de nuestra personalidad, experiencias dolorosas y los rincones oscuros de nuestra psique. En la carta de un hombre, Lilith puede señalar el tipo de mujer que le da miedo o que le puede llevar a la desesperación.



Autores varios:


Lilith astronómica

La distancia de la Luna a la Tierra varía constantemente. En su revolución elíptica alrededor del centro de masas del sistema binario Tierra/Luna, la Luna tiene un punto de mayor aproximación a nuestro planeta: el perigeo o periapsis, a 356.410 kilómetros de la Tierra; y otro de mayor alejamiento: el apogeo o apoapsis a 406.680 kilómetros. Lilith se encuentra en el punto más alejado, el apogeo de la órbita lunar.

Este eje perigeo-apogeo no es estable, sino que se desplaza constantemente a razón de 40,7 grados cada año, es decir, de 6 a 7 minutos de arco cada día. Dicho de otro modo, el eje perigeo-apogeo da una vuelta completa al Zodíaco en unos 3.232,6 días o lo que es lo mismo, en 8 años y 310 días.

Desde el punto de vista del cálculo, hay varias "Lilith o Lunas Negras":

1- el apogeo medio de la órbita lunar
2- el apogeo verdadero o de oscilación
3- el asteroide 1181 Lilith
4- el apogeo "natural" de la Luna
5- el apogeo "corregido" de Jean Carteret
6- la "Luna Oscura" (Dark Moon) de Sepharial
7- la estrella fija Algol (la cabeza de la Medusa)

Todas tiene efemérides diferentes. Astronómicamente, sin embargo el asunto se simplifica, pues nos quedan solamente:

1- el apogeo de oscilación o verdadero
2- el asteroide 1181
3- la estrella fija Algol

Mucha gente rejura por el uso del apogeo medio, pero astronómicamente esta muy mal definido, y debe catalogarse entre los puntos "que no están en realidad allí". El apogeo de oscilación es el único que representa la órbita real de la Luna alrededor de la tierra.

Las efemérides más exactas del mundo -las "Swiss Ephemeris" de Astrodienst (que además se pueden bajar gratis)- te dan el apogeo medio, el verdadero, el asteroide 1181 y la estrella Algol.

Orígenes de Lilith

El nombre de Lilith procede de la tradición hebrea Lil, que significa noche, oscuridad, penumbra y también época desgraciada y calamidad, por otro lado Lilith significa lechuza, mochuelo (el ave con que se representa en la cultura griega a Palas Atenea. La primera imagen conocida de Lilith aparece como una mujer hermosa alada y desnuda, con los pies de ave que se alza sobre dos leones y está flanqueada por un par de búhos); su nombre también significa Reina de las diablesas, de igual modo Lilha se refiere al color lila, -muy usado por cierto tipo de personas en épocas de reivindicaciones, en ciertas mujeres aparece hasta en el color de sus labios-. En el mito hebreo se cuenta que fue la primera mujer, creada la mismo tiempo que Adán, pero no de una de sus costillas, como se relata en Génesis 2/22 sino con él, directamente de la tierra, como dice antes en Gén 1/27. "Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y varona los creó." (repito varón y varona, así viene escrito en hebreo) En el mito hebreo se conoce a Lilith como esta primera mujer, anterior a Eva."

En la mitología griega aparece un paralelismo con la creación de la primera mujer. Prometeo creó con agua y barro al primer hombre; y por otro lado Zeus-Júpiter mandó a Hefestos mojar tierra y agua, y formar un hermoso cuerpo de virgen, creando así la primera mujer.

Es importante recordar que cada cultura describe a un mismo arquetipo en función de su estado evolutivo o de sus condiciones sociales. Por ello este modelo expresa diversos matices según la tradición que nos transmite sus características. Al unir las diferentes percepciones del modelo pretendo sincretizar el arquetipo, conciliando las diferentes apariencias de Lilith.


Lilith se encarna en diferentes modelos. Ya sea la insumisa de los hebreos, la habitante de los sueños de los sumerios o la Pandora griega.

Lilith la insumisa

Para los hebreos es el modelo de mujer que se niega a someterse al marido, es la enemiga de Eva y representa la instigadora de los amores ilegítimos, la perturbadora del lecho conyugal. Lilith rehusó a someterse a su marido y le abandono, ella le dice a Adán: "Somos iguales, puesto que venimos de la tierra". Cuando le dice esto surgen los desacuerdos y las desavenencias, pero en realidad la disputa consiste sobre quién debe tener mayor autoridad. En "Enciclopedia Judaica" se dice que "Lilith consideraba ofensiva la postura recostada que él exigía". "¿Porqué he de acostarme debajo de ti? Yo también fui hecha con polvo, y por consiguiente soy tu igual". Como Adán trató de obligarla a obedecer por la fuerza, Lilith, airada, pronunció el nombre mágico de Dios, se elevó en el aire y lo abandonó.

En su desesperación Lilith invoca el inefable nombre de Yahvé, y de inmediato se le conceden alas con las que huye del Paraíso trasladándose a su presencia; ruega (cosa extraña en Lilith) a Yahvé que por ser conocedora de su verdadero nombre y por tanto igual que Él, (refiriéndose a Dios) que la aceptara como compañera suya. Negóse Yahvé a sus pretensiones y Lilith le amenaza (este es el primer chantaje de la historia) con revelar su nombre a Adán, para ser ambos como Él. Para evitar que eso ocurriera, Yahvé la expulsó del Paraíso. También se dice que la pareja nunca encontró la paz, principalmente porque Lilith, no queriendo renunciar a su igualdad, polemizaba con su compañero sobre el modo y la forma de realizar su unión carnal.

En otros lugares se cuenta que Lilith fue infiel a Adán y se dejo seducir por Satanás y se marchó con él. Si interpretamos a Satanás con el materialismo y el consumismo se puede deducir que este modelo femenino se decanta hacia la seguridad material y rompe o deja en segundo plano la relación idílica con el hombre, pesa más en ella la realidad material que lo espiritual. Pero cuando más logra sus propósitos más crece la sombra de su Lilith.

Lilith de los sumerios y babilonios

Los sumerios y los babilonios la consideraban como un ser que habita en el mundo inconsciente de los sueños. Para ellos era un súcubo que visitaba a los hombres en sus sueños, de esta relación nacían monstruos sin cara; además tenía muchos servidores que de forma parecida procuraban seducir a los hombres en sus sueños. Era pues la princesa de los súcubos, una seductora y devoradora de hombres. Cuando esta mitología entronca con la hebrea, unen a Lilith con Asmodeo - Asmodeus -en el persa Aëshma- dev "el espíritu de la concupiscencia". También en persa Asma Daëva, significa el demonio de la sensualidad, que se identifica con Belcebú.

Pandora, la Lilith griega

Mientras que los griegos describían a este arquetipo como Pandora, la primera mujer creada por Zeus quién ordenó a Hefestos su elaboración; además solicitó la colaboración de Atenea -la Sabiduría- que le cedió sus vestiduras y la ciñó con su cinto; Hermes le transfirió sus cualidades y Afrodita le ungió la frente con la gracia y la persuasión. Fue creada como castigo para los hombres.

LILITH Y LA ASTROLOGÍA
Este trabajo trata de una figura contradictoria y chocante; profunda y sutil, unas veces; exhuberante y procaz, otras. Es Lilith / Luna Negra. Todos la tenemos en nuestra Carta retándonos, tomándonos la medida a través de nuestros prejuicios, invitándonos a disfrutar de un inexistente pastel tal como ocurriría con la visión ilusa de un oasis ficticio en plena travesía por el desierto. En este caso se trataría del desierto de las emociones, un desierto que de tan aplastante, misterioso e intimidatorio nos hace percibir el manjar justo de donde nunca lo podría haber. Lilith es intimidatoria, utiliza nuestros sentimientos y emociones para tomar vida. Nos fagocita. Su presencia es invisible pero contundente. Nuestras motivaciones inconscientes giran en torno a ella. Representa lo inconfesable, nuestros secretos más recónditos,… Y al mismo tiempo señala una vía de transformación cuyo punto de partida es una emoción innombrable y secreta, tan secreta que nos domina. No tenemos a Lilith, es ella quien nos tiene a nosotros. Lilith es un agente provocador del destino.Las implicaciones que Lilith tiene en nuestra Carta crean un territorio propicio para el cuestionamiento personal. A través de la acción de Lilith observamos lo incompleta que es nuestra vida si tan solo vivimos rindiendo culto a nuestros sentimientos más decorosos y aceptables. Lilith nos enseña que la ocultación de cierta clase de sentimientos (odio, venganza, envidia, ira,...) es negar una parte importante de nuestra personalidad, lo cual puede derivar en problemas de salud tanto en lo físico como en lo psíquico. Así pues, la posición astrológica de Lilith ofrece una información esencial no sólo de sentimientos sino también de facetas que piden ser reconocidas e integradas. Esta petición que ella nos hace viene a través de situaciones chocantes sorprendentes, desestructurantes, caóticas,... Su finalidad es pulverizar toda defensa y hacernos más sinceros y menos remirados. Así, sin protección, emergen del inconsciente, emociones y deseos que han permanecido largamente ignorados. Esta eclosión es altamente desafiante para nuestro status quo emocional. A menudo podemos percibir la acción de Lilith a través de comportamientos anómalos que se sitúan entre la ocultación y la manifestación sin encauzar, como si se quisiera contener lo incontenible. Eso da lugar a incongruencias muy chocantes.Cuando me puse a indagar acerca de qué cosas nos hablaba Lilith, empecé a detectar, en mí mismo y en las personas con las que más estrecha relación mantengo, algo que delataba su presencia en los comportamientos. Es algo difícil de aceptar.



¿Cómo es posible que una persona pueda al mismo tiempo afirmarse y negarse en algo de si misma? Es una pregunta peligrosa y necesaria a un tiempo. Es peligrosa porque su sola formulación provoca que la negación de lo que se desea todavía se amplifique más. Pero, por otro lado, la amplificación pone luz y hace evidente ciertas actitudes que hasta cierto momento permanecían en la oscuridad del inconsciente. La única explicación es que negarse a uno mismo aquello que más felicidad puede dar, solo puede provenir de un enfado infantil mal curado, como si el castigo de origen se convirtiera después en autocastigo o en enfado que proyectamos sobre los demás. Se trata de un enfado que, aunque sus consecuencias permanecen exiliadas de nuestro comportamiento normal, sigue estando muy vivo. Y la única forma de desactivarlo es sacándolo hacia fuera, drenándolo de los intersticios de nuestro sistema emocional. De este modo, drenando, podemos manejarnos con lo que en realidad somos, con lo que sentimos con lo que anhelamos. Lilith nos invita a simplificar las cosas, a esencializar nuestras motivaciones. Sólo así podemos neutralizar la bomba hecha de sentimientos o anhelos no expresados. Y es que en Lilith está el germen de todas las guerras, tanto internas como externas. Es por eso que Lilith señala el límite entre la cordura y la locura, entre la paz y la guerra, entre el amor y el odio, entre lo oculto y lo manifiesto.Con Lilith drenar es nacer. El que no protesta no nace, y Lilith es la voz de una protesta largamente guardada. Lilith representa algo de nosotros mismos que no ha acabado de nacer. Para ello utilizará todos los medios posibles: el caos, el desorden, el enfado, la hostilidad, la pérdida, el fracaso, la agresión, la depresión, el divorcio, la enfermedad, los accidentes, el apetito desmadrado, etc… y, sobre todo, los sueños. Incluso los sueños que se tienen cuando estamos despiertos. La cuestión es si uno es consciente de lo que sueña de lo que anhela, de lo que en verdad persigue más allá de lo que conscientemente cree perseguir. ¿Quién se atreve a descifrar sus anhelos verdaderos?, ¿y sus anti–anhelos?La posición de Lilith por Signo nos ayudará a desentrañar aspectos de nuestro comportamiento que nos perjudican. La posición por Casa nos ayudará a cuestionar los deseos que solemos defender conscientemente y nos llevará a descubrir que tan solo en el inconsciente está lo que verdaderamente deseamos de la vida. La posición por Casa, además, nos indicará en qué escenario de la constelación familiar se han incubado esos comportamientos. Los aspectos nos indicarán, por un lado, cómo nos boicoteamos, y, por el otro, cómo canalizar mejor la rabia interior para así positivizar esos rasgos nocivos de nuestra conducta.Lilith y PríapoAl igual que los Nodos de la Luna,


Lilith funciona como un eje. Si ella astronómicamente está representada por el apogeo lunar –el punto de la órbita lunar más alejado de la Tierra–, la contraparte está indicada por el perigeo –el punto de mayor cercanía–. Este punto suele ser denominado Príapo.

Como tal eje, el formado por Lilith–Príapo, simboliza una dinámica de relación con el entorno, de tal manera que lo que uno cree que oculta resulta que es lo que otros ven con claridad meridiana. Así, cuando ponemos energía en ocultar algo de nosotros (mentir, tergiversar, deformar, camuflar, engañar, etc...), lo que hacemos sin darnos cuenta es llamar la atención de los demás. Es por eso que la invitación que nos hace Lilith es a sincerarnos sin reparar si tal cosa es agradable o no. Mantener oculta una emoción o soportar llevar un secreto a cuestas siempre supone un gasto energético que puede resultar muy nocivo para nuestra salud.Y ya que hemos hecho mención de los Nodos de la Luna, haremos bien en señalar que tal eje señala el camino evolutivo del alma. El Nodo Sur representa el tipo de conducta menos productiva, mientras que el Nodo Norte señala situaciones y actitudes que nos ayudan a evolucionar. Estableciendo un paralelismo, el eje formado por Lilith–Príapo describe la evolución del temperamento instintivo. Lilith presenta una gran analogía con el Nodo Sur, y Príapo, con el Nodo Norte. Lilith y Nodo Sur son dos puntos de anclaje de los que hay que desamarrarse para que puedan ser integrados y aprovechados, y Príapo y el Nodo Norte representan el punto de llegada, aquellos potenciales que, procurando su desarrollo, nos hacen la vida más feliz.Quienes en una Carta Natal tengan en cuenta a Quirón podrán comprobar cómo los asuntos que él gobierna tienen muchos puntos de concomitancia con Lilith. En concreto es posible percibir que ambos componen un circuito, ambos describen fallos en la educación recibida, y ambos, por tanto, refieren a elementos de nuestro carácter y facetas que quedaron marginados en el proceso de socialización. En este sentido, la gran diferencia estriba en que si Quirón nos habla a través de creencias que deforman la realidad


El Centauro Quirón, simboliza la herida kármica


Lilith nos habla a través de emociones inconscientes no aceptadas por uno mismo. Quirón es mental y Lilith es visceral. Pero Lilith es todo eso y mucho más. Lo iremos comprobando.La voz de nuestra animalidad inconscienteLilith no se refiere únicamente a una determinada vivencia de la sexualidad, sino a una capacidad para transferir su fuerza creativa a través de actos discretos, sencillos y elementales. Lilith representa los poderes femeninos que, de tan naturales, parecen paranormales. Las capacidades telepáticas, visionarias, inspiradoras... están relacionadas con Lilith. O mejor dicho, con el eje formado por Lilith y su punto de oposición, Príapo. Como Lilith señala una zona reprimida o castigada de nuestro psiquismo, para entender en qué consisten esas dádivas y cómo se nutren deberemos acudir a Príapo. Lilith, por otro lado, también representa los impedimentos, no obstante, según cuenta la leyenda, su función consistía en impedir los nacimientos y, por extensión, los inicios de cualquier cosa. Es por eso que se la relaciona con la frustración y el castigo. Aún así, el consiguiente enfado, si es aceptado puede convertirse en fuerza descomunal orientada a abrir caminos por el sólo deseo de querer transitar por ellos. Es por eso que el binomio formado por Lilith y Príapo constituye un eje psíquico capaz de transformar nuestras congojas en creatividad.


Lilith nos da pistas acerca de la vertiente destructiva de la madre, en contraposición al aspecto más nutritivo (indicado en Astrología por la Luna). Aparece asociada a Lamia y a Hécate, figuras ambas igualmente aniquiladoras y depredadoras, devoradoras de niños e impedidoras, por tanto, de la espontaneidad, de la inocencia y de la prosperidad.


Las tres Lilith, Lamia y Hécate, personifican no solo el potencial aniquilador procedente del abismo del inconsciente, el cual contiene rastros vivos de nuestro aspecto más animal, sino también la clave para aceptar que una parte de nosotros mismos intenta destruir al tiempo que otra parte intenta construir.Lilith aparece descrita en las leyendas de varias maneras. Todas tienen un rasgo común: el reptil. En unos casos una serpiente aparece abrazada a Lilith. En otros, Lilith es descrita como un ser ambiguo, mitad mujer, mitad lagarto o serpiente. Una vampiresa, en definitiva. Lilith es, además, enemiga de los partos y de los recién nacidos, a los cuales estrangulaba. Si tomamos en cuenta que un niño es el fruto de una relación entre un hombre y una mujer entonces la destructividad de Lilith no solo va dirigida a los recién nacidos sino a los adultos los cuales ven cómo el fruto de su relación queda abortado o no prospera según lo esperado. Si eso es así, entonces la ubicación de la Lilith astrológica puede dar pistas acerca de las congojas íntimas que los padres desean redimir a través de sus hijos. El niño es la caja de resonancia del anhelo por vivir algo que no fue vivido por ellos y que permanece en el útero familiar a la espera de que él lo rescate. Pero este rescate, cómo se haga y lo que puede producir, no puede estar en manos de los padres, ni ser dirigido o controlado por ellos, sino que está en el fuero interno del niño. Únicamente de él depende el desarrollo de esa función la cual llegará a percibir con sus propios medios. Cualquier expectativa que los padres proyecten sobre sus hijos será abortada si contradice la naturaleza esencial de éstos. Podría parecer que Lilith sea enemiga de las relaciones entre hombres y mujeres y, por lo tanto, de cualquier expectativa que pueda surgir entre ellos. Sin embargo, Lilith lo que en realidad busca es que en una relación entre hombre y mujer no se produzcan proyecciones indeseadas entre ellos o sobre sus hijos. De ocurrir, entonces las relaciones familiares se convertirían en disfuncionales. La abortividad de Lilith, pues, se ceba –más que en los niños– en las relaciones íntimas entre adultos, en la medida en que esas relaciones pueden producir un fruto orientado a la autosatisfacción egoísta o como paliativo de sus propias congojas. Un ejemplo de ello son los hijos que se tienen para compensar desajustes en la relación. Visto así, Lilith es entonces una frustradora de los deseos de los padres con respecto a sus hijos. Como adultos, Lilith es un virus infiltrado en las actitudes que habría que decodificar y reconocer para evitar que los demás (especialmente nuestra pareja o nuestros hijos) se conviertan en ositos de peluche para nosotros.Podría parecer que Lilith se sintiera más atraída por lo imposible que por lo posible, por lo improductivo que por lo productivo, por la anarquía que por el compromiso. Sin embargo, su función no es impedir el desarrollo de nuestros deseos sino cuestionar nuestro grado de autenticidad y sinceridad en el reconocimiento de los mismos, puesto que de ellos es de donde irá naciendo la realidad que vamos a vivir. El interés de Lilith se centra especialmente en ponernos sobre aviso de que, una vez detectados cuáles son, será nuestra forma de participar la que va a determinar el resultado. Esta forma debe ser limpia e impoluta. En cuanto una doble intención se infiltrara en nuestra conducta, entonces la expectativa correría serio peligro de acabar en aborto o corromperse. El problema radica en que con Lilith a lo único que llegamos es a damos cuenta de que no acabamos de saber qué es lo que en realidad deseamos, ni qué es lo que en realidad somos. Cuando creemos saberlo, aparece del fondo otra capa que denota que no hemos llegado a la verdad. A falta de encontrarla, la única vía es vivir cada momento y cada relación por lo que es y no por lo que esperamos que sea. Para ello, la fórmula es hacer las cosas por amor o intuición pura. Y debe ser así, aún a riesgo de provocar un desgarro en el sistema de relaciones en el que habitualmente nuestra vida se desarrolla.Por otro lado, el estrangulamiento ofrece una señal esclarecedora ya que significa un corte por asfixia aplicado en el cuello, lugar de residencia de los apetitos que más se relacionan con el placer sensual (Tauro), al tiempo que es la línea divisoria entre la cabeza (gobierno) y el resto del cuerpo (instintos terrenales), entre lo superior y lo inferior, entre la mente y el cuerpo. Estrangular impide la obtención de alimento, al tiempo que también imposibilita que nuestra voz se escuche. El simbolismo de la estrangulación señala la división en dos mitades de la realidad sensible que hasta entonces permanecía unificada en el niño. A partir de la estrangulación –un castigo, un abuso o una grave decepción, por ejemplo–, empezamos a perder nuestra unidad emocional inicial. Podríamos decir que con lo que ese acto simboliza queda instaurada la primera escisión existencial, a la que luego seguirán otras, las cuales, no obstante, constituyen el caldo de cultivo de nuestro posterior desarrollo mental e intelectual. Sin el trauma sería imposible la diferenciación y el consiguiente proceso de individuación. Visto así, el trauma es un comadrón que nos obliga a nacer a una dimensión sin precedentes.Por otro lado, al impedir los nacimientos o estrangular a los niños, Lilith nos está advirtiendo de actitudes que pueden perjudicar la concretización de nuestras expectativas, o bien nos habla de algo de nosotros que se resiste a crecer y madurar. Sin duda se refiere a un estado de ánimo inconscientemente revanchista, reverberación de aquel primer enfado. Esta actitud –al estar fuera del control consciente– puede llevarnos a una trampa, ya que nosotros somos los destinatarios de nuestro propio comportamiento.Lilith es una indigente psíquica a la búsqueda de cuerpos, acontecimientos y experiencias en las que encarnarse, para así poder rebelarse contra aquel contubernio. Su infiltración en nuestra vida puede revestir desde la sutilidad más desconcertante hasta el exhibicionismo más procaz. En cualquier caso Lilith representa todo aquello que negamos de nosotros mismos, lo que queda fuera de todo presupuesto. Es la caja negra de nuestra vida, aquel lugar en donde quedan registrados nuestros secretos y demás elementos de nuestra biografía que dejamos de lado o que escapan a toda clasificación. Y precisamente por eso – Lilith es algo de nosotros con lo que usualmente no contamos, no explicamos (porque no nos lo han explicado) y no compartimos fácilmente con los demás (porque los demás tampoco lo hacen)–, que su función es la de ayudarnos a entender que una personalidad no solo se compone de rasgos de carácter, potencialidades y talentos, sino que también se compone de elementos marginados –defectos inconfesables, experiencias vergonzosas, traumas, secretos familiares, mentiras, falsas verdades,...– con los que deberemos contar si queremos transformar nuestra vida en algo más de lo que nos han dicho acerca de ella.La Lilith astrológica supone la entrada en nuestra vida de una energía que se manifiesta a borbotones que resulta difícil de canalizar y de administrar. Por eso es que muchos prefieren reprimirse puesto que soltar conscientemente esa energía implicaría cambios drásticos en el modo de vida. Para quien todavía permanece inconsciente ante la existencia de Lilith, ella se manifiesta de muy diferentes modos, todos ellos aparentemente azarosos, de tal manera que la persona no asocia esos síntomas con una actitud que quizá haya surgido de un enfado mal curado o de una frustración no tolerada. En cambio, quien quiera hacerse responsable de lo importante que es que la actitud esté en armonía con los verdaderos deseos internos acaba dándose cuenta de que todo cuanto acontece empieza a generarse primeramente en el inconsciente. Desde esta perspectiva, mientras cualquiera de nosotros parece estar actuando constructivamente, es desde el inconsciente que quizá estemos atrayendo la visita de los demonios capitaneados por Lilith. Por eso es necesario que en nuestras conductas y actitudes tuviéramos en cuenta que la incongruencia, la locura y la irracionalidad pueden coexistir junto con el orden, la cordura y la sensatez. En nuestros presupuestos debe haber lugar para todo. Querer apartar o marginar nuestros rasgos indeseados alimentará su expresión descontrolada, ya sea a través de nuestras propias actitudes o de aconteceres aparentemente desconectados de esas mismas actitudes.De alguna manera, la Lilith astrológica señala la vía para el conocimiento, para el darnos cuenta de que lo constructivo y lo destructivo coexisten en nuestro comportamiento. Lilith es el sumidero psíquico de nuestras congojas no aceptadas, quizá porque cuando se produjo lo que dio lugar a ellas eramos demasiado tiernos e inocentes. Así, la decepción o la congoja, al carecer de forma concreta que nos ayude a retrotraernos con objetividad a su origen, se manifiesta en forma de fobias o animadversiones profundas hacia personas o valores de nuestra propia familia. Esa animadversión se mantiene latente y reprimida, constreñida por las normas y tabúes (el Super Yo), pero si la reconocemos puede llevarnos a desentrañar un conocimiento acerca de nosotros mismos (a través del Ello). Al final nos daremos cuenta de que lo que impide el éxito y la felicidad está en nuestras propias actitudes. Uno es su Lilith.Aceptando nuestra rabia inconsciente podemos descubrir en Lilith un potencial precioso, el que se mantuvo virgen entretanto no se produjo la primera penalización. Incluso nuestro propio nacimiento pudo haber sido vivido como un castigo para el alma o para el cuerpo. Desde esta perpectiva, Lilith representa una experiencia defraudatoria experimentada con demasiada prontitud y crudeza. Algo así como una ablación emocional propinada en el tuétano de nuestra niñez, cuyas consecuencias tan solo pueden ser rescatadas por el adulto compasivo que ya somos. Y es que nuestra Lilith interior indica una altísima sensibilidad hacia el castigo y sus consecuencias. Desde esta perspectiva, ese castigo pudo haber sido una experiencia iniciática vivida sin ritual o, lo que es lo mismo, sin aviso y sin comprensión. Lilith es un estigma que todos guardamos en algún lugar de nuestro inconsciente, un recuerdo sin forma a la que remitirse y que permanece instalado en lo más profundo del psiquismo, de nuestros sueños, de nuestro cuerpo,.... e inasible por el intelecto. Recordemos que Lilith pactó con Dios que su invisible presencia sería recordada eternamente.Lilith es el secreto de todos los secretos y la madre de todas las verdades, como Príapo es el santo patrón de lo espontáneo y de lo diáfano.Acerca de la LunaPara entender la función esencial de Lilith, lo mejor que podemos hacer es recordar cuál es la función esencial de la Luna, puesto que de un punto de su órbita estamos hablando. En una Carta Natal la posición de la Luna por signo, por casa, y los aspectos que haga con otros planetas, ofrece una interesante perspectiva acerca de cómo pudieron transcurrir los primeros años de la vida de una persona, cuáles fueron las experiencias que más impacto ejercieron en su entorno emocional, y también alude al poso que constituirá el telón de fondo de su desarrollo posterior. Además constituye uno de los puntos de análisis astrológico que más cosas nos dice acerca del temperamento individual, de las reacciones internas y externas de una persona, y por tanto, de su particular forma de vivenciar e interpretar las reacciones que provienen de otros individuos y del entorno en general. Todo ello bajo pautas que tienen su origen en la infancia. La Luna resulta ser la cobertura psíquica que nuestro Ser emocional necesita para mantener un punto de referencia que le resulte seguro o, cuanto menos, viable para canalizar su propio desarrollo.Si la Luna ayuda a percibir la base biológica de nuestro temperamento, la posición astrológica del Sol señala cuál es el sustrato en el que se alimenta nuestro carácter. El carácter está muy conectado con el propósito vital, mientras que el temperamento nos vincula con el poso generado por la herencia familiar. Por eso es que Lilith, en la medida en que forma parte de lo lunar, señala un elemento de primer orden orientado a entender qué aspectos de nuestro temperamento biológico han quedado fuera de cauce.Estos aspectos piden ser tenidos en cuenta creando situaciones que invitan a la persona a desmadrarse, a salirse de la matriz en la que fue educada. De este modo, la posición astrológica de Lilith describe aquello de nosotros que deberemos descubrir fuera de las consignas con las que nuestras emociones fueron moldeadas. Digamos que la Luna señala nuestra forma de adaptarnos a la familia, y Lilith describe qué es lo quedó fuera en ese proceso de adaptación. Eso que quedó fuera solicita nuestra atención a través de señales únicamente descifrables si tomamos en cuenta lo anímico, lo instintivo y lo corporal.El propósito solar hinca sus raíces en la base formada por nuestro temperamento. En la medida en que este temperamento tanto contiene elementos ya integrados (Luna), como elementos por integrar (Lilith), no podremos conocer qué es lo que verdaderamente deseamos de la vida sin tener en cuenta la totalidad de este sustrato (Luna + Lilith).Posiblemente este centro de gravedad oculto todavía permanezca sin nacer, sin ser apropiado por la conciencia. Lilith se refiere a algo a lo que, aún deseándolo, nos resistimos. Quizá sea algo nuestro que ha quedado retenido en el útero familiar.

Príapo (el perigeo de la Luna)

Luna


La distancia de la Luna a la Tierra varía constantemente. En su revolución elíptica alrededor del centro de masas del sistema binario Tierra/Luna, la Luna tiene un punto de mayor aproximación a nuestro planeta: el perigeo o periapsis, a 358.000 Km. de la Tierra; y otro de mayor alejamiento: el apogeo o apoapsis a 406.000 Km. Priapo se encuentra en el punto más cercano, el perigeo de la órbita lunar y al más alejado se le llama Lilith.

Este eje perigeo-apogeo no es estable, sino que se desplaza constantemente a razón de 40,7 grados cada año, es decir, de 6 a 7 minutos de arco cada día. Dicho de otro modo, el eje perigeo-apogeo da una vuelta completa al Zodíaco en unos 3.232,6 días o lo que es lo mismo, en 8 años y 310 días.


Príapo

Así pues, Priapo no es un planeta, sino un punto en el espacio sin cuerpo físico, como es el ascendente o los nodos en cualquier carta astral. Sin embargo, estos puntos clave del espacio no necesitan tener masa ni cuerpo para actuar sobre nosotros. Se trata, entonces, de un foco de energía astrológica que no tiene cuerpo físico, de una fuerza gravitacional oscura. Esta ausencia de luz se puede interpretar como un área de la conciencia oscura y poco accesible.

A la luz de la psicología moderna, la posición de Priapo y Lilith nos revelan algo acera de nuestros deseos ocultos, los lados descontrolados y reprimidos de nuestra personalidad, experiencias dolorosas y los rincones oscuros de nuestra psique.

Por su parte Lilith (el Apogeo) siendo el punto más alejado, se interpreta como alejamiento; y, así mismo, extrañamiento, marginación, exilio, ostracismo... que, si bien permite una visión de más amplia perspectiva sobre la realidad, también puede actuar como mecanismo de auto-represión, no sublimación, sino el típico concepto freudiano de auto-represión, que pugna desde el fondo del subconsciente por liberarse y expresarse.

Y esta " des-represión" ocurrirá no a través de Lilith, sino de su punto opuesto: Priapo, el Perigeo. Tras el alejamiento, el acercamiento a la Tierra tiende a provocar la manifestación de liberación, como exageración y desmesura. Es importante ver la situación de la luna con respecto a Lilith y Priapo: si está hacia Lilith es más fría y si está hacia Priapo, es más excitable.

Desde el punto de vista astrológico, Priapo es el opuesto a Lilith y los dos forman un eje: Perigeo – Apogeo. En la carta natal, Priapo se localiza normalmente en el signo y casa opuestos a Lilith, pero no siempre ya que debido a la excentricidad variable de la órbita lunar, Lilith y Priapo no suelen encontrarse exactamente a 180º, sino que este ángulo varía.

MITOLOGÍA:

Priapo es el Dios de la fertilidad, protector de jardines y rebaños. Generalmente está considerado hijo de Afrodita (Venus), diosa del amor, y de Dionisio (Baco), dios del vino, o según algunos relatos, de Hermes (Mercurio), mensajero de los dioses.

Al principio representaba la fecundidad del suelo. En la época romana personificaba la virilidad y el amor físico. Era también un dios pastoral y marino, protector de los rebaños y los pescadores.

Solía representarse a Priapo como un individuo grotesco y deforme, con un enorme falo siempre erecto. Por lo que nunca podía mantener relaciones sexuales a causa del excesivo tamaño. La liberal sociedad griega consideró, en consecuencia, que había sido el inventor de la masturbación. Pertenece a la corte de Dionisio.

Priapo creció en Lámpsaco, ciudad que según se cree fue fundada por él. Es dios de la fecundidad, no sólo en el reino animal sino también en el reino vegetal y además es el dios del amor carnal.

Con su enorme falo, que representa la fuerza genésica de la naturaleza, impone hasta cierto punto sus deseos a cuanto controla y protege. Por otro lado, el pene erecto simboliza la facultad creadora y dadora de vida que incumbe al órgano masculino.

Es portador de buena suerte y anula los maleficios de los que intentan perjudicar las cosechas. Se le considera símbolo de la buena agricultura y de la caza.

Según una de las versiones del mito, Priapo era hijo de Afrodita y Dionisio con quien se acostó poco antes de casarse con Hefesto (Vulcano), el herrero de los dioses. Hera celosa de su relación, tocó el vientre de su rival mientras estaba embarazada. Debido a esto, el niño nació deforme. Afrodita temerosa de las burlas de los demás dioses le abandonó en el monte. Allí lo recogieron unos pastores que lo criaron y veneraron como a un dios.

Un día Priapo embriagado intentó violar a Hestia (Vesta), diosa del hogar y del fuego sagrado. Dormían todos los dioses bajo el efecto del vino. Un asno rebuznó. Despertó Hestia, también dormida y se levantó furiosa contra Priapo, que huyó a todo correr. Otra versión de este incidente cuenta que Priapo intento violar a Lotis. La ninfa, prevenida por un animal logro escapar. Lotis pidió a Zeus (Júpiter), el dios del Cielo y la Tierra, que la transformara en una planta (Flor de Loto). Es el único intento de aventura de Priapo.

Priapo, es el dios de la fecundidad de los campos, y precedía a la prosperidad de los ganados, el trabajo de las abejas, el cultivo de las viñas... Se le atribuían los beneficios de la fructificación, poseía la virtud profética, tenía muchos puntos de contacto con los demás dioses fecundadores; similar al Baal-FEGOR asirio (Asia Occidental, divinidad de los Moahítas, de los medianitas y de los amonitas), a Baaltis, divinidad fenicia que completaba a Baal (la forma masculina), era considerada por fenicios y cartagineses como hermana o esposa de este dios (Baa).

Priapo también tiene similitudes con Pan, el Dios de los bosques, símbolo de la naturaleza y de la vida campestre, era mitad hombre y mitad cabra con cuernos en la cabeza, era dios de gran lujuria.



PRIAPO EN LAS CASAS:

Allá donde está Priapo, tendemos a exagerar.

  • Priapo en Casa 1: Se da "la ley del embudo", hay egoísmo, protagonismo y liderazgo fuera de contexto.

  • Priapo en Casa 2: La persona no se sabe dar por no saberse poseer y esto se traduce en tacañería. Si está muy exagerado, surge la usura, ya como extremo.

  • Priapo en Casa 3: Frivolidad y opiniones gratuitas. Se tiene una actitud desquiciadamente crítica.

  • Priapo en Casa 4: Tendencia a tiranizar las relaciones familiares para mantener la cohesión y no se duda a la hora de utilizar el chantaje emocional.

  • Priapo en Casa 5: Se da separación de los hijos. Autoafirmación a través de la destrucción de lo creado.

  • Priapo en Casa 6: Exageración en la higiene, en el orden y el concierto.

  • Priapo en Casa 7: Se vive el matrimonio y las relaciones, de manera muy exagerada y con grandes dependencias, celos. Se busca mucho apoyo.

  • Priapo en Casa 8: Se despilfarra, pues se entiende que el desposeimiento es una cualidad. Uno se desprende de cualquier cosa, sea material o no. Autodestrucción por algún vicio.

  • Priapo en Casa 9: Mente obsesiva, dogmatismo, creer que se está en posesión de la verdad y de la revelación.

  • Priapo en Casa 10: Se busca el reconocimiento público como necesidad perentoria.

  • Priapo en Casa 11: Proyectos utópicos. Creencia de que los problemas sólo se pueden solucionar a través de un mundo de fraternidad e igualdad.

  • Priapo en Casa 12: Se puede buscar el martirio en una enfermedad crónica. Hay mucho descontrol interno, caos emocional al no ser capaz de luchar contra las represiones.



Carlos Gustav Jung y la Sombra.


Carl Gustav Jung (AFI:[ˈkarl ˈgʊstaf ˈjʊŋ]) (26 de julio de 1875, Kesswil, cantón de Turgovia, Suiza - 6 de junio de 1961, Küsnacht, cantón de Zúrich.) fue un médico psiquiatra, psicólogo y ensayista suizo, figura clave en la etapa inicial del psicoanálisis; posteriormente, fundador de la escuela de psicología analítica, también llamada psicología de los complejos y psicología profunda.

Se le relaciona a menudo con Sigmund Freud, de quien fuera colaborador en sus comienzos. Carl Gustav Jung fue un pionero de la psicología profunda y uno de los estudiosos de esta disciplina más ampliamente leídos en el siglo veinte. Su abordaje teórico y clínico enfatizó la conexión funcional entre la estructura de la psique y la de sus productos (es decir, sus manifestaciones culturales). Esto le impulsó a incorporar en su metodología nociones procedentes de la antropología, la alquimia, los sueños, el arte, la mitología, la religión y la filosofía.

Jung no fue el primero en dedicarse al estudio de la actividad onírica. No obstante, sus contribuciones al análisis de los sueños fueron extensivas y altamente influyentes. Escribió una prolífica obra. Aunque, durante la mayor parte de su vida, centró su trabajo en la formulación de teorías psicológicas y en la práctica clínica, también incursionó en otros campos de las humanidades: desde el estudio comparativo de las religiones, la filosofía y la sociología, hasta la crítica del arte y la literatura.

Para el objetivo que busco me referiré sólo a su etapa de vida que a continuación presento

El análisis del inconsciente

Artículos principales: Libro Rojo y Siete sermones a los muertos

Seguidamente, en 1914, el psiquiatra suizo dimitió de su cargo en la API y organizó, junto con Alphonse Maeder, las bases de la llamada Escuela de Zúrich. Después de separarse de Freud comenzó para Jung una época de inseguridad interior y de desorientación, un período de turbulencia emocional, exacerbado por las noticias emergentes de la Primera Guerra Mundial, que tuvieron sobre él un efecto devastador, aun cuando radicara en la Suiza neutral. Henri Ellenberger calificó la experiencia de Jung como una “enfermedad creativa” y la comparó con el mismo período para Freud, al que definió en términos de neurastenia e histeria.

Entonces tuve un momento de extraordinaria lucidez, en el cual abarqué con la mirada el camino seguido hasta allí. Pensé: ahora posees la clave de la mitología y tienes posibilidad de abrir entonces todas las puertas que dan a la psiquis humana inconsciente. Pero entonces alguien susurró en mí: «¿Por qué abrir todas las puertas?». Surgió entonces la cuestión de qué era lo que yo había logrado hasta entonces. Había explicado los mitos de los pueblos primitivos, había escrito un libro sobre los héroes, sobre el mito en el que desde siempre vive el hombre. «Pero, ¿en qué mito vive el hombre de hoy?». «En el mito cristiano, podría decirse». «¿Vives en él?», me preguntaba. Si debo ser sincero, no. No es el mito en el que yo vivo. «¿Entonces ya no tenemos mito?». «No, al parecer ya no tenemos mito». «¿Pero cuál es, pues, tu mito, el mito en que tú vives?». Entonces me sentí a disgusto y dejé de pensar. Había llegado al límite.
Carl Gustav Jung. Recuerdos, sueños, pensamientos.

A un análisis inicial de sus sueños, fantasías diurnas y contenidos del pasado, siguió la aceptación del desconocimiento de lo que le sucedía. Así pues, decidió «abandonarse conscientemente a los impulsos del inconsciente». De ello derivó la necesidad del juego, la construcción y edificación infantiles como elementos preliminares en el hallazgo de su propio mito.

Hacia otoño de 1913, Jung alude a una deslocalización de su sintomatología interna de carácter psíquico. Es entonces cuando tiene varias alucinaciones que irán repitiéndose a lo largo del tiempo. La deducción diagnóstica a la que llegaría tras todo el cúmulo de episodios de aparente carácter psicopatológico sería la del inicio de una psicosis, consecuencia directa de la ruptura con Freud y sobre todo teniendo en cuenta los antecedentes familiares existentes incursionando en lo disociativo. Durante la primavera y principios del verano de 1914 volverían a sucederse episodios similares de carácter catastrofista, pero esta vez en forma de tres sueños sucesivos. El 1 de agosto estallaría la Primera Guerra Mundial y con ella la confirmación del carácter premonitorio de su sintomatología.

Además del manuscrito de los Siete sermones a los muertos elaborado en 1916, Jung fue transcribiendo sus experiencias entre 1914 y 1930 en su famoso Libro Rojo.

Sería el 12 de septiembre de 1913 cuando «me decidí a realizar el primer paso». Decidió por tanto confrontar los contenidos de lo inconsciente y con ello alumbrar un proceso iniciatico concomitante donde llegará a descubrir la existencia de algo más alto que la voluntad del Yo y a lo cual había que someterse. Jung debía sacrificar su ideal y su actitud consciente. Poco a poco irían surgiendo diversas representaciones arquetípicas: el Héroe (Sigfrido, la serpiente negra), la Sombra, el propio Yo comocomplejo, el Viejo sabio (Elías, Filemón, el Ka egipcio), el Ánima (Salomé).

Tras una gradual transformación, en 1916 Jung sentiría la necesidad ineludible de escribir, sintiéndose «impulsado desde dentro a formular y expresar lo que podría haber dicho Filemón». Será por tanto desde dicho arquetipo desde donde surgirá la imperiosa obligación a transcribir el manuscrito de los Siete sermones a los muertos.

Filemón y otras figuras de la fantasía me llevaron al convencimiento de que existen otras cosas en el alma que no hago yo, sino que ocurren por sí mismas y tienen su propia vida.
Carl Gustav Jung. Recuerdos, sueños, pensamientos.

Será Filemón la imagen deseada por Jung en esos momentos de perturbación y desorden, «una sabiduría y un poder supremos que me desenmarañasen las espontáneas creaciones de mi fantasía». Quien, por un lado, representase la vía de expresión de los Siete sermones, y quien, por otro, diera lugar a una recapitulación teórica y a una validación de la existencia autónoma de los arquetipos, más allá de los complejos, extendiendo a lo colectivo la adjetivación personal de lo inconsciente freudiano.

A un preliminar malestar subjetivo siguió la manifestación por toda su casa de toda una serie de fenómenos parapsíquicos presenciados por toda su familia, hecho nada novedoso si lo relacionamos con las experiencias vinculadas al espiritismo y que sentarían la base y el fundamento a la elaboración de su tesis doctoral «Acerca de la psicología y patología de los llamados fenómenos ocultos» en 1902. La conclusión a la que llegará Jung es que la casa estaba repleta de espíritus, sirviendo la escritura del opúsculo a modo de exorcismo con el que resolver la situación de infestación, hecho que se produciría a los tres días, es decir, a la par de la finalización del manuscrito.

La explicación que da Jung a la fenomenología acaecida es la de una «constelación inconsciente», es decir, la activación de un complejo psicológico debido a una reacción de naturaleza emocional, siendo dicha constelación de carácter numinoso. El desencadenante y antecedente fue lo que él denominó pérdida del alma, o estado emocional en el que se hallaba previamente. Para Jung, el alma se representa en el hombre por el arquetipo del ánima, o aspecto femenino presente en lo inconsciente colectivo de los hombres. El ánima representaría a su vez el arquetipo de la vida, siendo su principio Eros, o lo relacional. Así, la pérdida del alma significaría la pérdida de lo vital y lo vinculativo en nuestra vida consciente. El arquetipo del ánima habría emprendiendo el camino de lo inconsciente colectivo, se habría retirado al «país de los muertos». En términos energéticos, lo consciente se habría vaciado de libido al revivificarse lo inconsciente. Ante esta descompensación energética, si «el ánima crea la relación en lo inconsciente», y éste representa al país de los muertos, «en cierto sentido es también una relación con la colectividad de los muertos». La libido se ha polarizado en lo inconsciente propiciando así la manifestación de fenómenos concomitantes, desde fenomenología paranormal hasta conversar con los muertos.

En el «país de los muertos» el alma experimenta una secreta vivificación y da forma a las huellas ancestrales, a los temas colectivos del inconsciente. Igual que una médium, da a los muertos posibilidad de manifestarse. Por ello, muy pronto después de la desaparición del alma aparecieron en mí los «muertos», y surgieron los «Septem Sermones ad Mortuos».
Carl Gustav Jung. Recuerdos, sueños, pensamientos.

En definitiva, todo ello constituyó un prólogo de lo que tenía que comunicar al mundo sobre lo inconsciente.

ACERCA DEL ORIGEN DE LA OBRA


Para Jung, el análisis del inconsciente ya se había implantado al inicio de la segunda mitad de su vida, de ahí una de las razones por las cuales todo analizando, o candidato a analista junguiano, deba disponer de una edad similar. Añade que necesitó aún veinte años más para comprender los contenidos de sus imaginaciones. Pero que lo fundamental en su obra fue hallar «la prueba de la prefiguración histórica de las experiencias internas». Es decir que, para confirmar sus ideas, debió buscar sus premisas en la historia. En ello desempeñó un papel fundamental su hallazgo de la alquimia.

Representación del proceso simbólico que comienza en el caos y concluye con el nacimiento del Fénix. (Portada de la edición de Béroalde de Verville, Le Tableau des riches inventions o Le songe de Poliphile, París, 1600.) Figura 4 incluida en Psicología y alquimia.
Desde 1918 hasta 1926 me ocupé seriamente de los gnósticos, pues también ellos tropezaron con el mundo primitivo del inconsciente. Captaron sus contenidos e imágenes, que manifiestamente estaban contaminados por el mundo de los impulsos. Es difícil, sin embargo, decir hasta qué punto comprendieron las imágenes, a causa de la escasez de noticias posteriores, que, por lo demás, hemos de agradecer a sus adversarios, los padres de la Iglesia. Pero no es probable, en ningún caso, que tuvieran una concepción psicológica. Respecto a mis interrogantes, los gnósticos estaban muy lejos en el tiempo para que pudiera relacionarme con ellos. La tradición entre gnosis y actualidad me pareció rota y durante mucho tiempo no me fue posible hallar el puente entre el gnosticismo —o neoplatonismo— y la actualidad. Sólo cuando comencé a comprender la alquimia reconocí que por medio de ella se produce la vinculación histórica con el gnosticismo, que por la alquimia se constituye la continuidad del pasado hasta la actualidad. Como filosofía de la edad media, la alquimia tendió un puente lo mismo con el pasado, concretamente con el gnosticismo, que con el futuro, con la psicología del inconsciente.
Carl Gustav Jung. Recuerdos, sueños, pensamientos.

El establecimiento de la psicología del inconsciente fue llevado a cabo por Freud a partir de dos motivos clásicos pertenecientes al gnosticismo:

  1. la sexualidad;
  2. la autoridad paterna nociva: pasaríamos de Yahveh y Dios creador, al mito freudiano del padre primitivo superyoico.

Sin embargo, será precisamente la evolución hacia el materialismo, anticipada ya por la alquimia al ahondar en la estructura de la materia, la que impide ver a Freud el espectro completo del gnosticismo: «la pre-imagen del espíritu como otro Dios supremo», (...) «quien envió la crátera, el vaso de las transformaciones espirituales, en auxilio de los hombres».36 La crátera era un recipiente repleto de espíritu enviado por el Dios creador a la tierra para bautizar a aquellos que deseaban alcanzar una consciencia superior, un útero simbólico de renovación y renacimiento espiritual.37

Se trataría en definitiva de la existencia de una carencia fundamental en el mito patriarcal y falocéntrico freudiano, y es la ausencia de lofemenino que se vislumbra como principio en la figura gnóstica de la crátera, pero también en el catolicismo, al sustentar una unilateralidad de lo masculino hasta la bula papal de Pío XII, que proclamaba el dogma de la Asunción de María en 1950.

Conjunción de los opuestos en el vaso hermético o bien en el agua (=lo inconsciente). (Del Trésor des trésorsca.1620-1650—, Ms. 975. Bibliothèque de l´Arsenal, París.) Figura 226 incluida enPsicología y alquimia.

Del mismo modo que en el mundo protestante y judío permanece inalterable la figura paterna, en la alquimia sin embargo, se mantuvo un principio femenino equiparable al masculino, de ahí que uno de los principales símbolos alquímicos femeninos fuese el vaso en el que se producían las transformaciones de la materia, o retorta.

Jung comenzó a comprender la esencia de la alquimia a través del texto alquímico chino que Richard Wilhelm le envió en 1928: «Goldene Blüte» o «El secreto de la Flor de Oro».

Le siguió por encargo a un librero de Múnich la «Artis Auríferae Volumina Duno» (1593). Sin embargo el acceso al complicado lenguaje e imaginería alquímicos se le resistía y lo dejaba por imposible. Llegaba a decir: «¡Dios mío!, ¡qué absurdo! Eso no hay quien lo entienda».

Hasta que se dio cuenta que predominaba el simbolismo en toda la disciplina, y recordando el célebre sueño en que quedaba atrapado en el siglo XVII, concluyó: «¡Sí, así es! Ahora estoy condenado a estudiar toda la alquimia desde el principio».

Continuó con el Rosarium philosophorum (1550), y decidió procurarse un diccionario explicativo con referencias cruzadas ante la utilización de expresiones diversas con un sentido que no acababa de comprender. Poco a poco llegó a entender el sentido de las expresiones alquímicas, lo cual le llevó más de una década. Terminó dándose cuenta, en definitiva, de que la psicología analítica concordaba con la alquimia, considerando su descubrimiento el equivalente histórico a la psicología del inconsciente.

De ello se extrae la existencia de un proceso de transmutación arquetípica que evoluciona durante los siglos, de ahí el Fausto de Goethe, o el mismo proceso de individuación en Jung. Se trata de un proceso suprapersonal, un «mundus arquetipus». Es precisamente a través de la alquimia como Jung se percató de que el inconsciente es un proceso dinámico, recíproco y bidireccional entre el yo y los contenidos de lo inconsciente, verificable a nivel individual, por los sueños y las fantasías, y a nivel colectivo, en los diversos sistemas religiosos y en la transmutación de sus símbolos.

En su obra «Psicología y alquimia» (1944) corrobora que su etapa de 1913 a 1917 se correspondía al «proceso de transmutación de la alquimia», y que la relación entre el simbolismo inconsciente y la religión cristiana se ejemplificaba con el concepto alquímico de «Lapis», la piedra, como figura paralela a Cristo, así como con el «aurum non vulgi» y con la «viriditas» de los alquimistas. Con ello verificaba Jung la existencia de un «Cristo alquímico», «anima mundi» o «filius macrocosmi», la inmanencia del «antropos» viviente en todo el mundo, «Cristo como unificación de materia espiritualmente viva y físicamente muerta».

En «Aion» (1951), plantea la figura histórica, el hombre Jesús. La mentalidad colectiva de la época o constelación arquetipal, la prefiguración del «antropos», se abatió sobre él; el hijo del hombre, o hijo de Dios, se enfrentaba al señor de este mundo. El hecho de que Jesús se convirtiera en el «salvador mundi» tuvo que ver con la suma de una proyección colectiva procedente de una constelación arquetipal histórica sobre «una personalidad de talla aventajada».

Ciervo y unicornio, que simbolizan el alma y el espíritu. (De Lambsprinck, Figuarae et emblemata, Fránckfor, 1678, figura III, I, p. 337.) Figura 240 incluida en Psicología y alquimia.

La desposesión individual y colectiva de toda autonomía e independencia espiritual en la época de César, encuentra su paralelismo en la masificación contemporánea, que también añora el regreso de un salvador, en este caso bajo la forma de «un hijo de la técnica», hallándose sus manifestaciones bajo la apariencia de la expansión mundial del fenómeno ovni, tal y como detalla en su obra de 1958 «Un mito moderno. De cosas que se ven en el cielo».

También observó Jung en la alquimia la «coniunctio», o «unificación», concepto paralelo al de transferencia, eje central tanto en psicoanálisiscomo en psicología analítica.

Su obra «Respuesta a Job» se encuentra ya contenida implícitamente en «Aion», al ser Job una prefiguración de Cristo, unidos por la idea del sufrimiento. El antagonismo de Dios, su ambivalencia, el lado oscuro y numinoso de la imagen de Dios, fundamenta la obra, a raíz del cuestionamiento de público y pacientes, y sin pretensión alguna de proclamar verdad metafísica alguna, a diferencia de lo que llegó a opinar lateología. Jung llegaría a decir «Algo se obstina en mí y no quiere ser el pez mudo». Existe (...) «la idea de la criatura que supera al creador por margen escaso pero decisivo».

Finalmente, su obra «Mysterium Coniunctionis» (1955-1956), se constituye en el culmen de la confrontación entre la alquimia y la psicología analítica. Vuelve a exponer el tema de la «transferencia», pero sobre todo realiza una síntesis final entre alquimia y psicología profunda.

Sólo con Mysterium Coniunctionis mi psicología se situó definitivamente en la realidad y se cimentó históricamente como un todo. Con ello mi tarea estaba terminada, mi obra hecha y concluida. En el instante en que logré mi objetivo accedí a los límites más extremos de lo para mí concebido científicamente, a lo trascendente, la esencia del arquetipo en sí, más allá de lo cual ya no es posible expresar nada más en el aspecto científico.
Carl Gustav Jung. Recuerdos, sueños, pensamientos.


Sombra (arquetipo)




Satán. Ilustración para el Paraíso perdido de John Milton. Gustave Doré, 1866.

La Sombra es uno de los arquetipos principales de lo inconsciente colectivo según la psicología analítica de C. G. Jung.


Concepto

Su autor utilizó este término de dos modos diferentes:

  1. Por un lado, se puede definir como la totalidad de lo inconsciente. Del mismo modo que Freud define inicialmente el inconsciente como todo aquello que cae fuera de la consciencia, Jung mantiene el mismo postulado adaptándolo a su propio corpus teórico, en el que el inconsciente tiene, además de la dimensión personal, una colectiva (inconsciente colectivo).
  2. En segunda instancia, Sombra designa al aspecto inconsciente de la personalidad, caracterizado por rasgos y actitudes que el Yo consciente no reconoce como propios.
Hasta Walt Disney utilizó el símbolo de la Sombra en
su dibujo animado "Peter Pan".

En este segundo sentido, la Sombra es la parte inferior de la personalidad, la suma de todas las disposiciones psíquicas personales y colectivas que no son asumidas por la consciencia por su incompatibilidad con la personalidad que predomina en nuestra psique. Estos contenidos rechazados no desaparecen, y cuando cobran cierta autonomía se constituyen en un agente antagonista del yo, que mina los esfuerzos de éste. Por otra parte, en la conciencia también se produce en ocasiones una sensación de desequilibrio, producida por la añoranza de aquello que no aceptamos o no sabemos encontrar en nosotros mismos: de ahí el carácter marcadamente ambivalente de lo inconsciente, que según los casos puede actuar tanto como recuerdo antagónico, que pone de manifiesto las carencias del yo consciente como en alivio compensatorio de esta misma insuficiencia.

A diferencia del Ánima y del Ánimus, arquetipos que tienen una identidad sexual complementaria a la del individuo, la sombra tiene la misma que éste.

En el nivel del inconsciente personal la sombra pertenece al Yo. En el nivel de lo inconsciente colectivo representa un arquetipo autónomo, y por tanto independiente del Yo fáctico.

Psicopatología

«Uno no alcanza la iluminación fantaseando sobre la luz sino haciendo consciente la oscuridad».

«Lo que no se hace consciente se manifiesta en nuestras vidas como destino».

Dado que la sombra representa nuestros impulsos más primitivos, nuestra faceta instintiva animal como sumatorio de todo nuestro pasado evolutivo, las dificultades vitales encontradas generalmente en hombres y mujeres pueden deberse:

  1. O bien a una omisión o supresión de la sombra, imposibilidad que degenera en una revuelta de aquello que se pretende eliminar.
  2. O por el contrario, y desde el otro extremo, a una identificación con el arquetipo, con lo que el Yo queda a merced de la tempestad de lo inconsciente como el resquebrajado muro de una presa ante el desbordamiento del embalse que pretende vanamente contener.

De ahí que como parte fundamental de toda analítica se retome la sana virtud de volver al punto medio entre dos extremos: en este caso, el devenir consciente de la sombra.

«La figura de la sombra personifica todo lo que el sujeto no reconoce y lo que, sin embargo, una y otra vez le fuerza, directa o indirectamente, así por ejemplo, rasgos de carácter de valor inferior y demás tendencias irreconciliables».

C. G. Jung, Bewusstsein, Unbewusstes und Individuation, Zentralblatt für Psychotherapie, 1939, pág. 265 y s.

«La sombra es...aquella personalidad oculta, reprimida, casi siempre de valor inferior y culpable que extiende sus últimas ramificaciones hasta el reino de los presentimientos animales y abarca, así, todo el aspecto histórico del inconsciente...Si hasta el presente se era de la opinión de que la sombra humana es la fuente de todo mal, ahora se puede descubrir en una investigación más precisa que en el hombre inconsciente justamente la sombra no sólo consiste en tendencias moralmente desechables, sino que muestra también una serie de cualidades buenas, a saber, instintos normales, reacciones adecuadas, percepciones fieles a la realidad, impulsos creadores, etc.».

C. G. Jung, Aion, 1951, pág. 379 y s.

La sombra se mostraría simbolicamente a través de representaciones tales como la serpiente, el dragón, los monstruos y demonios, entre otras muchas, y existiría tanto una sombra de carácter individual como una sombra colectiva.

Finalmente, y como consecuencia de lo expuesto, fundamentalmente derivado de la idea de la inclusión de los opuestos en la totalidad, Jung alude al Cristianismo como excepción irresuelta ante la problemática del mal:

La contraposición de lo luminoso y bueno, por un lado, y de lo oscuro y malo, por otro, quedó abandonada abiertamente a su conflicto en cuanto Cristo representa al bien sin más, y el opositor de Cristo, el Diablo, representa el mal. Esta oposición es propiamente el verdadero problema universal, que aún no ha sido resuelto.

C. G. Jung. Psicología y Alquimia, 1944, 21, § 22.








La Sombra




Nota al pie de página:


Retomando el tema de los arquetipos que iniciamos hablando de la sombra, hoy queremos acercarnos a la figura de otros elementos del subconsciente que Carl Gustav Jung denominó “Anima”, la mente femenina del hombre y equivalente al “Ánimus” o mente masculina de la mujer, UN TEMA ESENCIAL PARA COMPRENDER EN PROFUNDIDAD EL SMA

En la obra El banquete, Platón nos habla del mito griego del Andrógino. Según cuenta la leyenda, el hombre era perfecto y pleno ya que tenía la mitad del cuerpo hombre y la otra mujer. Eran redondos, con las extremidades dobles, dos caras y dos sexos y estaban unidos por el vientre como si fuesen siameses.

Al parecer su fuerza y vigor eran inmensos y comenzaron a confiarse y a desafiar a los dioses de forma que Zeus tuvo que poner cartas en el asunto. Como no quería destruirlos optó por otra vía: dividirlos en lo que hoy somos hombres y mujeres.

De ahí surgiría esa necesidad de encontrar nuestra “media naranja”, la persona del sexo femenino que “encaja” con nosotros, que nos complementa, y explicaría –en términos mitológicos, claro- el enamoramiento y la búsqueda constante del amor verdadero.

REDESCUBRIENDO LOS ARQUETIPOS

C.G. Jung, célebre discípulo de Freud de quien venimos escribiendo, quien crearía su propia escuela psicológica fuera del Psicoanálisis, descubrió en el curso de sus terapias e investigaciones que la gente tiene en su cabeza una serie de “fuerzas simbólicas innatas” equivalentes a conceptos, símbolos y personajes de cualquier tradición mítica de la humanidad –y eso explicaría de hecho el origen de dichas tradiciones-

Por ejemplo, en todas las culturas hay un arquetipo del Rey que cumple en todas las mismas funciones: alguien con derecho divino que viene a ser el Padre simbólico de todo el pueblo que de la misma forma que el propio impone obligaciones y castigos así como premios y reconocimiento. (¿Nos suena conocido lo que estamos viviendo en Venezuela?)

Pero ¿surgen bien los reyes por tradición, por un primer rey del cual se inspiraron el resto? ¿O más bien el arquetipo del rey está grabado de alguna forma en nuestros cerebros desde el momento de nacer?

Jung descubrió a miles de personas hablando de sueños en los que describían a la perfección mitologías de culturas distantes o antiguas con las cuales era IMPOSIBLE que dichas personas hubiesen podido tener contacto –hablamos de las primeras décadas del siglo pasado-

Así nace la teoría de los arquetipos, entre los cuales está el de la sombra, el personaje (nuestro ego) , el anima, el ánimus y cientos más que representarían distintos aspectos de nuestra psique y de la realidad –Por cierto, para Jung existe tanto el inconsciente propio como otro de tipo colectivo que explica por que TODOS manejamos los mismos arquetipos-

¿QUÉ REPRESENTA PARA UN HOMBRE SU ANIMA?

El Ánima es para un hombre la parte emocional, sensible, e intuitiva de su subconsciente. De la misma manera que en el símbolo del Ying y el Yang, todo Ying –femenino- Tiene una pequeña parte Yang y viceversa.

Los hombres son por naturaleza racionales y argumentativos, y suelen dejarse llevar por su naturaleza innata a analizarlo todo y no percibir el mundo con el corazón tal y como solemos hacer las mujeres, lo cual es un grave error, ya que equilibrar nuestras dos partes puede proporcionarnos grandes ventajas en muchos sentidos.

En la edad media hubo todo un culto al ánima dentro de la cultura caballeresca.(Leer biografía de la Reina Leonor de Aquitania y la historia de San Benito y Santa Escolástica, que aunque no eran "amantes" si eran "gemelos", y la mujer para ese siglo IV en el Cristianismo parece que valía, por eso de ella tomé el nombre de este blog). Para un noble era un deber encontrar una Dama a la que dedicar batallas y torneos a modo de ofrenda –nuestro ejemplo más cercano es Don Quijote y Dulcinea-.

Este tipo de admiración era SIMBÓLICA, ya que muchas veces la “dama” era la mujer de otro, una noble de más categoría o incluso la propia reina. Esto era aceptado ya que TODOS ENTENDÍAN EL VALOR SIMBÓLICO DE ESTO, y lo habitual era que además de tener una dama el caballero tuviese mujer o aventuras sexuales con cuantas mujeres gustase.

¿Cuál era el fondo de esto? Un caballero nacía por y para la guerra, aprendía desde niño a desarrollar su agresividad, su fuerza y su carácter y todo ese tipo de características masculinas propias de su profesión. Sin embargo eso no era suficiente, porque a veces TODAS ESAS CARACTERÍSTICAS NO SON SUFICIENTES.

Un guerrero también necesitaba OTRAS partes para sobrevivir: ser intuitivo para prever el peligro, tener lo que hoy se llama “inteligencia emocional” para evitar batallas y disputas innecesarias que se podrían evitar con diplomacia, ser compasivo con sus vasallos para tenerlos siempre de su lado…Todo esto se conseguía ARMONIZANDO SU ANIMA, SU LADO FEMENINO.

El caso contrario, un Anima mal armonizada podría ser la típica imagen del tirano o el malo de película de acción: alguien demasiado despiadado, cruel, codicioso, obsesivo, que ve conspiraciones donde no las hay y que sin embargo es tan idiota para no ver las autenticas conspiraciones –muchas de ellas por parte de secuaces femeninas y secuaces que se pasan al lado de los “buenos”

Hay que revisar el ánima y ánimus de nuestros políticos y políticas que creen que colocando el género femenino de manera ridícula e incorrecta en todos los discursos, solventan la manifiesta masculinidad de sus mujeres y la femineidad de sus hombres, aun militares de voz gruesa o mujeres de larga cabellera.


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