Casa de la Estrella. Donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830.

Casa de la Estrella. Donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830.
Casa de la Estrella, ubicada entre Av Soublette y Calle Colombia, antiguo Camino Real donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830, con el General José Antonio Páez como Presidente. Valencia: "ciudad ingrata que olvida lo bueno" para el Arzobispo Luis Eduardo Henríquez. Maldita, según la leyenda, por el Obispo mártir Salvador Montes de Oca y muchos sacerdotes asesinados por la espalda o por la chismografía cobarde, que es muy frecuente y característica en su sociedad.Para Boris Izaguirre "ciudad de nostalgia pueblerina". Jesús Soto la consideró una ciudad propicia a seguir "las modas del momento" y para Monseñor Gregorio Adam: "Si a Caracas le debemos la Independencia, a Valencia le debemos la República en 1830".A partir de los años 1950 es la "Ciudad Industrial de Venezuela", realidad que la convierte en un batiburrillo de razas y miserias de todos los países que ven en ella El Dorado tan buscado, imprimiéndole una sensación de "ciudad de paso para hacer dinero e irse", dejándola sin verdadero arraigo e identidad, salvo la que conserva la más rancia y famosa "valencianidad", que en los valencianos de antes, que yo conocí, era un encanto acogedor propio de atentos amigos...don del que carecen los recién llegados que quieren poseerlo y logran sólo una mala caricatura de la original. Para mi es la capital energética de Venezuela.

domingo, 27 de enero de 2013

Les suplicaría a mis amigos que con la Kábala se asesoraran mejor con un rabino, porque la cintica roja en la muñeca del brazo izquierdo no es significativa de conocer Kábala, ésta es una sabiduría milenaria, compleja que muchos judios muy poco tienen y ahora resulta que Madonna la puso de moda...Un poco de respeto a las tradiciones religiosas de verdad, no a sus caricaturas, por favor


SÁBADO, 26 DE ENERO DE 2013


Los astros y las distintas mitologías

Tomado del blog "Termómetro Zodiacal" de Pedro González Silva
Los arquetipos o energías esenciales contenidas en el simbolismo de los planetas se expresan con distintos nombres y se relacionan con distintas deidades en las diversas culturas. Veamos esto tomando en cuenta los significados mitológicos de Mercurio, Venus y Marte.

Mercurio (mitología romana) o Hermes (griega) es el mensajero de los dioses, el comunicador, el dios de los caminos, el que conecta a los hombres con dios. Esta es una energía que expresa muy bien la dualidad del universo.

Venus (mitología romana) o Afrodita (griega) es la diosa del amor, la que seduce con sus encantos, representa la sensualidad femenina, la coquetería, la dulzura, y también se asocia con la sensación de abundancia y prosperidad.

Marte (mitología romana) o Ares (griega), es el dios de la guerra, el que representa la masculinidad, el arrojo, el coraje, el instinto, la energía sexual, la acción incontenible, todo lo relacionado con la fuerza física.

LA VISIÓN YORUBA.- En la mitología yoruba, Mercurio puede relacionarse con Eleguá, el orisha (santo) encargado de abrir y cerrar las puertas, los caminos, es el guardián del universo; esta mitología señala que antes que pedir cualquier cosa a otro orisha, hay que hacerle la petición a Eleguá para que dé la entrada, para que abra el camino, de manera que todo ritual yoruba comienza primero con un tributo a esta deidad.

La mitología o religión yoruba combina lo devocional con lo práctico y cotidiano, por eso los creyentes realizan rituales para hacer sus peticiones concretas.

En la mitología yoruba, la energía de Venus está contenida en Oshun, la orisha que rige los ríos, la coqueta y sensual a la que los humanos le piden resuelva sus asuntos amorosos.

Marte puede relacionarse con uno de los orishas más populares en Venezuela, como es Changó (a quien lo relacionan con Santa Bárbara) y a él se le hacen ofrendas para salir victoriosos en cualquier meta, para vencer a los rivales, y también para incrementar la energía sexual y la capacidad de “conquistar” al sexo opuesto.

LA ÓPTICA HINDÚ.- Ahora veamos la visión que estos arquetipos planetarios tienen en la cultura hinduista. Allí, la energía planetaria se relaciona más a búsquedas internas, pues ellos tienen una concepción más contemplativa, en donde el crecimiento interno y la supresión de deseos mundanos es una meta a seguir para llegar a la unión con Dios, y por eso, la Yoga (Unión) es justamente la base práctica de su actividad devocional.

La energía de Mercurio podría relacionarse con Sarasvati, la diosa del conocimiento, justamente una de las funciones mercuriales. Venus, por su parte, bien podría relacionarse con Lakshmi, la diosa de la belleza y la abundancia.

Krisna concuerda con los valores de Marte, el guerrero, y así lo podemos percibir al leer el Bhagavad-Gita, donde Krisna incita a Arjuna al combate, a la guerra, a luchar por lo que cree justo.


ABALAH HEBREA.- Finalmente, la cultura hebrea nos trae el sistema de la Qabalah, que también se conecta con estas energías arquetipales y ha desarrollado un método para realizar un trabajo práctico de meditación, para alcanzar la nivelación o equilibrio entre las distintas energías, y lograr la evolución espiritual.

La Qabalah se expresa a través del llamado Árbol de la Vida, en donde está representada la creación en su totalidad, y también a través de las cartas del Tarot, que son imágenes que representan a las letras sagradas hebreas. Debido a las persecuciones religiosas, esas letras hebreas que formaban palabras sagradas, fueron llevadas al lenguaje simbólico del Tarot.

No se trata del Tarot como comúnmente lo conocemos para “echar las cartas” y adivinar el futuro, se trata de meditar con cada carta, observarla por un determinado tiempo, para lograr un efecto en nuestra psique que nos hace evolucionar. Cada carta se asocia también con un arquetipo planetario.

Mercurio es el arcano I, El Mago, en donde vemos una figura con una mano hacia el cielo y otra hacia la tierra, dando justamente la visión del mensajero de los dioses, que conecta la energía mundana con la divina. Al meditar con este arcano, se logra desarrollar el poder de la atención, para poder ver las cosas como realmente son.

Venus se asocia al arcano III, La Emperatriz, y meditando con esta carta desarrollamos otro de los aspectos que forman parte de las características de Venus: la creatividad, la imaginación creadora, no la fantasía, sino la imaginación que nos permite visualizar algo que queremos, y lograr que se haga realidad.

Marte se relaciona con el arcano XVI, La Torre, que nos mueve a actuar de manera urgente y decidida para producir los cambios que necesitamos. Meditando con esta carta nos atreveremos a actuar.


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