Casa de la Estrella. Donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830.

Casa de la Estrella. Donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830.
Casa de la Estrella, ubicada entre Av Soublette y Calle Colombia, antiguo Camino Real donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830, con el General José Antonio Páez como Presidente. Valencia: "ciudad ingrata que olvida lo bueno" para el Arzobispo Luis Eduardo Henríquez. Maldita, según la leyenda, por el Obispo mártir Salvador Montes de Oca y muchos sacerdotes asesinados por la espalda o por la chismografía cobarde, que es muy frecuente y característica en su sociedad.Para Boris Izaguirre "ciudad de nostalgia pueblerina". Jesús Soto la consideró una ciudad propicia a seguir "las modas del momento" y para Monseñor Gregorio Adam: "Si a Caracas le debemos la Independencia, a Valencia le debemos la República en 1830".A partir de los años 1950 es la "Ciudad Industrial de Venezuela", realidad que la convierte en un batiburrillo de razas y miserias de todos los países que ven en ella El Dorado tan buscado, imprimiéndole una sensación de "ciudad de paso para hacer dinero e irse", dejándola sin verdadero arraigo e identidad, salvo la que conserva la más rancia y famosa "valencianidad", que en los valencianos de antes, que yo conocí, era un encanto acogedor propio de atentos amigos...don del que carecen los recién llegados que quieren poseerlo y logran sólo una mala caricatura de la original. Para mi es la capital energética de Venezuela.

domingo, 9 de diciembre de 2012

José Napoleón Oropeza dejó vuelta mierda por sus pasiones personales el Ateneo de Valencia y sin mucho problema ganó un merecido premio por su novela cubano-santera-Reynaldo Arenas, donde se suelta el moño de su verdad esencial, y ahora en la pacata Valencia, escribe sin censuras en el más godo de los periódicos valencianos...Napoleón jodió a todo el mundo y se burló de la Sociedad Valenciana como quiso...Enhorabuena. lo lograste. Escribe ahora sobre Monseñor Montes de Oca, que tú sabes bien cómo ganarle a los valencianos, que llevaron a la muerte al excelente Obispo de esta ciudad tan de doble moral...y nulidades engreídas.


El Carabobeño 09 diciembre 2012

Los pasos insondables de un educador

 José Napoleón Oropeza
Quien visite la sede de YMCA en Valencia, situada en el sector La Guacamaya, quedará impresionado por la belleza y amplitud de sus espacios conformada por aulas para todos los niveles de educación inicial, primaria y secundaria, piscina semiolímpica, comedores para los alumnos y docentes, salas de reuniones, bibliotecas. 
Una senda de altos chaguaramos parecieran albergar el sueño de un hombre que hizo posible la transformación de miles de metros de terreno baldío, en un espacio hermoso: Elías David Polo. 
Hombre de un gran talento para la gerencia educativa, y promotor empresarial, por excelencia, Elías David Polo se mantuvo al frente de la institución por más de cuarenta y cuatro años, desde el día 2 de marzo de 1964 hasta su muerte, ocurrida el 28 de agosto de 2010. Día a día, a cada instante, trabajó para transformar la sede de la YMCA en un jardín de usos múltiples, un escudo para la defensa de los valores educativos y sociales, siempre en favor del crecimiento y formación de niños y jóvenes de los estratos sociales más humildes. 
Elías David Polo, líder indiscutible de la YMCA Valencia, logró aglutinar en torno a la idea de conformar una gran institución para Carabobo y Venezuela, a centenares de empresarios de esta tierra de gracia, Oscar Römer, Bruno Bortesi, Eugenio Mendoza, Emiliano Azcunes, Henrique Salas Römer, entre muchos otros; al bienestar, sonrisa y felicidad de los niño. Estos verdaderos paladines del voluntariado social, se unirían a la gran cruzada de este gran hombre que se llamó Elías David Polo. (...) 
Venciendo, con su voluntad de trabajo, las dificultades de tener que desplazarse de un sitio a otro, de una ciudad a otra, en una silla de ruedas a la cual quedará unido, como un punto oscuro en su destino, desde la noche del 24 de febrero de 1974, al ser tiroteado por unos hampones y quedar paralítico, hasta su muerte, Elías David no se sentía disminuido. De vez en cuando prometía caminar, “mañana, mañana”, mientras, día a día, tejía los hilos de una de las grandes empresas educativas de Venezuela. (...) 
De pies alados
Cuando quien suscribe estas líneas empezaba su carrera docente en la Universidad de Carabobo, a los veintiún años, conoció a Elías David Polo. Corría el año 1972. Elías David fue un alumno brillante en las aulas de la Escuela de Educación de la Universidad de Carabobo. Parecía tener los pies alados. Caminaba muy rápido. Casi suspendido en el aire. Comenzaba a ser funcionario en la YMCA, guiado por Hernán Romero, uno de los grandes líderes en educación deportiva en Venezuela, desde la YMCA Caracas. 
De aquellos hermosos años quedó la imagen de que Elías David tenía los pies alados. El resto es historia. Instantes. La sonrisa de los niños estimulándolo para convertir a la YMCA Valencia en un “arca de sueños”. Así titularíamos el libro que me propuso escribir sobre la historia de esta institución. Sueño cuya escritura fue interrumpida por su muerte y que, quizá, muy pronto reanudaremos. 
Los pasos victoriosos 
Tras el fallecimiento de Elías David Polo, su hijo Elías Alejandro, fue designado por la Junta Directiva como director. Elías Alejandro, economista, ha asumido el cargo con un tesón y una fuerza de voluntad que nos recuerda a la de su antecesor. Ha logrado mantener, de manera brillante, sumamente acertada, no sólo la sede de YMCA en todo su esplendor, sino también sus programas pilotos. Y ha creado  la Estudiantina y la Plaza Victoria, inaugurada el lº de noviembre, cuando se dio inicio a la amplia programación para celebrar los primeros cincuenta años de YMCA Valencia. 
La plaza Victoria, situada a la entrada de la sede, justo frente al amplio estacionamiento, fue diseñada por el reconocido artista Rolando Quero. Consta de ochenta metros cuadrados, y dispone de caminerías de granito que conducen a ella. Jazmines e isoras de diversos colores parecieran conformar un espacio donde se unen cielo y tierra. Al fondo, se levanta una pared de treinta metros de alto. Termina en un borde que asemeja nubes.
Una base de mármol se ofrece para que el espectador dialogue, otra vez, con Elías David Polo, inmortalizado por el artista Quero en una hermosa pieza, titulada "Los pasos insondables". En ella Elías David Polo vuelve a la vida otra vez. De pie, junto a la silla de ruedas en la cual se desplazó más de veinte años, con la mirada fija en el horizonte y dibujando una leve sonrisa, la misma que él supo entregar como lección de vida. 
El artista Rolando Quero, con su pieza fantástica, sumamente poética, ha logrado más que una escultura, una instalación llena de luz, plena de resonancias y de encuentros: Elías David Polo ha retornado a completar su obra, con su presencia eterna en el milagro que tejió con el nombre de YMCA. (...) 
Los pasos insondables, dentro de su género, constituye una pieza verdaderamente hermosa, magistral y única en el acabado poético de su tema y forma. En ella, Elías David Polo nos mira y sonríe. Como señalamos anteriormente, el artista lo concibió de pie, junto a su silla de ruedas, que roza con su mano izquierda, de manera leve. Tal gesto pareciera anudar el impulso a caminar, A dar un paso, y otro. Y otro. Nubes y luz que ilumina el rostro del hombre que sonríe, invitan a seguir su caminata próxima. La poesía cierra la imagen fantástica en ese gesto. En la invitación a caminar. Los pies cobran alas, otra vez. 
Acaso Elías David Polo ha cumplido su palabra de levantarse de la silla y caminar mañana, mañana. O simplemente nos invita a subir los escalones y seguir sus pasos, sus insondables pasos que disuelven el concepto de amanecer o noche.

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