Las telenovelas otra vez en el banquillo
CINCO ESCRITORES DEFIENDEN LA TEMÁTICA DE LAS PRODUCCIONES VENEZOLANAS.
"La novela venezolana es muy fresca y cotidiana" dice Montañés (Enio Perdomo/Archivo)
YOLIMER OBELMEJÍAS | EL UNIVERSAL
viernes 15 de marzo de 2013 09:27 AM
Después de inscribir su candidatura para aspirar a la Presidencia de la República, Nicolás Maduro ofreció un discurso en el que, al igual que su mentor, el Presidente Chávez, fustigó a las telenovelas, así como a las teleseries y videojuegos que muestran violencia, y los señaló como un mal ejemplo para niños y adolescentes.
Carlos Pérez, Mónica Montañés, Leonardo Padrón, Martín Hahn e Iris Dubs, todos escritores de dramáticos, expresan sus consideraciones ante esta declaración, en un momento en el que el género atraviesa una crisis de tal magnitud que hasta el Gobierno se ha animado a producir novelas como Amores de Barrio Adentro (2004), Caramelo e' Chocolate (2008), Teresa en tres estaciones (2012) y Guerreras y Centauros (en producción).
"Indudablemente siempre hay influencia desde todo punto de vista. La telenovela es un vehículo muy poderoso, pero, bueno, aquí en Venezuela no se hacen narconovelas, así que por ese lado uno debería estar más tranquilo, pues mientras estemos en el tema de las historias de amor y no nos metamos en asuntos que contribuyan a la crispación de la sociedad yo pienso que estamos bien", dice Carlos Pérez, quien acaba de terminar De todas maneras Rosa.
Sin embargo, el escritor no se alarma ante las afirmaciones de Maduro, porque piensa que las televisoras son cautelosas. "De pronto hay mucho de exageración en todo esto porque en los canales siempre hay mucho cuidado con qué se pone y qué no se pone para que no haya problema con el Gobierno, tanto es así que ya uno ha desarrollado cierta técnica para eludir esos escollos. Yo acabo de hacer una novela que no se mete con nadie. Ni siquiera habrán niñitos con pistolas de agua", asegura.
Mónica Montañés, conocida por abordar temáticas femeninas y relaciones de pareja, considera que es una diatriba muy compleja "porque está la inseguridad. La inseguridad o el narcolavado no lo inventa el escritor de telenovelas: es un problema que existe. El escritor o el canal decide retratarlo en una telenovela y el público decide seguirlo también. A la teleaudiencia le ha encantado ese tipo de telenovela. Cuando yo hice Harina de otro costal pasó coleto conmigo Más sabe el diablo. La telenovela no crea el problema, solo lo refleja y la gente, por alguna razón, la sigue. El rating es evidente", destaca.
La autora de Válgame Dios (2012) sostiene que a las producciones nacionales no las toca ese tipo de críticas. "En la novela venezolana los escritores nos hemos esmerado en apoyar los valores familiares: el trabajo, el amor, o sea, nosotros más bien nos pasamos de gallos, pues somos súper correctos y me atrevería a decir que la temática nuestra es muy fresca, cotidiana y aborda otros problemas, muy distintos".
Ficción vs. realidad
"Yo creo que esas declaraciones son de un simplismo aterrador. Es el viejo truco de justificar la incompetencia oficial en su lucha contra la inseguridad adjudicando las razones de la violencia a un elemento como el de la programación televisiva. La violencia que hay en el país tiene muchísimas otras razones que son más complejas que una simple telenovela o una tanda de videojuegos caseros", sentencia Leonardo Padrón.
El escritor de La mujer perfecta (2010) analiza el panorama de la pantalla chica en la actualidad. "Si te asomas a la televisión nacional vas a ver que ahorita hay muy poca producción nacional de telenovelas, no existe Radio Caracas (Televisión), el canal 4 (Venevisión) no tiene una telenovela nacional al aire, no están transmitiendo ninguna narconovela, en fin, no tendrían por qué haber estos niveles de violencia del 2013, que superan los de 2012. Me parece fatuo intentar explicarle a Nicolás Maduro que las razones son mucho más profundas y me parece peligrosísimo que alguien que aspira a ser presidente de este país lea la complejidad nacional de una forma tan epidérmica y tan frívola".
Por su parte, Martín Hahn recuerda que existe una norma jurídica vigente en Venezuela que se ocupa de que, en el caso de que se transmitiera una telenovela o serie de televisión con esas características, las mismas no representaran una influencia negativa en los televidentes de esas edades.
"Hay una ley que establece el tipo de programas y la audiencia que debe ver ese programa y es bastante clara, así que eso ya se hizo para proteger a la niña, al niño y al adolescente, así que no entiendo realmente cuál es la queja si las telenovelas las pasan en horario restringido, es decir, las telenovelas que pueden tener contenidos violentos son programadas en horario restringido; las otras telenovelas, que son más rosa, son transmitidas en horario para todo público. Ya ahí tienes un filtro para proteger a la niña, al niño y adolescente", asevera.
El autor de La viuda joven (2011) no se siente aludido por lo expresado por el jefe de Estado encargado en su alocución del pasado lunes. "En mis novelas yo siempre dejo claro que es una ficción. El público las ve como una ficción, no las ve como una novela realista social porque es contada como una fábula, un cuento. En tanto que en otras producciones se presentan hechos muy violentos basados en historias reales, entonces, claro, eso refleja una violencia más cercana y te golpea porque lo que precisamente quiere hacer ese tipo de novelas es golpear, sacudir a la audiencia".
La escritora Iris Dubs tiene una posición similar a la asumida por Hahn. "Primero, esas producciones deben ir en horario supervisado, es decir, que si son vistas por niños y adolescentes es bajo la responsabilidad absoluta de sus padres y representantes, como dice la ley. Y segundo, como comunicadores tenemos un compromiso social que es mostrar esas realidades, mostrar la verdad de cómo están nuestras sociedades y ese tipo de conflictos y la violencia forma parte de esa realidad", afirma.
La escritora de la novela Dulce amargo (2012), que está a punto de concluir su transmisión a través de la señal de Televen, subraya el hecho de que en muchas ocasiones "la ficción se queda corta al lado de lo que vivimos, por ejemplo, en Caracas, donde las cifras de homicidos en el mes de marzo ya pasa de ciento y pico. Esa realidad que nos pega a todos es irretratable, pero hay que denunciarla, hay que denunciar la violencia de alguna manera, ésa por lo menos es mi posición", dice Dubs.
@yolimer
Carlos Pérez, Mónica Montañés, Leonardo Padrón, Martín Hahn e Iris Dubs, todos escritores de dramáticos, expresan sus consideraciones ante esta declaración, en un momento en el que el género atraviesa una crisis de tal magnitud que hasta el Gobierno se ha animado a producir novelas como Amores de Barrio Adentro (2004), Caramelo e' Chocolate (2008), Teresa en tres estaciones (2012) y Guerreras y Centauros (en producción).
"Indudablemente siempre hay influencia desde todo punto de vista. La telenovela es un vehículo muy poderoso, pero, bueno, aquí en Venezuela no se hacen narconovelas, así que por ese lado uno debería estar más tranquilo, pues mientras estemos en el tema de las historias de amor y no nos metamos en asuntos que contribuyan a la crispación de la sociedad yo pienso que estamos bien", dice Carlos Pérez, quien acaba de terminar De todas maneras Rosa.
Sin embargo, el escritor no se alarma ante las afirmaciones de Maduro, porque piensa que las televisoras son cautelosas. "De pronto hay mucho de exageración en todo esto porque en los canales siempre hay mucho cuidado con qué se pone y qué no se pone para que no haya problema con el Gobierno, tanto es así que ya uno ha desarrollado cierta técnica para eludir esos escollos. Yo acabo de hacer una novela que no se mete con nadie. Ni siquiera habrán niñitos con pistolas de agua", asegura.
Mónica Montañés, conocida por abordar temáticas femeninas y relaciones de pareja, considera que es una diatriba muy compleja "porque está la inseguridad. La inseguridad o el narcolavado no lo inventa el escritor de telenovelas: es un problema que existe. El escritor o el canal decide retratarlo en una telenovela y el público decide seguirlo también. A la teleaudiencia le ha encantado ese tipo de telenovela. Cuando yo hice Harina de otro costal pasó coleto conmigo Más sabe el diablo. La telenovela no crea el problema, solo lo refleja y la gente, por alguna razón, la sigue. El rating es evidente", destaca.
La autora de Válgame Dios (2012) sostiene que a las producciones nacionales no las toca ese tipo de críticas. "En la novela venezolana los escritores nos hemos esmerado en apoyar los valores familiares: el trabajo, el amor, o sea, nosotros más bien nos pasamos de gallos, pues somos súper correctos y me atrevería a decir que la temática nuestra es muy fresca, cotidiana y aborda otros problemas, muy distintos".
Ficción vs. realidad
"Yo creo que esas declaraciones son de un simplismo aterrador. Es el viejo truco de justificar la incompetencia oficial en su lucha contra la inseguridad adjudicando las razones de la violencia a un elemento como el de la programación televisiva. La violencia que hay en el país tiene muchísimas otras razones que son más complejas que una simple telenovela o una tanda de videojuegos caseros", sentencia Leonardo Padrón.
El escritor de La mujer perfecta (2010) analiza el panorama de la pantalla chica en la actualidad. "Si te asomas a la televisión nacional vas a ver que ahorita hay muy poca producción nacional de telenovelas, no existe Radio Caracas (Televisión), el canal 4 (Venevisión) no tiene una telenovela nacional al aire, no están transmitiendo ninguna narconovela, en fin, no tendrían por qué haber estos niveles de violencia del 2013, que superan los de 2012. Me parece fatuo intentar explicarle a Nicolás Maduro que las razones son mucho más profundas y me parece peligrosísimo que alguien que aspira a ser presidente de este país lea la complejidad nacional de una forma tan epidérmica y tan frívola".
Por su parte, Martín Hahn recuerda que existe una norma jurídica vigente en Venezuela que se ocupa de que, en el caso de que se transmitiera una telenovela o serie de televisión con esas características, las mismas no representaran una influencia negativa en los televidentes de esas edades.
"Hay una ley que establece el tipo de programas y la audiencia que debe ver ese programa y es bastante clara, así que eso ya se hizo para proteger a la niña, al niño y al adolescente, así que no entiendo realmente cuál es la queja si las telenovelas las pasan en horario restringido, es decir, las telenovelas que pueden tener contenidos violentos son programadas en horario restringido; las otras telenovelas, que son más rosa, son transmitidas en horario para todo público. Ya ahí tienes un filtro para proteger a la niña, al niño y adolescente", asevera.
El autor de La viuda joven (2011) no se siente aludido por lo expresado por el jefe de Estado encargado en su alocución del pasado lunes. "En mis novelas yo siempre dejo claro que es una ficción. El público las ve como una ficción, no las ve como una novela realista social porque es contada como una fábula, un cuento. En tanto que en otras producciones se presentan hechos muy violentos basados en historias reales, entonces, claro, eso refleja una violencia más cercana y te golpea porque lo que precisamente quiere hacer ese tipo de novelas es golpear, sacudir a la audiencia".
La escritora Iris Dubs tiene una posición similar a la asumida por Hahn. "Primero, esas producciones deben ir en horario supervisado, es decir, que si son vistas por niños y adolescentes es bajo la responsabilidad absoluta de sus padres y representantes, como dice la ley. Y segundo, como comunicadores tenemos un compromiso social que es mostrar esas realidades, mostrar la verdad de cómo están nuestras sociedades y ese tipo de conflictos y la violencia forma parte de esa realidad", afirma.
La escritora de la novela Dulce amargo (2012), que está a punto de concluir su transmisión a través de la señal de Televen, subraya el hecho de que en muchas ocasiones "la ficción se queda corta al lado de lo que vivimos, por ejemplo, en Caracas, donde las cifras de homicidos en el mes de marzo ya pasa de ciento y pico. Esa realidad que nos pega a todos es irretratable, pero hay que denunciarla, hay que denunciar la violencia de alguna manera, ésa por lo menos es mi posición", dice Dubs.
@yolimer
No hay comentarios:
Publicar un comentario