:Ana Teresa Torres: El oficio por dentro
El carabobeño 27 enero 2013
:Ana Teresa Torres: El oficio por dentro
Napoleón Oropeza
Después de haber escrito ocho novelas, entre ellas El exilio del tiempo, Malena de cinco mundos, Los últimos espectadores del Acorazado Potenkin y Doña Inés contra el olvido, que han recibido enjundiosos comentarios críticos y premios nacionales e internacionales, y un magnífico ensayo que bajo el título de La herencia de la tribu. Del mito de la Independencia a la Revolución Bolivariana, constituye un profundo análisis de nuestra nación como mito de una venezolanidad en constante gestación, Ana Teresa Torres, quien se dio a conocer como estupenda narradora al obtener en el año 1984 el Premio Único de Cuentos del Diario El Nacional, con su hermoso relato Retrato frente al mar, publicó en noviembre de 2012 un ensayo que bajo el título de El oficio por dentro, recoge en sus páginas una poética sobre el arte de escribir novelas.
Con un prólogo de la escritora y legendaria profesora en la Escuela de Letras de la Universidad Central de Venezuela, María Fernanda Palacios, iniciamos el viaje que supone la lectura de El oficio por dentro. La prologuista, nos pasea, a través de las páginas de su presentación, por todas las facetas de esta importante figura de la literatura venezolana, permitiéndonos conocer, de entrada, los perfiles y logros de Ana Teresa Torres, como cuentista, novelista y ensayista. Pero también como psicoanalista de profesión y una ferviente estudiosa de nuestra historia nacional.
Desconozco en cuál de las siete vueltas del caracol me quedé. Pero estoy seguro de algo: la lectura de este libro, la segunda vez que me atrapó, me hizo volver a Orlando, la enigmática novela de Virginia Woolf, que a mis veinticinco años de edad me enseñó a emplear los documentos fotográficos para imaginar historias reales, próximas a mi existencia. Pero, asimismo, El oficio por dentro me llevó a retornar, casi con nostalgia, a mis lecturas de La fiesta del chivo, de Mario Vargas Llosa; a Los últimos espectadores del Acorazado Potenkin, de la propia Ana Teresa Torres (en este texto el manejo del diálogo como generador de acción y atmósfera se torna, sencillamente magistral) y a releer la inolvidable novela A sangre fría, de Truman Capote, que he leído siete veces, siempre en un nuevo ejemplar. Pero no sólo eso: la lectura de El oficio por dentro me hizo volver, de nuevo, a los ensayos de David Lodge y de Wayne Booth cuyas obras conocí en mis años en el Kings College, de la Universidad de Londres. Cambié el frío de una nevada junto al Támesis, en el invierno de 1978, por el calor de Puerto de Nutrias en la Navidad de 2012, llevando, entre mis manos El oficio por dentro. Todo ello, gracias a la maravilla de un hermoso libro que me hizo retornar, con más bríos, a la terca y vieja idea de que el placer y el manoseo de las páginas y la lectura de un libro tan excepcional como éste, valen la experiencia de pasar la Navidad de todos los años del mundo a orillas de un caño del río Apure que baña a Puerto Nutrias, mi pueblo natal.
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