Tomado de EL BLOG DE TANIA QUINTERO
LUNES, 10 DE MAYO DE 2010
Los Orishas de Fidel Castro (I)
Tanto en Cuba como en Miami, circulan historias que se refieren a la relación de Fidel Castro con las religiones africanas. De otra forma, aseguran los santeros y paleros de Miami, no se explica cómo su "bestia negra" ha sobrevivido a docenas de intentos de asesinato por parte de la CIA y de organizaciones armadas en el exilio. Tampoco se explican cómo ha sobrevivido a los cientos de ataques psíquicos y rituales de palo mayombe llevados a cabo contra él.
En un viaje a Cuba también varios líderes de las religiones africanas, nos confesaron estar completamente seguros de que Fidel es un 'iniciado' y está protegido por poderosos sacerdotes de palo, que viene a ser algo así como la religión más oscura de cuantas existen en el continente americano, ya que practicantes realizan pactos de sangre con los muertos y seres maléficos.
Según algunos paleros en el exilio, es un secreto a voces entre los practicantes de esta religión, que Fidel Castro fue "rayado", es decir, 'iniciado' en el palo a la tierra a la edad de 6 años. Al parecer, el futuro mandatario, nacido en una finca a las afueras de Holguín, se encontraba muy débil y enfermo, por lo que una negra conga, amiga de una criada de la madre, convenció a la señora Ruz para "rayarlo en palo" y así salvarle la vida.
En el transcurso del ritual, Castro fue sometido a un "registro", es decir, un estudio mágico sobre su futuro por parte del palero, para averiguar si la curación es permitida por los orishas. Desde ese momento, Fidel Castro se encuentra bajo la protección de Ayaguna, una de las manifestaciones de la gran divinidad. De Ayaguna se derivan Oggún, Changó, Argayú y Ochosi, todos los dioses guerreros. Desde luego, no tenemos certeza de que este hecho tuviera lugar realmente o estemos simplemente ante una leyenda, al igual que otras muchas que circulan sobre la persona de Castro.
Sin embargo, el propio Fidel, en una serie de entrevistas sobre cuestiones religiosas concedidas a Frei Betto, uno de los líderes de la llamada Teología de la Liberación, se refiere al ambiente mágico y sobrenatural que existía en el lugar donde pasó su infancia, donde sin duda la creencia en la santería y el palo estaba enormemente extendida.
En este libro, Fidel y la religión, Castro afirma: "Aquellas familias tenían creencias de distintos tipos. En realidad recuerdo cómo era el ambiente del campo sobre esta cuestión. Creían en Dios, creían en distintos santos. Algunos de estos santos estaban en la liturgia, eran santos oficiales, otros no". Sin duda, se está refieron a los santos de la santería.
Más adelante, dice que "en la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba, todos tenían gran creencia. Además, creían en algunos santos que no estaban en la liturgia, como San Lázaro. Prácticamente no había alguno de aquellos que no creyera en San Lázaro. Mucha gente creía también en los espíritus, en los fantasmas.
"Recuerdo que de niño oía cuentos de espíritus, de fantasmas, de apariciones. Todo el mundo hacía cuentos. Pero además creían en las supersticiones. Por ejemplo, recuerdo algunas: si un gallo cantaba tres veces y nadie le contestaba, aquello podría ser una degracia; si una lechuza pasaba de noche y se escuchaba su vuelo y el graznido, entonces eso podía traer desgracia; si se caía un salero y se rompía, era malo, había que recoger del suelo un poquito de sal y lanzarla hacia atrás por encima del hombro izquierdo...
"De manera que el mundo en el que yo nazco era un mundo bastante primitivo en ese sentido, porque había todo tipo de creencias y todo tipo de supersticiones: espíritus, fantasmas, animales agoreros, de todo. Ése era el ambiente, lo veía en todas las familias y, en parte, también en mi propia casa".
Ante la pregunta de Frei Betto sobre si en su casa existían imágenes de la Virgen de la Caridad del Cobre, Castro responde: "Muchas imágenes, de los santoos, de la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba... En mi casa había también un San Lázaro, que no estaba dentro de los santos oficiales de la Iglesia católica".
Efectivamente, San Lázaro, el santo más popular de Cuba, es la representación de Babalú Ayé, el orisha de las enfermedades contagiosas y una de las divinidades de la santería más venerados. Junto a San Lázaro, otro de los grandes orisas es precisamente la Virgen de la Caridad del Cobre, que representa a Ochún, la diosa de la sexualidad, la gracia y la hermosura.
No es de extrañar, por tanto, que en este ambiente la madre del pequeño Fidel lo llevara a una sesión de palo con la intención de sanarlo. En este sentido, Castro comenta que "incluso después del triunfo de la Revolución, un día aquí en La Habana, las fui a visitar (a su madre y a su abuela). Estaban las dos. La abuela tenía problemas de salud, y el cuarto estaba lleno de santos, más las promesas. Porque en todo este período de lucha, de grandes peligros, tanto mi madre como mi abuela hicieron todo tipo de promesas por la vida y seguridad de todos nosotros".
Otro pasaje del libro Fidel y la religión deja entrever cierta querencia por lo misterioso y lo sobrenatural del mandatario cubano.
-Frei Betto: En qué año nació usted?
-Fidel Castro: Yo nací en 1926, en el mes de agosto, el 13 de agosto, si quieres saber la hora, creo que fue como a las 2 de la madrugada. Parece que la noche pudo haber influído en mi espíritu guerrillero, en la actividad revolucionaria; la influencia de la naturaleza y la hora del nacimiento...
-Frei Betto: Sí, en la conspiración.
-Fidel Castro: Un poco en la conspiración.
-Frei Betto: Al menos el número 26 tiene algunas coincidencias en su vida.
-Fidel Castro: Bueno, nací en 1926, es verdad. Tenía 26 años cuando empecé la lucha armada, y había nacido un día 13, que es la mitad de 26 (...).
Si me pongo a ver, pudiera haber algún misterio alrededor del 26.
Tomado del libro Claves ocultas del poder mundial, de los periodistas españoles José Lesta y Miguel Pedrero. Editorial Edaf, 2006.
Foto: Representación del Palo Mayombe o Regla de Congo, en el Museo Histórico de Guanabacoa, La Habana.
MIÉRCOLES, 12 DE MAYO DE 2010
Los Orishas de Fidel Castro (II)
La siguiente pista sobre la relación de Fidel Castro con el mundo de la magia viene de la mano del escritor anticastrista Richard de Broussard. Según dicho autor, durante los combates que tuvieron lugar en la Sierra Maestra, cordillera en el Oriente de Cuba, Fidel Castro encargó a unas indias brujas del lugar, que le fabricaran a él, a su hermano y otros combatientes, unos talismanes protectores, elaboradas con plantas y productos de la zona. La condición impuesta por las indias es que devolvieran los resguardos una vez hubiese triunfado la Revolución.
Broussard asegura que pudo entrevistar a la persona encargada de devolver los talismanes, que actualmente se encuentra fuera de la isla. Según esta fuente, algún tiempo después Castro encargó nuevos amuletos que llevaba cosidos bajo el forro de su sempiterna chaqueta verde olivo.
Por otro lado, no es ningún secreto que muchos de los guerrilleros que lucharon en la Sierra Maestra junto a Fidel y el Che, eran practicantes de la santería. Lo que ya no es ningún secreto es que algunas de las personas más cercanas a Castro, ya fallecidas, fueran fieles practicantes de la santería o el espiritismo, como el comandante y médico del líder cubano, René Vallejo; su secretaria personal durante muchos años, Celia Sánchez, o su íntima amiga Haydée Santamaría, presidenta hasta su suicidio, en 1980, de la Casa de las Américas, en La Habana, y miembro del comité central del partido comunista. Esto sí que ha dejado de ser un tabú y miembros del gobierno lo reconocen sin problemas.
El médico cubano Roberto Orozco, actualmente en el exilio, siempre fue un entusiasta investigador de la parapsicología. Cuando todavía residía en la isla, logró crear un grupo para estudiar fenómenos paranormales integrado por miembros de las facultades de Física, Psicología y Medicina de las universidades de La Habana, Santa Clara y Santiago de Cuba, grupo en el que también participaron altos cargos del partido. Fue así como Orozco entró en contacto con René Vallejo y Celia Sánchez.
"Sabíamos -argumenta Orozco- que muchos de los miembros del partido, del ejército o del servicio de inteligencia, tenían concomitancias con alguna que otra secta africana, o con la obra espiritual. Así que la idea era llevarles materiales de parapsicología científica, para justificar sus actividades poco ortodoxas, nigromantes, entre otras, ante la omnipotente visión del mundo materialista que las personas del régimen transmitían al exterior y mantener la estabilidad en la lucha por el poder.
"Entonces nosotros, para disfrutar de una cierta anuencia o tolerancia para investigar, nos acercábamos a los personajes del régimen que supiéramos tuviesen algún tipo de filiación con las ideas espirituales o espiritistas, o el submundo de las sectas africanas, con la finalidad de darles materiales de parapsicología científica. De este modo establecimos una forma de chantaje benigno.
"Nosotros, sin filiación política, les dábamos material científico que fundamentase los fenómenos de la santería o del espiritismo o de cualquier otra corriente espiritualista que ellos profesaran, y ellos, moralmente, tenían que tolerarnos, porque nosotros al mismo tiempo, podríamos hablar de sus vinculaciones.
"Así fue cómo me acerqué a Celia Sánchez, a través de Miguelito Ugando, por los años 66, 67, 68, que era administrador del Hospital de Emergencia donde Vallejo operaba. Era el que todas las mañanas compraba las flores para las sesiones de espiritismo clásico, en casa de Celia Sánchez, en el Vedado. Sólo pude asistir a tres de ellas, porque se dieron cuenta de que yo era un elemento sin ninguna filiación, simplemente un estudiante de Medicina de cuarto año, y me dijeron que no podía asistir más.
"A través de Joaquín Cstillo, un transfusionista médium del Hospital Oncológico, tuve acceso al centro espiritual de los hermanos Vallejo. Joaquín actuaba como médium y yo como investigador en esas reuniones, donde asistía un pequeño y selecto público. Yo siempre buscaba una entrevista con el comandante Vallejo, pero éste tuvo el tremendo cuidado de no dármela. Sin embargo, los materiales que allí llevaba, se absrobían como agua por tierra seca, y según me decía Joaquín, el comandante Vallejo y su hijo los leían y me daban las gracias por esta información".
Tomado del libro Claves ocultas del poder mundial, de los periodistas españoles José Lesta y Miguel Pedrero. Editorial Edaf, 2006.
Foto: Campesina cubana descendiente de indios.
La siguiente pista sobre la relación de Fidel Castro con el mundo de la magia viene de la mano del escritor anticastrista Richard de Broussard. Según dicho autor, durante los combates que tuvieron lugar en la Sierra Maestra, cordillera en el Oriente de Cuba, Fidel Castro encargó a unas indias brujas del lugar, que le fabricaran a él, a su hermano y otros combatientes, unos talismanes protectores, elaboradas con plantas y productos de la zona. La condición impuesta por las indias es que devolvieran los resguardos una vez hubiese triunfado la Revolución.
Broussard asegura que pudo entrevistar a la persona encargada de devolver los talismanes, que actualmente se encuentra fuera de la isla. Según esta fuente, algún tiempo después Castro encargó nuevos amuletos que llevaba cosidos bajo el forro de su sempiterna chaqueta verde olivo.
Por otro lado, no es ningún secreto que muchos de los guerrilleros que lucharon en la Sierra Maestra junto a Fidel y el Che, eran practicantes de la santería. Lo que ya no es ningún secreto es que algunas de las personas más cercanas a Castro, ya fallecidas, fueran fieles practicantes de la santería o el espiritismo, como el comandante y médico del líder cubano, René Vallejo; su secretaria personal durante muchos años, Celia Sánchez, o su íntima amiga Haydée Santamaría, presidenta hasta su suicidio, en 1980, de la Casa de las Américas, en La Habana, y miembro del comité central del partido comunista. Esto sí que ha dejado de ser un tabú y miembros del gobierno lo reconocen sin problemas.
El médico cubano Roberto Orozco, actualmente en el exilio, siempre fue un entusiasta investigador de la parapsicología. Cuando todavía residía en la isla, logró crear un grupo para estudiar fenómenos paranormales integrado por miembros de las facultades de Física, Psicología y Medicina de las universidades de La Habana, Santa Clara y Santiago de Cuba, grupo en el que también participaron altos cargos del partido. Fue así como Orozco entró en contacto con René Vallejo y Celia Sánchez.
"Sabíamos -argumenta Orozco- que muchos de los miembros del partido, del ejército o del servicio de inteligencia, tenían concomitancias con alguna que otra secta africana, o con la obra espiritual. Así que la idea era llevarles materiales de parapsicología científica, para justificar sus actividades poco ortodoxas, nigromantes, entre otras, ante la omnipotente visión del mundo materialista que las personas del régimen transmitían al exterior y mantener la estabilidad en la lucha por el poder.
"Entonces nosotros, para disfrutar de una cierta anuencia o tolerancia para investigar, nos acercábamos a los personajes del régimen que supiéramos tuviesen algún tipo de filiación con las ideas espirituales o espiritistas, o el submundo de las sectas africanas, con la finalidad de darles materiales de parapsicología científica. De este modo establecimos una forma de chantaje benigno.
"Nosotros, sin filiación política, les dábamos material científico que fundamentase los fenómenos de la santería o del espiritismo o de cualquier otra corriente espiritualista que ellos profesaran, y ellos, moralmente, tenían que tolerarnos, porque nosotros al mismo tiempo, podríamos hablar de sus vinculaciones.
"Así fue cómo me acerqué a Celia Sánchez, a través de Miguelito Ugando, por los años 66, 67, 68, que era administrador del Hospital de Emergencia donde Vallejo operaba. Era el que todas las mañanas compraba las flores para las sesiones de espiritismo clásico, en casa de Celia Sánchez, en el Vedado. Sólo pude asistir a tres de ellas, porque se dieron cuenta de que yo era un elemento sin ninguna filiación, simplemente un estudiante de Medicina de cuarto año, y me dijeron que no podía asistir más.
"A través de Joaquín Cstillo, un transfusionista médium del Hospital Oncológico, tuve acceso al centro espiritual de los hermanos Vallejo. Joaquín actuaba como médium y yo como investigador en esas reuniones, donde asistía un pequeño y selecto público. Yo siempre buscaba una entrevista con el comandante Vallejo, pero éste tuvo el tremendo cuidado de no dármela. Sin embargo, los materiales que allí llevaba, se absrobían como agua por tierra seca, y según me decía Joaquín, el comandante Vallejo y su hijo los leían y me daban las gracias por esta información".
Tomado del libro Claves ocultas del poder mundial, de los periodistas españoles José Lesta y Miguel Pedrero. Editorial Edaf, 2006.
Foto: Campesina cubana descendiente de indios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario