Casa de la Estrella. Donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830.

Casa de la Estrella. Donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830.
Casa de la Estrella, ubicada entre Av Soublette y Calle Colombia, antiguo Camino Real donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830, con el General José Antonio Páez como Presidente. Valencia: "ciudad ingrata que olvida lo bueno" para el Arzobispo Luis Eduardo Henríquez. Maldita, según la leyenda, por el Obispo mártir Salvador Montes de Oca y muchos sacerdotes asesinados por la espalda o por la chismografía cobarde, que es muy frecuente y característica en su sociedad.Para Boris Izaguirre "ciudad de nostalgia pueblerina". Jesús Soto la consideró una ciudad propicia a seguir "las modas del momento" y para Monseñor Gregorio Adam: "Si a Caracas le debemos la Independencia, a Valencia le debemos la República en 1830".A partir de los años 1950 es la "Ciudad Industrial de Venezuela", realidad que la convierte en un batiburrillo de razas y miserias de todos los países que ven en ella El Dorado tan buscado, imprimiéndole una sensación de "ciudad de paso para hacer dinero e irse", dejándola sin verdadero arraigo e identidad, salvo la que conserva la más rancia y famosa "valencianidad", que en los valencianos de antes, que yo conocí, era un encanto acogedor propio de atentos amigos...don del que carecen los recién llegados que quieren poseerlo y logran sólo una mala caricatura de la original. Para mi es la capital energética de Venezuela.

lunes, 27 de marzo de 2017

Las razones de la ira. Alonso Moleiro


La era del bipartidismo tuvo sus máculas, pero a todo el mundo le ha quedado claro que las del chavismo son bastante más protuberantes
Una de las consecuencias más visibles, y menos comentadas, del resultado electoral de las elecciones parlamentarias, ha sido la renovación casi absoluta de los estamentos dirigentes de la sociedad democrática. Dirigentes nuevos en partidos recientes. Para muchísimas personas, la encarnación de la esperanza nacional.
Poco queda de la política venezolana de los años 90. Nada tiene que hacer esta dirigencia con lo hecho o dejado de hacer en los años del Pacto de Punto Fijo. No es honesto, como argumento, intentan presentar a esta dirigencia como una continuidad, o deudores, de lo hecho en los primeros 40 años de Democracia Representativa.
La era del bipartidismo tuvo sus máculas, pero a todo el mundo le ha quedado claro que las del chavismo son bastante más protuberantes. El balance de los gobiernos civiles de los años de Punto Fijo corresponde a los historiadores, y de seguro será más positivo que negativo.
Primero Justicia y Voluntad Popular, en particular, son la expresión política más acabada y reciente de la política venezolana en el terreno democrático. Junto a otras formaciones nuevas, como Vente Venezuela. Son atacadas con fiereza, acusadas de promover cualquier desencuentro social, asediadas desde el punto de vista legal. Se les ataca en la misma medida que se les teme.
Sobre ellos los mandos chavistas desarrollan una despiadada operación de propaganda, que es acompañada con gusto por intelectuales y periodistas del oficialismo, en la cual se insiste en retratarlos, desde la antipatía compartida, como bandas nazifascistas, esperpentos o falanges formados por la iglesia en procura de la conservación de la estructura de clases. 
Primero Justicia y Voluntad Popular son atacadas desde la ira, como también Lorenzo Mendoza, porque se trata de construcciones conceptuales nuevas en el debate nacional, sin pasado, con pocas deudas en el terreno histórico. Caminan sin escándalos y sin vistos con simpatía. Para el chavismo son amenazas serias. Rompen por completo con un discurso que ya ha visto pasar sus mejores días, si bien en algún momento parecía imbatible: aquel que pretendía emparentar cualquier propuesta en el terreno democrático con alguna nostalgia con “los cuarenta años” de partidocracia. 
Acción Democrática, partido tributario del régimen democrático del siglo XX, ya ha purgado su castigo. Las penurias y escándalos actuales convierten los viejos pecados adecos en las travesuras de una patrulla escolar. Es un partido que ha renovado sus cuadros y que ha recuperado por completo su vigencia. Un Nuevo Tiempo, partido donde vinieron a encontrarse ex dirigentes adecos y masistas, es un movimiento regional que saltó a la política nacional recién en el año 2000, hijo de la descentralización que propuso la democracia. El pasado no les pesa. ¿Cuál pasado?
El chavismo adjetiva con fiereza, y ataca con virulencia, a aquello que más teme. Aquellos activos de la alternativa democrática que conservan el capital político para sacarlos del poder en cualquier medición medianamente justa e imparcial.
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