Patrimonio urbano está indefenso
El Nacional 22-Abr de 2012Emily Avendaño
Los organismos oficiales no tienen capacidad para custodiar los inmuebles de valor para la memoria
El portón del Hotel Príncipe, en Santa Rosalía, aún conserva sus herrajes y clavos originales. Un observador acucioso podrá ver bajo los zócalos que sobresalen de las paredes inscripciones con la fecha de 1760 año de edificación de la estructura. La casa forma parte del Catálogo del Patrimonio Cultural del municipio Libertador, pero la pintura verde de la fachada está desconchada y hace más de 30 años es una pensión.
En Chacao, después de las lluvias de 2011, la última casa de tapias que quedaba se cayó. Conocida como la Casa de Paulita, actualmente la rodea una cinta amarilla con la inscripción "no pase". También en Chacao, pero en 2009, derribaron la quinta Villa Gladys en Campo Alegre, aunque sobre ella pesaba un amparo del Tribunal Supremo de Justicia.
Y el 4 de abril pasado la quinta Marfingra, de Carlos Raúl Villanueva, en El Paraíso, fue demolida de manera ilegal.
Raúl Grioni, presidente del Instituto de Patrimonio Cultural, suele recibir denuncias de bienes amenazados: "El IPC es la institución que vela por la conservación, pero no puede poner vigilancia en cada bien cultural. Si hay una denuncia nos ponemos en contacto con las alcaldías y gobernaciones correspondientes y en muchos casos logran detener la intervención no autorizada".
El año pasado impidieron la demolición del edificio Toki Eder, en Chacaíto. Deshabitado desde 2005, su dueño quería utilizarlo para comercios.
Pese a la fachada cubierta de grafitis, es considerada una muestra de la arquitectura neovasca en Venezuela.
En manos del propietario
La responsabilidad de mantener la estructura, de acuerdo con la Ley de Protección y Defensa del Patrimonio, recae sobre el propietario. "La única libertad negada es la destrucción del bien porque cuando ocurre la declaratoria ya no es pertenencia de una persona, sino del país. Sí es una reducción de la libertad total, pero la arquitectura está en la ciudad", afirmó Hannia Gómez, presidenta de la Fundación de la Memoria Urbana.
Cada detalle cuenta: el dosel de una puerta, el material del techo y hasta el color de una pared tiene valor por sí mismo.
La familia de Víctor Zambrano posee una casa con valor patrimonial en La Pastora.
Hace dos años la fachada fue recuperada por Fundapatrimonio. Dos veces al año con su dinero la pintan y frisan para evitar los estragos de la humedad.
Grioni sostiene que el IPC se reunirá con instituciones bancarias y solicitará que flexibilicen las políticas para otorgar créditos para el mantenimiento de las viviendas, que dejan por fuera peticiones de este tipo. "El Estado no puede hacerlo todo. Veremos si los bancos quitan esa norma cuando se presenten solicitudes avaladas por el instituto".
En Chacao, después de las lluvias de 2011, la última casa de tapias que quedaba se cayó. Conocida como la Casa de Paulita, actualmente la rodea una cinta amarilla con la inscripción "no pase". También en Chacao, pero en 2009, derribaron la quinta Villa Gladys en Campo Alegre, aunque sobre ella pesaba un amparo del Tribunal Supremo de Justicia.
Y el 4 de abril pasado la quinta Marfingra, de Carlos Raúl Villanueva, en El Paraíso, fue demolida de manera ilegal.
Raúl Grioni, presidente del Instituto de Patrimonio Cultural, suele recibir denuncias de bienes amenazados: "El IPC es la institución que vela por la conservación, pero no puede poner vigilancia en cada bien cultural. Si hay una denuncia nos ponemos en contacto con las alcaldías y gobernaciones correspondientes y en muchos casos logran detener la intervención no autorizada".
El año pasado impidieron la demolición del edificio Toki Eder, en Chacaíto. Deshabitado desde 2005, su dueño quería utilizarlo para comercios.
Pese a la fachada cubierta de grafitis, es considerada una muestra de la arquitectura neovasca en Venezuela.
En manos del propietario
La responsabilidad de mantener la estructura, de acuerdo con la Ley de Protección y Defensa del Patrimonio, recae sobre el propietario. "La única libertad negada es la destrucción del bien porque cuando ocurre la declaratoria ya no es pertenencia de una persona, sino del país. Sí es una reducción de la libertad total, pero la arquitectura está en la ciudad", afirmó Hannia Gómez, presidenta de la Fundación de la Memoria Urbana.
Cada detalle cuenta: el dosel de una puerta, el material del techo y hasta el color de una pared tiene valor por sí mismo.
La familia de Víctor Zambrano posee una casa con valor patrimonial en La Pastora.
Hace dos años la fachada fue recuperada por Fundapatrimonio. Dos veces al año con su dinero la pintan y frisan para evitar los estragos de la humedad.
Grioni sostiene que el IPC se reunirá con instituciones bancarias y solicitará que flexibilicen las políticas para otorgar créditos para el mantenimiento de las viviendas, que dejan por fuera peticiones de este tipo. "El Estado no puede hacerlo todo. Veremos si los bancos quitan esa norma cuando se presenten solicitudes avaladas por el instituto".
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