Indocencias
Premios
José Joaquín Burgos
Los avatares (antiguos dioses menores, como los “lares”,
de los hogares), en nombre de la vida, castigan a
veces y sus castigos son como correazos que dejan marcas
en los cuerpos. Quien los recibe, generalmente, puja
y aguanta callado, como debe ser. Pero esos
mismos dioses menores a veces andan de buen humor
y regalan flores o botones prestos a madurar.
de los hogares), en nombre de la vida, castigan a
veces y sus castigos son como correazos que dejan marcas
en los cuerpos. Quien los recibe, generalmente, puja
y aguanta callado, como debe ser. Pero esos
mismos dioses menores a veces andan de buen humor
y regalan flores o botones prestos a madurar.
Eso, precisamente, nos ha ocurrido a mi mujer y a mí a
lo largo de los años: Uno que otro dolor para dar
Fe de la conformidad, pero por sobre éstos, el regalo
maravilloso de los nietos, que traen en su cajita
mágica ciertas malcriadeces, pero también
mucho talento, disciplina, y amor. Por eso siempre
(en memoria y honor del Dr. Rafael Betancourt y con
mucho afecto para Jesús Villegas Miliani) andamos
“ennietecidos”, que es la más hermosa palabra para
definir lo que se vuelve uno cuando llega al estado
de abuelo. Hablo de esto con mi sentir y con mi
conciencia, mientras aguardo a que el médico amuele
su bisturí para aliviarme un poco… Cómo estaré
que hasta he llegado a releer mis propios libros y a
jurungar viejos recuerdos… Ah, pero de pronto un
bombillito se enciende en mi cabecera: “Chico, vale…
¡Calma, que ya viene el martes y ese día tu nieta
poeta, María Laura, cumple años… son trece nada más,
pero para mí son todos: Versos, música, ballet,
inglés…. Un bachillerato en las aguas benditas del
Don Bosco y una trulla de amigos (as) maravillosos
(as) y en términos de solidaridad con el planeta, un amor
muy fiel y hermoso por su perra Erika y por una cosa
así como una docena de gatos que vigilan nuestra casa
desde antes de que llegara su hermano Daniel y ella.
Los dos primos mayores (hay que decirlo), Rhonald y
Blayliceth, ya son ingenieros, aunque para nosotros
siguen siendo unos chamitos.
lo largo de los años: Uno que otro dolor para dar
Fe de la conformidad, pero por sobre éstos, el regalo
maravilloso de los nietos, que traen en su cajita
mágica ciertas malcriadeces, pero también
mucho talento, disciplina, y amor. Por eso siempre
(en memoria y honor del Dr. Rafael Betancourt y con
mucho afecto para Jesús Villegas Miliani) andamos
“ennietecidos”, que es la más hermosa palabra para
definir lo que se vuelve uno cuando llega al estado
de abuelo. Hablo de esto con mi sentir y con mi
conciencia, mientras aguardo a que el médico amuele
su bisturí para aliviarme un poco… Cómo estaré
que hasta he llegado a releer mis propios libros y a
jurungar viejos recuerdos… Ah, pero de pronto un
bombillito se enciende en mi cabecera: “Chico, vale…
¡Calma, que ya viene el martes y ese día tu nieta
poeta, María Laura, cumple años… son trece nada más,
pero para mí son todos: Versos, música, ballet,
inglés…. Un bachillerato en las aguas benditas del
Don Bosco y una trulla de amigos (as) maravillosos
(as) y en términos de solidaridad con el planeta, un amor
muy fiel y hermoso por su perra Erika y por una cosa
así como una docena de gatos que vigilan nuestra casa
desde antes de que llegara su hermano Daniel y ella.
Los dos primos mayores (hay que decirlo), Rhonald y
Blayliceth, ya son ingenieros, aunque para nosotros
siguen siendo unos chamitos.
La María Laura, hay que decirlo, sangre llanera pura,
anda llena de poesía que se le nota en los ojos, en la
voz, hasta en la manera de discutir cuando lo hace…
¿Por qué y de qué se va a quejar uno cuando los males,
los dolores, las enfermedades lo minimizan? Uno, con
una nieta así, cada vez se siente más joven, vale. Feliz
cumpleaños, Mababita.
anda llena de poesía que se le nota en los ojos, en la
voz, hasta en la manera de discutir cuando lo hace…
¿Por qué y de qué se va a quejar uno cuando los males,
los dolores, las enfermedades lo minimizan? Uno, con
una nieta así, cada vez se siente más joven, vale. Feliz
cumpleaños, Mababita.
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