La campaña televisiva fue desequilibrada
Tres expertos de la comunicación -Elizabeth Safar, Antonio Pasquali y Oscar Lucién- califican cómo fue la campaña electoral -que se termina oficialmente mañana- para elegir al sucesor de Hugo Chávez Frías en la Presidencia de la República Bolivariana de Venezuela.
SIMÓN VILLAMIZAR | EL UNIVERSAL
miércoles 10 de abril de 2013 09:10 AM
Desequilibrada. El adjetivo le sirve a tres expertos de la comunicación -Elizabeth Safar, Antonio Pasquali y Oscar Lucién- para calificar sin remilgos cómo fue la campaña electoral -que se termina oficialmente mañana- para elegir al sucesor de Hugo Chávez Frías en la Presidencia de la República Bolivariana de Venezuela. Desequilibrada. Pero también "breve", "desproporcionada", "insultante" y hasta "violadora" de la Constitución Nacional.
"Es obvio que la campaña se desarrolló bajo un desequilibrio extremo", dice Oscar Lucién sin pensarlo dos veces.
"Y es bastante notoria la inactividad del Consejo Nacional Electoral en el cumplimiento del mandato constitucional, que tiene que garantizar unas elecciones equilibradas. Sobre todo, es notoria la desproporción en la utilización de todo el aparato comunicacional del Estado en la propaganda del candidato de gobierno frente a las demás candituras presidenciales", agrega Lucién, quien forma parte del Instituto de Investigaciones de la Comunicación (Ininco).
Y no se refiere Lucién únicamente a la cobertura que ha hecho el canal del Estado, Venezolana de Televisión, sino al andamiaje comunicacional construido en 14 años de régimen chavista, y que ha activado las señales de Vive TV, el canal de la Asamblea Nacional, Ávila TV, TvEs y hasta Telesur, al servicio de la candidatura de Nicolás Maduro a la Presidencia.
"Y esto tiene dos componentes. El primero es una violación al artículo 13 de la Ley contra la Corrupción, que establece que el funcionario que, utilizando bienes públicos, favorece una candidatura se pone al margen de la ley. Es decir que esa infracción no se resuelve con una multa o una amonestación, sino que es un delito que tiene privativa de libertad y prisión de seis a cuatro años, según el artículo 54. Y el segundo: viola el artículo 145 de la Constitución Nacional, que consagra que los funcionarios públicos se deben al Estado y no a una parcialidad política".
¿Ejemplos? Hay muchos, según Elizabeth Safar. "Pero sólo citaré los más recientes. A la fecha, la organización no gubernamental Monitoreo Ciudadano ha contabilizado 8 horas, 52 minutos, 59 segundos de cadenas impuestas por Maduro al país, para pasar su mensaje electoral, violando todas las disposiciones legales existentes. Salvo el rector Díaz, las cuatro rectoras integrantes del Consejo Nacional Electoral han desconocido, ninguneado y subestimado tan graves violaciones a la Constitución y las leyes".
Y ello, agrega Safar, pese a la denuncia de Monitoreo Ciudadano, Espacio Público, la Alianza por la Libertad de Expresión y Provea, por solo mencionar las que han venido denunciado sistemáticamente los abusos gubernamentales y la complicidad de los poderes públicos en dichos abusos".
Que Globovisión, la única planta televisora con orientación anti-chavista que existe en país tras la salida del aire de RCTV, incurre en el mismo hecho -pero del lado opositor, se entiende-, a Antonio Pasquali no parece quedarle duda. Pero de inmediato matiza su respuesta.
"La polarización, desde luego, también alcanzó los medios, y en medida preponderante los medios gubernamentales que siguen la linea impuesta por Chávez de ningunear al 'enemigo'. En este sentido, Globovisión, la privada, la enemiga, la que tiene muchas espadas de Damocles en la cabeza, se condujo con criterios de 'servicio público' mucho más que las emisoras del régimen; se refirió más tiempo, y en tonos no insultantes, al candidato del Gobierno de como lo hicieron las gubernamentales con el candidato de la oposición. Sí, desempeñó un rol de contrapeso, como le tocaba, pero con más civilismo y menor carga de odio que los canales del Estado", apunta el comunicólogo, que asegura que el asunto es que en Venezuela el impacto de la televisión sigue siendo muchísimo más poderoso que, incluso, el que han alcanzado en los últimos años redes sociales como Twitter o Facebook.
"Lo cual, dicho sea de paso, es un preciso indicador de atraso tecnológico", advierte Pasquali. Porque "fue Chávez", insiste él, "con sus relojes atrasados, el que se encargó de reflotar la TV en los años en que ésta entraba en decadencia en el mundo entero, al gobernar por TV, al comparecer ante ella a un increíble promedio de 56 minutos diarios y al imponer unas 2.000 cadenas nacionales. El atraso tecnológico acumulado por el chavismo es colosal en todos los campos de la actividad comunicacional; pero tampoco debemos exagerar el rol de las redes sociales electrónicas, hay en ellas un importante componente de moda pasajera que otras tecnologías remplazarán pronto", advierte el autor de libros como Comprender la comunicación.
"En el modelo político-autoritario heredado, Conatel, la Comisión Nacional de Telecomunicaciones adscrita a la Vice-Presidencia de la República, sigue actuando como una institución del Poder Ejecutivo y, para ser más precisa, de la Presidencia de la República, que se maneja discrecionalmente, castiga a los que no están de rodillas ante el Gobierno, impone la censura y presiona para que medios y periodistas se autocensuren. La sola existencia de las disposiciones que obligan a todos los medios de radio y televisión a encadenarse a la voz única del Gobierno y del partido de gobierno, es de por sí una imposición de censura porque prohíbe que el ciudadano haga uso del derecho consagrado en el artículo 58 de la Constitución de la República que reza: "la comunicación es libre y plural".
Las prácticas autoritarias también prohíben a los medios radiotelevisivos cumplir con la programación que ofrecen a la ciudadanía, violan el principio de la libertad de trabajo, y permiten el uso de la ley en su más pura forma punitiva. Las multas, suspensiones, la no renovación de las concesiones, la exclusión de la pauta de publicidad gubernamental, el decomiso de equipos, etc, por no hablar del acoso y persecución y agresión de que han sido objeto periodistas y medios, representan ejemplos suficientemente documentados a lo largo de todos estos años.
El tema de las cadenas es particularmente importante en momentos electorales, pues Conatel actúa tal como el Consejo Nacional Electoral: "Si lo vimos no nos damos por enteradas" frente a la violación de las disposiciones del propio ente electoral con respecto al tiempo de propaganda en los medios, y el grosero ventajismo del presidente encargado, que hace campaña y encadena los medios estatales para imponer su ideología".
"Es obvio que la campaña se desarrolló bajo un desequilibrio extremo", dice Oscar Lucién sin pensarlo dos veces.
"Y es bastante notoria la inactividad del Consejo Nacional Electoral en el cumplimiento del mandato constitucional, que tiene que garantizar unas elecciones equilibradas. Sobre todo, es notoria la desproporción en la utilización de todo el aparato comunicacional del Estado en la propaganda del candidato de gobierno frente a las demás candituras presidenciales", agrega Lucién, quien forma parte del Instituto de Investigaciones de la Comunicación (Ininco).
Y no se refiere Lucién únicamente a la cobertura que ha hecho el canal del Estado, Venezolana de Televisión, sino al andamiaje comunicacional construido en 14 años de régimen chavista, y que ha activado las señales de Vive TV, el canal de la Asamblea Nacional, Ávila TV, TvEs y hasta Telesur, al servicio de la candidatura de Nicolás Maduro a la Presidencia.
"Y esto tiene dos componentes. El primero es una violación al artículo 13 de la Ley contra la Corrupción, que establece que el funcionario que, utilizando bienes públicos, favorece una candidatura se pone al margen de la ley. Es decir que esa infracción no se resuelve con una multa o una amonestación, sino que es un delito que tiene privativa de libertad y prisión de seis a cuatro años, según el artículo 54. Y el segundo: viola el artículo 145 de la Constitución Nacional, que consagra que los funcionarios públicos se deben al Estado y no a una parcialidad política".
¿Ejemplos? Hay muchos, según Elizabeth Safar. "Pero sólo citaré los más recientes. A la fecha, la organización no gubernamental Monitoreo Ciudadano ha contabilizado 8 horas, 52 minutos, 59 segundos de cadenas impuestas por Maduro al país, para pasar su mensaje electoral, violando todas las disposiciones legales existentes. Salvo el rector Díaz, las cuatro rectoras integrantes del Consejo Nacional Electoral han desconocido, ninguneado y subestimado tan graves violaciones a la Constitución y las leyes".
Y ello, agrega Safar, pese a la denuncia de Monitoreo Ciudadano, Espacio Público, la Alianza por la Libertad de Expresión y Provea, por solo mencionar las que han venido denunciado sistemáticamente los abusos gubernamentales y la complicidad de los poderes públicos en dichos abusos".
Que Globovisión, la única planta televisora con orientación anti-chavista que existe en país tras la salida del aire de RCTV, incurre en el mismo hecho -pero del lado opositor, se entiende-, a Antonio Pasquali no parece quedarle duda. Pero de inmediato matiza su respuesta.
"La polarización, desde luego, también alcanzó los medios, y en medida preponderante los medios gubernamentales que siguen la linea impuesta por Chávez de ningunear al 'enemigo'. En este sentido, Globovisión, la privada, la enemiga, la que tiene muchas espadas de Damocles en la cabeza, se condujo con criterios de 'servicio público' mucho más que las emisoras del régimen; se refirió más tiempo, y en tonos no insultantes, al candidato del Gobierno de como lo hicieron las gubernamentales con el candidato de la oposición. Sí, desempeñó un rol de contrapeso, como le tocaba, pero con más civilismo y menor carga de odio que los canales del Estado", apunta el comunicólogo, que asegura que el asunto es que en Venezuela el impacto de la televisión sigue siendo muchísimo más poderoso que, incluso, el que han alcanzado en los últimos años redes sociales como Twitter o Facebook.
"Lo cual, dicho sea de paso, es un preciso indicador de atraso tecnológico", advierte Pasquali. Porque "fue Chávez", insiste él, "con sus relojes atrasados, el que se encargó de reflotar la TV en los años en que ésta entraba en decadencia en el mundo entero, al gobernar por TV, al comparecer ante ella a un increíble promedio de 56 minutos diarios y al imponer unas 2.000 cadenas nacionales. El atraso tecnológico acumulado por el chavismo es colosal en todos los campos de la actividad comunicacional; pero tampoco debemos exagerar el rol de las redes sociales electrónicas, hay en ellas un importante componente de moda pasajera que otras tecnologías remplazarán pronto", advierte el autor de libros como Comprender la comunicación.
"En el modelo político-autoritario heredado, Conatel, la Comisión Nacional de Telecomunicaciones adscrita a la Vice-Presidencia de la República, sigue actuando como una institución del Poder Ejecutivo y, para ser más precisa, de la Presidencia de la República, que se maneja discrecionalmente, castiga a los que no están de rodillas ante el Gobierno, impone la censura y presiona para que medios y periodistas se autocensuren. La sola existencia de las disposiciones que obligan a todos los medios de radio y televisión a encadenarse a la voz única del Gobierno y del partido de gobierno, es de por sí una imposición de censura porque prohíbe que el ciudadano haga uso del derecho consagrado en el artículo 58 de la Constitución de la República que reza: "la comunicación es libre y plural".
Las prácticas autoritarias también prohíben a los medios radiotelevisivos cumplir con la programación que ofrecen a la ciudadanía, violan el principio de la libertad de trabajo, y permiten el uso de la ley en su más pura forma punitiva. Las multas, suspensiones, la no renovación de las concesiones, la exclusión de la pauta de publicidad gubernamental, el decomiso de equipos, etc, por no hablar del acoso y persecución y agresión de que han sido objeto periodistas y medios, representan ejemplos suficientemente documentados a lo largo de todos estos años.
El tema de las cadenas es particularmente importante en momentos electorales, pues Conatel actúa tal como el Consejo Nacional Electoral: "Si lo vimos no nos damos por enteradas" frente a la violación de las disposiciones del propio ente electoral con respecto al tiempo de propaganda en los medios, y el grosero ventajismo del presidente encargado, que hace campaña y encadena los medios estatales para imponer su ideología".
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