Texto tomado de EL Carabobeño 14 enero 2013
Francisco Miguel Pérez ||
En Secreto
LA SOLUCIÓN PARA CARABOBO?
El pueblo es sabio, y se da el gobierno que merece. Si se equivoca, esa es su responsabilidad exclusiva. El 16-D pasado el soberano habló y escogió a Francisco Ameliach para que dirija los destinos de Carabobo, en lugar de Henrique Fernando Salas, y esa fue una decisión respetada, al tiempo que a Enzo Scarano se le asignó, indirectamente, la misión de reacomodar y conducir a la oposición por el otro sendero, en lo que supone de hecho el ejercicio cabal de la alternación del poder regional. Le corresponde ahora a FAO disponer de la brillante oportunidad de reivindicarse con los carabobeños, que desde hace tiempo han esperado, pacientemente, por su presencia y su accionar. Le tocará, en buena hora, lograr que el Ejecutivo Nacional baje los recursos que estuvo reclamando y esperando la anterior administración durante 4 años y que en derecho le tocan a Carabobo para impulsar su desarrollo, lo cual seguramente a él, por razones obvias, no le va a ser difícil conseguir. Igual tiene el compromiso de reactivar los trabajos de construcción del Metro de Valencia, paralizados desde que murió Paco Cabrera. Otra tarea inmediata suya tendrá que ser mejorar la vialidad interna y externa, ya que las autopistas y carreteras de la región están en las peores condiciones y todo por obra y gracia de la recentralización impuesta por el régimen, que igual le quitó a Carabobo el puerto de Puerto Cabello que administraba con éxito. La crisis devenida por el aumento vertiginoso de las aguas del lago de Valencia también espera por sus gestiones de gobernante, como ocurre, en paralelo, con la CHET y la salud pública en general. La recuperación de la industria carabobeña, golpeada y sacudida por decisiones tomadas desde Caracas, es otro reto que tiene por delante Ameliach y su administración, sin dejar de lado la inseguridad, que ya parece comenzó a ser enfrentada por su gobierno. De no ser así, habría sido en vano y puro simbolismo el juramento de Campo Carabobo. Allí también estuvo Scarano, abucheado y apedreado por las hordas chavistas, que lo veían como intruso, pero lo que pudo insuflarle más vigor para asumir con premura el liderazgo de los sectores alineados con la unidad democrática carabobeña, para defender sus espacios y prepararse para nuevas luchas por el bienestar social y colectivo. No hay tiempo que perder, ni para unos ni para otros.
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