Casa de la Estrella. Donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830.

Casa de la Estrella. Donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830.
Casa de la Estrella, ubicada entre Av Soublette y Calle Colombia, antiguo Camino Real donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830, con el General José Antonio Páez como Presidente. Valencia: "ciudad ingrata que olvida lo bueno" para el Arzobispo Luis Eduardo Henríquez. Maldita, según la leyenda, por el Obispo mártir Salvador Montes de Oca y muchos sacerdotes asesinados por la espalda o por la chismografía cobarde, que es muy frecuente y característica en su sociedad.Para Boris Izaguirre "ciudad de nostalgia pueblerina". Jesús Soto la consideró una ciudad propicia a seguir "las modas del momento" y para Monseñor Gregorio Adam: "Si a Caracas le debemos la Independencia, a Valencia le debemos la República en 1830".A partir de los años 1950 es la "Ciudad Industrial de Venezuela", realidad que la convierte en un batiburrillo de razas y miserias de todos los países que ven en ella El Dorado tan buscado, imprimiéndole una sensación de "ciudad de paso para hacer dinero e irse", dejándola sin verdadero arraigo e identidad, salvo la que conserva la más rancia y famosa "valencianidad", que en los valencianos de antes, que yo conocí, era un encanto acogedor propio de atentos amigos...don del que carecen los recién llegados que quieren poseerlo y logran sólo una mala caricatura de la original. Para mi es la capital energética de Venezuela.

domingo, 20 de mayo de 2012

LA NADA MATA Roberto Echeto Y Carlos Zerpa publicado en Rasgadodeboca 5



25/09/07




LA NADA MATA
Roberto Echeto Y Carlos Zerpa

Cuando escribimos este texto en septiembre del 2004, para una revista mexicana, aún no habían derribando los adeptos al gobierno, la estatua de Cristóbal Colón (obra de Rafael de la Cova, hecha en 1904). Este monumento homenaje a los emigrantes, que fue derribado en octubre de 2004 por un grupo de manifestantes que protestaron en los alrededores del monumento en el Paseo Colón.
Tampoco habían puesto a las puertas de las instituciones culturales y museos a lo largo y ancho de Venezuela, escritos en mayúsculas sobre gigantescos estandartes de color rojo… estas tres palabras amenazantes: “PATRIA SOCIALISMO o MUERTE”.
En ese entonces aún no se había producido el cambio de los símbolos patrios, fue después que ellos modificaron la bandera agregándole una estrella de más y convirtiéndola en una de 8 estrellas, para luego cambiar el escudo poniéndole el caballo blanco a galopar hacia la izquierda.
Mas adelante vino la eliminación de todos los logotipos de los entes que dependían del Ministerio de la Cultura, el ministro de turno bajo el lema, “El Pueblo es la Cultura”, sustituye los logotipos y emblemas de 35 entidades culturales por una imagen única.
Ninguno de los museos venezolanos desde ese entonces pueden ser identificados con sus logotipos originales… Ni el Museo de Bellas Artes, ni la Biblioteca Nacional, ni el Museo de Arte Contemporáneo, ni la editorial Monte Avila ni la Galería de Arte Nacional. En su afán porcambiarlo todo el gobierno bolivariano decidiría acabar con los ya tradicionales logotipos creados por diseñadores: Gerd Leufert, Nedo, John Lange, Álvaro Sotillo, Carlos Cruz-Diez, Oscar Vásquez y Waleska Belisario que identificaban a las instituciones. Ahora un dibujo de la etnia Panare, con las figuras de un perro y una rana, son la marca “unificada” bolivariana.
En ese entonces todavía no se había concretado el crimen contra la libertad y el derecho de expresión de los venezolanos al cerrarse y expropiarse la planta con más sintonía y arraigo en nuestras tierras: RCTV (Radio Caracas Televisión)
Desafortunadamente, tres años después de haber hecho este texto, las cosas han empeorado y la lista se hace cada vez más triste y más larga, el descalabro
cultural es total y nadie sabe nada, nadie dice nada y la impunidad sigue gobernando a Venezuela.
VA EL TEXTO
0
El modesto pero admirable patrimonio cultural venezolano está siendo saqueado cuando no mutilado o destruido y, como suele suceder, eso no le importa a nadie. La raíz de este mal viene de las tinieblas, de la ceguera, de la ignorancia y de esa enfermedad contemporánea según la cual todo da lo mismo.
Batazos, explosiones, gritos, manifestaciones y disparos se oponen en nuestro país a toda idea, a toda sensibilidad.

1

La cabeza de la Virgen María se encontraba ahí, volteada y muda, posando para las cámaras. A su lado, y también silente, el cuerpo exhibía su oquedad de porcelana. Tan sólo las manos unidas en el acto de orar le daban forma a la imagen. Alrededor de la Madre de Dios la gente se revolvía y se revuelve pensando en el desastre, en el Apocalipsis, en cuánto nos hemos degradado para llegar a esto: al ultraje y destrucción de lo que consideramos sagrado... Pero, ¿qué podemos pedirle a una caterva de indignos que ha matado o que, al menos, se ha reído cuando otros de sus copartidarios lo han hecho? Para gente así, el que descabecen la estatua de yeso de la Virgen María no reviste la menor importancia. Para quien la vida real no vale nada, mucho menos valen los símbolos.

2

La multitud partió hacia su destino. En el punto de llegada la esperaba un regimiento de la guardia nacional apertrechada con cajas de bombas lacrimógenas y tanques de guerra en perfecta formación de combate. Los soldados estaban ahí, cubiertos con cascos, máscaras antigases, petos, rodilleras, peinillas, escudos, motocicletas y escopetas ahítas de perdigones y balas. Su silencio no tenía nada de marcial; era la quietud de los zombis, la calma de los que esperan una palabra de su amo para actuar.
Cuando la multitud llegó a sus predios, la orden a la guardia se hizo acto. Muy pronto, el humo tóxico encalinó la vía y el caos se hizo presente en un intercambio de piedras contra gases que terminó, literalmente, cinco días después.

3

En Altamira, en El Marqués, en Petare, en El Paraíso, en La Candelaria, en Los Ruices y en todas partes armaron barricadas con bolsas de basura y cauchos encendidos. La ciudad —el primer patrimonio cultural que compartimos— quedó cubierta de kilos y kilos de basura quemada que el aseo urbano tardó días en recoger. Todavía hoy le quedan las cicatrices al asfalto de las esquinas; marcas que tienen su equivalente en los rastros de tortura que le propinó la guardia nacional a los manifestantes, a los que gritaron, a los que acompañaron sus voces con piedras.

4
Con grandes estandartes y mantas han cubierto la fachada del Museo de Arte Contemporáneo. No se quiere que su nombre sea conocido; se habla de cambiárselo por el del cantautor revolucionario Alí Primera, pero aún no lo han hecho, pues otros quieren ese mismo nombre para otra institución. Los partidarios del gobierno que manejan el Teatro Teresa Carreño ya no quieren el nombre de esa “BURGUESA” y piden a gritos el de “Alí Primera” o el de algún otro “héroe”.

5Un domingo en la mañana, en el programa televisivo del presidente, se hizo el gran anuncio utilizando la jerga beisbolística que tanto les gusta a estos hampones dizque revolucionarios. En medio de las risas cómplices, hugo chávez gritaba los nombres de los directores de cada museo o institución y al final gritaba “ponchao”… Todos se enteraron gracias a ese programa, y de esta manera, de su destitución. Otros encontraron sentados en sus escritorios y en sus oficinas a los nuevos directores con sus guardaespaldas al lado.

6
Los nuevos directores de los museos NO son gente culta; son gente de confianza del régimen, que han hecho lo que les viene en gana. Sus más altos logros han sido las múltiples exposiciones de folclor, de papagayos, de bonsáis y de objetos ligados a la cultura popular. Todo sea por la mal llamada Revolución Cultural.
Un día cualquiera, a alguien se le ocurrió una idea genial y decidieron hacer lo que ellos llamaron la “Mega Exposición”, uniendo a todas las instituciones en un evento artístico que consistía en mostrar —sin curaduría alguna— lo que guardan los museos en sus depósitos,.
Su “Mega” no era otra cosa que el ultimo recurso que les queda a los museos cuando no saben qué hacer, cuando no tienen nada nuevo que mostrar o cuando tienen un espacio libre entre una exposición y otra.

7
Se habla del cierre de los museos porque no hay dinero para mantenerlos, pero el problema va más allá. Aunque el Estado lo dotara de todos los recursos que necesita, el engranaje cultural no funcionaría.
¿Es que acaso la importancia de un museo está en que simplemente pueda abrir sus puertas y pueda pagarle a sus empleados las quincenas atrasadas? ¿Es eso un museo?
¿Qué podemos pensar de una sociedad en la que se vea como una proeza el que los museos sólo abran sus puertas? ¿Qué dice de nosotros que ésa sea la mayor meta?
Nada bueno.

8

La calle continúa bullendo en medio de picos y simas de ánimo. Más muertos, más heridos, más caminatas, más trampas, más tensión, más “Días D”… ¿Y todo para qué? Para nada.

9Mientras el humo, las amenazas y los muertos campean en la calle, en los santuarios mundanos abundan los saqueadores que se llevan en silencio los tesoros de sus bóvedas. Primero fue un Matisse…
Se supo en todo el mundo, lo dijeron varios diarios internacionales: a nuestra Odalisca la estaban vendiendo en una galería de Miami. En el espacio que le correspondía en el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas Sofía Ímber, colocaron una falsificación.
Se llevaron el Matisse del MACCSI, luego un cuadro, una lámpara o una vajilla del Palacio de Miraflores o de La Casona, valga decir, de los espacios que el Estado venezolano le asigna al presidente de la república como despacho y como residencia mientras dure su período de gobierno. Como es de suponer, nadie puede acusar a nadie. Sin embargo, esas obras estaban donde tenían que estar antes de la llegada de la plaga que nos azota.
Ahí están los Picassos, los Reverones, los Michelenas, los Oteros, los Legers, los Bacons, los Chagalls, los Braques y demás, esperando cada uno a su ladrón… Curioso: la salvación de esas obras es la misma ignorancia que los ha mantenido solitarios durante años en las paredes de los museos. Indigna comprobar que los saqueadores de nuestro patrimonio son tan ignorantes que no tienen idea del valor de los tesoros que tienen en frente. No digamos más… Los estaríamos ayudando a terminar de dejarnos sin aquello que nos enorgullecía en otras épocas.

10

La vida sigue su curso aunque tenga un eterno velo de sucio. Ser venezolano en estos días supone vivir con una pátina de mugre físico y de mugre en el ánimo. Eso se ve en las calles llenas de grafitis, de pintas que se solapan, se corrigen, se cubren y se interpelan unas a otras.
Las paredes de nuestro país son un campo de batalla para una guerra gráfica. Al menos queda el sospechoso consuelo de saber que el rojo de la lata sustituye al rojo de las arterias…
Los murales artísticos de las ciudades han sido manchados con consignas. Sólo por el hecho de que los artistas y creadores están en contra del régimen, sus obras han sido destruidas... Una esfera monumental de Jesús Soto fue saqueada y destrozada en plena autopista Francisco Fajardo, el mural de Pedro León Zapata de la UCV está todo manchado, la réplica de la Estatua de la Libertad, en Valencia, fue simplemente arrancada de su pedestal. La escultura de Oscar Colina de Maria Lionza, antiguo símbolo caraqueño, quedó partida en dos luego de que unos supuestos restauradores se colgaran a ella y la llenaran de andamios y de emplastos.

11

Los artistas invitados a las bienales internacionales se han rebelado y no aceptan el patrocinio del gobierno de este país. Otros han sido vetados. Muchos asesores y profesores que laboraban en las universidades y en los institutos públicos, se han visto expulsados o no se les han renovado sus contratos por el sólo hecho de haber votado en contra del gobierno.
A veces (en muy contadas oportunidades), los jerarcas de este desastre abren una pequeña rendija en las instituciones para que dentro de ellas trabajen los disidentes al régimen. Así se aseguran de darle un barniz de apertura y de tolerancia a sus espacios. Si alguien les pregunta algo, ellos dicen que su gestión es democrática, que ahí están las pruebas y patatín y patatán…

12
A muchos artistas se les castiga y se les ve como traidores a la patria por no apoyar a este gobierno totalitario… Ni que la patria fueran sólo ellos, que han hecho del odio su divisa.
A algunos artistas y escritores los han perseguido y los han amenazado con hacerle cosas inconfesables a ellos y a sus familias. A otros los han vejado, golpeado y hasta asesinado. Y claro, esas cosas no importan; son poca cosa al lado de otros desastres más grandes…
Es terrible pero cierto. Para que el mundo reaccione, debe haber un Kosovo, una Sierra Leona, unas torres gemelas, un holocausto judío o una escuela tomada por terroristas chechenos en Beslam...
Mientras todo parezca normal, no pasará nada.

13

La nada sigue su curso; toma formas de fraude, de soborno, de mentira... Si no la anulamos, ella acabará con nosotros y lo peor es que no le importará a nadie.
El dolor es intransferible.

14
Los asesores cubanos llegan por montones y sustituyen a los venezolanos, marcan directrices, toman decisiones bajo la mirada aprobatoria de los miembros del régimen. Pronto fusionarán la escuela de Artes Plásticas con la de Teatro y la de Ballet y las presentarán bajo el nombre de “Universidad Bolivariana de las Artes”…
Un verdadero desatino...
Esos mismos asesores, en connivencia con unos cuantos jerarcas criollos, acordaron darle el premio Nacional de las Artes a un pintor de cuarta categoría por el solo hecho de pintar un cuadro donde aparecen los pistoleros del Puente Llaguno, una banda de asalariados que mató a gente inocente en una marcha que iba al palacio de gobierno el 11 de abril de 2002.

15
Las galerías privadas han quebrado; más del 90% ha cerrado sus puertas. La feria Internacional del Arte se ha reducido a niveles inimaginables, el presupuesto para las escuelas de arte ya no llega; los fondos se destinan para financiar grupos violentos.
La imprenta Anauco se dedica a la publicación de folletos doctrinarios para la formación de fanáticos, mientras Monte Ávila Editores y la Biblioteca Ayacucho continúan desvaneciéndose en la inopia.
Si las instituciones culturales relacionadas con la literatura de nuestro país mueren de mengua, el festival internacional de la poesía revolucionaria, organizado por el Estado, se lleva unos cientos de millones de bolívares en traslados, hospedajes, viáticos y honorarios... Porque los poetas revolucionarios también cobran en dólares.

16
Así continúa esta equivocación. Lo peor es que muy pocos quieren actuar con toda la contundencia necesaria para revertir de verdad este desastre. Hasta ahora en las filas opositoras han reinado la frivolidad y un candor muy bueno para los niños, pero muy malo para la política.
De continuar por este camino, terminaremos convirtiéndonos en esa vergüenza que es la Cuba castrista o —quién sabe— quizás en algo peor.

FINAL
Mientras tanto, los dirigentes culturales y los artistas que apoyan el gobierno fraudulento le dan la espalda a la cultura y a sus hermanos artistas; sólo ellos existen, sólo ellos y sus ideas.

El descalabro cultural es total y nadie sabe nada, nadie dice nada y la impunidad sigue gobernando a Venezuela, como una reina loca.

Caracas, 11 de septiembre de 2004

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