Isabel Stelling
"Una mañana cualquiera del ano de 1970 entre en una librería muy cerca de mi casa y me llamo la atención un pequeño libro que se llamaba “Te regalo lo que se te antoje” escrito por Conny Méndez. Era el número 2. Comencé a hojearlo y mi alma resonaba al leer algunos párrafos. Entonces escuche una voz que me dijo ¡Cómpralo!
Regresando a mi casa comencé a leerlo y a practicar los llamados Decretos. Lo leía una y otra vez. Mi alma palpitaba de satisfacción y yo deseaba saber más, así que regrese a la librería para comprar el número 1, pero no lo tenían en existencia. Empeñada en obtenerlo, logre que el dueño de la librería me diese el número de teléfono de Conny y de seguidas me dispuse a llamarla. Recuerdo que me dijo “Ven a mi casa que deseo conocerte”. A los días ya estaba tocando a la puerta de su residencia, la Quinta El Jabillo, ubicada en La Castellana. Me saludo con mucho cariño y me invito a sentarme, después de presentarme a una señora que era “Maestra de Metafísica” como ella solía llamar a sus discípulas que impartían clases. Era Dolorita Carreño. Me senté enfrente de ellas dos y no cesaba yo de admirar aquellos ojos de ambas, brillaban con tanta luz como nunca había yo visto en mi vida Y ese recuerdo perdura en mi mente cuando recuerdo a Conny.
Entre otras cosas me dijo “Quiero que te encargues de Valencia, que comiences a impartir clases de Metafísica”. A lo que le conteste:
¿“Como Conny si soy apenas una principiante”?
Pero no hubo argumento que valiera y me dijo “Yo sé que tú puedes hacerlo”. Esas palabras resonaban en mí una y otra vez y me preguntaba
¿Sera que yo si podre?
Converse con mis amigas Blanca de Mónaco y Carmen de Rodríguez Q.P.D que influyeron para que yo comenzase. Al fin me decidí y recuerdo que comencé hablando de mis experiencias y logros con los Decretos de Conny, que aprendí de sus libros. El grupo participaba también mencionando los milagros que ocurrían en sus vidas y todos terminábamos muy felices y entusiastas.
Conseguimos el garaje techado de una casa que hasta baño tenia. Solíamos llamarlo “La Casita de Metafísica” que estaba ubicada en la Urbanización Las Acacias, a pocos metros de la Av. Bolívar. Se comenzaron a distribuir los libros de Conny que se vendían como arroz y así se fueron sumando más y más personas a este movimiento llamado Metafísica Cristiana.
En diciembre de 1970 Conny Méndez acepto nuestra invitación para venir a Valencia y así cerca de la Navidad nos visitó acompañada de dos Maestras: Katiuska Cordido quien había sido su Secretaria y Dolorita Carreño. Cada una de ellas dio una clase Magistral y nosotros los asistentes aprovechamos de hacer preguntas que ellas contestaron con mucho amor y sabiduría. Conny entre otras cosas nos dijo: “Lo importante es que se practique. El libro es muy simpático. Al principio solo léelo y después practícalo y comenzaras a ver resultados de bienestar en tu vida y en el mundo. No puedes convencer a nadie a menos que seas un activo practicante”.
Después de esta visita, más y más personas comenzaron a aplicar las enseñanzas y surgieron muchos facilitadores que por sus logros y propia experiencia comenzaron a dar clase. Unos en “La Casita” y otros en sus casas. Y por instrucciones de Conny Méndez las clases se impartían gratis.
La lista de facilitadores de toda Venezuela fue publicada por primera y única vez, en una revista en forma de folleto llamada La “Voz de Yo Soy” del año 1972, de la cual salieron muy pocos números.
Conny venia de vez en cuando a Valencia y algunos de nosotros asistíamos a Caracas a recibir sus enseñanzas. Recuerdo que el jueves 28 de noviembre de 1974, Día de Acción de Gracias, nos concentramos en al Parque del Este, con metafísicos de Caracas y de otras ciudades de Venezuela. Conny nos invitó a repetir junto con ella, las Gracias al Agua, al Aire, al Sol y a la Tierra basada en que “el camino más directo al cielo era la Gratitud” según lo aprendido de sus maestros.
El 24 de noviembre de 1976 fue un día muy especial porque vino a Valencia a impartirnos la enseñanza del “Latido Universal” basado en los latidos del corazón que nos indican que estamos vivos. El mismo fue publicado en su libro “Un Tesoro más para ti”.
Este escrito ha sido solo un resumen de las actividades en Metafísica Cristiana se sucedieron en la ciudad de Valencia
Isabel Stelling"
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