26 de julio AÑO NUEVO MAYA 2017-2018: El Tiempo de la Semilla Cristal Amarilla
Salimos del año “tormenta espectral” para meternos en un tiempo “semilla” que comienza el día 26 de julio, y hasta el 24 de julio de 2018.
¿Qué nos trae esta nueva energía?
Hasta ahora reinó la intensidad del sello Tormenta Espectral: liberar y limpiar era lo esencial, entregarse al cambio que toca, “hacerse cargo” y tomar las riendas de generarlo. Porque la transformación ya no viene de afuera, sino que va por dentro.
Desde el 26 de julio un nuevo tiempo comienza para nosotros, la Semilla en esta frecuencia Cristal trae reunión para sembrar una nueva forma, para nacer a la esencia en grupo, para madurar aquello que quedó vivo, fuerte y purificado luego del pasaje del año Tormenta. Ahora hay que sembrar, concentrarse en lo que deseamos florecer de nosotros mismos en la tierra. ¿Qué nuevas creencias deseo germinar?
Universalizarse es parte del proceso, pero no para seguir modelos, banderas o líderes, sino para compartir aquella sabiduría que nace en todos al momento de guiarnos por el corazón. Cuando liberamos miedos, sacamos a la luz la magia que todos creamos y damos al conectarnos con el amor universal.
Si bien esta es la esencia del año Semilla, hay un recorrido de energía que acompaña el año, y este impulso es: florecer junto con otros.
Esta nueva etapa pide conectar con lo invisible. Pide abrirse a la magia que todos podemos manifestar si conectamos con el corazón, con aquello que nos da alegría, nos enaltece, y nos permite re-preguntarnos, ¿por acá hay alegría? ¿hay disfrute? ¿hay amor propio?
El desafío es justamente entrar en el tiempo interno, animarnos a ver y reconocer aquello que nos aleja de lo verdadero, de lo esencial, de la fuente. Respetar ideas ajenas, aceptar creencias sin dejar de practicar la propia. El servicio está en animarse a despertar, en animarse a volar el propio vuelo, sin imponérselo a otro y tampoco permitiendo que el otro me lo imponga. El despertar es colectivo, así como hay amor, hay furia. Somos el Yin y Yang planetario, los humanos somos la raza que da vida y mata.
Este año nos lleva a confiar en el propio poder y en el amor como la herramienta sanadora. Plasmar desde el arte la sanación, amarse de manera legítima e incondicional y dejar de tenerle miedo a lo cursi, ya que en lo simple está el cambio verdadero. La semilla es simple, y guarda en sí misma toda la información que deviene en crecimiento y en poder.
El mayor aporte planetario es ser consecuentes con nosotros mismos, con lo que creemos y creamos. Esta nueva etapa pide liberar miedos falsos, autoimpuestos, y comprenderlos, para separarlos del amor.
En este año semilla maduramos un propósito colectivo, afianzamos el alma para compartir la transformación.
Somos todos parte de una misma maestría, la de evolucionar siendo felices, la de despertar a algo mejor y tener compasión por aquello que aún sigue enceguecido en una forma vieja. Si muchos cambiamos de piel, eso se vibra en un todo. Si creemos en la magia, hay que hacerla y practicarla, hay que sembrarla cada día, volverla rito, y animarnos a recordar nuestra misión de amor en la tierra.
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