Casa de la Estrella. Donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830.

Casa de la Estrella. Donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830.
Casa de la Estrella, ubicada entre Av Soublette y Calle Colombia, antiguo Camino Real donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830, con el General José Antonio Páez como Presidente. Valencia: "ciudad ingrata que olvida lo bueno" para el Arzobispo Luis Eduardo Henríquez. Maldita, según la leyenda, por el Obispo mártir Salvador Montes de Oca y muchos sacerdotes asesinados por la espalda o por la chismografía cobarde, que es muy frecuente y característica en su sociedad.Para Boris Izaguirre "ciudad de nostalgia pueblerina". Jesús Soto la consideró una ciudad propicia a seguir "las modas del momento" y para Monseñor Gregorio Adam: "Si a Caracas le debemos la Independencia, a Valencia le debemos la República en 1830".A partir de los años 1950 es la "Ciudad Industrial de Venezuela", realidad que la convierte en un batiburrillo de razas y miserias de todos los países que ven en ella El Dorado tan buscado, imprimiéndole una sensación de "ciudad de paso para hacer dinero e irse", dejándola sin verdadero arraigo e identidad, salvo la que conserva la más rancia y famosa "valencianidad", que en los valencianos de antes, que yo conocí, era un encanto acogedor propio de atentos amigos...don del que carecen los recién llegados que quieren poseerlo y logran sólo una mala caricatura de la original. Para mi es la capital energética de Venezuela.

jueves, 19 de octubre de 2017

UNA VEZ MÁS VENEZUELA PECA DE INGENUA


martinoticias.com | 18/10/2017 | Web del Frente Patriótico
Dicen que el hombre es el único ser humano que tropieza dos veces con la misma piedra.
Los venezolanos lo han hecho varias veces en el curso de su historia, pero nunca tan seguido como después de la ascensión al poder de Hugo Chávez, quien trajo consigo planes específicos para apoderarse indefinidamente de esa nación y sus riquezas.
Chávez se entregó con toda su alma a lo que le dictaba Fidel Castro, a quien sirvió hasta su muerte en los proyectos de adueñarse de Venezuela.
El pueblo venezolano, ingenuamente, tomó parte en un plebiscito y en elecciones hechas por Chávez, quien quiso dar un tinte de democracia a las maniobras que acaparaban y compartían el patrimonio de la nación con el gobierno cubano.
Ningún cabo quedó suelto en las operaciones de robo de los chavistas. La fuerza armada, especialmente los altos oficiales recibieron constantes alzas en sus sueldos y numerosas prebendas que los dejaron atados a los planes del gobierno.
Pero donde se vio la previsión a futuro para la continuidad del chavismo, fue en la manipulación de las máquinas de votación.
Una y otra vez se ha advertido que las máquinas están arregladas para alterar los resultados electorales.
El comandante cubano Ramiro Valdés personalmente viajó a Caracas en febrero del 2010 invitado por Chávez, quien explicó que era para asesorar y buscar solución al problema energético que sufría el país: “Ellos (los cubanos) lo han tenido (el problema eléctrico) muy grave en otras épocas (…) Está con nosotros al frente de esa comisión uno de los héroes de la revolución cubana, el comandante Ramiro Valdés…”
Pero el problema era que precisamente el manejo de la energía eléctrica en Cuba era y es un desastre. Los cubanos tenían (y tienen) “apagones”, la mayoría del tiempo están sin luz y lo extraño es que tengan energía. ¿Entonces, qué podía enseñar Valdés de electricidad a los venezolanos?
A lo que fue realmente fue Valdés a Venezuela era para manipular las máquinas de votación y dejarlas listas para futuras consultas electorales.
En agosto de este año Smartmatic, la empresa encargada del recuento de votos en Venezuela, denunció que hubo “manipulación” del dato de participación en las elecciones a la Asamblea Nacional Constituyente. Su consejero delegado, Antonio Múgica realizó esas declaraciones en una rueda de prensa celebrada en Londres, después de que las autoridades electorales cifraran el número de votantes en 8,1 millones de personas.
Smartmatic explicó que gracias a la existencia de un “robusto sistema automatizado de votación” se pudo saber que “sin lugar a dudas, en las pasadas elecciones de la Asamblea Nacional Constituyente, hubo manipulación del dato de participación”.
“Una auditoría permitiría conocer la cifra exacta de participación. Estimamos que la diferencia entre la cantidad anunciada y la que arroja el sistema es de al menos un millón de electores”, agregó la compañía.
Esa firma ha sido la encargada de proporcionar la plataforma tecnológica de votación y servicios para las elecciones en Venezuela desde 2004, incluyendo la polémica elección de agosto para la Asamblea Constituyente.
Hoy “el trabajo” de Ramiro Valdés sigue dando sus frutos en las elecciones regionales.
El Consejo Nacional Electoral anunció “tendencias irreversibles” en 22 de los 23 estados. Aseguró que el chavismo ganó 17 gobernaciones, 5 la oposición y una permanece en disputa.
La opositora MUD denunció que el régimen manipuló los resultados.
Un Maduro eufórico incluso quiere apropiarse de todo y advierte que la Asamblea Constituyente hará una auditoria del proceso electoral “a ver si no sacamos también esas 5 gobernaciones”.


Alexis Alzuru: Constituyente y conspiración
Oct 2, 2017 7:01 am
La salida de Maduro se perfila como un proceso sin elecciones. Una fase que obligará a tejer pactos inesperados. Alianzas que para muchos resultan desagradables siquiera imaginarlas; pues transitoriamente la oposición estaría obligada a compartir el poder con militares chavistas. Sin embargo, esa elasticidad política se justificará porque está en juego no sólo el rescate de la democracia sino evitar que Venezuela se convierta en la otra Cuba de América Latina. Por cierto, ese ciclo habrá que procurarlo pronto; antes de que el gobierno gane oxígeno. Sobre todo, antes de que desde la constituyente quienes conspiran contra la nación terminen de calzarla con el comunismo cubano.
Las prioridades cambiaron con la Constituyente. Si hasta abril el asunto era presionar la salida Constitucional y negociada del gobierno, ahora el foco es evitar que la nación se convierta en pieza clave de la política internacional cubana. Propinarle un golpe al sector pro-cubano que hoy monopoliza el poder es la misión que tiene cabida en este momento. Desterrados los cubanos habrá que negociar la vuelta a la democracia. Por supuesto, para avanzar en esa dirección urge redefinir la visión, fines, procedimientos y alianzas de la oposición; lo cual es un asunto complejo en sí mismo. Por eso, resulta un derroche de tiempo, recursos, expectativas y emociones participar en elecciones.
La legitimidad de la Constituyente son las armas y su finalidad rebasa la reforma de la Constitución. La Constituyente es el marco en el que se concreta la mayor conspiración contra Venezuela. En esa Asamblea se realiza el endoso de la república al trabajo que Cuba realiza en la región; una labor que tiene objetivos de largo alcance. Todo sugiere que ese programa tiene carácter continental y, en especial, subregional. Además, hay datos suficientes que sugieren que los cubanos no operan solos. Esa isla sería la punta de lanza de un proyecto en el que estarían involucrados Rusia, Irán, Turquía y Siria, entre otros; y, por supuesto, los grupos ilegales que esa alianza utiliza para conseguir el dinero ilícito que necesita para financiar sus actividades trasnacionales.
La envergadura del proyecto en el cual el gobierno de Maduro está asociado explica que las decisiones sobre el destino del país se tomen en la Habana, no en Caracas. Ese mismo hecho explica el protagonismo y el poder que tienen los militares chavistas procubanos. Después de todo, son ellos quienes a sangre y fuego deben garantizar la ejecución y la obediencia de los planes que se pactan en Cuba. Los civiles oficialistas igual tienen su papel en esta trama. Este grupo se encarga del costado comunicacional que los militares no saben administrar: Simular, engañar y confundir con sofismas. De hecho, es lo que realizan con el dialogo que convocaron en R. Dominicana. Con el cual buscan ganar un poco de legitimidad; pero en especial desean tiempo, porque quienes conspiran saben que la anexión del país al proyecto cubano debe hacerse irreversible.  
La oportunidad para retirar a Venezuela del ajedrez cubano dependerá de la velocidad y la audacia que se tenga para tramitar que la salida de Maduro era un problema civil exclusivamente hasta hace seis meses. Pero el escenario cambió con la Constituyente. En el presente y en el futuro, cualquier cambio político que se pretenda promover será una cuestión que deberán decidir los militares antes que los civiles. Ahora bien, en este país todos sabemos que en los cuarteles la mayoría de los militares son chavistas. Sin embargo, también es razonable presumir que muchos serán chavistas pero no pro-cubanos. Con esos sectores es que debe realizarse el trabajo político. Si la prioridad es zafar a Venezuela del proyecto que ejecuta Cuba entonces habrá que entenderse con el militarismo anti-castrista. Sin el consentimiento y las armas que estos sectores tienen hoy la salida de Maduro no podrá producirse.
Colocarle punto final al dominio que Cuba tiene de Venezuela no será un objetivo fácil de lograr, entre otras cosas porque Castro no negociará su proyecto. Corresponde obligarlo a retirarse. Habrá que sacarlo a empujones o por la fuerza porque Cuba es la piedra de tranca para recomponer la vida de la república.

Alexis Alzuru.

@aaalzuru

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