Casa de la Estrella. Donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830.

Casa de la Estrella. Donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830.
Casa de la Estrella, ubicada entre Av Soublette y Calle Colombia, antiguo Camino Real donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830, con el General José Antonio Páez como Presidente. Valencia: "ciudad ingrata que olvida lo bueno" para el Arzobispo Luis Eduardo Henríquez. Maldita, según la leyenda, por el Obispo mártir Salvador Montes de Oca y muchos sacerdotes asesinados por la espalda o por la chismografía cobarde, que es muy frecuente y característica en su sociedad.Para Boris Izaguirre "ciudad de nostalgia pueblerina". Jesús Soto la consideró una ciudad propicia a seguir "las modas del momento" y para Monseñor Gregorio Adam: "Si a Caracas le debemos la Independencia, a Valencia le debemos la República en 1830".A partir de los años 1950 es la "Ciudad Industrial de Venezuela", realidad que la convierte en un batiburrillo de razas y miserias de todos los países que ven en ella El Dorado tan buscado, imprimiéndole una sensación de "ciudad de paso para hacer dinero e irse", dejándola sin verdadero arraigo e identidad, salvo la que conserva la más rancia y famosa "valencianidad", que en los valencianos de antes, que yo conocí, era un encanto acogedor propio de atentos amigos...don del que carecen los recién llegados que quieren poseerlo y logran sólo una mala caricatura de la original. Para mi es la capital energética de Venezuela.

sábado, 21 de noviembre de 2015

Maduro sigue el ejemplo del muerto, que cada vez que vino a Valencia nos insultó, alguna vez nos dijo cobardes. Yo le escribí por estas mismas páginas y columna que viniera a Valencia, que Oswaldo Feo Caballero, ya de edad provecta, le cruzaría la cara con dos fuetazos que le tenía ofrecidos. Oswaldo y toda la ciudad lamentamos la destrucción del Escudo de Armas de Valencia para cambiarlo por una estupidez gráfica que jamás tuvo explicación, el himno fue cambiado por un valsecito bolsa que le compusieron a Pérez Jiménez para que pudiera bailar, lo único que sabía.

El Cojo Celli

Luis Cubillán Fonseca
Notitarde 20 de noviembre del 2015 (Trinchera)

Las venidas de Maduro a Valencia son siempre abusivas, tristes y ridículas. En la última venida, -y ojalá que sea en verdad la última-, viene en plena campaña electoral a repartir semiranchos. Dragoneando los votos que sabe perdidos porque sus medidas son las peores del mundo. Le quiere hacer creer a la gente ¡que sudar en una cola es bueno! y que ciertos personajes vinculados o no con él, pues de todo hay: sobrinos de teta, sobrinos de cuido, sobrinos de amistad, de conveniencia, de por un rato, de todas las edades, de tíos, de bragueta, etc... El señor “Pelo” los justifica diciendo que son mayores de edad y fuera de la responsabilidad de sus padres, padrastos, tiastros, hermanastros cuñadrastros, etc… (Maduro, ¿quién ordenó darles pasaportes diplomáticos? ¿Acaso trabajan con la ministrica? Además dijo que la Fiscalía gringa los había secuestrado). 
Maduro sigue el ejemplo del muerto, que cada vez que vino a Valencia nos insultó, alguna vez nos dijo cobardes. Yo le escribí por estas mismas páginas y columna que viniera a Valencia, que Oswaldo Feo Caballero, ya de edad provecta, le cruzaría la cara con dos fuetazos que le tenía ofrecidos. Oswaldo y toda la ciudad lamentamos la destrucción del Escudo de Armas de Valencia para cambiarlo por una estupidez gráfica que jamás tuvo explicación, el himno fue cambiado por un valsecito bolsa que le compusieron a Pérez Jiménez para que pudiera bailar, lo único que sabía.
Maduro es ignorante de la historia de Valencia, él no sabe quién fue el Cojo Celli y por eso le quita el nombre de este civil ilustre que trabajó y sufrió por la ciudad y por la democracia en pleno siglo XX, cuya memoria guardan los valencianos, mejor dicho los carabobeños, de un ser humano entregado a la lucha civil por dejarnos una Patria cada vez mejor. Maduro, como que no hubiesen más avenidas en Venezuela, lo borra para ponerle el nombre de un personaje dudoso, lo que dice el General Páez sobre el Negro Primero, o sea el señor Pedro Camejo; son unas pinceladas jocosas, lo del grito de vengo a decirle adiós porque estoy muerto es una pendejada que le inventó Blanco para darle movimiento romántico al libro, porque al llanero Páez, durante este régimen “empolvado” le han caído a patadas: la estatua que miraba hacia el Campo de Carabobo, los niños del régimen -patriotas cooperantes- la destruyeron porque al tiranito de Miraflores no le gustaba.
Entonces uno se pregunta: Si a Páez, que hizo la República, los chavistas lo han maltratado tanto, ¿qué queda para los civiles que también, y en su capacidad, dieron una patria libre? Sacaron al antepenúltimo militar ladrón de Miraflores.
Es lógico que Maduro no sepa quién fue el Cojo Celli, simplemente porque él no es de aquí. Tampoco puede saber quién fue Henry Ford, porque él y su larga familia (que largará como el tuqueque diciendo que no son familia, aunque pone el fundillo en los carros más lujosos del mundo) no saben quién hizo que los carritos llegaran al pueblo. En estos días ante de las elecciones, Maduro repartirá unos carros chinos, se sobreentiende que es una medida inmoral, pues cada carro que entregue, significará un eslabón más a la cadena que nos amarra con el imperio chino.

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