Casa de la Estrella. Donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830.

Casa de la Estrella. Donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830.
Casa de la Estrella, ubicada entre Av Soublette y Calle Colombia, antiguo Camino Real donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830, con el General José Antonio Páez como Presidente. Valencia: "ciudad ingrata que olvida lo bueno" para el Arzobispo Luis Eduardo Henríquez. Maldita, según la leyenda, por el Obispo mártir Salvador Montes de Oca y muchos sacerdotes asesinados por la espalda o por la chismografía cobarde, que es muy frecuente y característica en su sociedad.Para Boris Izaguirre "ciudad de nostalgia pueblerina". Jesús Soto la consideró una ciudad propicia a seguir "las modas del momento" y para Monseñor Gregorio Adam: "Si a Caracas le debemos la Independencia, a Valencia le debemos la República en 1830".A partir de los años 1950 es la "Ciudad Industrial de Venezuela", realidad que la convierte en un batiburrillo de razas y miserias de todos los países que ven en ella El Dorado tan buscado, imprimiéndole una sensación de "ciudad de paso para hacer dinero e irse", dejándola sin verdadero arraigo e identidad, salvo la que conserva la más rancia y famosa "valencianidad", que en los valencianos de antes, que yo conocí, era un encanto acogedor propio de atentos amigos...don del que carecen los recién llegados que quieren poseerlo y logran sólo una mala caricatura de la original. Para mi es la capital energética de Venezuela.

miércoles, 19 de julio de 2017

¿POR QUÉ LO QUE SUFRIMOS DESDE 1999 NO ES REVOLUCION NI ES BOLIVARIANA? Roberto Jose Lovera De Sola


Nota para entender por que Roberto Lovera comienza citando a Michelle Roche Rodriguez en su análisis:
Sábado 21 de Septiembre de 2013 08:00
Por: Roberto Lovera De-Sola
Michelle Roche Rodríguez(1979) es ya, a sus treinta y cuatro años, una destacada joven periodista y crítico literario venezolana, quien cada día nos ofrece desde las páginas culturales de El Nacional el registro del suceder en ese campo. Hizo sus estudios en la Universidad Católica Andrés Bello(2002) y la maestría en Artes, Humanidades y Pensamiento Social en la Universidad de Nueva York(2008). También cultiva la narración corta. Aunque debe haber escrito sus trabajos de investigación y sus tesis como producto de sus estudios, es su Album de familia. Conversaciones sobre nuestra identidad cultural. (Caracas: Alfa, 2013. 247 p.) su primer libro impreso.
Se trata de una obra sobre la identidad venezolana, sobre la cultural específicamente, hecho a través quince diálogos en profundidad con destacados autores y autoras de nuestros espacios culturales, disidentes y chavistas, los cuales, curiosamente, coinciden en el análisis de nuestra problemática en ese campo. Tanto que deberían sentarse los quince en una mesa de diálogo, para lo cual ofreceríamos, si llegara el día, nuestra propia sede para la realización de tal coloquio, sobre todo porque aunque la Fundación Herrera Luque ha sido considerada una institución escuálida ha sido la única en que unos y otros han tenido siempre la puerta abierta, aunque los segundos si bien reciben y aceptan nuestras invitaciones luego no se presentan los días de las actividades para las cuales han sido convocados…Nosotros hemos siempre sentido la necesidad de ese diálogo, sin el cual la nación no puede andar por las sendas que deseamos todos, sobre todo cuando, desde el 14 de abril de 2013, la oposición es mayoritaria, como el propio CNE lo ha reconocido. En esto de la necesidad del diálogos entre unos y otros los venezolanos democrátas estamos como estuvieron los israelistas, en espera de sentar en una mesa a los palestinos, cosa que un día lograron. Tanto que la noche(noviembre 19,1977) en que el presidente Egipcio Anwar El Sadat(1918-1981) bajo de su avión en el aeropuesto de Jerusalem y se se acercó a saludar a la líder judía Golda Meir(1898-1978) esta le dio la mano diciéndole “por qué ha tardado tanto tiempo para venir”. Así estamos nosotros los disidentes, en espera de la mesa de conversaciones, para llegar a una concertación, esa que Venezuela necesita.
Sobre el por qué del título de este libro, Album de familia, en las propias páginas de este estimulante volumen su título lo define muy bien el profesor Marcelino Bisbal al decir “A la identidad…la podemos comparar con un album de familia donde solo los parientes reconocen de una ojeada los reretratos…los extraños son excluidos de este diálogo silencioso: no tienen la identidad del grupo”(p.106). Eso pretende ser este volumen, un espejo en el cual mirarnos.
Lo que nos Sucede
Lo que nos sucede en el campo cultural, sobre todo en la alteración de la historia, lo que dio nacimiento a lo que nosotros hemos denominado las “falacias históricas del chavismo”2, lo define muy bien el historiador Elías Pino Iturrieta(1944), uno de los mejores estudiosos de esta tragedia colectiva que ha significado el chavismo, al explicar: “La nueva Constitución(1999) que modificó el nombre del país significó la amputación de la historia y el establecimiento de la Independencia como período central, lo cual significó la negación de la Colonia y de todo lo que se hizo antes de la llegada de Chávez. Se trata de un nuevo mandamiento que nos hace a la fuerza bolivarianos a todos por mandato constitucional”(p.21).
En esto, que dice Pino Iturrieta muy bien, no hay que olvidar que el período Colonial, o Provincial, como lo denomina Guillermo Morón(1926)3, es el tramo más largo de nuestra historia(1498-1810), trescientos doce años(312), en cambio la emancipación tiene doscientos tres años(1810-2013). Así se han impuesto como el único tiempo válido los viente años de la Independencia, los que van de 1810 a 1830, cesando los combates bélicos no en 1821, con la batalla de Carabobo(junio 24,1821) como siempre se ha dicho, sino en 1823, con la Batalla Naval del Lago de Maracaibo(julio 24,1823) y la Toma de Puerto Cabello(noviembre 8, 1823). Aunque, en verdad, solo fuimos plenamente independientes (marzo 30,1845) cuando la reina de España, Isabel II(1830-1904), firmó el tratado del reconocimiento de nuestra independencia en 18454. Y la conclusión es sencilla: una nación que tiene quinientos quince años(515) no puede depender solo de veinte años de su vida. De hecho, he aquí otro nuevo error de darle la espalda a la colonia, los hombres de la “generación de la Independencia”5 nacieron todos durante el siglo XVIII, en uno de los períodos más plenos de nuestro pasado, los días de la Compañía Guipozcoana(1728-1785) y de la integración de Venezuela(1776-1803). Tanto que nosotros hemos llegado a la conclusión, después de largo estudio, de muchos años, que la Independencia debe ser considerada como la madurez del período colonial, tanto como el Renacimiento fue la plenitud de la Edad Media. Todo esto dicho sin quitarle un ápice al esfuerzo ideológico que significó ese proceso emancipador, mucho más importante que las acciones militares, porque siempre hubo un pensamiento civil y dirigentes no militares, fundamentales casi todos. Todo esto el el chavismo lo soslaya. El Libertador fue, entre ellos, la cohabitación en una sola persona, del oficial y del civil pensador.
¿Por qué no es Revolución?
Otro hecho, en el que Michelle Roche Rodríguez, nos pone a pensar, es en el llamar estos tiempos trágicos Revolución Bolivariana, cuando esta no es ni lo uno ni lo otro. No es Revolución porque Hugo Chávez llegó al poder una década después de cuando el tiempo de las revoluciones se había cancelado. Elllo sucedió en Berlín, el 10 de noviembre de 1989, el socialismo autoritario cayó entonces, los países europeos que habían estado bajo la férula de Moscu se habían convertido, en esos díez años, en naciones democráticas, casi todas en procesos pacíficos, con la excepción de Rumania. Alemania se había unificado(1990) y la URSS había desaparecido(1991). Vivímos un nuevo tiempo, el de la democracia plena. Los antiguos países comunistas se han convertido en miembros de la Unión Europea, algunos con sus nuevos nombrres, incluso también los países Bálticos. Y Rusia, es nuestro vaticinio, algún día tocará sus puertas.
Este luminoso proceso se engendró desde muy atrás, entre otras cosas porque los seres humanos no sabemos vivir sin libertad. Para nosotros todo se inició con el levantamiento de Hungría en los años cincuenta(octubre 24,1956); más tarde, la fecha es esencial, con la Primavera de Praga(abril 15,1968), precisamente el mismo año, y en los mismos días de la libertaria Revolución de Mayo en Paris(mayo 29,1968). Los procesos húngaro y checo fueron cancelados por las invasiones de las tropas Rusas, Hungría(noviembre 4) y mas tarde Checoeslovaquia(agosto 20,1968). Pero la semilla quedó sembrada. Así su proceso final se inició con las huelgas de Polonia en 1980, encabezadas por su líder Lech Walesa(1943); por el anuncio de la “perestropika”, de Mijail Govachov(1931), en 1985. Y, ya en 1989, con las elecciones en Polonia; con la apertura de las fronteras de Hungría, que puso a andar de nuevo el reloj de la historia(septiembre 11,1989) y con la caída del Muro de Berlín y los sucesos que antes hemos enumerado. Allí el tiempo de las revoluciones, iniciado en el siglo XVIII, cesó entonces. Y la palabra revolución desapareció del vocabulario politico. Quedó sólo para el análisis de la historia. Y podría decirse también que el socialismo autoritario caído pasó al “basurero de la historia”, la expresión de León Trotski(1879-1940) para referirse a toda idea politica que había dejado de tener sentido6.
Así en ninguna parte, menos entre nosotros, se podía hablar de Revolución una década más tarde de todos los sucesos decisivos que hemos enumerado.
Todo lo sucedido a partir del 10 de noviembre de 1989 había sido vaticinado ampliamente. Entre nosotros con el clarividente libro de Carlos Rangel(1929-1988), El tercermundismo, publicado siete años antes del suceso. Y a nivel global por el maestro mexicano Octavio Paz(1914-1998), el mayor pensador latinoamericano del siglo XX. Este años antes había mirado el siglo XX en su verdadera faz en su Tiempo nublado Fue Paz quien previó lo que iba a suceder en un discurso leído en Valognes, Francia(junio 22,1989), ciento trienta y un día antes del histórico acontecimiento. Allí expresó: “el fin del mito del socialismo autoritario…presenciamos el crepúsculo de la idea de la Revolución en su última y desventurada encarnación, la versión bolchevique”7.
Hoy sabemos por qué en Venezuela, pese a la propaganda, a los esloganes, no se puede hablar de Revolución. De hecho no la hemos tenido, lo que hemos tenido es destrucción de todo lo útil creado por nosotros, en los últimos casi noventa años, porque el Estado Moderno fue creado entre nosotros en los años viente, durante la dictadura gomecista. Y si contamos desde la muerte del gran dictador llevabámos para 1999 sesenta y cuatro años de acción positiva y no solo desde 1958, como el Comandante empezó a decir con su escaso sentido del suceder histórico. Sobre esto hay que recordar lo que dice el psicólogo Axel Capriles en una de las páginas del libro que comentamos: “Creo que los creadores de la democracia, a pesar de todos sus vicios y sus problemas, por lo menos tuvieron una visión, una idea, que lo menos arrigaron en nosotros la idea de la democracia, cuando desconocíamos esa forma política”(p.59). Y lo único que hemos tenido en los últimos quince años no ha sido revolución ni siquiera puede ser calificado de gobierno sino de destrucción. De hecho gobernar es muy distinto a mandar. Gobernar es preveer para proveer. Y, además, en este período, sólo hemos tenido caos, desorden y anarquía.
¿Por qué no es Bolivariana?
Y no es bolivariana porque ese Simón Bolívar(1783-1830) que pregonan no es el histórico. El verdadero es distinto. Es aquel que respaldan los 12.056 documentos que de él conocemos, dictados por él, redactados por sus amanuenses, secretarios y ministros, al menos hasta 31 de diciembre de 1825, en donde se cierra hoy la edición de los Escritos del Libertador, edición magistral detenida por orden del actual gobierno desde el momento en que aquellos sagrados papeles fueron sacados del Archivo del Libertador y del cuido por la Academia Nacional de la Historia, de un lugar donde habían todo aquello que contruibuía a su perservación. A estos infolios habrá que añadir los que escribió Bolívar en los años 1826-1830, los últimos cuatro años de su vivir, el último fue dictado, desde su lecho de muerte, a su sobrino Fernando Bolívar Tinoco(1810-1898), el 11 de diciembre de 1830. Sin ese conocimiento, y sin la lectura de las 300 obras interpretativas fundamentales que hay sobre el Libertador, no se le puede conocer. Y el chavismo, pese a que así lo propague, no conoce a Simón Bolívar. La única decisión correcta relacionada con él, fue la relativa a la octava estrella de la bandera, que en verdad si fue decretada por el propio Bolívar(noviembre 20,1817), producto de su euforia por la conquista de Guayana, pero que nunca fue puesta en nuestra bandera por nuestros sucesivos gobiernos. El régimen no es bolivariano, sino una “ideología de reemplazo”, como nos lo ha enseñado el maestro Germán Carrera Damas(1930), instaurada sobre el bolivarismo-militarismo8.
Otros Asuntos
No podemops hoy tocar, por la índole del libro de Micchelle Roche Rodríguez, asuntos que tienen honda gravedad en la consideración del actual gobierno, administración legicida que antes no habíamos tenido; el ser históricamente anacrónica pues sólo piensa en el pasado y nunca en presente y mucho menos en el futuro, lo que explica el por qué la historia en estos años, no ha sido leído como debe ser, y por qué no ha nutrido la acción política. Olvidando la adminición de Carrera Damas:
“Pueblo quen ignora su historia se extravía, y pueblo que no honra su historia descubre su flaqueza moral, no menos que su desnudez espiritual”9.
Y como otro hecho que mencionados y no podemos analziar hoy, y es de que gran gravedad también, es todo lo relativo a la forma como este gobierno maneja la cuestión inmternacional, fundamental en esta época de globalización. Ello nos aisla cada día más del mundo real en que vivimos.
¿Hubo Revolución Cultural?
En verdad es una nueva falacia el propalar que que “La cultura es esencial a la Revolución bolivariana. Ningún gobierno de la era electoral venezolana había puesto antes tanta atención al tema, no sólo desde el punto de vista formal sino desde el semántico, pues no solo desarrolló un enerme aparato institucional para el área, sino que reformuló algunos símbolos que habían sido, al menos desde 1958, imágenes de la identidad nacional”(p.9). De hecho los cuatro artículos culturales de la Constitución de 1999(números 98,99,100,101), sugeridos por el inolvidable Añejandro Armas, el único funcionario cultural de este gobierno bajo cuya égida, en el Conac, nunca hubo persecusión alguna contra ningún funcionario ni contra ningún trabajador cultural, cosa que se inicio bajo Manuel Espinoza. Estos artículos, pese a su sentido, nunca se han cumplido. En cambio los cuatro de la Constitución de 1961(números 78,79,80,83) dieron paso a un desarrollo cultural que fue fundamento de todo el progreso cultural y educativo logrado durante los cuarenta años de la República Civil(Manuel Caballero) o de la República Liberal Democrática (Germán Carrera Damas), ya que el vigor de nuestra literatura y nuestras artes era altísimo en 1998 y en ese momento también estaba sembrada toda la geografía venezolana de universidades y de bibliotecas, teníamos el Museo de Arte Contempráneo Sofia Imber, considerado el mejor museo de su género en América Latina, el sistema de Orquestas Juveniles, La casa de Bello, instiotución dedicada a estudiar nuestra pensamiento humanístico y la Biblioteca Ayacucho.
Y desde luego la supuesta “revolución cultural” iniciada en 2001 no es tal. Ni lo fue. Ni lo será. Es posible que los presupuestos dados hayan sido de 5000 millones de Bs.F. pero sabemos que las estadísticas de esta administración no son creíbles. Además lo que sucedió de verdad fue la creación de una estructura que partió en dos nuestra vida cultural, buenos los seguidores del Presidente, malos los opositores, cosa que nunca se había visto en la Venezuela democrática, sentido democrático que en letra reitera y consagra la carta de 1999. Y además, la Revolución Cultural, fue una estructura de persecusión a todo creador literario, a todo artista, a todo actor o actriz, a todo cineasta, a todo grupo teatral, a todo trabajador cultural, a todas las instituciones culturales independientes, privadas, a las cuales se les quitaron los subsidios. Y esos trabajadores culturales nunca fueron invitados, desde cierto tiempo, a ningún evento cultural organizado por el gobierno. De hecho la última vez en que nosotros fuimos invitados por ellos, se nos pidió hiciéramos una ponencia sobre los ganadores del Premio Nacional de Literatura, aceptamos, pero nos exigieron, días después, que presentaramos previamente lo que íbamos a leer, nos negamos a hacerlo. Después supimos que tenían temor que nosotros hablaramos contra el Presidente, cosa imposible, como dijimos al funcionario de marras, porque el Comandante nunca había recibido ese premio. Desde el 2001, y especialmente desde el 2005, la única politica que hubo fue la instauración de un “culturicidio”. Y todos los inmensos logros del desarrollo cultural, al menos desde 193610, cuando se creó la Dirección de Cultura y Bellas Artes del Ministerio de Educación, despues el Inciba, desde 1965 y más tarde del Conac, desde 1976, todas esta suma de actividades quedaron relegadas. De hecho el actual Ministerio de Cultura fue creado en base al proyecto realizado bajo la República Civil, tanto que hasta el funcionario que dirigió la comisión que lo preparó debió ser llamado para consultarle.
Se llegó a llamar delicuentes al trabajadores culturales democráticos, por uno de los Ministros de Cultura.
Sólo que nuestro proceso cultural no puede ser estimado, desde el gobierno(1935-1941) del Eleazar López Contreras(1883-1973), sólo desde el punto del apoyo recibido por los creadores desde el Estado, que fueron muchas y constantes, y a nadie se le impidió recibirlas como consecuencia de sus ideas politicas, así fueran contrarias a los gobiernos democráticos, como sucedió a la gente de izquierda, quienes se reincorporaron a la vida del país, derrotada la guerrilla, como consecuencia de la politica de pacificación, puesta a andar por el gobierno del presidente Rafael Caldera(1916-2009) en 1969. Siempre se respetó el pensamiento de cada uno, nunca se les persiguió ni se les censuró. Y la actividad creadora en todos los órdenes, que hoy no podemos entrar a señalar una por una, fue honda y constante. Y la cadena de las generaciones siguió hasta hoy. Porque inlcuso la llamada Revolución Cultural, instaurada en el 2001, no detuvo la acción de nuestros escritores, artistas, historiadores e intelectuales, esta siguió siendo tan fecunda que Venezuela vive hoy un momento luminoso en esos campos pese a la persecusión evidente a todos los que sabemos que la democracia es el sistema de vida de los venezolanos, desde muy atrás, desde 1810 y 1811, desde 1830, desde 1858, desde 1863, desde 1936, desde 1945, desde 1958. Y la oposición a este actual sistema de cosas nunca se ha detenido. Los venezolanos disidentes hemos demostrado nuestras fuerzas en las grandes marchas, émulas de la caraqueña del 14 de febrero de 1936, y en los procesos del Referendo(2004) cuando fuimos obligados a estampar nuestros nombres en el Firmazo, el Reafirmazo y los Reparos, y siempre millones de venezolanos firmaron, reafirmando así el carácter pleno de democracia que está en el corazón de los venezolanos. Mientras, el Comandante, nunca logró convencer del valor de sus ideas a la mitad del país, que siempre le adversó.
¿Existe el Socialismo del Siglo XXI?
No hay espacio hoy para el examen del socialismo, que es uno de los puntos de interés en la historia ideológica del chavismo. Poco entendido por ellos en su esencia. No formado por Carlos Marx(1818-1883) y Federico Engels(1820-1895), sino muy atrás, desde Gracchuss Babeuf(1706-1797), el verdadero padre de la tendencia, en los días de la Revolución Francesa, pero que pasó inadvertido realmente hasta los años cuarenta del siglo XIX11. Es por ello, que el Libertador no pudo ser socialista, pues no conoció tal pensamiento. Pero este asunto, tan interesante en la historia de las ideas no es nuestro asunto esta tarde12.
Pero si tiene un sesgo que queremos referir a través de una de las entrevistas de Michelle Roche Rodríguez. Hemos señalado varias veces que el llamado socialismo del siglo XXI no existe en la teoría politica. Aquí en Album de familia hemos hallado la mejor definición de este, reitera nuestro pensamiento. Fue dicho en la entrevista de nuestra magnífica historiadora Margarita López Maya, cuando todavía el presidente Chávez vivía. Con todo su saber ella explica:
“El socialismo del siglo XXI es una propuesta personal de Chávez, que incluye la concentración de poder y la fortaleza de su liderazgo. Cuando salió de la confrontación política que tuvo durante su primer gobierno(1999-2007), el presidente sintió que ya no tenía obstáculos para incrementar su más cara fantasía. Era el sueño de un adolescente: un futuro donde todos seremos felices y comeremos perdices a través del Socialismo del siglo XXI. Primero dijo que los principios de ese modelo eran la solidaridad, la fraternidad, el amor y la justicia, pero a medida que pasa el tiempo y esto se va concretando entró el patrón que vivimos ahora: el predominio militar, además de un Estado vertical y autoritario. Esto es muy distinto a la primera época del chavismo. Pero luego dijo: “El Estado soy yo”. En este país hay un proyecto fundamental que es la Constitución Nacional y otro sostenido por el dinero del presidente, así como por su habilidad politica para repartirlo en los momentos en que necesita legitimar su liderazgo. Ahora está en eso: regalando a manos llenas y endeudándose, incluso, porque la renta está colapsando de nuevo. Y ahora piensa llevarnos al socialismo, que considera la verdadera civilización para salir de la barbarie del capitalismo al que, según dice, nos llevó la democracia occidental. De nuevo, esto es un pensamiento mágico”(p.138).
Esta es la mejor definición de esta ilusión que hemos hallado en nuestras lecturas, comprendiendo, desde el principio, lo errónea que era tal concepción.
En verdad, lo recordaran ustedes, que al tratar de darle vida al Socialismo del Siglo XXI el presidente Chávez llegó al extremo de hacer una falsa interpretación del Libertador diciendo que este, un liberal y enciplopedista, había sido socialista. Pero él día que ante la Asamblea Nacional leyó una serie de citas de Bolívar diciendo que las consideraba muestras del socialismo de Bolívar, no se dio cuenta que lo que leía eran pensamientos rousonianos13. Nos referimos a Juan Jacobo Rousseau(1712-1778), un pensador de la Ilustración, este si tuvo relación con el Libertador. Se contó entre sus libros de cabecera. De hecho su ejemplar de El contrato social del ginebrino lo legó en su testamento a la Universidad de Caracas, aun puede verse, en bella vitrina, en la oficina del Rector.
Tiene Razon
Tiene razón Michelle Roche Rodríguez cuando afirma que pese a todo “Los cambios privilegiaron la centralización de las actividades culturales a través del nuevo ministerio(2005), restándole autonomía a las instituciones tradicionales”(p.10).Y, además, con esta observación, también suya, “Desde abril de 2001 los venezolanos, en el exilio o no, estamos obligados a interrogarnos constantemente sobre nuestro grado de filiación a la nación y sobre nuestra condición de ciudadanos en revolución. Adicionalmente, luego de los resultados de las elecciones del 7 de octubre de 2012 se hace apremiante la búsqueda de concordia entre oficialistas y opositores para que las decisiones politicas del futuro representen, no a una mayoría, sino a los venezolanos. Por eso la preguntas sobre qué signfica ser venezolano, así como también sobre los valores, símbolos y creencias de esta cultura no hacen sino multiplicarse”(p.11).
La Entraña de Album de Familia
La entraña de Album de familia es el hecho cultural. Por ello se nos necesario comenzar haciendo una observación, que poco se hace. Ella es que la cultura siempre ha sido globalizada, desde nuestros tatarabuelos los griegos. Y especialmente desde el primer viaje alrededor del mundo, de 1519-1522, de Fernando de Magallanes(c1480-1521) y Juan Sebastían Elcano(c1476-1526), en el siglo XVI, cuyo suceso fue contado por el humanista italiano Antonio Pigafetta(c1491-d1534), en su crónica El primer viaje en torno al globo(1525).
Por qué decimos esto, más allá del periplo Magallanes-Elcano. Lo afirmamos por el hecho que en toda formación cultural los que la hacemos no nos limitamos a los libros de nuestra esfera particular, a nuestro país, lo que sería un contrasentido cultural. Siempre para formarnos leemos las letras universales, desde Homero y la Biblia hasta nuestros días. Siempre leyendo, un griego, como ser el caso del dramaturgo Sófocles o de la poeta Safo; un latino, como Ciceron; un autor medieval, Dante, Bocaccio o Petraca; un francés como podría ser Montaigne, Voltaire, Stendhal, Flaubert, Balzac o Proust; un inglés, caso Shekespeare o Virginia Woolf; o un autor de habla inglesa, nacido en Irlanda, como James Joyce; un checo que escribió en aleman como Kafka: un español, caso Cervantes, Pérez Galdós o Clarín; un norteamericano, caso Walt Whitman o William Faulkner; un latinoamericano, caso Gabriel García Marquez; uno de nuestra tierra, Gallegos, Ramos Sucre, Uslar Pietri. Así siempre la cultura ha sido globalizada y ello mucho antes del proceso socio-económico de la globalización, sucedido en tiempos recientes, época en la que además de la gran transformación comunicacional todos los hombres y las mujeres nos hemos convertido en vecinos de una aldea global, surcada toda ella por los sátélites y por Internet.
Y junto a la cultura globalizada de hoy, vivimos también lo que Mario Varga Llosa(1936), nuestro flamante Premio Nóbel(2010), ha denominado “la cultura del espectáculo”14, proceso en el cual la frivolidad es su componente esencial, en todas las áreas, que él mismo analiza una tras otra.
La Cultura Venezolana
Ahora viendo nuestra cultura, antes de llegar al tema de la identidad nacional, raíz y esencia del libro de Michelle Roche Rodríguez, debemos señalar que según Ana Teresa Torres(1945), una de sus entrevistadas, en denso diálogo, nuestros mitos culturales recurrentes, son: “1) la creencia en un lider mesiánico, salvador y restaurador, que se convierta en el hombre providencial; 2) Relacionado con este es el culto bolivariano y sus derivados, como son la admiración por los militares asumidos como herederos de la gloria de Bolívar; 3) El tercer mito es la creencia de que este país es por siempre inmensamente rico y que la resolución de los problemas pasa por repartir esa riqueza; 4) la lectura de la historia como una permanente traición de los élite al pueblo; 5) una sociedad altamente dependiente de sus gobernantes, y del poder en general, y descreída en cuanto a sus propias capacidades de emprendimiento”(p.152-153,154).
También insiste Ana Teresa Torres en el hecho que aun “Los venezolanos no han leído con cuidado las señales que están en su literatura”(p.151). Y subraya, “Los temas[culturales] que se han introducido en los últimos tiempos son, en mi opinión, correctos, lo que es incorrecto es que se hayan planteado en forma excluyente: lo bueno y lo malo, lo que debe ser y lo que no…creo que se pueden definir cinco temas: lo endógeno versus lo importado; lo popular versus lo elitesco, el planteamiento étnico, la equidad social y la igualdad de género”(p.154).
La Identidad Nacional
Debemos abrir señalando que el problema de la identidad siempre ha sido nuestro, el asunto siempre nos ha inquietado, tanto que el maestro Arturo Uslar Pietri(1906-2001) anotó “Desde el siglo XVIII, por lo menos, la preocupación dominante en la mente de los hispanoamericanos ha sido la de la propia identidad”15, lo que el crítico uruguayo Fernando Ainsa(1937) ha señalado ser el tema predominante de la novela latinoamericana16.
Ello es así, a nuestra constante interrogante sobre este grave asunto el psicólogo Axel Capriles(1953) ha hecho otro proposición en uno de sus libros. El piensa lo contrario de los demás que plantean la identidad nacional, es esta la misma cita que hace Michelle Roche Rodríguez. El escribió: “En lugar de imaginar la identidad nacional como una esencia preexistente que se funda en el ser y no en el quehacer, necesitamos entenderla como una conciencia de derechos y deberes ciudadanos…En vez de buscar algo que permanece idéntico se trata de construir comunidad a través del hacer común”17.
Ahora bien, los venezolanos vivimos lo que nosotrps hemos denominado el “tiempo de la instrospección nacional”, la búsqueda de una respuesta, a lo que nos ha sucedido en estos tiempos. Por ello indica Ana Teresa Torres: “Ahora…buscan los libros de historia, ensayos sociales y politicos, sin percatarse de que hay muchos cambios reflejados en los libros de ficción”(p.151). La literatura, hay que decirlo es una de las dos formas de comprender a Venezuela, tanto como la historia. A veces la literatura, como lo podemos ver, sobre todo en las novelas históricas, llegan mucho más hondo que la historia. Y ello porque el historiador debe detenerse en el lugar en que terminan los documentos mientras que el escritor utiliza la imaginación para hacer luz en la historia. O como indica Guillermo Morón, “La novela no elimina la historia sino que la ilumina”18.
Las Observaciones sobre la Identidad Nacional:
Veamos algunas de las más lúcidas respuestas de los entrevistados por Michelle Roche Rodríguez. Dice Elías Pino Iturrieta: “El tema siempre tiene vigencia porque nos impele a averiguar qué nos distingue como sociedad; en estos últimos años…se vuelve crucial porque vivimos un intento de presentarnos como distintos de lo que éramos en el pasado, sobre todo en el reciente. Puede decirse que este es un intento vano del gobierno, pues la identidad es un proceso lento de evolución”(p.19). Y continúa: “Los dos fragmentos de identidad que nos dominan[son] el discurso del pueblo incompetente y el del republicanismo”(p.28).
La idea de la identidad que posee Axel Capriles ya la hemos presentado.
Por su parte el actor, autor y director teatral Javier Vidal(1953) señala: “La palabra identidad implica mismidad y ser…Creo que estamos viviendo la destrucción de una identidad que aún anda dando bocanadas fuera del agua. La neo-semántica revolucionaria chauvinista ha querido hacer tabula rasa al sentido raigal de la mismidad de nuestro ser, lo más profundo que puede tener un pueblo, e intenta sustentar nuestra concepción de la identidad nacional exclusivamente en las gestas de caciques y héroes militaristas y no ha privilegiado el arraigo de la historia civil al gentilicio”(p.79)
Y Marcelino Bisbal acota: “A la identidad…la podemos comparar con un album de familia donde solo los parientes reconocen de una ojeada los retratos del tío Victor o del primo Honorato y evocan implicitamente sus manías o sus anécdotas o sus anécdotas. Los extraños son excluidos de este diálogo: no tienen la identidad del grupo. En este tiempo de mundialización de la cultura es más fácil hablar en términos de identidad global, de mezclas interculturales e hibridación cultural. Porque si la identidad es el reconocernos ante los mismos signos de orden cultural, hoy los actores de la sociedad se identifican con signos-símbolos más bien globales. Incluso podemos hablar de una identidad tranacional o mundializada. Surge así el fenómeno de la globalización, donde lo local y lo global se hibridan y los rasgos de la producción cultyral globales se reencuentran con signos-símobolos locales”(p.106).
¿Qué Hemos Perdido?
Una interrogante que nos surgía una y otra vez, cuando sentados en nuestra butacada de leer pasabamos las páginas de Album de familia, era ¿qué hemos perdido?. Mucho sin duda, demasiado. Por ello Javier Vidal reflexiona: “Hemos retornado a la hacienda El Miedo de Doña Bárbara…Por ahora vence la barbarie, que tiene una conexión emocional con su ‘taita’. La civilización es racional y civil, palabra esta última de donde proviene su etimología y se emparenta con otros neologismos como la lógica, la coherencia, el razonamiento, el diálogo, el acuerdo, la relación, la negociación. Estos conceptos de civismo democrático los hemos perdido…Mas bien pensé en el llano que tenemos en Miraflores…Si existe una Doña Bárbara yo quiero que venga un Santos Luzardo. La verdad es que pobre no ha tenido mucho espacio”(p.79-80). Recoerdemos que Santos Luzardo quiere decir, en la novela del maestro Gallegos, “Santos Luz” o “Santos ardo en luz”. Luz y no oscuridad es lo que necesitamos. Ha sido muy grande la gran noche que se ha hecho sobre Venezuela en los últimos quince años.
Intento Actual Contra lo que Somos
Y ha sido oscuridad por su intento de reescribir la historia, sin reparar en la verdadera génesis y desarrollo de nuestros hechos, deteniéndose en su cómo, en su cuándo, en su de qué manera. Y desde luego, propalando las falacias históricas del chavismo.
La creación de una falacia histórica, debemos esclarecerla citando la mejor definición de este concepto que hemos hallado en nuestra exploración del tema. Esta es la de Jorge Olavarría(1933-2005). Es la siguiente: “Una falacia histórica, es un razonamiento falso que parte de premisas ciertas pero que por la forma como ellas son presentadas y aceptadas, lleva a conclusiones falsas. En algunos casos, una falacia histórica es el camino por el cual se llega a consagrar una mentira como una verdad y ésta es aceptada como verdad por quienes sospechan o saben que es una mentira, pero se empeñan en que sea verdad, ya sea porque ello conviene a un propósito convertido en dogma político; o sirve para encubrir hechos que se tienen como bochornosos y les ayudan a ocultar o preterir el complejo de culpa por conductas activas o omisivas….Si no hace un esfuerzo serio por desmontar la falsedad de esas falacias, el enigma seguirá siendo inescrutable. El primer paso para correr los velos que lo cubren es ordenar las falacias para abordarlas sistemáticamente”19.
Nosotros hemos logrado descubrir y esclarecer diez y seis de esas falacias20, pero ya tenemos dos más: la verdadera fecha del día de la bandera, alterado. Y la pregunta sí es verdad que Bolívar para participar en el gobierno de 1810 debió pagar. Esta, desde que nos fue hecha por una alumna nuestra, comprendimos cuál era su génesis, de dónde venía, quien la había inventado.
Sobre estos asuntos indica Pino Iturrieta: ”Se pueden intentar modificaciones, incluso decretarlas, pero en el fondo la sociedad generalmente responde de acuerdo con el mandato de sus difuntos. La sociedad es un reflejo de la mentalidad y es muy difícil que se pueda modificar por decreto oficial”(p.19). También indica: “En la medida en que intenta borrar esas memorias, aunque sea para reescribirlas, modifica los fundamentos de su propia influencia[el gobierno]”(p.22).
Esto es importante porque hemos visto lo sucedido con las alteraciones históricas impuestas por otro regímenes, sobre todo por los comunistas: Petrogrado fue cambiado por Leningrado, para volver, tras el fin de la URSS, a su verdadero nombre: San Petesburgo, que es el actual. Y, aquí, pronto habrá que devolver el nombre de Ramón Díaz Sánchez(1903-1968), altísima figura de nuestro humanismo, a la calle de El Paraíso que lo lleva y que fue cambiada por un nombre desconocido, se nos dijo que es el de un mártir de Irán.
Y Ana Teresa Torres indica: “Pero puedo decir que lo que deberíamos haber aprendido. En primer lugar, que la idea no es buscar un héroe ni un salvador, sino rehacer las instituciones; que no se trata de regalar la plata porque no somos ricos sino de promover la productividad…El país es un proyecto a largo plazo”(p.159-160).
¿Qué Hacer?
Lo que hay que hacer es toda una tarea, ya comenzada por varios intelectuales. La historia del chavismo no podrá ser contada con exactitud sin consultar a Manuel Caballero, a Simón Alberto Consalvi, a Elías Pino Iturrieta, a Armando Durán, a Ana Teresa Torres, a Alberto Barrera Tizska y Cristina Marcano y a los autores de hasta unos cerca de trienta libros, distintos a aquellos que son solo elogios del Comandante y su régimen, con los cuales no se puede componer ningún tipo de historia de un suceder.
Sobre lo que tocamos anota Marcelino Bisbal: “Quisiera un intelectual que tuviera una visión de totalidad pero que entendiera que la vida se juega en el día a día, en la cotidianidad”(p.110); Ana Teresa Torres: “Hemos escrito mucho, no solamente libros, y hemos tenido una presencia pública muy superior a la que pudimos tener en la década de los años ocenta o noventa. Cada uno ha expuesto su posición, sus ideas. De eso se trata. Pienso que ha habido una participación muy intensa”(p.153).
Crear Un Nuevo Heroismo
Y debemos crear un nuevo heroísmo. Dice Ana Teresa Torres, que la manera de combatir al héroe, sobre todo al castrense, es creando un nuevo heroismo civil, “en todo caso se puede mitigar con un discurso civilista, institucional, que se proponga que las sociedades necesitan transformaciones, pero desde sus posibilidades civiles, ciudadanas y politicas en el sentido literal de la palabra”(p.153). Y ella misma indica que lo que necesitamos es “Un relato civilista de nuestra historia… de modo que la pertenencia y el orgullo nacional no tengan como única base la gasta independentista, sino la creación de una república liberal, y la construcción social que los ciudadanos han hecho y siguen haciendo”(p.154)
Ello hay que hacerlo, sin olvidar que el primero que definió la sociedad civil fue el Libertador en la Carta de Jamaica(spetiembre 6,1815), dijo aquel día: “Nosotros somos un pequeño género humano; poseemos un mundo apate, cercado por dilatados mares; nuevos en casi todas las artes y ciencias, aunque en cierto modo viejos en los usos de la sociedad civil”21.
Y recordando que toda la obra de uno de los maestros intelectuales de nustro siglo XX, Augusto Mijares(1897-1979), estuvo dedicada al estudio de los rasgos de la sociedad civil y al estudio de las acciones de los civiles a lo largo de nuestra historia, eepecialmente desde 1830 hasta la década de los setenta en el siglo XX, cuando puso fin a su trabajo.
Y fue Mijares quien nos hizo ver cuál debía ser ese nuevo heroísmo del cual hablamos:
“La humanidad da dado siempre el título de heroísmo no al combatir vulgar, sino a una íntima condición ética, que es lo que pone al hombre por encima de sus semejantes: héroe es el que resiste cuando todos ceden; el que cree cuando los otros dudan; el que se rebela contra la rutina y el conformismo; el que se conserva puro cuando los otros se prostituyen”22. ¡Que así sea!.
Y gracias Michele Roche Rodríguez por ponernos a pensar tanto sobre nosotros mismos.

1 Trabajo leído en la tertulia “Al pie de la página”, en la sede de la Fundación Francisco Herrera Luque, en su sesión de la tarde del martes 10 de septiembre de 2013.
2 Ver Roberto Lovera De-Sola: “Las falacias históricas del chavismo” en La pregunta por la cultura. Caracaas: RJLDS Editor, 2012,p.63-286.
3 Guillermo Morón: Historia de Venezuela. Caracas: Italgráfica, 1971. 5 vols.
4 Tomas Polanco Alcántara: El Reconocimiento de Venezuela por España. Caracas: Banco de Venezuela, 1980. 186 p.
5 Pedro Grases: Obras. Barcelona-Caracas: Seix Barral, 1981-2002. 21 vols. Ver: “La generación de la Independencia”(t.III,p.1-19).
6 Robert Service: Trotski: una biografía. Barcelona: Ediciones B, 2010.735 p. Sobre el “basurero de la historia” ver la p.667, nota 40.
7 Las referencias que hemos hecho proceden del libro de Carlos Rangel es El tercermundismo. Caracas: Monte Ávila Editores, 1982. 286 p.. y Octavio Paz primero en Tiempo nublado. Barcelona: Seix Barral,1983. 206 p.. y en Poesía, mito y revolución. México: Vuelta, 1989,p.45-69. Nuestra cita procede de la p. 67, ensayo también inserto en su libro La otra vez. Caracas: Planeta, 1990,p.55-68. La cita procede de la p.67. Y tras la caída del Muro de Berlín publicó el mismo Paz su Pequeña crónica de grandes días. México: Fondo de Cultura Económica, 1990. 169 p., todo escrito como consecuencia de aquel hecho y sus consecuencias. En Venezuela el primero en registrar el suceso fue Arturo Uslar Pietri quien dedicó al tan singular hecho dos arttículos, aparecidos en su columna del diario de El Nacional, de Caracas: “El Muro de Berlín y el Tercer Mundo”(diciembre 10,1989) y “El Mraxismo-leninismo”(diciembre 17,1989), insertos en su Pizarrón. Caracas: Los Libros de El Nacional,2006,p.382-386. Del lado europeo, apenas sucederse la caida del Muro de Berlín, el gran pensador Isaias Berlín(1909-1987) escribió “La supervivencia de la inteliguéntsia rusa” inserto en su obra La mentalidad soviética. Madrid: Círculo de Lectores,2009,p.263-267, allí insitió que el suceso, como sucedió en todas las mentes democráticas y tolerantes del mundo, le habían producido “asombro, euforia, felicidad”(p.263). La bibliografía publicada sobre todo esto es amplísima. Y, además, la caída del socialismo nos ha permitido leer, además de los nanálisis, las obras de los escritores prohibidos y perseguidos dentro del mundo comunista, con lo cual no visión de la literatura de todos aquellos países se ha ampliado.
8 Germán Carrera Damas: El bolivarianimo-militarismo, una ideología de reemplazo.2ª.ed. Caracas: Alfa,2011.210 p.
9 Germán Carrera Damas: Aviso a los historiadores críticos. Caracas: Ediciones GE, 1995. 447 p. La cita procede de la p.425.
10 Rafael Fernández Heres: La instrucción de la generalidad. Historia de la Educación en Venezuela,1830-1980. Caracas: Ministerio de Educación,1981. 2 vols. La información está en el t.II,p.568.
11 El mejor estudio de esta tendencia, en todos sus autores es el del profesor británico G.D.H.Cole: Historia del pensamiento socialista. México: Fondo de Cultura Económica,1964. 6 vols.
12 Ver sobre esto nuestro Variaciones sobre el socialismo venezolano. Caracas: RJLDS Editor, 2012. 101 p.
13 Josefina López: “Lo que Chávez no dice del pensamiento de Bolívar”, en El Nacional, Caracas: enero 28,2007. En esta entrevista también aparecen los puntos de vista de los historiadores Elías Pino Iturrietra e Inés Quintero.
14 Mario Vargas Llosa: La cultura del espectáculo.Caracas: Alfaguara, 2012. 229 p.
15 Arturo Uslar Pietri: En busca del Nuevo Mundo. México: Fondo de Cultura Económica,1969. 221 p. Ver: “El mestizaje y el Nuevo Mundo”(p.9-26). La cita procede de la p.9.
16 Fernando Ainsa: Los buscadores de utopía. Caracas: Monte Ávila Editores,1977.429 p.
17 Axel Capriles: Las fantasías de Juan Bimba. Mitos que nos dominan, estereotipos que nos confuden. Caracas: Taurus,2011. 277 p. La cita procede de la p.34.
18 Guillermo Morón: Escritores latinoamericanos contremporáneos. Caracas: Equinoccio, 1979.387 p. La cita procede de la p. 330.
19 Jorge Olavarría: Gómez, un enigma histórico. Caracas: Fundación Olavarría, 2007. XXIII, 955 p. La cita procede de la p.15. Los subrayados son de Olavarría
20 Son las relativas. 1 y 2) a las faklsificaciones de los documentos de Manuelita Saenz; 3)el por qué de la destrucción de la estatua de Cristóbal Colón; 4) lo que significa la globalización; 5) la imposibilidad de que el Libertador fuera socialista; 6)la falsedad de que el Libertador fue asesinado en San Pedro Ajejandrino; 7) el volumen La carta que cambiará la historia, de Jorge Mier Hoffman; 8)la distorción de la figura de José Antonio Paéz; 98)la idea propalada del socialismo en Venezuela; 10)el sentido que debe tener la verdadera lectura de Marx; 11)las falacias que cubren la figura de Ezequiel Zamora; 12)la refuitación histórica de la película sobre este caudillo; 13)el significado de la paz de 1903; 14)el país pacífico; 15)la verdadera faz de la caída del comunismo; 16) el uso de la figura de Marco Tulio Cicerón.
21 Simón Bolivar: Escritos del Liberdor. Caracas: Sociedad Bolivariana de Venezuela/Academia Nacional de la Historia, 1964-2011. 33 vols. La cita procede del t.VIII,p.232.
22 Augusto Mijares: Lo afirmativo venezolano.3ra.ed.aum. Prólogo: Pëdro Grases. Caracas: Dimensiones,1980. 364 p La cita proviene de las p.32-33.




¿Por que no es REvolucion ni es Bolivariana?
Roberto Lovera De Sola.
Otro hecho, en el que Michelle Roche Rodríguez, nos pone a pensar, es en el llamar estos tiempos trágicos Revolución Bolivariana, cuando esta no es ni lo uno ni lo otro. No es Revolución porque Hugo Chávez llegó al poder una década después de cuando el tiempo de las revoluciones se había cancelado. Elllo sucedió en Berlín, el 10 de noviembre de 1989, el socialismo autoritario cayó entonces, los países europeos que habían estado bajo la férula de Moscu se habían convertido, en esos díez años, en naciones democráticas, casi todas en procesos pacíficos, con la excepción de Rumania. Alemania se había unificado(1990) y la URSS había desaparecido(1991). Vivímos un nuevo tiempo, el de la democracia plena. Los antiguos países comunistas se han convertido en miembros de la Unión Europea, algunos con sus nuevos nombrres, incluso también los países Bálticos.  Y Rusia, es nuestro vaticinio, algún día tocará sus puertas.
Este luminoso proceso se engendró desde muy atrás, entre otras cosas porque los seres humanos no sabemos vivir sin libertad. Para nosotros todo se inició con el levantamiento de Hungría en los años cincuenta(octubre 24,1956); más tarde, la fecha es esencial, con la Primavera de Praga(abril 15,1968), precisamente el mismo año, y en los mismos días de la libertaria Revolución de Mayo en Paris(mayo 29,1968). Los procesos húngaro y checo fueron cancelados por las invasiones de las tropas Rusas, Hungría(noviembre 4) y mas tarde Checoeslovaquia(agosto 20,1968). Pero la semilla quedó sembrada. Así su proceso final se inició con las huelgas de Polonia en 1980, encabezadas por su líder Lech Walesa(1943); por el anuncio de la “perestropika”, de Mijail Govachov(1931), en 1985. Y, ya en 1989, con las elecciones en Polonia; con la apertura de las fronteras de Hungría, que puso a andar de nuevo el reloj de la historia(septiembre 11,1989) y con la caída del Muro de Berlín y los sucesos que antes hemos enumerado. Allí el tiempo de las revoluciones, iniciado en el siglo XVIII, cesó entonces. Y la palabra revolución desapareció del vocabulario politico. Quedó sólo para el análisis de la historia. Y podría decirse también que el socialismo autoritario caído pasó al “basurero de la historia”, la expresión de León Trotski(1879-1940) para referirse a toda idea politica que había dejado de tener sentido[1].
Así en ninguna parte, menos entre nosotros, se podía hablar de Revolución una década más tarde de todos los sucesos decisivos que hemos enumerado.
Todo lo sucedido a partir del 10 de noviembre de 1989 había sido vaticinado ampliamente. Entre nosotros con el clarividente libro de Carlos Rangel(1929-1988), El tercermundismo, publicado siete años antes del suceso. Y a nivel global por el maestro mexicano Octavio Paz(1914-1998), el mayor pensador latinoamericano del siglo XX. Este años antes había mirado el siglo XX en su verdadera faz en su Tiempo nublado Fue Paz quien previó lo que iba a suceder en un discurso leído en Valognes, Francia(junio 22,1989), ciento trienta y un día antes del histórico acontecimiento. Allí expresó: “el fin del mito del socialismo autoritario…presenciamos el crepúsculo de la idea de la Revolución en su última y desventurada encarnación, la versión bolchevique”[2].
Hoy sabemos por qué en Venezuela, pese a la propaganda, a los esloganes, no se puede hablar de Revolución. De hecho no la hemos tenido, lo que hemos tenido es destrucción de todo lo útil creado por nosotros, en los últimos casi noventa años, porque el  Estado Moderno fue creado entre nosotros en los años viente, durante la dictadura gomecista. Y si contamos desde la muerte del gran dictador llevabámos para 1999 sesenta y cuatro años de acción positiva y no solo desde 1958, como el Comandante empezó a decir con su escaso sentido del suceder histórico. Sobre esto hay que recordar lo que dice el psicólogo Axel Capriles en una de las páginas del libro que comentamos: “Creo que los creadores de la democracia, a pesar de todos sus vicios y sus problemas, por lo menos tuvieron una visión, una idea, que lo menos arrigaron en nosotros la idea de la democracia, cuando desconocíamos esa forma política”(p.59). Y lo único que hemos tenido en los últimos quince años no ha sido revolución ni siquiera puede ser calificado de gobierno sino de destrucción. De hecho gobernar es muy distinto a mandar. Gobernar es preveer para proveer. Y, además, en este período, sólo hemos tenido caos, desorden y anarquía.
Que el tiempo de las revoluciones cesó nos lo hace ver el maestro Uslar Pietri en estas líneas, respuesta a una pregunta de Rafael Arraiz Lucca formulada el año 2000: “Ahora hablamos de revlución, es muy curioso, la idea de revolución desapareció del mapa. En este momento no queda  ningún poder revolucionario en el mundo…Si alguien se atreviera a hacer un estudio sobre la idea de revolución en Venezuela, se vería lo que ha costado, lo que ha significado, lo que contiene, lo que expresa, es lamentable”[3].

¿POR QUÉ NO ES BOLIVARIANA?

Y no es bolivariana porque ese Simón Bolívar(1783-1830) que pregonan no es el histórico. El verdadero es distinto. Es aquel que respaldan los 12.056 documentos que de él conocemos, dictados por él, redactados por sus amanuenses, secretarios y ministros, al menos hasta 31 de diciembre de 1825, en donde se cierra hoy la edición de los Escritos del Libertador, edición magistral detenida por orden del actual gobierno desde el momento en que aquellos sagrados papeles fueron sacados del Archivo del Libertador y del cuido por la Academia Nacional de la Historia, de un lugar donde habían todo aquello que contruibuía a su perservación. A estos infolios habrá que añadir los que escribió Bolívar en los años 1826-1830, los últimos cuatro años de su vivir, el último fue dictado, desde su lecho de muerte, a su sobrino Fernando Bolívar Tinoco(1810-1898), el 11 de diciembre de 1830. Sin ese conocimiento, y sin la lectura de las 300 obras interpretativas fundamentales que hay sobre el Libertador, no se le puede conocer. Y el chavismo, pese a que así lo propague, no conoce a Simón Bolívar. La única decisión correcta relacionada con él, fue la relativa a la octava estrella de la bandera, que en verdad si fue decretada por el propio Bolívar(noviembre 20,1817), producto de su euforia por la conquista de Guayana, pero que nunca fue puesta en nuestra bandera por nuestros sucesivos gobiernos. El régimen no es bolivariano, sino una “ideología de reemplazo”, como nos lo ha enseñado el maestro Germán Carrera Damas(1930), instaurada sobre el bolivarismo-militarismo[4].

 [1] Robert Service: Trotski: una biografía. Barcelona: Ediciones B, 2010.735 p. Sobre el “basurero de la historia” ver la p.667, nota 40.

[2] Las referencias que hemos hecho proceden del libro de Carlos Rangel es El tercermundismo. Caracas: Monte Ávila Editores, 1982. 286 p.. y  Octavio Paz primero en Tiempo nublado. Barcelona: Seix Barral,1983. 206 p.. y  en Poesía, mito y revolución. México: Vuelta, 1989,p.45-69. Nuestra cita procede de la p. 67, ensayo también inserto en su libro La otra vez. Caracas: Planeta, 1990,p.55-68. La cita procede de la p.67. Y tras la caída del Muro de Berlín publicó el mismo Paz su Pequeña crónica de grandes días. México: Fondo de Cultura Económica, 1990. 169 p., todo escrito como consecuencia de aquel hecho y sus consecuencias. En Venezuela el primero en registrar el suceso fue Arturo Uslar Pietri quien dedicó al tan singular hecho dos arttículos, aparecidos en su columna del diario de El Nacional, de Caracas: “El Muro de Berlín y el Tercer Mundo”(diciembre 10,1989) y “El Mraxismo-leninismo”(diciembre 17,1989), insertos en su Pizarrón. Caracas: Los Libros de El Nacional,2006,p.382-386. Del lado europeo, apenas sucederse la caida del Muro de Berlín, el gran pensador Isaias Berlín(1909-1987) escribió “La supervivencia de la inteliguéntsia rusa” inserto en su obra La mentalidad soviética. Madrid: Círculo de Lectores,2009,p.263-267, allí insitió que el suceso, como sucedió en todas las mentes democráticas y tolerantes del mundo, le habían producido “asombro, euforia, felicidad”(p.263). La bibliografía publicada sobre todo esto es amplísima. Y, además, la caída del socialismo nos ha permitido leer, además de los nanálisis, las obras de los escritores prohibidos y perseguidos dentro del mundo comunista, con lo cual no visión de la literatura de todos aquellos países se ha ampliado.

[3] Rafael Arraiz Lucca: Arturo Uslar Pietri: Ajuste de cuetas. Caracas: Los Libros de El Nacional, 2001. 101 p. La cita procede de las p.48-49.
[4] Germán Carrera Damas: El bolivarianimo-militarismo, una ideología de reemplazo.2ª.ed. Caracas: Alfa,2011.210 p.


¿ BOLÍVAR DE DERECHA O BOLÍVAR DE IZQUIERDA ?
Marco Tulio Cicerón | julio 19, 2017 | Web del Frente Patriotico
Al parecer el gran filósofo español, José Ortega y Gasset, había dicho –según Dalmacion Negro Pavón-que  ser de derechas o ser de izquierdas era una de las formas infinitas de hacer el imbécil. Según este autor,  la distinción nación fortuitamente en los acontecimientos de la Revolución francesa, cuando los representantes del pueblo en la Asamblea  – los más exaltados a la izquierda y los más moderados a la derecha- hizo una gran fortuna en el transcurso del siglo XIX  y se hizo imprescindible en el lenguaje político del siglo XX,  para denominar integralmente las dos actitudes y tendencias políticas fundamentales. De modo sucinto, diremos que la derecha es más conservadora, más práctica; respetando más la realidad se apega más al sentido común y, en este sentido, es más política que la izquierda. Esta última es más racionalista, o contructivista como diría Friedrich Hayek, más idealista invariablemente pretendiendo construir o rehacer la realidad social conforme a ideales, y siempre tendiente a la utopía, y a manipular a los hombres como cosas.

En Venezuela, durante el siglo XIX pletórico de revueltas, alzamientos y revoluciones, todos los políticos y partidos eran liberales. Los liberales de Guzmán Blanco, los liberales del “Mocho” Hernández, etc. Hasta que llegó la dictadura de Juan Vicente Gómez y los acabó. En la actualidad desde 1958 todos los partidos son de izquierda, tanto Acción Democrática, COPEI, el Partido Comunista, etc. Por lo tanto el adjetivo de izquierda es popular y da “lustre” en la política.

Otra costumbre, que implantaron algunos dictadores, entre ellos Antonio Guzmán Blanco fue el culto bolivariano.

En efecto, después  de ser trasladados los restos de Bolívar a Caracas, años más tarde se daría comienzo a su endiosamiento en un proceso verdaderamente propiciado por Guzmán  Blanco, quien para justificar su propio culto a la personalidad, tuvo que inventarse la compañía del Libertador. Inclusive hasta  acuñó  monedas  donde  aparecían  tanto  él  como  Simón  Bolívar.  Este proceso arranca con su persona a raíz de la desaparición en el plano político de la llamada oligarquía conservadora,  que  fue  la  de  los  propietarios  y  comerciantes  que  se  aliaron  con  Páez  para desacreditar  al  proyecto  bolivariano  y  echar  a  andar  un  país  al  que  creían  enteramente  suyo, como  consigna-proyecto  de  toda  oligarquía.  Es  esta  misma  gente,  la  de  la  Constituyente  de Valencia, que abjura del proyecto gran-colombino  y que  no por azar  eran  llamados godos, por  su  adscripción  a  la  causa  del  rey  durante  la  Independencia.  Estos  “godos”  que  se mantuvieron en el centro del país, hasta la víspera de Carabobo (Caracas fue realista hasta 1821)  encontraron  en  Páez  y  su república  censitaria,  el  modo  de  regresar  y  mantener  su estatus  privilegiado  luego  de  1830  y  erigir  una  república,  con  celo  y  escrúpulos administrativos  hay  que  señalarlo,  a  la  medida  de  sus  propios  intereses  de  clase.  Esta generación  fue  masacrada  por  la Guerra  Federal  y  sus  intereses  suplantados,  en  un  cambio  de manos que trocó a liberales amarillos por conservadores, bajo el implacable mando de Guzmán Blanco, quien reclama  para sí el ideario de Simón Bolívar.

Tres décadas más tarde, en tiempos del General Gómez,  también se establece un paralelo entre su ascenso al poder y el resurgimiento definitivo de la Patria”; momento de rompimiento con un pasado que había puesto “…al borde de  la ruina la  obra misma de  los  libertadores”.  Otra  fecha  centenaria  fue  adecuada  para  supeditar  de  manera directa  la  administración  “Rehabilitadora”  que  apenas se iniciaba precisamente  con  el  aniversario  de  la  Independencia  en 1910.   Si bien  tenía sobriedad   en  su  discurso,  era  profundamente diestro  en  su actuación.  Su  régimen  sabe presentarse  como  la  prolongación de la independencia lograda cien años atrás y como la expresión de un ideario bolivariano.

De modo pues que aquí probamos, si derecha significa “dictadura” y “merma de libertades”, como los dictadores han asociado su nombre a Simón Bolívar.

Sea como fuere, Simón Bolívar fue el “Primus inter pares” de una clase social “los mantuanos”, los cuales por cuestiones económicas y algunas políticas de menor rango, estaban disgustados con el mando de la Corona española, y aprovecharon la invasión napoleónica a España para declarar la independencia de Venezuela.  En plena guerra de independencia, un asturiano llamado José Tomás Boves, supo levantar a libertos, negros y mulatos, las clases más “bajas” en la sociedad colonial y los lanzó con éxito contra los ejércitos de Bolívar y de Mariño, al punto de que casi se pierde la República fundada por los mantuanos debido a esa contra-insurgencia. Simón Bolívar estaba impregnado de las ideas de la ilustración francesa, y animado por el ejemplo de la independencia de Estados Unidos de América.
De acuerdo a Inés Quintero:
El Bolívar de Derecha se nos presenta como un individuo autoritario, dictatorial, personalista y con profundas reservas frente a la igualdad; mientras que el Bolívar de Izquierda es un revolucionario, demócrata, popular, integracionista, adalid de la igualdad y antimperialista.

El actual gobierno surgido de la intentona de golpe de Estado del 4 de febrero de 1992 y del 27 de noviembre de ese mismo año, y de las elecciones de 1998, logró cambiarle el nombre al país para denominarse República Bolivariana de Venezuela, y en los organismos más importantes le ha adosado el adjetivo de bolivariano. También en los discursos del desaparecido presidente Hugo Chávez F. se apela a las ideas que Bolívar expresó en el Congreso de Angostura, y en otros documentos. Al parecer, proclamarse bolivariano da un lustre, un prestigio de que se está actuando bien, y a favor del país.

En definitiva, Bolívar no pertenece a ninguna facción política o grupo de poderes, el Libertador pertenece a todos los venezolanos, el hizo su historia en su tiempo, y realizó lo que tenía que hacer, es simplemente grotesco que dictadores como José Vicente Gómez  y candidatos a dictadores como Hugo Chávez F. se apoderen de una imagen y hasta le cambien el rostro para adecuarlo a sus misiones políticas y proyectos totalitarios.

La famosa división entre izquierda y derecha viene desde el S. XIX. Los jacobinos (en francésjacobins) eran los miembros del grupo político de la Revolución francesa llamado Club de los Jacobinos, cuya sede se encontraba en París, en el convento de los frailes dominicos de la calle Saint-Honoré. ​
Eran republicanos, defensores de la soberanía popular, propugnaban el sufragio universal, su visión de la indivisibilidad de la nación los llevaba a defender un estado centralizado. Se confunden a menudo con El Terror, en parte debido a la leyenda negra que divulgó la reacción termidoriana sobre Robespierre. En el siglo XIX, el jacobinismo fue la fuente de inspiración de los partidos republicanos que promovieron la Segunda y la Tercera República Francesa. En la Francia contemporánea, este término se asoció con una concepción centralista de la República.
En Francia, desde la Edad Media, se llamaba coloquialmente 'jacobinos' (jacobins) a los dominicos (dominicains), por el convento de la orden fundado en París a principios del siglo XIII y dedicado a Santiago (en francésSaint Jacques y en latínIacobus), convento que luego dio su nombre a la calle donde se levantaba, la calle Saint-Jacques, en el Barrio Latino. Cuando el Club Bretón trasladó su lugar de reuniones al convento dominico de la calle Saint-Honoré, fundado en el siglo XVII y situado a dos pasos de la 'Sala del Manège' donde la Asamblea Constituyente celebraba sus sesiones, se les dio irónicamente el apodo de 'jacobinos', o 'club de los jacobinos',​ ​ nombre que acabaron por adoptar oficialmente.




Girondino (del francés girondin, porque el partido se formó en torno a algunos diputados del departamento francés de Gironda) es el nombre dado a un grupo político moderado y federalista de la Asamblea Nacional y de la Convención Nacional francesa, que estaba compuesto por varios diputados procedentes de Gironda. Pertenecían, en su mayoría, a la burguesía provincial de los grandes puertos costeros. Su violento enfrentamiento con el grupo de los montañeses dominó los primeros meses de la Convención Nacional. El grupo contaba con 175 diputados de los 749 que componían la Asamblea de la Convención y gobernaron durante los años 1792 y 1793. En su mayoría eran miembros intelectuales de la rica burguesía del mundo de los negocios.
Conocidos, en esa época, como los Brissotins o Rolandistes, el nombre de girondino se popularizó a principios del siglo XIX, sobre todo a partir de la obra de Lamartine Histoire des Girondins (Historia de los girondinos). Acusados por los jacobinos de conspirar contra la unidad de la República, sus dirigentes fueron juzgados por el Tribunal Revolucionario y posteriormente guillotinados (1793).
En la Convención Nacional, los girondinos, en su mayoría diputados provinciales, fueron instalados a la derecha, y la Montaña, compuesta por veinticuatro diputados de París y otros, fue instalada a la izquierda. Los girondinos dominaban la Asamblea e, inmediatamente, empezaron a atacar a la Comuna de París y a los montañeses (más conocidos también como jacobinos) a los que consideraban responsables de las masacres de septiembreMarat fue el primer implicado.
Aunque fueron acusados de federalistas, los girondinos, se aprovecharon de la favorable evolución de la situación militar (victoria de Jemappes, 6 de noviembre de 1792) para relanzar la Convención girondina. Sin embargo, durante el proceso de Luis XVI, los girondinos, que se oponían a su condena, fueron considerados poco republicanos. La situación militar sufrió un cambio (derrota de Neerwinden, 18 de marzo de 1793), traición de uno de ellos Dumouriez (5 de abril de 1793) y su oposición contra la institución de un Tribunal revolucionario, les comprometió definitivamente.


LA RESISTENCIA
Carlos Blanco @carlosblancog | julio 19, 2017 | Web del Frente Patriotico
Los que marchan; los que apoyan dentro o fuera de Venezuela; los que están en el frente o más atrás, en el cuerpo central de las demostraciones, o en la retaguardia; los que son capaces de conmoverse ante el crimen que ejecutan Maduro y sus secuaces; todos, sin excepción, merecen reconocimiento eterno por la patria libre que harán posible.
Hoy escribo sobre los muchachos de “la Resistencia”. Esos jóvenes, jovencísimos muchos de ellos, de repente congregados en cualquier altura de la marcha, se colocan en el algún recodo y comienzan a prepararse para el combate que vendrá. El escudo a veces mejor hecho, otras con retazos de algún material; una franela que solo deja los ojos prontos para lo que vendrá; un casco que puede adquirir calidades inusitadas; muchos con máscaras antigás; pero, especialmente una determinación que solo poseen los que están dispuestos a todo, incluso a arriesgar su vida como se ha visto por más de 70 días.
Es posible que al arranque hayan sido percibidos como los amotinados de cualquier manifestación. Sin embargo, en el combate comenzaron a ganarse sus galones. Hoy los de la Resistencia tienen las insignias de los soldados del asfalto, de los capitanes de la calle, de los coroneles de la revuelta.
Cuando atraviesan la multitud, con paso seguro, como quien va a un destino, los ciudadanos los reconocen y aplauden. Saben que, en el fondo, las marchas convocadas hacia recintos a los que no puede llegarse, adquieren otro sentido, más dramático y riesgoso, cuando “la Resistencia” se coloca al frente y les dice a guardias y policías: no descansaremos hasta que un día nos abramos paso y le abramos paso a esos que están detrás de nosotros y de los cuales somos sus heraldos.
Antes era un puñado de jóvenes, ahora parecen cientos muy organizados. Seguro que hay una mezcla social, política, espiritual y ética muy compleja; sin faltar los infiltrados, sembrados para destruirlos. No sabemos. No reclaman un protagonismo individual, ni se hacen selfies, ni tienen una cámara que los lance con nombre y apellido hacia las redes –salvo cuando rinden su vida por la causa, como Neomar Lander, ante quien Venezuela se inclina en homenaje–.
Los de la Resistencia son el rostro de las marchas en el anonimato de sus individualidades. No sé el porvenir de esos niños-jóvenes héroes. Ellos marchan y “frentean” por los que vienen detrás, tal vez sin saber exactamente que los demás marchan por ellos, porque los resistentes le comunican sentido a una presencia en la calle que, al llegar una y otra vez al mismo sitio, a veces pareciera no tenerlo.


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