Trinchera
Valencia eterna
Luis Cubillán Fonseca
El Concejo Municipal de Valencia, en importantes oportunidades marcó el paso a la República, mencionaremos la disolución de Colombia ya conocida, y el levantamiento en marzo de 1857 contra la tiranía de los Monagas. Ese día Carlos Pérez-Calvo (antepasado de los amigos Julio y Nené Castillo y del Chino Guerra Sagarzazu y de esa muy querida familia) convocó a los valencianos a la Iglesia de San Francisco, la cual se atiborró (aunque el Padre Villafranca la estaba reconstruyendo). Pérez-Calvo, desde el pulpito dirigió la Asamblea formada para sacar del poder a los tiranos Monagas. (Días antes obligaron al carpintero Juan Antonio Herrera, (homónimo de un apreciado concuñado General de Brigada) a fabricar dos banquillos para las futuras ejecuciones ¡La revolución era de verdad! Dice el Acta: “Hace diez años, que la Nación se encuentra regida por una dinastía, que ha sembrado de abusos y de crímenes a la patria… La aciaga carrera de su dominación, ha hecho de Venezuela su patrimonio personal… El Poder Judicial y El Legislativo han estado en una vergonzosa dependencia del Ejecutivo, cuya voluntad han hecho ley de los venezolanos… Las rentas públicas han sido escandalosamente dilapidadas, y los Monagas y sus favoritos hacen impúdico alarde y ostentación irritante de sus robos. Se han visto hombres ayer no más menesterosos, salir por los puertos con inmensas sumas de oro destinadas a los bancos extranjeros… Han adoptado un sistema de terror, propio de caníbales, exacciones a quienes ellos consideran sus desafectos. Por todas partes hay prisiones, extrañamientos, y asesinatos…Han enviado sus soldados a la calle a matar hombres pacíficos e inermes, del mismo sistema se han valido para hacer ilusoria la libertad de imprenta, pues cuando los periodistas han criticado los pésimos actos de la Administración, han sido obligados a callar y a abandonar el país. Todo esto pudiese dejarse continuar, si hubiese la esperanza de unas elecciones libres, pero no es posible, pues estas están reducidas al corto número de los adictos a la dinastía, como se ha comprobado por los registros de las elecciones. Por unanimidad salió electo José Tadeo Monagas, y ¡Por unanimidad su hijo político Oriach! Después de haber vinculado las Fuerzas Armadas a su familia, colmaron los ánimos haciendo abrogar la Constitución de 1830, con el propósito de perpetuarse en el poder por la reelección inmediata, que no permitía la derogada. La Constitución de Monagas (1857) nada vale, porque el Congreso que la aprobó no tenía facultades para ello. ¡Que libertó a los esclavos! Si, ¡los libertó de la esclavitud personal para exponerlos a la muerte en defensa de la esclavitud civil! Dicen mis amigos historiadores que la historia no se repite, pero en Venezuela, a veces se da este raro fenómeno.
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