Casa de la Estrella. Donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830.

Casa de la Estrella. Donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830.
Casa de la Estrella, ubicada entre Av Soublette y Calle Colombia, antiguo Camino Real donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830, con el General José Antonio Páez como Presidente. Valencia: "ciudad ingrata que olvida lo bueno" para el Arzobispo Luis Eduardo Henríquez. Maldita, según la leyenda, por el Obispo mártir Salvador Montes de Oca y muchos sacerdotes asesinados por la espalda o por la chismografía cobarde, que es muy frecuente y característica en su sociedad.Para Boris Izaguirre "ciudad de nostalgia pueblerina". Jesús Soto la consideró una ciudad propicia a seguir "las modas del momento" y para Monseñor Gregorio Adam: "Si a Caracas le debemos la Independencia, a Valencia le debemos la República en 1830".A partir de los años 1950 es la "Ciudad Industrial de Venezuela", realidad que la convierte en un batiburrillo de razas y miserias de todos los países que ven en ella El Dorado tan buscado, imprimiéndole una sensación de "ciudad de paso para hacer dinero e irse", dejándola sin verdadero arraigo e identidad, salvo la que conserva la más rancia y famosa "valencianidad", que en los valencianos de antes, que yo conocí, era un encanto acogedor propio de atentos amigos...don del que carecen los recién llegados que quieren poseerlo y logran sólo una mala caricatura de la original. Para mi es la capital energética de Venezuela.

lunes, 3 de agosto de 2015

Texto−Fobia: Lacan... Los revolucionarios son histéricos en busca de un amo


Jacques-Marie Émile Lacan (París, 13 de abril de 1901 — ibídem, 9 de septiembre de 1981) 
fue un médico psiquiatra y psicoanalista francés conocido por los aportes teóricos que hiciera al psicoanálisis basándose en la experiencia analítica y en la lectura de Freud, 
incorporando a su vez elementos del estructuralismo, la lingüística estructural
la matemática y lafilosofía.

Texto-Fobia: Lacan / El Nacional / Jacques Lacan en medio de la euforia generalizada por el Mayo Francés de 1968 dijo una frase lapidaria: "Los revolucionarios son histéricos en busca de un amo. Y lo tendrán". También solía decir a sus seguidores: "Ustedes son lacanianos. Yo freudiano".

Mi conocimiento de Lacan es tímido y entusiasta. Sobre esta barca inestable se apoya el artículo de hoy.

El gran aporte de Lacan es la concepción del inconsciente estructurado como un lenguaje. Así, palabras más, palabras menos, el valor único del ser se sostiene en un valor que es esencialmente de lenguaje.

 El acto real, fundante , lo sitúa del lado masculino. No se trata de las dicotomías activo-pasivo, espiritual-sensual, cultura-naturaleza lo que diferencia el polo masculino del polo femenino. Pues, donde la posición masculina se presenta como el todo, la posición femenina se muestra en el lugar del no todo, de lo incompleto que desestabiliza la ilusión del saber como totalidad.

Es conocida su lectura de Antígona de Sófocles de donde infiere una ética de la particularidad del goce. No se trata de la ética aristotélica, sino de los discursos en que ese goce se pone en juego en tanto objeto causa del deseo. "Una ética se anuncia, convertida al silencio, por la avenida, no del espanto, sino del deseo".

En sus Escritos (1989) está incluido un texto de 1960 titulado "Para una ética". Allí plantea que no hay otras leyes que no sean las del lenguaje y las del goce y, este planteamiento del deseo y su reverso, que es el goce, presupone admitir que el lenguaje es para el sujeto algo más que un mero instrumento de comunicación; es su hábitat.

La existencia humana transcurre por el traumático desplazamiento de la cadena significante (irrupción de la palabra del otro y del deseo del otro). Este saber "otro" que da al significante un peso que va mas allá de su valor significativo, es la carga libidinal del goce. El significante crea sufrimiento y goce. El lenguaje que no es como sostiene la lingüística moderna comunicación sino equívoco.

Esta concepción, que suele ser omitida en los discursos científicos y académicos, supone atender a la doble función de esa unidad inconsciente que es el significante. Porque el significante es portador de una función o potencia de fisura debida a la inadecuación entre la articulación significante y lo real. De este modo, toda escritura deja un resto que Lacan formula como objeto, esto es lo inasible de toda operación de formulación o escritura.

¿Cómo vivir con el otro? Hay tantas éticas como discursos y es el discurso lo que establece el vínculo social. Las palabras proceden del Otro, esto implica el peso de la memoria, pues el valor del lenguaje es inseparable de la acumulación significante. Lacan retoma la noción de ética tradicional para desplazarla por completo: el sujeto de la ética no es la consciencia en un sentido moral, sino el sujeto como el producto del significante (el sujeto en su dimensión deseante ). Así aparece el constructo del fantasma, esa noción imaginaria que permite al sujeto sostener su posición subjetiva respecto del deseo, para hallar su lugar en el deseo del Otro y de esa manera concretarse como el objeto de ese deseo.

Lacan mantiene la noción de que una ética implica una lección, pero propone vincularla a la verdad del propio goce, al no saber que afecta al sujeto en la relación de su discurso con lo real de su síntoma. Es en este marco que surge la valoración del superyó tiránico.

Cuando Lacan trata de representar los discursos humanos, articuladores en lo social y cultural, no remite a significaciones concretas sino a elementos simples que toman parte en las diversas posiciones del saber en relación al sujeto y del sujeto en relación al deseo (o al objeto). Cambiar de discurso es cambiar de razón. De la razón que se esconde tras la posición significante. Y así se llega al concepto de política, pues hay política en todo discurso desde el momento en que este constituye el modo en que se transmiten los puestos simbólicos, "la raza de los amos y de los esclavos". No hay hechos más allá del discurso y todo hecho necesita de un discurso para que lo diga.

Lacan, al igual que Freud, parte del síntoma individual pero no se agota en él; sino que lo lleva mucho más lejos hasta llegar al malestar de la cultura, pues la visión humana, ética y política, es inseparable de la enfermedad, y también de la cura.

Pero la cura psicoanalítica es tema para otro artículo y otra articulista.



Con Información de El Nacional

www.entornointeligente.com

Los revolucionarios son histéricos en busca de 

un amo

NESTOR ACOSTA ESPINOZA
Notiatarde 2 de agosto 2015 pág. 4/OPINION
Los revolucionarios son histéricos en busca de un amo. Y lo tendrán  

Frase lacónica del psicoanalista francés Jacques Lacan, a propósito de la revuelta del Mayo 
Francés del año 1968.

En el país se comprobó empíricamente la certeza de esta aseveración. Una versión de la izquierda, 
atada a los esquemas conceptualmente de finales del siglo XIX, logró encontrar la figura 
paternal que simbolizaría la totalidad de sus carencias: las afectivas y, desde luego, las políticas.

En un sentido literal el finado Hugo Chávez fue una suerte de padre autoritario para este 
sector político. Su presencia absorbente explica la imposibilidad que confronta esta fracción 
de la política para avanzar hacia esquemas contemporáneos que les permita enfrentar la grave 
crisis que azota al país. 

A esta interpretación psicoanalítica habría que agregar la discursiva. No solo juega lo inconsciente 
en la explicación de este fenómeno político. Es necesario incorporar la variable discursiva y 
cultural. Bien, ¿qué intentamos decir con esta apreciación?

Vamos a ir despacio. Es posible que algunos amigos de la oposición se encuentren retratados 
en las líneas que siguen. Intentamos, en estos breves comentarios, desarrollar un intento de 
interpretación y alertar sobre la posibilidad de transitar caminos ya trillados en el pasado. 

El proyecto chavista, en lo básico, intentó reciclar a un esquema ya agotado. Me refiero, en el 
plano económico, al que implantó la democracia. Puede parecer provocadora esta afirmación. 
Pero lo medular de su propósito, en lo económico, fue renacionalizar lo ya nacionalizado en el 
periodo democrático. Sus políticas distributivas, igualmente, profundizaron esquemas de esta 
naturaleza ya ensayadas en la IV República. Son muchas las coincidencias con estrategias 
experimentadas en el pasado. Creo que la razón de estas concurrencias podemos encontrarlas 
en el carácter de petro estado que identifica la sociedad venezolana. Esta característica, hace 
creer 

que desde el estado, vale decir mediante la administración de la renta petrolera, es posible hacer 
ejercicios de ingeniería social y poner en práctica un voluntarismo autoritario e intentar modificar 
la realidad económica, social y cultural del país. Lo irónico del asunto, es que el aumento de la 
renta petrolera coincide con la crisis política, social y económica de la sociedad venezolana. 
Sin lugar a dudas, Pérez Alfonso tenía razón al calificar a este producto como excremento del 
diablo .

Existe un rasgo inédito en la experiencia del llamado socialismo del siglo XXI. Me refiero a su 
lógica discursiva. Dividió la sociedad venezolana en dos polos mutuamente excluyentes. 
Esta polarización es responsable de las dificultades para producir acuerdos sobre estrategias de 
interés nacional. Afortunadamente estamos en presencia de un lento proceso de despolarización. 
Las próximas elecciones parlamentarias mostrarán hasta qué punto esta lógica está siendo 
derrotada. Sectores interpelados en el pasado por el chavismo se espera que expresen su preferencia 
por los candidatos del bloque democrático.

Sin duda, es posible aseverar que estamos en presencia del final de un ciclo histórico. Los 
procedimientos políticos del pasado están agotados. El dispositivo simbólico que proporcionó 
direccionalidad discursiva a nuestra modernidad no suministra respuestas a las nuevas demandas 
políticas y sociales que se están formulando.

Existe una exigencia para hacer uso de la imaginación política. Atreverse a pensar un nuevo 
modelo de vida democrática. Éste es el reto al que se enfrentan los sectores que militan en 
el campo democrático. Ojalá estén a la altura de este desafío. 

Esperemos que tengan la voluntad y el coraje de desprenderse de los viejos hábitos y 
ensayar nuevas formas de aproximación a la vida pública.

Ojalá, la política sea así.

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