De Borges a Paz en «Amoris laetitia»
En diversas citas de su exhortación apostólica se notó la influencia de la literatura latinoamericana en el Papa Francisco, quien ha incluido en el documento magisterial peculiares notas e incluso la referencia a una película
ANDRÉS BELTRAMO ÁLVAREZ – Vatican Insider: Un homenaje a tres grandes de la literatura latinoamericana: Octavio Paz, Mario Benedetti y Jorge Luis Borges. Francisco apeló a las obras de estos famosos autores para ilustrar “Amoris Laetitia”, su más reciente exhortación apostólica sobre la familia.
Echó mano de la poesía y, con ello, dotó de realismo a un documento eclesiástico destinado a llegar más allá de las fronteras de la Iglesia.
En los 325 números y casi 270 páginas de su edición en español, “La alegría del amor” incluyó 391 notas. Referencias previsibles a los padres de la Iglesia, teólogos medievales y modernos.
Los santos León Magno, Agustín, Domingo, Roberto Bellarmino, Juan de la Cruz e Ignacio de Loyola. Y Santo Tomás de Aquino, citado 19 veces en total.
Tampoco son pocos los apuntes a documentos magisteriales como la “Familiaris Consortio” de Juan Pablo II, la “Deus Caritas Est” de Benedicto XVI, “Humanae Vitae” de Pablo VI, “Casti Connubi” de Pío XI y Mystici Corpori de Pío XII. Además del Catecismo de la Iglesia Católica y diversos escritos de conferencias episcopales. Así como los religiosos Teresa de Lisieux y Antonin Sertillanges.
Pero algunas citaciones fueron en otra dirección. Con la presencia de personajes inesperados como el activista estadounidense Martin Luther King, el dramaturgo francés Gabriel Marcel, el filósofo judío alemán Erich Fromm, además el pastor protestante y teólogo luterano adscrito a la resistencia antinazi, Dietrich Bonhoeffer.
Y un espacio especial tuvieron las citas a los artistas latinoamericanos. A Borges el pontífice lo mencionó al inicio del capítulo 1 titulado “A la luz de la palabra”. Ahí tomó un pasaje del poema “Calle desconocida”, parte del libro “Fervor de Buenos Aires”.
“Las dos casas que Jesús describe, construidas sobre roca o sobre arena, son expresión simbólica de tantas situaciones familiares, creadas por las libertades de sus miembros, porque, como escribía el poeta, «toda casa es un candelabro»”, indicó.
En el capítulo cuatro, dedicado a “el amor en el matrimonio”, referenció el ensayo “La llama doble” del autor mexicano Octavio Paz. Abordando el tema de la educación de los hijos, precisó: “La cortesía «es una escuela de sensibilidad y desinterés», que exige a la persona «cultivar su mente y sus sentidos, aprender a sentir, hablar y, en ciertos momentos, a callar»”.
Mientras del poeta y dramaturgo uruguayo, Mario Benedetti, Bergoglio directamente tomó un paso de su famosa poesía “Te quiero”: “Tus manos son mi caricia mis acordes cotidianos; te quiero porque tus manos trabajan por la justicia. Si te quiero es porque sos; mi amor mi cómplice y todo; y en la calle codo a codo somos mucho más que dos”.
El impacto latinoamericano también se notó en algunos documentos de conferencias episcopales citados en la exhortación. Aunque el Papa también tomó reflexiones de obispos de España, Corea, Australia, Italia y Kenia.
Pero otras tantas notas vinieron de textos latinoamericanos, el más importante de ellos es el documento final de la asamblea continental de Aparecida, en 2007.
“Notamos las graves consecuencias de esta ruptura en familias destrozadas, hijos desarraigados, ancianos abandonados, niños huérfanos de padres vivos, adolescentes y jóvenes desorientados y sin reglas”, indicaron los obispos argentinos en su “Navega mar adentro” de 2003. “La violencia intrafamiliar es escuela de resentimiento y odio en las relaciones humanas básicas”, aportaron los prelados de México con su “Que en Cristo nuestra paz México tenga vida digna” de 2009. Y “liberar en nosotros las energías de la esperanza traduciéndolas en sueños proféticos, acciones transformadoras e imaginación de la caridad”, indicaron los colombianos, en un escrito de 2003. También hubo lugar para la cita de “La vida y la familia: regalos de Dios para cada uno de nosotros” de la Conferencia Episcopal de Chile (2014).
Esta multiplicidad de citas es ya una marca registrada de Francisco. Las incluyó en la exhortación “Evangelii Gaudium” y en la encíclica “Laudato Si”. Ahora en “Amoris Laetitia” también habló de una escena del filme “La fiesta de Babette”, que él mismo ha dicho varias veces que recuerda con apreció.
Al Papa le impactó el personaje de la generosa cocinera que recibe un abrazo agradecido y un elogio: “¡Cómo deleitarás a los ángeles!”. Ante tal frase, el líder católico no dudó en escribir: “Es dulce y reconfortante la alegría de provocar deleite en los demás, de verlos disfrutar. Ese gozo, efecto del amor fraterno, no es el de la vanidad de quien se mira a sí mismo, sino el del amante que se complace en el bien del ser amado, que se derrama en el otro y se vuelve fecundo en él”.
Los divorciados vueltos a casar
Francisco dice en su exhortación apostólica sobre la familia que "nadie puede ser condenado para siempre"
Pablo Ordaz - El Pais: Durante su exhortación apostólica sobre la familia, el papa Francisco se dirige a los divorciados vueltos a casar para decirles que “no sólo no tienen que sentirse excomulgados, sino que pueden vivir y madurar como miembros activos de la Iglesia”, y advierte de que “ya no es posible decir que todos los que se encuentran en una situación así llamada irregular viven en pecado mortal”.
Jorge Mario Bergoglio asegura que “nadie puede ser condenado para siempre”, y añade: “No me refiero sólo a los divorciados en nueva unión, sino a todos, en cualquier situación en que se encuentren”. El Papa pide al clero amplitud de miras y misericordia a la hora de discernir quién puede tener derecho a los sacramentos: “Es mezquino detenerse solo a considerar si el obrar de una persona responde o no a una ley o norma general. A los sacerdotes les recuerdo que el confesionario no debe ser una sala de torturas, sino el lugar de la misericordia del Señor.”
La exhortación apostólica “Amoris Laetitia”, de 261 páginas en su versión en español, recoge e interpreta las consideraciones expresadas por los obispos durante el Sínodo de la familia, pero está llamada –muy en el estilo de Francisco—a incomodar a los sectores más intransigentes de la Iglesia.
Como si ya oyese al coro de los descontentos, Bergoglio advierte: “Un pastor no puede sentirse satisfecho solo aplicando leyes morales a quienes viven en situaciones irregulares, como si fueran rocas que se lanzan sobre la vida de las personas”.
A esos pastores los califica como “corazones cerrados”, que se esconden detrás de las enseñanzas de la Iglesia “para sentarse en la cátedra de Moisés y juzgar, a veces con superioridad y superficialidad, los casos difíciles y las familias heridas”.
El Papa llama a analizar las condiciones de cada caso, y advierte: “Es posible que, en medio de una situación objetiva de pecado, se pueda vivir en gracia de Dios, se pueda amar, y también se pueda creer en la vida de la gracia y la caridad, recibiendo para ello la ayuda de la Iglesia”. Y añade, pero solo a pie de página, pese a la importancia de la cuestión: “En ciertos casos, podría ser también la ayuda de los sacramentos”. Completo
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