Casa de la Estrella. Donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830.

Casa de la Estrella. Donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830.
Casa de la Estrella, ubicada entre Av Soublette y Calle Colombia, antiguo Camino Real donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830, con el General José Antonio Páez como Presidente. Valencia: "ciudad ingrata que olvida lo bueno" para el Arzobispo Luis Eduardo Henríquez. Maldita, según la leyenda, por el Obispo mártir Salvador Montes de Oca y muchos sacerdotes asesinados por la espalda o por la chismografía cobarde, que es muy frecuente y característica en su sociedad.Para Boris Izaguirre "ciudad de nostalgia pueblerina". Jesús Soto la consideró una ciudad propicia a seguir "las modas del momento" y para Monseñor Gregorio Adam: "Si a Caracas le debemos la Independencia, a Valencia le debemos la República en 1830".A partir de los años 1950 es la "Ciudad Industrial de Venezuela", realidad que la convierte en un batiburrillo de razas y miserias de todos los países que ven en ella El Dorado tan buscado, imprimiéndole una sensación de "ciudad de paso para hacer dinero e irse", dejándola sin verdadero arraigo e identidad, salvo la que conserva la más rancia y famosa "valencianidad", que en los valencianos de antes, que yo conocí, era un encanto acogedor propio de atentos amigos...don del que carecen los recién llegados que quieren poseerlo y logran sólo una mala caricatura de la original. Para mi es la capital energética de Venezuela.

domingo, 30 de julio de 2017

Cualquier parecido con la realidad venezolana es pura coincidencia


Los Congresos del PC de la URSS cumbres de las intrigas y del culto al jefe
“A pesar de que para el público se anunció que tras la muerte de Stalin existiría una dirección colectiva del partido, las intrigas prosperaron en el curso de 1953 y años siguientes”. Serie “Hechos y personajes de la revolución rusa en su centenario (7 de noviembre de 1917 - 2017)”. Parte XXVI
XX Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética PD
Por ANTONIO GARCÍA PONCE
29 DE JULIO DE 2017 01:00 AM
La preparación de los congresos del Partido Comunista de la URSS muestra cómo se echaba a un lado la incorporación de la militancia a las discusiones del temario y a las votaciones de los organismos dirigentes, mientras se cocinaban en las alturas y bajo la mirada vigilante de José Stalin las cuestiones más candentes, entre ellas el nombramiento de los integrantes del Comité Central, la Comisión de Control y el Buró Político. La costumbre de realizar los congresos anualmente a partir de 1917 operó durante la vida de Lenin y hasta 1925, un año después de su muerte. Pero, el siguiente congreso (el XV) tuvo lugar en 1927, el XVI en 1930, el XVII en 1934, el XVIII en 1939 y el XIX, dieciocho años después, en 1952; largos espacios para que maduraran los reacomodos de la nomenklatura.
El XIX Congreso estuvo marcado por la sucesión de Stalin, quien ya tenía más de 70 años de edad y su vida terminaría cinco meses después. Los así llamados archivos Hoover, de la Universidad de Stanford, han sido estudiados en fecha reciente por los historiadores Aleksei Tíjonov y Paul R. Gregory, y encontraron abundante material sobre los entretelones de la preparación del Congreso.
En las reuniones preparatorias, empezaron a formarse varios grupos. Estaban los sobrevivientes de la Vieja Guardia: Vyacheslav Molotov, Kliment Voroshilov, Anastás Mikoyán y Lázaro Kaganovich. Y estaban los de relevo: Andrei Zhdanov, Georgy Malenkov, Lavrenti Beria, Nikolai Voznesensky, Alexei Kosyguin y Nikita Jruschov. El gran jefe no simpatizaba mucho con Molotov, a quien criticaba a menudo en las reuniones del BP. Y lo mismo sucedía con Mikoyán. Quiso, entonces, que su sucesor fuera Andreí Zhdanov, hombre de suma confianza, puesto al frente de la nueva Internacional (Cominform) y casado con la hija única de Stalin. Pero, Zhdanov se enferma y muere en 1948, en medio de la sospecha de que sus médicos tratantes ocultaron el diagnóstico de infarto de miocardio y recetaron medicamentos inadecuados. Zhdanov formaba parte del grupo de Leningrado, junto con Voznesensky, pero este también abandona la escena al ser criticado por falta de vigilancia; es destituido, en septiembre de 1949, como jefe de Gosplan, bajo la acusación de haber desobedecido deliberadamente una orden de Stalin; es detenido junto con varios de sus parientes y ejecutado el 1° de octubre de 1950, al invocarse la norma “Sobre la responsabilidad de la distribución de los secretos del gobierno y la pérdida de los documentos que contienen secretos del gobierno”.
Queda ahora en muy buena posición el grupo Malenkov-Beria. Otro candidato, Jrushchov, cuenta con el apoyo de Kaganovich. Y el gran ganador es Malenkov, a quien le toca el honor de presentar el informe del Comité Central ante el Congreso, en vez de Stalin, quien apenas pronuncia unas pocas palabras.
En su informe, Malenkov eleva el culto de la personalidad de Stalin a alturas increíbles. Dice que el gran jefe ha dado solución científica a diversos problemas que tiene relación con el pronto paso de la URSS a la etapa del comunismo (la abolición de la antítesis entre la ciudad y el campo, y entre el trabajo físico y el trabajo intelectual). Además, ha hecho el gran descubrimiento en el terreno de la economía política de dos leyes, que son: la ley económica fundamental del capitalismo moderno y la ley económica fundamental del socialismo. La primera reza que el objetivo del capitalismo es “asegurar el máximo beneficio capitalista, mediante la explotación, la ruina y la depauperación de la mayoría de los habitantes de un país dado, mediante el avasallamiento y el saqueo sistemático de los pueblos de otros países, principalmente de los países atrasados, y, por último, mediante las guerras y la militarización de la economía nacional, a las que se recurre para asegurar el máximo beneficio”. Y la segunda expresa que la exigencia del socialismo es “asegurar la máxima satisfacción de las necesidades materiales y culturales, en constante ascenso, de toda la sociedad, mediante el desarrollo y el perfeccionamiento ininterrumpidos de la producción socialista sobre la base de la técnica más elevada”.
Y todavía más, Stalin también ha descubierto otra ley: la ley económica objetiva de la armonía obligatoria entre las relaciones de producción y el carácter de las fuerzas productivas.
¿Falta otra cosa en los aportes de Stalin al marxismo y la ciencia? Malenkov afirma que el gran jefe acaba de escribir otra obra clásica (además de la anterior titulada Problemas económicos del socialismo en la URSS, 1952), que es El marxismo y los problemas de la lingüística (1950), en la que eleva a un nivel nuevo y superior los principios fundamentales de la teoría marxista sobre el carácter objetivo del desarrollo social, y desarrolla aún más la teoría del materialismo dialéctico e histórico, como la base teórica del comunismo.
De esta manera, el discurso de Malenkov remacha el culto a Stalin para que se sepa que, antes de su muerte, el marxismo se ha convertido en marxismo-leninismo-stalinismo.
No obstante, la burocracia soviética mantiene y ahonda su carácter canibalesco. A pesar de que para el público se anunció que tras la muerte de Stalin existiría una dirección colectiva del partido, las intrigas prosperaron en el curso de 1953 y años siguientes. Beria fue detenido sorpresivamente en el Kremlin en julio del 53 y fusilado en diciembre. Malenkov, que poseía los cargos de primer ministro y primer secretario del partido, entregó la jefatura del partido a Jrushchov y, más tarde, fue sacado de todo cargo en Moscú y enviado a dirigir una central eléctrica lejos de la capital. Molotov también salió de Moscú para ser embajador en Mongolia. Y el tercer miembro de lo que se llamó el grupo anti-partido, Kaganovich, también salió de Moscú para dirigir alguna industria de menor importancia.
Las zancadillas en esta lucha desplegada en la postguerra, durante la celebración del XIX Congreso y tras la muerte de Stalin, dan paso al misterio con que se quiso rodear el informe de Jrushchov al XX Congreso (1956), quien explicó diversos detalles de los crímenes del Gran Jefe, etiquetados con el calificativo de culto a la personalidad. El informe secreto logró filtrarse de todas maneras y pudo publicarse a las pocas semanas en Belgrado y Washington. Hubo que esperar el año de 1988 para que el público de la URSS lo conociera
Fuentes consultadas
El archivo del XIX Congreso (RTsHINDI, fond 592, 113 files). Aleksei Tikhonov y Paul R. Gregory. En: CRÍTICA MARXISTA-LENINISTA. Internet. 1913.
Stalin: nueva biografía de un dictador. Oleg V. Khlevniuk. Amazon. 2016.

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