Desastre demográfico tras 1492 no fue sólo culpa española, según ensayista
Agustín Muñoz Sanz rebate buena parte de la "leyenda negra" de la conquista de América
EL UNIVERSAL
sábado 16 de marzo de 2013 12:33 PM
Mérida.- Un ensayo del médico español Agustín Muñoz Sanz rebate buena parte de la "leyenda negra" de la conquista de América, y concluye que no se puede achacar únicamente a la "espada y la cruz" de los españoles el desastre demográfico en el continente.
El doctor Muñoz Sanz es jefe de la Unidad de Patología Infecciosa en el Hospital "Infanta Cristina" de Badajoz, en la región española de Extremadura, al oeste de la Península.
Aspectos tan diferentes como la violencia, las sequías, los terremotos, las enfermedades, el alcoholismo, el canibalismo y los suicidios en masa, entre otros factores, unas veces secuenciales y otras coetáneos, fueron, a su juicio, la causa del problema demográfico que se produjo entre 1492 y 1592 en tierras americanas.
La disparidad de las cifras es enorme, pero generalmente se ha aceptado que hubo zonas, como el Caribe, donde el 90% de la población desapareció 20 años después de la llegada de Cristóbal Colón, aunque en ello tuvieron mucho que ver la gripe, la viruela y el sarampión, ha asegurado el médico y ensayista en una entrevista con Efe.
Muñoz Sanz, profesor de Patología Infecciosa de la Universidad de Extremadura, autor de una docena de publicaciones, entre novelas, ensayos, libros de viajes, cuentos y obras de teatro, ha publicado recientemente "La leyenda negra. Historia natural y moral de una catástrofe ecológica (1492-1592)".
Libro en el que aborda "el mito del paraíso", la salud de los precolombinos, la crueldad de los invasores, las epidemias, los fenómenos naturales, el catastrofismo indígena y el "resultado funesto" del consumo de alcohol y coca, entre otros temas.
En él parte de una actitud "ecléctica", sin un "juicio previo", según ha asegurado, y a partir de ahí maneja numerosos libros y artículos con visiones opuestas sobre el tema, además de cartas o documentos oficiales.
Un papel fundamental juega la "Historia natural y moral de las Indias", de 1590, de José de Acosta, al que pretende rendir un homenaje por sus estudios antropológicos y por ser el primero en advertir sobre la multiplicidad de factores como causante de la tragedia demográfica.
Muñoz Sanz reconoce "barbaridades, atrocidades, abusos y vilezas" contra los indígenas, según el prólogo, pero rechaza la visión "simplista" de la existencia de un "genocidio español".
Alerta de que, además de conquistadores, traficantes de esclavos y "chusma", en los mismos barcos viajaron a América cirujanos, intelectuales, cronistas, hombres de leyes y muchas personas con formación profesional y humanística.
Por ello, el libro es la "visión de los sorprendidos", frente a la de los "vencidos", y destaca el hecho de que un "bulo" sin base científica surgido en el siglos XVI tenga vigencia 500 años después.
A su juicio, es sustentado por sectores de la "inteligentzia" universitaria, mediática y política anglosajona, además de ser "teta inagotable" que nutre el afán revisionista de algunos latinoamericanos.
El médico ha insistido en el importante papel que jugaron las enfermedades infecciosas que entraron de forma "natural" en el Nuevo Mundo y no fruto de lo que hoy se denominaría "guerra biológica". Aquí también advierte de que los animales, los "otros emigrantes", fueron "vehículos de enfermedades".
El escritor expone que la llegada de los españoles produjo un choque de civilizaciones, pero que también había grandes diferencias entre los indígenas, con pueblos muy desarrollados como los incas, los mayas y los aztecas y otros, como los arawak, muy primitivos.
En este sentido, cita casos como el de los otomíes, un pueblo enfrentado a Moctezuma, que se comían unos a otros y ofrecían sacrificios humanos a los dioses.
El autor valora el fenómeno del mestizaje, único en la historia, que significa "mezclar las lágrimas con la sangre que corre. ¿Qué puede esperarse de semejante brebaje?", según una cita del escritor colombiano Gabriel García Márquez que abre el libro.
La idea del ensayo surgió tras dar una conferencia en Huelva sobre la gripe de Colón y, aunque se ha centrado en su redacción durante los dos últimos años, lleva trabajando en él más de una década.
El doctor Muñoz Sanz es jefe de la Unidad de Patología Infecciosa en el Hospital "Infanta Cristina" de Badajoz, en la región española de Extremadura, al oeste de la Península.
Aspectos tan diferentes como la violencia, las sequías, los terremotos, las enfermedades, el alcoholismo, el canibalismo y los suicidios en masa, entre otros factores, unas veces secuenciales y otras coetáneos, fueron, a su juicio, la causa del problema demográfico que se produjo entre 1492 y 1592 en tierras americanas.
La disparidad de las cifras es enorme, pero generalmente se ha aceptado que hubo zonas, como el Caribe, donde el 90% de la población desapareció 20 años después de la llegada de Cristóbal Colón, aunque en ello tuvieron mucho que ver la gripe, la viruela y el sarampión, ha asegurado el médico y ensayista en una entrevista con Efe.
Muñoz Sanz, profesor de Patología Infecciosa de la Universidad de Extremadura, autor de una docena de publicaciones, entre novelas, ensayos, libros de viajes, cuentos y obras de teatro, ha publicado recientemente "La leyenda negra. Historia natural y moral de una catástrofe ecológica (1492-1592)".
Libro en el que aborda "el mito del paraíso", la salud de los precolombinos, la crueldad de los invasores, las epidemias, los fenómenos naturales, el catastrofismo indígena y el "resultado funesto" del consumo de alcohol y coca, entre otros temas.
En él parte de una actitud "ecléctica", sin un "juicio previo", según ha asegurado, y a partir de ahí maneja numerosos libros y artículos con visiones opuestas sobre el tema, además de cartas o documentos oficiales.
Un papel fundamental juega la "Historia natural y moral de las Indias", de 1590, de José de Acosta, al que pretende rendir un homenaje por sus estudios antropológicos y por ser el primero en advertir sobre la multiplicidad de factores como causante de la tragedia demográfica.
Muñoz Sanz reconoce "barbaridades, atrocidades, abusos y vilezas" contra los indígenas, según el prólogo, pero rechaza la visión "simplista" de la existencia de un "genocidio español".
Alerta de que, además de conquistadores, traficantes de esclavos y "chusma", en los mismos barcos viajaron a América cirujanos, intelectuales, cronistas, hombres de leyes y muchas personas con formación profesional y humanística.
Por ello, el libro es la "visión de los sorprendidos", frente a la de los "vencidos", y destaca el hecho de que un "bulo" sin base científica surgido en el siglos XVI tenga vigencia 500 años después.
A su juicio, es sustentado por sectores de la "inteligentzia" universitaria, mediática y política anglosajona, además de ser "teta inagotable" que nutre el afán revisionista de algunos latinoamericanos.
El médico ha insistido en el importante papel que jugaron las enfermedades infecciosas que entraron de forma "natural" en el Nuevo Mundo y no fruto de lo que hoy se denominaría "guerra biológica". Aquí también advierte de que los animales, los "otros emigrantes", fueron "vehículos de enfermedades".
El escritor expone que la llegada de los españoles produjo un choque de civilizaciones, pero que también había grandes diferencias entre los indígenas, con pueblos muy desarrollados como los incas, los mayas y los aztecas y otros, como los arawak, muy primitivos.
En este sentido, cita casos como el de los otomíes, un pueblo enfrentado a Moctezuma, que se comían unos a otros y ofrecían sacrificios humanos a los dioses.
El autor valora el fenómeno del mestizaje, único en la historia, que significa "mezclar las lágrimas con la sangre que corre. ¿Qué puede esperarse de semejante brebaje?", según una cita del escritor colombiano Gabriel García Márquez que abre el libro.
La idea del ensayo surgió tras dar una conferencia en Huelva sobre la gripe de Colón y, aunque se ha centrado en su redacción durante los dos últimos años, lleva trabajando en él más de una década.
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