Casa de la Estrella. Donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830.

Casa de la Estrella. Donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830.
Casa de la Estrella, ubicada entre Av Soublette y Calle Colombia, antiguo Camino Real donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830, con el General José Antonio Páez como Presidente. Valencia: "ciudad ingrata que olvida lo bueno" para el Arzobispo Luis Eduardo Henríquez. Maldita, según la leyenda, por el Obispo mártir Salvador Montes de Oca y muchos sacerdotes asesinados por la espalda o por la chismografía cobarde, que es muy frecuente y característica en su sociedad.Para Boris Izaguirre "ciudad de nostalgia pueblerina". Jesús Soto la consideró una ciudad propicia a seguir "las modas del momento" y para Monseñor Gregorio Adam: "Si a Caracas le debemos la Independencia, a Valencia le debemos la República en 1830".A partir de los años 1950 es la "Ciudad Industrial de Venezuela", realidad que la convierte en un batiburrillo de razas y miserias de todos los países que ven en ella El Dorado tan buscado, imprimiéndole una sensación de "ciudad de paso para hacer dinero e irse", dejándola sin verdadero arraigo e identidad, salvo la que conserva la más rancia y famosa "valencianidad", que en los valencianos de antes, que yo conocí, era un encanto acogedor propio de atentos amigos...don del que carecen los recién llegados que quieren poseerlo y logran sólo una mala caricatura de la original. Para mi es la capital energética de Venezuela.

viernes, 12 de abril de 2013

Para los que se operan o usan la dantesca mallita en la lengua lean las experiencias de este estudio multidisciplinario hecho en Cuba durante 30 años...Lamentablemente en Venezuela fue al revés, el carro y "el bienestar" nos ha llevado a ser obesos cuando en Venezuela no se veía eso.


LA CAÍDA DE LA URSS ACABÓ CON LA OBESIDAD

La dieta del 'periodo especial': cómo Cuba dejó atrás la diabetes y los infartos

La dieta del 'periodo especial': cómo Cuba dejó atrás la diabetes y los infartos
Una calle de La Habana, en 1991. (Corbis)

A principios de la década de los 90, Cuba vivió uno de los momentos más difíciles de su historia. El colapso de la Unión Soviética sumió a la isla caribeña en una inmensa crisis, agravada por el recrudecimiento del bloqueo norteamericano.El petróleo y la maquinaria que suministraba la URSS al régimen de Fidel Castrodejaron de llegar a la isla, y la población tuvo que enfrentar una gran escasez de alimentos, debido al colapso de la agricultura, cuya producción cayó enormemente sin tractores, cosechadoras y segadoras. Los cubanos tuvieron que volver a usar burros para trasportar su mercancía y el Gobierno llegó a importar un millón y medio de bicicletas de China, para que la población pudiera moverse.
El “periodo especial”, tal como se conoce a esta época de depresión económica súbita, no es recordado con ilusión por los cubanos, que sin duda vivieron incontables sufrimientos, pero un estudio publicado esta semana en el British Medical Journal(BMJ) asegura que tuvo un impacto positivo en su salud. La población cubana perdió entre 1990 y 1995, los años más duros del “periodo especial”, una media de 5,5 kilogramos de peso, lo que tuvo un impacto decisivo para la salud de los cubanos: disminuyeron las muertes por diabetes a la mitad y las causadas por enfermedades coronarias a un tercio.
El mejor estudio: la realidad
La investigación liderada por el doctor Manuel Franco Tejero, profesor de la Universidad de Alcalá de Henares, tiene gran importancia debido a que se trata de uno de los pocos análisis a gran escala que se han hecho sobre el impacto de la pérdida de peso en una población en conjunto. El sistema de salud cubano guarda estadísticas completas de la evolución sanitaria de la población, de libre acceso, que han facilitado enormemente la labor de los investigadores. La población cubana es, además, especialmente fácil de estudiar estadísticamente, pues sus 11 millones de habitantes son prácticamente homogéneos en términos económicos, sociales y educativos.
El 'periodo especial' no fue un desastre sanitario porque se lograron mantener las prestaciones sociales previas al desastreNo deja de ser una paradoja que una crisis gigantesca, como la que vivió Cuba en la década de los 90, pueda desembocar en una disminución de las enfermedades cardiovasculares y la diabetes, pero el estudio no deja lugar a dudas. “La grave escasez de alimentos y petróleo”, explican los investigadores en el estudio, “dio lugar a un descenso generalizado en el consumo de calorías y un aumento en el gasto de energía, pues la población tuvo que desplazarse a pie y en bicicleta como alternativas al transporte mecanizado”. 
Tal como ha explicado Franco a El Confidencial, el “periodo especial” no fue un desastre en términos de salud pública porque los cubanos lograron mantener las prestaciones sociales previas al desastre: “La vida en Cuba, aunque afectada por la escasez de alimentos y el cambio en el transporte, continuó. La gente siguió con sus trabajos, la universidad siguió investigando y la sanidad siguió ofreciendo sus servicios. Desde el punto de vista de la sanidad pública, se tomaron medidas para que niños, madres y enfermos tuvieran una buena alimentación, y la escasez de comida no devino en hambruna. Además, se siguieron recogiendo los mismos datos que antes, lo que ha permitido realizar este estudio”.
Una lección de salud pública
Franco ha explicado a El Confidencial, que la importancia del estudio no reside en conocer el impacto que la pobreza o la riqueza puede tener sobre la salud, sino en comprender cómo un cambio de los factores de riesgo en el conjunto de la población incide en la prevalencia de enfermedades crónicas no transmisibles. “Nuestro estudio es una observación de cómo unos cambios sociales y económicos, que nada tenían que ver con la salud, tuvieron un impacto en ésta”, explica el médico español. “Es un estudio único porque fue toda la población la que sufrió los cambios”.
Las políticas de transporte activo podrían ser, hoy en día, una de las mejores formas de luchas contra la obesidadEn 1996, el “periodo especial” llegó a su fin, la economía empezó a recuperarse y la alianza de Cuba con Venezuela, a partir de 1998, permitió a Castro tener de nuevo un socio comercial que devolviera el petróleo a los oxidados tractores. La diabetes, desde entonces, no ha dejado de subir. En 2011 la tasa de obesidad triplicó la de 1995 y, aunque las muertes por enfermedad coronaria y accidente cerebrovascular han seguido disminuyendo, como lo han hecho en todos los países donde han mejorado los tratamientos, lo han hecho a un ritmo menor, similar al registrado antes de 1991.
Para Franco la investigación arroja conclusiones importantes para la población cubana, pero también para el resto del mundo. Su mensaje es claro: “Si queremos prevenir la diabetes y las enfermedades cardiovasculares tenemos que intervenir sobre toda la población, no sólo en las personas de alto riesgo. Tenemos que comer mejor y menos y ser más activos físicamente”.
En el caso de Cuba, cuenta Franco, tuvo un gran impacto la carestía de petróleo, pues obligó a la población a realizar un mayor ejercicio físico. Por ello, asegura, las políticas de transporte activo podrían ser, hoy en día, una de las mejores formas de luchas contra la obesidad.
En el editorial que acompaña al estudio en el BMJ, Walter C Willett, profesor de nutrición de la Escuela de Salud Pública de Harvard, asegura que conseguir reducir la obesidad es el mayor reto de la sanidad pública de este siglo, y la investigación ofrece poderosas evidencias al respecto: “En muchos países, andar y montar en bicicleta se considera una práctica propia de las clases desfavorecidas. En Boston debemos celebrar el ejemplo que nos brindó Paul Dudley White, probablemente el más famoso cardiólogo de EEUU y médico personal del presidenteEisenhower que, en los años 80, iba todos los días al Hospital General de Massachusetts en bicicleta. La ciudad construyó un carril bici en su honor y actualmente se está extendiendo el uso de esta. Quizás el doctor White ha salvado más vidas por montar en bici que usando su estetoscopio”. 

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