Cortesía
Nadie se merece este gobierno y, según las encuestas, muy pocos lo quieren
By JOLGUER RODRÍGUEZ COSTA JOLGUERR@GMAIL.COM
El Nacional 19 DE MARZO DE 2017 12:01 AM
—¿Una Fuerza Armada en la historia copartícipe de la ruina del país?
—Ni siquiera la del decenio 1948-1958, que al menos terminó desconociendo el régimen cada vez más personalista de Marcos Pérez Jiménez. Y eso que hablamos, en este caso, de militares tascándole el freno a otro militar.
—¿Otro gobierno con este nivel de corrupción?
—Cualquier experiencia anterior a esta califica como de corrupción artesanal.
—¿Un mecanismo de generación y manipulación de la pobreza como los Clap y el carnet de la patria?
—Tampoco hay comparaciones posibles, excepto aquellas veces en que hubo el intento de crear un partido desde el poder, pero, insisto, toda comparación palidece.
—¿Un poder electoral tan sumiso al partido de gobierno?
—El que en 1952 legitimó la usurpación de la Asamblea Constituyente.
—¿Una corriente tan destructiva y generadora de odio y hampa como el chavismo?
—A su manera, la retórica de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional en los años sesenta, de la cual, a su manera también, el chavismo es tributario.
—¿Un hecho que se asemeje a los 25.000 muertos anuales ocasionados por la violencia?
—Las bajas aliadas en Normandía no llegaron ni a la mitad, y mira que hablamos de una de las acciones más decisivas de la Segunda Guerra Mundial.
—¿Un poder moral tan inmoral?
—El hecho de que se trate de un poder nuevo, hace que este sea el que haya debutado en la inmoralidad.
—¿Un poder judicial tan aferrado al gobierno de turno?
—El de Zimbabue.
—¿Otro gobierno con presos políticos sin fórmula de juicio?
—Hasta hace poco el de Myanmar, al que este, el nuestro, cada vez se parece más.
—¿Una era con tal nivel de violaciones de los derechos humanos?
—Sobran, pero no son precisamente las eras a las que, con tanta frecuencia, alude nuestra izquierda autoritaria en el poder.
—¿Otra donde altos funcionarios tengan antecedentes penales?
—Ni siquiera se me ocurre pensar en aquellos gomecistas que terminaron reciclándose más tarde.
—¿Otro país que haya pasado del primero al último lugar en crecimiento económico?
—Los que lo hicieron fue porque terminaron metidos en una guerra, provocándola antes, dicho sea de paso. El caso es que nosotros llegamos a este punto sin guerra. Y si de “guerra económica” se trata, no es precisamente de la que habla el gobierno, sino la que este gobierno le ha declarado sin cuartel y sin piedad al ciudadano común.
—¿Otro donde los presos hayan tenido tantos privilegios?
—¿A cuáles presos te refieres? No serán precisamente los presos políticos.
—¿Otro donde el hampa se haya sentido tan a sus anchas?
—Zuazola, Antoñanzas y Boves, el año 1814.
—¿Una familia presidencial tan súbitamente enriquecida como las dos últimas?
—No lo sé; pero te puedo hablar en cambio de las muy modestas que conozco: la de López Contreras, la de Betancourt, la de los Leoni o los Herrera Urdaneta.
—¿Otro presidente que baile y cuente chistes malos mientras buena parte de la población coma de la basura?
—Otro que buscaba ahogar sus perturbaciones en el baile era Cipriano Castro, pero al menos lo hacía con cierta galantería. En cuanto a los chistes malos, e incluso crueles, hasta ahora nos habíamos ahorrado ese capítulo.
—¿Otro régimen que provocó muertes al impedir ayuda humanitaria?
—Ninguno, al menos en este país; por eso, el actual, que ha hecho que la gente pague con hambre sus errores económicos, figura muy alto en la lista de los que deben afrontar sus responsabilidades por razones de lesa humanidad.
—¿Una cancillería tan conflictiva?
—La del gobierno de Julián Castro, con un poco menos de patetismo.
—¿Otro gobierno que haya entregado sectores clave a otro país?
—Ni siquiera Gómez, quien, en sus tratos con los trusts del petróleo, al menos tuvo la virtud de no hipotecar el subsuelo.
—Aparte de la malaria, ¿otra desgracia del pasado que vuelve a azotar?
—La lista es larga. Me remito a lo que dice la reciente Encuesta sobre Condiciones de Vida del venezolano (Encovi), realizada por las universidades Católica Andrés Bello, Central de Venezuela y Simón Bolívar.
—¿Un diálogo fructífero?
—¿Un diálogo fructífero?
—El del 58, del siglo XX.
—¿Otro tan fracasado como el reciente?
—También el del 58, pero del siglo XIX.
—¿Una oposición errática?
—Ninguna como URD a lo largo de su historia.
—¿Hasta cuándo esta historia?
—Hasta donde nos alcance la santa paciencia.
—¿Procede hoy un pacto de punto fijo?
—No satanizo los pactos.
—¿Cuántos años ha retrocedido el país?
—En algunos casos, como en el sanitario, hay que echar bien para atrás.
—¿Algún avance?
—Varios. En conciencia ciudadana, por ejemplo.
—En fin, ¿tenemos el gobierno que nos merecemos?
—Nadie se merece este gobierno y, según las encuestas, muy pocos lo quieren.
—¿Cómo se mantiene un gobierno populista y a la vez tan impopular?
—Mediante espejismos y dádivas, cada vez más escasas, como todos lo sabemos.
—¿Un parlamento como el de hoy?
—Lo dudo; jamás ningún otro fue sometido a tanto vilipendio. Y, menos que menos, tienen los que están en el poder algo que reclamar en tal sentido cuando hablan tan a sus anchas acerca del Congreso de la “cuarta república”.
—¿En qué página va esta historia?
—Del capítulo final al epílogo.
—¿Un miedo histórico parecido al actual?
—Vuelvo a pensar otra vez en el año del miedo: 1814.
—El año pasado usted dijo que el pueblo demostró ser tan bravo como lo decía el Himno Nacional, ¿y ahora?
—Lo sigo pensando y creo no equivocarme: el pueblo es un gigante dormido.
—¿Qué pasaría en Venezuela si surgiese una junta patriótica como la de 1957?
—Es una posibilidad de tantas.
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