Problemas en la voz interfieren en la vida social de hombres y mujeres
Si utilizas un tono sumamente fino o muy grave al hablar, y esta situación te genera una serie de incomodidades, es importarte que consultes con un profesional.
Explicación médica Los problemas más comunes son las disfonías funcionales. Una voz disfónica o ronca puede rehabilitarse, sólo que primero debe existir una evaluación de un otorrinolaringólogo.
Probablemente en ese caso el especialista lo derivará a terapia fonoaudiológica, o si su defecto vocal es una alteración anatómica de la o las cuerdas vocales tipo nódulos o pólipos de gran tamaño, deberá realizarse una cirugía y luego la rehabilitación de la voz con el fonoaudiólogo. Lo importante es que si tiene una disfonía de más de una semana sin resfrío aparente, debe consultar a un especialista.
En cambio en la apodada voz de pito, el escenario es muy diferente: Todas las personas tenemos un tono medio hablado y un rango tonal en el que nos movemos cómodamente. Y eso depende del tamaño de mi laringe y del tamaño de todos mis resonadores, por lo que una operación no lo puede modificar y si la persona está hablando en correcto rango tonal que le acomoda a su voz , no debe modificarlo pues la laringe haría un sobreesfuerzo.
Aunque distinto es el caso si la persona está usando una voz de pito, que es una voz desviada al agudo, que no le corresponde, porque en esa situación el fonoaudiólogo sí puede enseñarle técnicas para usar un correcto tono medio hablado.
El tiempo de rehabilitación promedio puede ser de tres a seis meses, y su expectativa de mejoría es de un cien por ciento.
Cuidemos la Voz
Para evitar las disfonías y hablar correctamente, se aconseja consultar con un especialista ante cualquier cambio o molestia laríngea en forma temprana para evitar un mayor daño a las cuerdas.
Se recomienda evitar hablar frecuentemente con gritos o constantemente en voz cuchicheada. Deben evitar el alcohol y el tabaco. Cuidarse de los cambios de temperatura. No comer muchas cosas condimentadas, ni cargar el estómago durante la noche para evitar un reflujo gastroesofágico. No esforzar la voz con muchas horas de abuso vocal, o en reuniones muy bulliciosas, donde hay que hablar muy fuerte para poder escucharse.
Y finalmente debemos asumir el tono de voz que tenemos, porque por muy influyente que esta sea, hay que aceptar que como seres humanos somos un todo, y que siempre será importante resaltar lo positivo, en vez de centrarnos en lo que menos nos agrada.
Terra Networks S.A
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