El Carabobeño 25 noviembre 2013
Carlos Cruz || Acontecer
Una Valencia destruida y de pedigüeños
acontecer2011@gmail.com
Cuando uno recorre las calles de Valencia lo que provoca es ponerse a llorar ante el espectáculo que vive la ciudad, en la cual en todos estos años de la gestión del alcalde Parra lo único que ha florecido es la ruina, la suciedad, la oscuridad y la inseguridad.
Nuestra ciudad se parece a los pueblos de la época del lejano Oeste donde cada quien hace lo que quiere, se irrespeta todo, se viola la ley de tránsito, la violencia entre los habitantes es ya un común denominador y es frecuente escuchar que a la gente lo que le provoca es encerrarse en su casa y no volver a salir por todo lo que está ocurriendo.
A estos aspectos ahora se le agrega el bochornoso hecho que por todos lados los valencianos no sólo tienen que hacer colas para comprar los electrodomésticos que estaban siendo vendidos bajo el concepto de la usura, sino que también hay que hacer cola hasta para comprar un piche paquete de harina pan, un litro de leche o una bolsa de leche en polvo al mejor estilo de la dictadura castro comunista de Cuba.
Es verdaderamente triste el tener que ver el grado de degradación que viene padeciendo la ciudad de Valencia y creo que es momento que sus ciudadanos vayan observando bien y concienticen que la única forma de cambiar las cosas es participando activamente como verdaderos ciudadanos ejerciendo su derecho al voto el próximo 8 de diciembre. Nuestra ciudad tiene que dar una respuesta contundente a estos 8 años de oscuridad que ha sufrido la ciudad para que ella misma, como el Ave Fénix, resurja de las cenizas en las que la dejaron.
El deber de los valencianos es votar, no hacerlo sería una traición a sus familias y la ciudad que los vio nacer o los acogió.
No hay comentarios:
Publicar un comentario