Notitarde 08-11-12
Amelia Ch
No quisiera poner en duda la inteligencia de aquellos que ayer clamaban ¡Hasta cuándo Chávez! y ahora murmuran (para no perder su amistad) “¡Hasta cuándo los Salas!” Es que quienes así hablan “sotto voce” son amigos nuestros, y uno no cree que estén pensando en que abstenerse en diciembre, o que votar por Amelia Ch. no es votar para que siga Chávez, y que luego tendrán que hacerse nuevamente la misma pregunta: ¿Hasta cuándo Chávez?
Se preguntará el lector de dónde viene eso de “Amelia Ch.”. Lo que pasa es que, si alguien poco avisado ve los pendones que hoy inundan las calles (¿de dónde salen los recursos para tal despliegue?) se preguntará: ¿Cómo es que ese señor con cara de Don Limpio se llama “Amelia” y su apellido comienza por “Ch”? Habrá que responderle que ese Don Limpio se apellida Ameliach y su nombre, como aparece más arriba chiquitico, es Francisco, pero que el “Amelia” lo han puesto en azul y la “ch” la han puesto en rojo ex profeso, para relacionarlo con la “ch” de Chávez y reforzar así su imagen de dependencia y sumisión al “comandante”.
Lo importante son dos cosas: quienes voten por “Amelia” darán su voto por otro Acosta Carlez. Es decir, por otro tan incapaz como él. Un tipo que no tuvo ningún empacho en pintar de rojo hasta los transformadores, contraviniendo todas las convenciones internacionales.
Un tipo que hizo poner su retrato hasta en las radiopatrullas, y que destruyó en muy poco tiempo todo lo que esos, “los Salas”, habían construido: una “Defensa Civil” eficiente, con ambulancias y personal especializado para atender emergencias con la prontitud que las emergencias requieren; un tipo que en menos de lo que canta un gallo acabó con la “Operación Alegría”; y que al término de su malhadado período dejó autopistas, avenidas, calles y parques llenos de monte y que en tiempo récord destruyó la “Maternidad del Sur”, al punto de que hasta las más humildes parturientas preferían parir a sus hijos en clínicas privadas. Habrá que recordarles a aquellos que siguen la corriente del “hasta-cuando-los-salas” que hoy en la Maternidad del Sur se atiende el 60% de los partos de todo Carabobo. O sea, que de cada 100 niños que en nuestro estado nacen, incluyendo las clínicas privadas, 60 lo hacen en la Maternidad del Sur.
Entre los políticos se dice que “la gente no vota por lo que han hecho, sino por lo que van a hacer”. Es posible que a eso se deban los sucesivos triunfos de “el comandante”: no ha hecho nada, pero promete hacer mucho, y la gente espera que algo de lo que algún día va a hacer le toque, si es que ese día llega. Pero deberíamos, y ese es el objeto de este comentario, resaltar aquí la recuperación de lo que dejó Acosta Carles en la ruina, luego que “el Pollo” volvió a la gobernación: Protección Civil sin una ambulancia operativa; parques y plazas llenas de monte y culebras; vialidad igual a como la tiene hoy el alcalde Parra, solo que en todo Carabobo.
Y eso lo ha reconstruido “el Pollo”, luego de tanta desidia. Sin alharacas, sin aspavientos, sin fotos de “El Pollo” en los vidrios traseros de las patrullas policiales, sin eructos ni truculentos “Amelia Ch”.
Los electores tienen la palabra. Ya habrá oportunidad para rasgarnos las vestiduras y clamar al cielo “hasta cuándo los Salas”. Ésta no lo es.
Y usted escoge: o “los Salas” o Acosta-melia Ch.
peterkalbers@yahoo.com
@peterkalbers
Se preguntará el lector de dónde viene eso de “Amelia Ch.”. Lo que pasa es que, si alguien poco avisado ve los pendones que hoy inundan las calles (¿de dónde salen los recursos para tal despliegue?) se preguntará: ¿Cómo es que ese señor con cara de Don Limpio se llama “Amelia” y su apellido comienza por “Ch”? Habrá que responderle que ese Don Limpio se apellida Ameliach y su nombre, como aparece más arriba chiquitico, es Francisco, pero que el “Amelia” lo han puesto en azul y la “ch” la han puesto en rojo ex profeso, para relacionarlo con la “ch” de Chávez y reforzar así su imagen de dependencia y sumisión al “comandante”.
Lo importante son dos cosas: quienes voten por “Amelia” darán su voto por otro Acosta Carlez. Es decir, por otro tan incapaz como él. Un tipo que no tuvo ningún empacho en pintar de rojo hasta los transformadores, contraviniendo todas las convenciones internacionales.
Un tipo que hizo poner su retrato hasta en las radiopatrullas, y que destruyó en muy poco tiempo todo lo que esos, “los Salas”, habían construido: una “Defensa Civil” eficiente, con ambulancias y personal especializado para atender emergencias con la prontitud que las emergencias requieren; un tipo que en menos de lo que canta un gallo acabó con la “Operación Alegría”; y que al término de su malhadado período dejó autopistas, avenidas, calles y parques llenos de monte y que en tiempo récord destruyó la “Maternidad del Sur”, al punto de que hasta las más humildes parturientas preferían parir a sus hijos en clínicas privadas. Habrá que recordarles a aquellos que siguen la corriente del “hasta-cuando-los-salas” que hoy en la Maternidad del Sur se atiende el 60% de los partos de todo Carabobo. O sea, que de cada 100 niños que en nuestro estado nacen, incluyendo las clínicas privadas, 60 lo hacen en la Maternidad del Sur.
Entre los políticos se dice que “la gente no vota por lo que han hecho, sino por lo que van a hacer”. Es posible que a eso se deban los sucesivos triunfos de “el comandante”: no ha hecho nada, pero promete hacer mucho, y la gente espera que algo de lo que algún día va a hacer le toque, si es que ese día llega. Pero deberíamos, y ese es el objeto de este comentario, resaltar aquí la recuperación de lo que dejó Acosta Carles en la ruina, luego que “el Pollo” volvió a la gobernación: Protección Civil sin una ambulancia operativa; parques y plazas llenas de monte y culebras; vialidad igual a como la tiene hoy el alcalde Parra, solo que en todo Carabobo.
Y eso lo ha reconstruido “el Pollo”, luego de tanta desidia. Sin alharacas, sin aspavientos, sin fotos de “El Pollo” en los vidrios traseros de las patrullas policiales, sin eructos ni truculentos “Amelia Ch”.
Los electores tienen la palabra. Ya habrá oportunidad para rasgarnos las vestiduras y clamar al cielo “hasta cuándo los Salas”. Ésta no lo es.
Y usted escoge: o “los Salas” o Acosta-melia Ch.
peterkalbers@yahoo.com
@peterkalbers
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