Casa de la Estrella. Donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830.

Casa de la Estrella. Donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830.
Casa de la Estrella, ubicada entre Av Soublette y Calle Colombia, antiguo Camino Real donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830, con el General José Antonio Páez como Presidente. Valencia: "ciudad ingrata que olvida lo bueno" para el Arzobispo Luis Eduardo Henríquez. Maldita, según la leyenda, por el Obispo mártir Salvador Montes de Oca y muchos sacerdotes asesinados por la espalda o por la chismografía cobarde, que es muy frecuente y característica en su sociedad.Para Boris Izaguirre "ciudad de nostalgia pueblerina". Jesús Soto la consideró una ciudad propicia a seguir "las modas del momento" y para Monseñor Gregorio Adam: "Si a Caracas le debemos la Independencia, a Valencia le debemos la República en 1830".A partir de los años 1950 es la "Ciudad Industrial de Venezuela", realidad que la convierte en un batiburrillo de razas y miserias de todos los países que ven en ella El Dorado tan buscado, imprimiéndole una sensación de "ciudad de paso para hacer dinero e irse", dejándola sin verdadero arraigo e identidad, salvo la que conserva la más rancia y famosa "valencianidad", que en los valencianos de antes, que yo conocí, era un encanto acogedor propio de atentos amigos...don del que carecen los recién llegados que quieren poseerlo y logran sólo una mala caricatura de la original. Para mi es la capital energética de Venezuela.

miércoles, 8 de marzo de 2017

LA IMAGEN HACE HISTORIA: CAP LA PELÍCULA

LA IMAGEN HACE HISTORIA:
CAP LA PELÍCULA

Por: Inés Muñoz Aguirre
Ver el documental de Carlos Oteyza sobre Carlos Andrés Pérez nos conduce a un acto de reflexión que va mucho más allá de lo que vemos en la pantalla.  Si uno se considera una persona comprometida con el país es inevitable entristecerse por lo que hemos perdido, pero también es inevitable reconocer como nuestro país ha sucumbido en el fragor de las individualidades, las cuales solo son capaces de generar alianzas si dicho acto propicia un beneficio personal. 
No es fácil reconocernos en los Magistrados que votaron a favor del enjuiciamiento de un presidente a quien solamente le restaban unos meses para entregar el poder tras un acto electoral que en la contienda, hubiera permitido que el elector decidiera con su voto el destino del país. Seguramente después de dos golpes de estado  el reto para el presidente que recibiera la banda de manos de CAP, también hubiera sido sostener la democracia y un camino hacia el progreso. No fue así, ya eso lo sabemos todos, lo vivimos todos y sólo un documental de excelente factura como este, nos restriega en la cara lo que hemos sido.
No es fácil reconocernos en la voz del ex presidente que anhela regresar al poder, quizá por no ser  menos que el adeco, pero que impidió a través de sus acciones que el próximo acto de votación reafirmara el camino democrático, que llevaba nuestro país a solventar los errores  del pasado. El documental lo deja claro, sólo hay que consultar los números para descubrir los índices de crecimiento económico, el reconocimiento del país a nivel internacional.
Allí mismo entre imágenes que van y vienen no es fácil reconocernos entre los  que hoy en día deben ser los inolvidables “notables”, los mismos que hablaban con frecuencia, declaraban, escribían sin que hubiera censura alguna, ni persecución posible.  Los mismos desde donde surge el Fiscal General, que valiéndose de la maravillosa independencia de poderes lleva a cabo la acusación final.   
No fue un periodo fácil ese segundo gobierno de Pérez porque los que perdían poder no se consolaban, porque hubo que aplicar medidas económicas que nos sacarían de ser el país mono productor que siempre hemos sido.  Se aplicaron decisiones como el IVA, tan criticado, pero que ningún gobierno posterior derogó.
Esta película nos deja una gran reflexión a partir de dos frases contundentes de Pérez, la que cierra su alocución el día de la renuncia cuando con voz quebrada expresa: “…hubiera preferido otra muerte” y la de “La historia los juzgará”, ambas frases me hacen pensar sobre todo en la democracia, esa  que le permitió a Carlos Andrés Pérez repetir en la presidencia, pero que además le permitió a un hombre con capacidad de recapacitar, dar un giro a lo que pasado el tiempo, entendió como obsoleto.  Le permitió abrir el camino hacia la descentralización, desmontar el aparato del Estado que como lo documenta Oteyza sólo funciona para regímenes autocráticos, que buscan controlarlo todo, aun a costa del fracaso.  Un gobierno que abrió la puerta a la profesionalización,  al estudio en las más reconocidas universidades del mundo porque así contaríamos con grandes profesionales para nuestro crecimiento como país.
La democracia le permitió a Pérez adelantarse a los tiempos e intentar como posible un gobierno de gerentes, implementar gestión por encima de la política. Ya en tiempos en los que empezamos a hacer historia con lo vivido, está claro que la política puede ser el camino de algunos hombres y mujeres, pero no el camino de una sociedad.
Este documental, nos invita a mirar hacia el pasado, aunque nos duela debemos reconocernos con la cuota de responsabilidad que nos toca a cada uno, por venezolanos, por una forma de hacer las cosas, por la forma de acomodarnos, de huir o de insultar cuando nos creemos dueños de la verdad.  La historia de hoy, ya no solo se escribe en papel, en la que a veces se deslizan aplausos o resquemores, la historia de hoy también se escribe en imágenes y ellas, a veces, son contundentes.

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