EL CHAVISMO NOS TRAJO A MADURO, NADA DE ALIARSE CON ESA
PANDILLA
Gustavo Coronel | junio 22, 2017 | Web
del Frente Patriotico
La dinámica
del proceso político venezolano ha llevado a algunos venezolanos demócratas a
pensar que la salida de Maduro del poder puede acelerarse mediante una alianza
con el chavismo que se le opone. Una alianza de este tipo llevaría a la
oposición a coexistir pacíficamente con gente como Héctor Navarro, Ana
Luisa Osorio, Jorge Giordani, Miguel Rodríguez Torres, Clíver Alcalá Cordones,
Gabriela Ramírez, Juan Barreto y otros. Los viudos de Chávez pasarían a
representar gente confiable, con la cual los amantes de la democracia
pueden sentarse en una mesa y hasta caminar juntos en su oposición al
narco-régimen. Existe una tendencia en este momento a pensar que la “revolución
originaria” no era tan mala como lo que existe hoy en día y que Chávez si hizo
bien las cosas.
Esta tendencia
es atractiva para muchos porque suma aliados de circunstancia, un poco de la
misma manera que para Inglaterra y USA fue conveniente aliarse con la Rusia de
Stalin para derrotar al nazismo. Pero, así como sucedió con el comunismo estaliniano
después de ganada la guerra contra Hitler, así sucederá con el chavismo después
que Maduro y su narco-régimen se vaya del poder. El chavismo quedará como el
nuevo (viejo) enemigo. Para ese momento un grupo importante de chavistas
se habrá insertado en el juego democrático, esperando su oportunidad de repetir
la tragedia que se llamó Socialismo del Siglo XXI.
Y esto será
inevitable porque el chavismo es la fuente original del desastre venezolano del
siglo XXI. Hoy en día vemos como la oposición se ve obligada a defender la
constitución de Chávez en contra de la pretensión de Maduro de establecer una
nueva Constituyente. Para evitar un desastre mayor muchos opositores se ven
obligados a rendir pleitesía a una constitución, la de 1999, que fue creada de
manera arbitraria, hecha a la medida de Chávez para perpetuarse en el poder
pero, aun así, violada frecuentemente por los mismos que la habían redactado e
impuesto al país, integrada por 350 artículos extremadamente prescriptivos y,
por ello, incapaz de ser un documento creíble y capaz de guiar al país hacia el
progreso.
EL deseo de
salir de Maduro está llevando a un grupo de opositores a validar un chavismo
que fue el gran pionero y autor del desastre. Fue Chávez quien inauguró
la política de las dádivas, la política del odio, la política de acercamiento a
los países forajidos del planeta. Fue Chávez quien creó la alianza de los
malandros latinoamericanos integrada por Ortega, Lula, Kirchner, Cristina,
Morales y Mujica. Fue Chávez quien pretendió formar una coalición mundial en
contra de los Estados Unidos. Fue Chávez quien politizó y arruinó a PDVSA. El
populismo no lo inventó Maduro, vino de Chávez. Para 2012, año de la
desaparición de Chávez del poder, ya Venezuela estaba arruinada, destruida.
No pretendo
decir que Chávez fue el único monstruo. Maduro ha resultado una pobre
caricatura del monstruo original y ha llevado al país a un nivel de total
destrucción. Pero salir de él no debe hacernos creer que el chavismo si era
bueno. La historia de abusos de poder, de robo, de acercamientos a los peores
bandidos del planeta que llevó a cabo el difunto, permanece fresca en la
memoria colectiva de los venezolanos.
Salir de
Maduro y su narco-régimen es imperativo. Hacerlo pensando que Chávez si hizo
las cosas bien y que sus seguidores son gente honorable sería un gravísimo
error.
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