08/09/2013 Notitarde
Todos los lunes
Aun sin respuesta invasión del Don Pepe
- Doménico Sírica (Notitarde / )
Doménico Sírica
Después de casi seis años de la invasión (16-10-2007) del Edificio Don Pepe, ubicado a una cuadra de la Gobernación de Carabobo, aún no se tiene respuesta frente a un acto ilegal y violento como lo es la ocupación ilegal del inmueble, propiedad del señor Giuseppe Perretta y de su núcleo familiar, conformado por sus hermanos, hijos y nietos. Por medio de este espacio, hago un llamado a la Fiscal General de la República, Dra. Luisa Ortega Díaz, quien en reiteradas oportunidades, a través de los medios de comunicación, ha dicho que la justicia es para todos los venezolanos, sin distingo de ningún tipo, al presidente Nicolás Maduro, quien ha asumido el compromiso de luchar contra la corrupción venga de donde venga, y al primer mandatario regional, Francisco Ameliach, para darle solución a esta problemática. El Don Pepe es una propiedad privada debidamente comprobada.
El Don Pepe no es un edificio residencial, sino de oficinas comerciales, por lo cual, los invasores, quienes al parecer se sienten guapos y apoyados, le cambiaron el uso, y le han hecho remodelaciones al inmueble, de manera ilegal, como abrir el estacionamiento para meter sus lujosos carros. Hace más de cuarenta años, los legítimos propietarios habían integrado dicho estacionamiento a los locales comerciales. Pregunto quién les dio el permiso para hacer las remodelaciones. Tengo sesenta años en la construcción y para tramitar cualquier autorización se requiere la firma del propietario o del apoderado. Creo en la justicia, creo en Venezuela, pero ¿hasta cuándo vamos a esperar para que se restablezca el derecho vulnerado?
Yo, como apoderado y constructor del señor Perretta, quien se tuvo que ir a Italia porque sus padres padecían de cáncer y en ese país tenían más posibilidades de ser atendidos, pido que se haga justicia con esta familia de artesanos-ebanistas, que no son gente pudiente, ni "empresarios oligarcas", como lo han querido hacer ver los que se autodenominan "ocupantes espontáneos", sino que con el trabajo de muchísimos años y de sus ahorros, construyeron ese inmueble, hace más de cuarenta años. El dinero invertido por los dueños, no lo consiguieron en una bolsa de detergente ni se lo regalaron, sino que es producto del ahorro de bolívar a bolívar, de un núcleo familiar que llegó a Valencia en el año 1952, y se estableció en una casa, ubicada en la calle 24 de Junio, entre Briceño Méndez y la Andrés Bello. Más tarde, la familia creció y conformaron un núcleo de cuatro generaciones, que con trabajo y más trabajo pudieron atender sus necesidades y contribuir al progreso de la ciudad.
Lo más grave del caso, es que muchas de las personas que ocupan ilegalmente el edificio, son altos personeros de la Alcaldía de Valencia, reconocido hace unos meses por uno de ellos, en declaraciones a la prensa regional, argumentando que la acción la cometieron antes de ser funcionarios de ese despacho. Tal comportamiento no tiene justificación alguna, por cuanto las invasiones en el marco legal venezolano están tipificadas como un delito, sean quienes sean los implicados. Por otro lado, estos señores no son ninguno pobrecitos, pues manejan vehículos, de últimos modelos, y ganan muy buenos sueldos, en su mayoría.
Con el debido respeto, pregunto: ¿Acaso algunos de los que se hacen pasar o están disfrazados de revolucionarios tienen carta blanca o gozan de impunidad para invadir la propiedad privada, violentando un derecho constitucional y las normativas legales que rigen la materia? Los verdaderos y buenos políticos, porque los hay, son ejemplos en sus acciones y actuaciones. Respeto al que piensa distinto a mí, al que defiende sus ideales con honestidad y transparencia, pero los politiqueros, los que se rasgan las vestiduras diciendo una cosa y haciendo otra para sacar provechos y perjudicar a otros, constituyen una vergüenza para el país.
Planteo: Es justo que después de casi seis años, el caso signado con el Nro. GP01-P año 2008, número 4872, que conoce la Fiscalía Sexta del Ministerio Público del estado Carabobo y lleva el Tribunal IX en Primera Instancia de Control, aún se encuentre en la fase preliminar, a pesar del tiempo transcurrido, y a la fecha no hay solución alguna. De buena fe, intenté una conciliación con los ocupantes ilegales (ocupantes espontáneos) para llegar a una solución satisfactoria para las partes, e incluso se presentó una propuesta para la adquisición del edificio, pero no se quedó en nada, solo en reuniones de palos y cubiertos ya que les brindé (por cierto no me arrepiento es mi naturaleza), por la falta de voluntad por parte de los ocupantes espontáneos para resolverla, lo que ha ocasionado serios perjuicios a los dueños del inmueble, además de contravenir lo establecido en las ordenanzas de urbanismo y desarrollo social de la ciudad, y el decreto Nº 078/2011 de fecha 18-11-2011 de la Alcaldía de Valencia relativo a la prohibición de invasiones de terrenos públicos o bienes inmuebles del dominio público municipal. Para concluir pido a Dios que resplandezca la justicia e ilumine a estas personas para que reflexionen y retomen el camino correcto que permita resolver la problemática del Don Pepe. Hasta el próximo lunes. ¡Qué Dios los bendiga a todos y todas!
todosloslunes@gmail.com
sorrento@cantv.net
El Don Pepe no es un edificio residencial, sino de oficinas comerciales, por lo cual, los invasores, quienes al parecer se sienten guapos y apoyados, le cambiaron el uso, y le han hecho remodelaciones al inmueble, de manera ilegal, como abrir el estacionamiento para meter sus lujosos carros. Hace más de cuarenta años, los legítimos propietarios habían integrado dicho estacionamiento a los locales comerciales. Pregunto quién les dio el permiso para hacer las remodelaciones. Tengo sesenta años en la construcción y para tramitar cualquier autorización se requiere la firma del propietario o del apoderado. Creo en la justicia, creo en Venezuela, pero ¿hasta cuándo vamos a esperar para que se restablezca el derecho vulnerado?
Yo, como apoderado y constructor del señor Perretta, quien se tuvo que ir a Italia porque sus padres padecían de cáncer y en ese país tenían más posibilidades de ser atendidos, pido que se haga justicia con esta familia de artesanos-ebanistas, que no son gente pudiente, ni "empresarios oligarcas", como lo han querido hacer ver los que se autodenominan "ocupantes espontáneos", sino que con el trabajo de muchísimos años y de sus ahorros, construyeron ese inmueble, hace más de cuarenta años. El dinero invertido por los dueños, no lo consiguieron en una bolsa de detergente ni se lo regalaron, sino que es producto del ahorro de bolívar a bolívar, de un núcleo familiar que llegó a Valencia en el año 1952, y se estableció en una casa, ubicada en la calle 24 de Junio, entre Briceño Méndez y la Andrés Bello. Más tarde, la familia creció y conformaron un núcleo de cuatro generaciones, que con trabajo y más trabajo pudieron atender sus necesidades y contribuir al progreso de la ciudad.
Lo más grave del caso, es que muchas de las personas que ocupan ilegalmente el edificio, son altos personeros de la Alcaldía de Valencia, reconocido hace unos meses por uno de ellos, en declaraciones a la prensa regional, argumentando que la acción la cometieron antes de ser funcionarios de ese despacho. Tal comportamiento no tiene justificación alguna, por cuanto las invasiones en el marco legal venezolano están tipificadas como un delito, sean quienes sean los implicados. Por otro lado, estos señores no son ninguno pobrecitos, pues manejan vehículos, de últimos modelos, y ganan muy buenos sueldos, en su mayoría.
Con el debido respeto, pregunto: ¿Acaso algunos de los que se hacen pasar o están disfrazados de revolucionarios tienen carta blanca o gozan de impunidad para invadir la propiedad privada, violentando un derecho constitucional y las normativas legales que rigen la materia? Los verdaderos y buenos políticos, porque los hay, son ejemplos en sus acciones y actuaciones. Respeto al que piensa distinto a mí, al que defiende sus ideales con honestidad y transparencia, pero los politiqueros, los que se rasgan las vestiduras diciendo una cosa y haciendo otra para sacar provechos y perjudicar a otros, constituyen una vergüenza para el país.
Planteo: Es justo que después de casi seis años, el caso signado con el Nro. GP01-P año 2008, número 4872, que conoce la Fiscalía Sexta del Ministerio Público del estado Carabobo y lleva el Tribunal IX en Primera Instancia de Control, aún se encuentre en la fase preliminar, a pesar del tiempo transcurrido, y a la fecha no hay solución alguna. De buena fe, intenté una conciliación con los ocupantes ilegales (ocupantes espontáneos) para llegar a una solución satisfactoria para las partes, e incluso se presentó una propuesta para la adquisición del edificio, pero no se quedó en nada, solo en reuniones de palos y cubiertos ya que les brindé (por cierto no me arrepiento es mi naturaleza), por la falta de voluntad por parte de los ocupantes espontáneos para resolverla, lo que ha ocasionado serios perjuicios a los dueños del inmueble, además de contravenir lo establecido en las ordenanzas de urbanismo y desarrollo social de la ciudad, y el decreto Nº 078/2011 de fecha 18-11-2011 de la Alcaldía de Valencia relativo a la prohibición de invasiones de terrenos públicos o bienes inmuebles del dominio público municipal. Para concluir pido a Dios que resplandezca la justicia e ilumine a estas personas para que reflexionen y retomen el camino correcto que permita resolver la problemática del Don Pepe. Hasta el próximo lunes. ¡Qué Dios los bendiga a todos y todas!
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