"La apatía del venezolano con el cine nacional tiene que ver con la falta de incentivo de la cultura"
- El cine venezolano nació en 1896 y desde entonces ha evolucionado de manera significativa. (google / )
Globovisión
Caracas, 20 octubre 2013.- El cine venezolano nació en 1896 y desde entonces ha evolucionado de manera significativa. Sin embargo, la receptividad del público no siempre ha sido positiva, por lo que en su mayoría se perciben numerosas críticas hacia la producción nacional. ¿Es la temática o la falta de incentivo cultural en el país?
La guionista de la reciente película 'Nena, Salúdame al Diego', Valentina Martínez, expresó que la apatía del venezolano con el cine nacional tiene que ver con la falta de incentivo de la cultura en el país, por lo que no se trata de las temáticas sino de un tema global.
Martínez comentó que muchas personas dicen, refiriéndose al cine: "Ay, no, la gente no quiere ver tiros", pero cuando van a las salas y ven una película de otro país, que tiene mucha más violencia, la prefieren. "Creo que es un tema cultural. A veces el venezolano prefiere otras cosas antes que las suyas".
Señaló que la sociedad de hace 20 años no es la misma que la de hoy en día, por lo que no se puede comparar el contenido. "El cine no es mejor que antes, ni antes era mejor que hoy. La forma de hacer cine ha cambiado gracias a la tecnología".
Debilidades del cine nacional
Martínez aseguró que a nivel práctico, una de las fragilidades del cine es que no es autosuficiente, por lo que siempre se debe depender del Estado para lograr un subsidio. "El subsidio no es algo positivo o negativo siempre y cuando no sea esa la única forma de que el cineasta pueda recibir ayuda para realizar cine en su país", manifestó.
"Si siempre dependemos del Estado y tengo un proyecto que quiero que sea aprobado, tengo que pasar por una cantidad de filtros que algunas veces pueden ser subjetivos. Si no adaptas el discurso ante ese comité que vas a presentar, puede que no te den la plata y más si vas a proponer algún proyecto que frontalmente va en contra de los que estén de turno. Eso, evidentemente, lo va a complicar", aseveró.
La guionista agregó que el cine es un espectáculo y que no todo el mundo le apuesta. "Es difícil encontrar esa voz y ese ritmo para incentivar. Eso se va dando con la constancia a través de los años y, en Venezuela, lo que se ve es el resultado de generaciones que vienen trabajando en esto", afirmó.
Otra de las debilidades que la guionista expresó es la falta de atención y de formación profesional. "Hay quizá algunas escuelas con la mención de cine; sin embargo, no hay las suficientes", dijo.
Martínez opinó que como colectivo "somos raros" y a veces muy duros con nuestro propio cine. "Hay dos extremos que no ayudan. Primero, la gente que es súper indulgente con lo que se hace y solamente por ser cine venezolano dicen "vamos a verlo" sin profundizar en su criterio. Segundo, existe gente que simplemente tiene la costumbre de atropellarlo todo y de lanzar demasiadas críticas. Estas personas, tienen una idea preconcebida sobre el Centro Nacional Autónomo de Cinematrografía y tildan o critican a la película porque creen que se están transmitiendo valores de alguna creencia política por haber sido financiada por el Estado", puntualizó.
Martínez concluyó que los cineastas intentan plasmar la percepción que tienen de diferentes individuos acerca de su cultura y acerca de su sociedad. "Están dejando un testimonio de la época que a cada uno le tocó vivir. Es algo que va a quedar en la historia y a unas futuras generaciones les servirá para lograr entender cómo se vivía y qué pasaba".
La guionista de la reciente película 'Nena, Salúdame al Diego', Valentina Martínez, expresó que la apatía del venezolano con el cine nacional tiene que ver con la falta de incentivo de la cultura en el país, por lo que no se trata de las temáticas sino de un tema global.
Martínez comentó que muchas personas dicen, refiriéndose al cine: "Ay, no, la gente no quiere ver tiros", pero cuando van a las salas y ven una película de otro país, que tiene mucha más violencia, la prefieren. "Creo que es un tema cultural. A veces el venezolano prefiere otras cosas antes que las suyas".
Señaló que la sociedad de hace 20 años no es la misma que la de hoy en día, por lo que no se puede comparar el contenido. "El cine no es mejor que antes, ni antes era mejor que hoy. La forma de hacer cine ha cambiado gracias a la tecnología".
Debilidades del cine nacional
Martínez aseguró que a nivel práctico, una de las fragilidades del cine es que no es autosuficiente, por lo que siempre se debe depender del Estado para lograr un subsidio. "El subsidio no es algo positivo o negativo siempre y cuando no sea esa la única forma de que el cineasta pueda recibir ayuda para realizar cine en su país", manifestó.
"Si siempre dependemos del Estado y tengo un proyecto que quiero que sea aprobado, tengo que pasar por una cantidad de filtros que algunas veces pueden ser subjetivos. Si no adaptas el discurso ante ese comité que vas a presentar, puede que no te den la plata y más si vas a proponer algún proyecto que frontalmente va en contra de los que estén de turno. Eso, evidentemente, lo va a complicar", aseveró.
La guionista agregó que el cine es un espectáculo y que no todo el mundo le apuesta. "Es difícil encontrar esa voz y ese ritmo para incentivar. Eso se va dando con la constancia a través de los años y, en Venezuela, lo que se ve es el resultado de generaciones que vienen trabajando en esto", afirmó.
Otra de las debilidades que la guionista expresó es la falta de atención y de formación profesional. "Hay quizá algunas escuelas con la mención de cine; sin embargo, no hay las suficientes", dijo.
Martínez opinó que como colectivo "somos raros" y a veces muy duros con nuestro propio cine. "Hay dos extremos que no ayudan. Primero, la gente que es súper indulgente con lo que se hace y solamente por ser cine venezolano dicen "vamos a verlo" sin profundizar en su criterio. Segundo, existe gente que simplemente tiene la costumbre de atropellarlo todo y de lanzar demasiadas críticas. Estas personas, tienen una idea preconcebida sobre el Centro Nacional Autónomo de Cinematrografía y tildan o critican a la película porque creen que se están transmitiendo valores de alguna creencia política por haber sido financiada por el Estado", puntualizó.
Martínez concluyó que los cineastas intentan plasmar la percepción que tienen de diferentes individuos acerca de su cultura y acerca de su sociedad. "Están dejando un testimonio de la época que a cada uno le tocó vivir. Es algo que va a quedar en la historia y a unas futuras generaciones les servirá para lograr entender cómo se vivía y qué pasaba".
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