La historia como corruptela
Luis Cubillán Fonseca
Cualquier persona que se desplace hacia el Campo
de Carabobo, verá al pasar cerca del Cementerio
Municipal de Valencia, un mojón de concreto sobre
una colina; ese es el símbolo de la historia como
corruptela, de la historia que ha pretendido el régimen
que no le ha bastado con destruir el país, sino que
también lo ha hecho con toda la fuerza contra
los símbolos. Pretendieron que el régimen sería
inolvidable por haber llevado al país al trasnochado
socialismo, sistema ya trasbocado por todos los
pueblos cultos del mundo, pretenden que permanezca
como una trampa agarra bobos, pero ya los pueblos
se van dando cuenta y se alejan del sistema como
quien se aleja de un apestoso.
El mojón referido, es lo que queda de una que fue
estatua del héroe José Antonio Páez. Héroe no
nacido en Valencia, pero residenciado aquí donde
pasó los días más felices de su vida. Aquí
su amigo Pedro Castillo, le había decorado su
residencia, con las imágenes de sus triunfos, de sus
batallas, de sus paisajes, y de los nombres de sus
soldados, de sus subalternos, que vieron con
bastante orgullo que sus nombres no habían sido
tirados al olvido. La Casa del General Páez,
es uno de los monumentos más importantes del país,
allí además de toda la historia que guardan sus muros,
también ha transcurrido la Historia de Valencia, por
inspiración del Obispo Monseñor Gregorio Adam,
la casa fue comprada por el Gobierno, para dedicarla
a ser casa de la historia, de la cultura. No podemos
hablar de esa mansión sin mencionar a Don Luis
Ovalles Urriola, quien por lo menos en el siglo
XX fue su permanente custodio, ¡Personaje muy
querido de Valencia! cualquier día de estos; le
dedicaremos un artículo completo, que siempre
será corto para la labor sin comparación que desplegó
Luis Ovalles Urriola, en la conservación y mantenimiento.
Páez es el héroe de Valencia, ni siquiera en su tierra
nativa es tan recordado como en Valencia.
Volviendo al mojón lastimoso, es el resto de una estatua
en bronce ideada por Andrés Pérez Mujica,
nuestro máximo escultor, que fue destruida,
simplemente porque una vez vino a Valencia el señor
Chávez, que en paz descanse, en el lugar que le
hayan merecido sus hechos terrenos, y comenzó una
diatriba contra el máximo militar venezolano, el
artífice del triunfo de Carabobo, y si triunfó en
Carabobo tal como lo dijo Bolívar, continúa siendo
el Jefe de la llanura y el representante de la
venezolanidad. Se supo que el héroe del 4 de
febrero, proyectó sacar a Páez del Panteón
Nacional, y ante la imposibilidad moral de hacerlo,
optó por hacer un galpón, de garaje de latonería y
simil alpargata, verdadero camastrón, que costó
todo el dinero del mundo, para separar a Bolívar de
sus Generales. Chávez concibió a Páez como
un enemigo del Libertador, y se equivocó de
plano, Páez fue el venezolano que consiguió sumar
el bravo pueblo a la Independencia, guerra que
venía siendo como un juego hecho por los
muchachos de la burguesía, aristócratas, de uña
en el rabo. Si no hubiese sido por Páez, un Negro
Primero, jamás hubiese entrado en las filas de
los libertadores venezolanos. Páez no compartió
el proyecto de Miranda, -pues la Gran Colombia
fue proyecto de Miranda-, Miranda, si, aquel
que entregaron a Monteverde, para que muriese
en la Carraca. Los regímenes no son eternos,
y menos aquellos cuyas bases morales están
corroídas por la corrupción y la corruptela de
la historia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario