ROBERTO LOVERA DE-SOLA
VARIACIONES SOBRE EL SOCIALISMO
VENEZOLANO
Refutación de una falacia histórica
según la cual Simón Bolívar fue socialista, interpretación de los avatares de la palabra
socialismo en la Venezuela actual y examen de las relaciones con los Estados
Unidos desde el socialismo autoritario chavista.
Caracas:
RJLDS Editor
2011
“El socialismo es la filosofía del
fracaso, el credo de la ignorancia, el evangelio de la envidia, su virtud
inherente es la repartición igualitaria de la miseria”.
Winston
Churchill(1874-1965).
“Cuando el parque era de uno solo entrábamos
todos; ahora que es todos, solo entra uno. A eso conduce la colectivización…a
eso se reducen las promesas marxistas”
Berthold Brecht(1898-1956).
“El socialismo solo funciona en dos
sitios, en el cielo dónde no lo necesitan y en el infierno donde ya lo tienen”
Ronald Reagan(1911-2004).
UNAS PALABRAS PARA COMENZAR
“Angustias de Venezuela.
Vuelve el alma contemplativa
al espectáculo de su dolor y de su
mal”.
Rómulo Gallegos(1884-1969):
El Forastero.
Caracas: Editorial Elite,1942,p.7
“Frente a la gran tragedia y el
azaroso vivir al día de la historia política venezolana”.
Mariano Picón Salas(1901-1965):
Comprensión de Venezuela.
Caracas: Monte Ávila
Editores,1976,p.115
Cuando el presidente Hugo Chávez(1954)
comenzó a divulgar la idea de que Simón Bolívar(1783-1830) había sido
socialista, todos, sobre todo los hijos de los años sesenta, como quien esto
escribe, pese a darnos cuenta de entrada en el error en que incurría el
mandatario, debimos acercarnos a las estanterías de nuestra biblioteca, tomar
nuestros viejos libros sobre el socialismo y repasarlos para poder explicar
ante la opinión pública, en columnas de prensa, clases o intervenciones
públicas, el grave error divulgado en aquel momento. De esas reflexiones
surgieron las páginas que el lector tiene ante sí. Sabemos que son amplias pues
nos fuimos deteniendo no solo en la refutación del punto que le dio nacimiento
sino en la práctica, también falaz, del socialismo que se ha propalado en el
país. Especialmente desde la pantalla chica con el agravante de que es el
mandatario, en un país presidencialista como el nuestro, quien habla, por lo
cual es creído por las gentes, y por poder encantatorio que tiene la televisión,
lo cual agrava el asunto.
Este que ofrecemos es a la vez un
ejercicio de crítica histórica y a la vez, constituye un texto de análisis político
cuando nos detenemos ante la divulgación del llamado Socialismo del siglo XXI,
que no existe en la teoría política y en la actitud del mandatario que se dice
socialista ante la escena mundial, sobre todo ante los Estados Unidos. Y desde
su socialismo propaga sus posiciones. Es por ello que aquí, además de la
referencia al Libertador, y de la impugnación del punto, seguimos aquí las idas
y vueltas de la palabra socialismo y su uso en la Venezuela chavista.
Debemos anotar también, y esto lo
consideramos de mayor importancia, que el socialismo del comandante Chávez es
una búsqueda quimérica. Nos explicamos: él llegó al poder, con su resentimiento
social conocido, con la idea de cambiarlo todo, así se lo declaró a Marcel
Granier durante el proceso electoral que lo llevó al poder: algo imposible,
teníamos en ese momento quinientos años de existencia histórica y casi
doscientos de vida independiente, ya lo que era Venezuela estaba fijado al
igual que sus hábitos colectivos. Nuestro sistema de vida era la democracia.
Pero Hugo Chávez pensaba que todo estaba tan mal que debía ser cambiado. De
allí que su gobierno, ya bien reconocido, desde el primer momento, por nuestros
analistas, como Manuel Caballero(1931-2010) primero en La gestación de Hugo Chávez[1]
y ahora en su Historia de los venezolanos
en el siglo XX[2]
haya sido un gobierno para destruir todo lo creado por la nación, no para construir
y menos para revisar y mejorar todo lo logrado por Venezuela no sólo desde
1958, la etapa que el mandatario mas odia sino todo lo creado por Venezuela
desde 1935, verdadero inicio de la democracia contemporánea. Invención del país
moderno que puede retrotraerse incluso a los años veinte, cuando gobernaba el
general Juan Vicente Gómez(1857-1935) y este creó, con sus grandes ministros y
asesores, el Estado Moderno. Así la
esencia de nuestra vida contemporánea, la que ha intentado cada día
destruir Chávez, no fue de cuarenta años, la iniciada en 1958 sino de más de
sesenta si las situamos en 1935, en el momento de la muerte del dictador. Pero
llegaríamos a los ochenta años si nos colocamos en el momento de la
instauración del Estado Moderno, verdadero comienzo de la Venezuela del siglo
XX, centuria en la cual nos dejó montado el tirano de La Mulera, al crear la
administración moderna, una situación económica inmejorable gracias al
petróleo, un ejército organizado y disciplinado el cual permitió la transición
pacífica que encabezó el general Eleazar López Contreras(1883-1973) sino además
un proceso institucional que solo se rompió el 18 de Octubre de 1945, porque
hasta la llegada de Gómez al poder fue institucional, según las reglas
jurídicas imperantes, pues él era aquel día, 19 de Diciembre de 1908 era el
vicepresidente de la República encargado de la presidencia. Y el proceso
institucional siguió. Y todo ese inmenso logro de seis décadas era imposible
interrumpirlo como no lo ha logrado hacer Chávez pese a todos sus intentos
porque pese a todo siempre ha encontrado a la sociedad democrática, siempre
formada por la mitad del país, enfrentándolo pese a todo lo hecho por él y sus
paniaguados.
Y, claro, como quería cambiarlo todo,
como declaró a Marcel Granier, con su demostrado desconocimiento de nuestra
historia, se agarró primero del Libertador y más tarde del socialismo, ya caído
en el mundo entero para el momento en que en 1999 llegó al palacio de Misia
Jacinta.
Y así como hizo pública su idea de
“refundar la República” cosa imposible porque incluso filosóficamente no se
puede refundar lo que está fundado. Así en su animadversión contra la
democracia venezolana, propia de toda la izquierda, buscó un asidero, una
novedad ideológica y la encontró en el socialismo autoritario que profesa.
Inventó entonces el “socialismo del siglo XXI”. Pero lo hizo, de allí el
anacronismo de su ideario, cuando el socialismo comunista había caído junto a
las piedras del Muro de Berlín(Noviembre 10,1989). Así su socialismo, si
seguimos al profesor Germán Carrera Damas(1930) es una “ideología de remplazo”:
lo inventado por la izquierda, sobre todo la latinoamericana, para no renunciar
a sus viejas concepciones,, todas frustradas. Pero lo que es peor: para no
examinar el sucederse del presente, la historia viva de nuestros días.
Pero su socialismo tiene mucho asidero
en las tendencias desesperadas de su personalidad: no sabe hacia donde
dirigirse. Pero además, como muy bien nos lo enseña la historia de nuestras
ideas, modo sólido de mirar el país, su socialismo se explica más por esa ansia
fantástica del venezolano de buscar el Dorado, lo irreal, lo que, según Arturo Uslar
Pietri(1906-2001), “termina en frustración, en desaliento y en perezosa
resignación” [3].
porque el venezolano, según el maestro Rómulo Gallegos(1884-1969) “se fuga
porque prefiere lo fantástico a lo real…ama la aventura, el gran esfuerzo del
momento, por incapacidad para el pequeño de todos los días”[4],
asunto tan bién interpretado por nuestro filósofo Rafael Tomás Caldera
Pietri(1945) en su indagación sobre el contrapunteo pesimismo-presunción en
nuestro vivir[5] .
Ese el lugar en donde debemos situar la búsqueda desesperada, lo es en grado
sumo, su propio discurso lo avala, de un modo distintos de mirar nuestra
realidad política. Manera anacrónica de observar el presente. Ha logrado echar
para atrás el país, sobre todo porque pese a su confeso socialismo él es más
bien un neo-caudillo que tiene sus pies puestos en nuestro siglo XIX. Por ello
es más cercano a caudillos y gamonales de ese tiempo, tal Joaquín
Crespo(1841-1898) a quien tanto se parece, y debemos por ello situarlo lejos de
los días en que vive.
Son todas estas reflexiones, que se
podrían ampliar mucho, lo que nos llevó a redactar estas hojas. Ha sido
escritas con sangre, padeciendo, con el dolor de patria que dijo el maestro
Gallegos en Reinaldo Solar, con el “mal de Venezuela” de Antonio Arraiz(1903-.1961)
que es angustia, amor, por la nación, por “los que llevamos en la sangre la
pasión y el deber del país” que dijo Picón Salas[6],
ya que como dijo el gran pensador citado hemos tratado de esculcar aquí “en el
espeso misterio de algunas urgencias venezolanas” [7].
Todo esto hemos tenido en la punta de los dedos sobre el teclado de la
computadora, así hemos concebido todo esto con “más transpiración que
inspiración” por ver el espectáculo de lo que vivimos, siempre empapadas
nuestras reflexiones con las lecciones de nuestra historia, el gran hiato en
que ha caído la vida nacional pues el chavismo nada tiene que ver con nuestra
manera de ser, con nuestro sistema de vida que es la democracia y la tolerancia.
Por ello todo esto lo inspira un lamento, las lagrimas, la aflicción martiana,
para nuestra tierra y gente, el treno, “!Proponemos un minuto de silencio!” con
el que se cierra Acto cultural(1974)
de José Ignacio Cabrujas(1937-1995).
Aunque junto al dolor resplandece la
palabra de Uslar Pietri: “Si algo hemos sido, es un pueblo que nunca se ha
resignado a la injusticia, no ha hecho pases con la indignidad…Más que tras del
caballo de los caudillos, nuestras gentes se fueron detrás de las palabras de
justicia y de igualdad que, taimadamente, habían aquellos o sus rábulas escrito
en sus banderas. Lo que además llamó el maestro el “canto de alerta de centinela
que pasa por las bocas de Bolívar, de Rodríguez, de Bello, de Toro, de Baralt,
de todos los que se han asomado al panorama de Venezuela con amor de
comprensión”
[8] . Y es ese amor de comprensión lo que le permitió poner
al pie de su examen de El proyecto de
América[9]
de Augusto Mijares(1897-1979) un programa de acción, o sea “la empresa de
hacer un país en Venezuela en Venezuela, que es algo más que hacer una
Constitución, que es más que levantar una tumba a los héroes, que es todavía
más que hacer una escuela para los niños y un hospital para los enfermos, que
es, por sobre todas esas cosas necesarias, la afirmación de una voluntad
colectiva de realizar sin tregua todas las tareas materiales y morales para que
en Venezuela haya pan sin amargura, trabajo sin rencor, abundancia sin
injusticia, palabra sin miedo, esperanza sin engaño y verdad en los hombres, en
los pensamientos y en las acciones”[10].
Tal todo lo que se ha dicho, la siempre “predica por el país ideal” del propio
Uslar, todo lo que no ha sido posible en estos años, que el presidente Chávez
escuche a los ciudadanos para darle un buen sendero al país. Todo eso que nos
ha llevado a asomarnos aquí a un recodo de lo dicho sin sentirlo ni profesarlo,
la imposible e irrealizable vía venezolana al socialismo, presentada
patéticamente por este mandatario, que ruega ser escuchado, cosa que ningún
líder político hace, pero la mayoría no lo hace porque nuestro sistema de vida,
insistimos en ello es otro.
[3] Arturo
Uslar Pietri: Del hacer y deshacer de Venezuela. Caracas: Publicaciones del
Ateneo de Caracas, 1963,p.8. En este libro nos ofrece el maestro Uslar, a
través de una serie de ensayos que se leen como vasos comunicantes, una suerte
de Historia de Venezuela.
[5] Rafael
Tomás Caldera Pietri: Ensayos sobre
nuestra situación cultural. Caracas: Fundación para la Cultura
Urbana,2007,p.63-89, se trata de un clarividente ensayo, como todos los que
escribe el notable y discretísmo pensador nuestro, un ideario que el país aun
no ha descubierto más allá del mundo académico.
[8] Arturo Uslar Pietri: “Una oración académica sobre el proyecto del
porvenir” en sus Obras
selectas. Caracas: Edime,1967,p.1361
[9] Augusto Mijares: El proyecto de
América. Caracas: Academia de Ciencias Políticas y Sociales,1960.64 p. Este
fundamental texto del maestro Mijares puede leerse también en Lo afirmativo
venezolano. Caracas: Monte Ávila Editores,1998,p.231-258
[10] Arturo Uslar Pietri: “Una oración académica sobre el proyecto del
porvenir” en sus Obras selectas,p. 1365-1366
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