JOSÉ PULIDO Y EL REQUETEMUERTO sonsacador de
vaginas
Enrique Viloria Vera
Desde mi temprana juventud he sido un lector
pertinaz y perseverante de la llamada
novela policiaca o negra. Aún conservo
en mi biblioteca algunos de los más emblemáticos tomos de la Colección
El Lince Astuto – la roja - que publicaba
Aguilar, incluyendo algunos ejemplares de la Colección El Séptimo
Círculo que tan dedicadamente dirigían Borges y Bioy Casares.
Compartí muchas noches y desvelos con Poe,
Cyril Hare, Edwin y Mona Radford, Conan Doyle, Rex Stout, Dorothy Sayers, Chesterton, Agatha
Christie, Simenon, Bustos Domecq (seudónimo de Borges y Bioy Casares), Lee y Danay,
Earl Deer Biggers, Dashiell Hammett, Van Dine, André Steeman, Patrick Quentin y
muchos otros escritores del género policial, deleitándome a placer con el
arrojo y la inteligencia de sus detectives profesionales o aficionados: Auguste
Dupin, Sherlock Holmes, el padre Brown, Hércules Poirot, Jane Marple el
inspector Maigret, Ellery Queen, Philo Vance, Nero Wolfe y Archie Goodwin, Isidro
Parodi, Sam Spade, Charlie Chan, Philip
Marlowe, Lord Peter Winsey, entre tantos
otros.
Así que no puedo sino regocijarme - y celebrar a letra viva - la aparición de la
novela El Requetemuerto (Ediciones B,
Vértigo novela negra, Caracas, 2012) de
José Pulido, cuya lectura emprendí de cabo a rabo, parándome sólo para almorzar
o ir al baño. Es que Pulido, quien ya había mostrado su señorío en el género
con la celebrada novela El Bululú de las
ninfas, ofrece una verdadera obra maestra en la que un muerto es verdaderamente
un requetemuerto, en virtud de que el mismo fue asesinado tres veces en unamisma
noche.
La victima, Aníbal Milesio, es un celebrado pintor de intensa
actividad sexual y etílica; más que
pintor, en vida era un verdadero y
redomado sonsacador de vaginas, a quien le dio por “trabajar en vivo y en
directo una vagina verdadera”, creando – o mejor dicho copiando la idea de Nelson
Garrido - cuadros muy solicitados y comentados “de vaginas como grutas y
caracoles”. El escritor, rico en imágenes y conceptos, recuerda que: “la vagina
es un canal de paredes rosadas como las rosas, húmedas y cálidas. Lubricadas y
calientes. Su nombre significa “vaina”, como la guarida donde duerme la espada.”
Milesio, el orgulloso sonsacador de vaginas, fue hallado muerto en su casa – taller por Herminia
Constanza, la señora de servicio. De
acuerdo con el reporte forense: “Al pintor le inyectaron en el cuello una enorme
dosis de hioscina, mejor conocida como escopolamina. Eso fue algo tan bárbaro
que le produjo insuficiencia respiratoria y colapso vascular (…) La bala
calibre 22 que le dispararon en la tetilla izquierda entró en el pulmón y fue
como un pellizco para un hombre que ya estaba muerto. Lo mismo podría decirse
del traumatismo cerebral producto del
traumatismo cerebral (…) Cuando le reventaron la cabeza y los sesos se
desparramaron por todas partes, el pintor ya era un alma sancochada en las
pailas del infierno…”
Este enrevesado y extraño asesinato debe ser resuelto por la Comisario de Homicidios
Nedytza Yamilet Samarcanda López, mejor conocida como la jefa Samarcanda. Esta intelectual y virginal detective es famosa por su manera
de resolver los casos que le han sido asignados. Pulido describe la brujería
que la comisario utiliza para llevar a
buen término sus investigaciones: “Aparte de las investigaciones puramente científicas,
lo que a ella le ha dado mejor rendimiento es el contacto con la gente, la
preguntadera, la entrepitura. Siempre saca algo interesante con eso (…) Además
lo de ella es la vivencia. Sabe utilizar los planos virtuales; la imaginación
es uno de sus atributos, pero aparte de preguntar a diestra y siniestra, lo que
más le satisface es ir a los lugares, recorrer los espacios, conocer el
terreno, fastidiar a la gente. La comisario Samarcanda se los dijo una sola
vez: le gusta emplear un método sencillo pero de mucha raigambre: la mayéutica
(…) que era el método de Sócrates. Significa interrogación.”
De esta forma, la comisario de Pulido realiza su personal
aporte la mundo de la investigación criminológica. No se vale sólo Samarcanda
de las técnicas forenses tan en boga, de la biometría, del ADN, de la
caligrafía, de los perfiles psicológicos o geográficos, de la deducción, de los
lofogramas, de la balística o de la genética; que conoce a la perfección; lo de
ella es un método filosófico de larga data: la mayéutica. Y no podía ser de
otra forma para quien dedica sus ratos de ocio a leer con fruición a Leibniz y
a Kant para desentrañar lo que se oculta
en el lado más oscuro de lo humano.
Pulido desarrolla todas las habilidades y técnicas que ha
adquirido a lo largo de su polisémica existencia de escribidor para que el
interés por la novela y su imprevisto desenlace no decaiga. Pulido es a la vez
reportero, entrevistador, poeta, el fantasioso contador de historias que uno no
sabe si creerlas; en esta sintética obra reviven entrevistas, reportajes,
cuentos, narraciones y poemas que nos recuerdan al polifacético Pulido de El Ángel de la Calle , del Muro de Confesiones y La
Sal de la tierra, de El
Bululú de las ninfas y de los poemarios Los
Poseídos y Peregrino de vidriera.
Para sorpresa de muchos, el protagonismo de esta novela está
representado en las múltiples vaginas y vulvas que el asesinado pintor conoció
y disfrutó, pero en especial, las muy peligrosas de su ahijada Ceylanis, de su
comadre Edelmira, de su tarambana amante Mariam y de su madrastra Minerva, sin
contar también la de la fallecida madre de Mariam, su joven y alocada amante.
Milesio y Samarcanda son dos buenas y excelentes excusas para
la enrevesada trama vaginal que Pulido teje y resuelve con la ayuda de uno de
los autores y personajes favoritos de la comisario Nedytza, quien tomada por
sorpresa le pregunta a su medio hermano Toto:
-
¿Qué obra de teatro me dijiste que
vamos a ver?
-
No te dije nada. Pero es la
tragedia de Ricardo III, ¿qué tal? Tu jorobado preferido, tu Shakespeare
delirante.
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