Casa de la Estrella. Donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830.

Casa de la Estrella. Donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830.
Casa de la Estrella, ubicada entre Av Soublette y Calle Colombia, antiguo Camino Real donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830, con el General José Antonio Páez como Presidente. Valencia: "ciudad ingrata que olvida lo bueno" para el Arzobispo Luis Eduardo Henríquez. Maldita, según la leyenda, por el Obispo mártir Salvador Montes de Oca y muchos sacerdotes asesinados por la espalda o por la chismografía cobarde, que es muy frecuente y característica en su sociedad.Para Boris Izaguirre "ciudad de nostalgia pueblerina". Jesús Soto la consideró una ciudad propicia a seguir "las modas del momento" y para Monseñor Gregorio Adam: "Si a Caracas le debemos la Independencia, a Valencia le debemos la República en 1830".A partir de los años 1950 es la "Ciudad Industrial de Venezuela", realidad que la convierte en un batiburrillo de razas y miserias de todos los países que ven en ella El Dorado tan buscado, imprimiéndole una sensación de "ciudad de paso para hacer dinero e irse", dejándola sin verdadero arraigo e identidad, salvo la que conserva la más rancia y famosa "valencianidad", que en los valencianos de antes, que yo conocí, era un encanto acogedor propio de atentos amigos...don del que carecen los recién llegados que quieren poseerlo y logran sólo una mala caricatura de la original. Para mi es la capital energética de Venezuela.

domingo, 27 de mayo de 2012

El pintor Armando Reverón vivió en Valencia


El Carabobeño 23 mayo 2012

Eumenes Fuguet Borregales (*) 

|| Historia y Tradición

El pintor Armando Reverón vivió en Valencia
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Armando Reverón, excéntrico pintor con un estilo propio relacionado con el paisaje y el desnudo, conocido por haber llevado una vida de ermitaño en Macuto al lado de su inseparable Juanita Ríos, nace en Caracas el 10 de mayo de 1889; hijo de Julio Reverón y Dolores Montilla; por incompatibilidad de sus padres, vivió en Valencia con la familia Rodríguez Zoca, residenciada cerca del antiguo Cuerpo de Bomberos sector El Pajal, completada la educación elemental con los hermanos Salesianos, su tío-abuelo Ricardo Montilla con estudios de dibujo realizado en Nueva York, estimula al joven Armando a interesarse por las artes plásticas. En Caracas es inscrito en la Academia de Bellas Artes en 1908 a cargo de maestros de la calidad del valenciano Antonio Herrera Toro y Emilio Mauri. Gracias a su interés y formación adquirida, obtiene en 1908 una beca para estudiar en Barcelona-España en la Escuela de Artes y Oficios. Regresa a Venezuela en 1912 para volver a España a los pocos meses; en Madrid estudió en la conocida Academia de San Fernando. Pasa a París donde realizará una corta pasantía de seis meses. Su estada por Europa le permitió conocer a pintores de renombre y a perfeccionar su estilo artístico. De vuelta en Venezuela en 1915 estará en el Círculo de Bellas Artes. Los estudiosos le clasifican su vida en tres períodos según el color empleado, primero el azul en Caracas a partir de 1918 por inspiración del pintor ruso Nicolás Ferdinandov, desarrolló una intensa actividad pictórica, utilizando colores oscuros, eléctricos y sombríos, Reverón con ese estilo pinta “La Cueva”. En 1920 expone doce obras en los salones de la antigua Universidad Central de Venezuela, que muestran sus primeros temas sobre Macuto, comparten espacios con los trabajos de Federico Brandt, Rafael Monasterios y del carismático Ferdinandov, quien aseguraba que: “Reverón era el dios de los pintores”. En 1921 decide trasladarse a Macuto donde el sistema de vida estará regido por su compenetración con la naturaleza, de tal forma que era normal verlo semidesnudo, con los oídos tapados, aislado del mundo exterior; rodeado de animales especialmente monos a quienes llamaba “Pancho”; viviendo en una choza rodeada de cocoteros y uva de playa, luego en una casa en forma de castillo construida por él entre 1922 y 1924, utilizando rocas de la playa; los vecinos la conocían como “El Castillete”. Conoce en 1921 a Juanita Ríos, su futura compañera y modelo de toda su vida, quien le posará desnuda en varias ocasiones. Sus obras iniciales viviendo frente al mar fueron de carboncillos, se ayudaba económicamente dando clases particulares a los jóvenes del litoral guaireño; pintaba descalzo para recibir la fuerza de la tierra, en ese aislamiento vivirá treinta y tres años hasta su muerte. La exploración visual de los efectos de la intensa luz del trópico lo llevó a partir de 1923, a emprender la parte de su obra conocida como la Época Blanca, fue un período de transición en su trabajo pictórico de gran aporte a la pintura. Es el período más importante y característico de su producción, y en el cual evolucionó totalmente la teoría del valor de la luz tropical, aportando un nuevo concepto de la acción alteradora que ejerce en los colores la intensidad luminosa En 1936 se inicia su época sepia en la cual utilizaba ese color de la tela, utilizando coletos; los marcos de los cuadros los elaboraba con trozos de cocoteros. Empieza a elaborar muñecas de trapo tamaño natural que colocaba en su casa cual visita que lo acompañaba. En 1945 es internado por primera vez en un psiquiátrico caraqueño, al salir aumenta su producción de desnudos y autorretratos, a partir de 1949 se observa una menor producción pictórica, a la vez que se centra en la técnica del dibujo; el extraordinario artista no disponía de recursos económicos para comprar los materiales. En 1953 Reverón recibe los premios: Nacional de Pintura en el Salón Oficial Anual de Arte Venezolano, “Federico Brandt” y “John Boulton”. Su médico psiquiatra el Dr. J. M. Báez Finol dijo de él: “Reverón siempre fue un esquizofrénico”. Consideraba que la fiebre tifoidea que el artista padeció en Valencia en 1912 y la muerte de su madre, acaecida en 1943, fueron los episodios más determinantes de su perturbación mental”. . Con leve mejoría de salud, continuó pintando con carboncillos retratos de quienes lo atendían y del ambiente del hospital, su última obra fue el “patio del sanatorio”. Fallece el 19 de septiembre de 1954; su castillete, convertido en museo quedó destruido con la tragedia de Vargas el 15 de diciembre de 1999. Se escogió el día de su nacimiento como el “DÍA DEL ARTISTA PLÁSTICO”.

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