Seguramente el amigo Edgardo Parra estará consciente de que podrá presumir de
algunas cualidades, menos la de tener la imagen de un galán de televisión. Por eso
sorprende que haya, hace algún tiempo ya, prohibido las vallas y pendones comerciales,
con el argumento de que "afean la ciudad", y a la vez la llena de vallas y carteles
con su imagen y el logotipo de la Alcaldía, este último bastante desafortunado también,
más propio de un festival de marionetas que de una alcaldía.
Es que nunca había estado la ciudad tan fea como ahora. Para empezar, aquella
Avenida Bolívar de la Valencia Cuatricentenaria, flanqueada de apamates, desapareció
hace muchos años, con su ensanche, para quedar bordeada por feos locales
comerciales de muy pobre calidad arquitectónica, producto de la improvisada
reconstrucción de las fachadas de los inmuebles originales, mutilados por esa ampliación
para una mayor cantidad de canales de circulación de automóviles. Es el llamado
"precio del progreso".
Igualmente ocurrió con la avenida Andrés Eloy Blanco, que hoy presenta como muestra
de nuestra arquitectura una ristra de edificaciones de pobrísima calidad, especialmente
en el lado oriental del tramo entre el Elevado de Los Colorados y la calle Rojas Queipo,
donde funcionan talleres de reparación de silenciadores, caucheras, zapateros remendones,
y todo otro tipo de comercio al detal, en un muestrario de pobres acabados, materiales
deleznables, pinturas desvaídas y aceras intransitables. Por su lado oeste, en cambio,
una serie de edificaciones de uso comercial aglomeradas en lo que llamamos
pomposamente
"centro comercial" dan una mejor imagen, aunque igualmente de discutible calidad
arquitectónica.
Nuestras urbanizaciones, desarrolladas a partir del "boom" industrial, fueron previsivamente
dotadas de avenidas con espacios verdes para la siembra de árboles cuya frondosidad y
verdor llamaban la atención de los visitantes, ahora escasos, que se admiraban de la
vistosidad y amplitud de nuestros espacios urbanos. Hoy son avenidas descuidadas,
llenas de basura; pisoteadas sus islas, una vez sembradas de lirios y otras plantas
ornamentales, por los buhoneros que ofrecen sus mercancías en cuando semáforo
encuentran disponible.
El centro de Valencia, definitivamente cautivo del mercado informal y sus tinglados
rodeados de basura y escombros, es una de las mayores vergüenzas de las que
podemos "presumir" los valencianos, tanto de origen como de arraigo. Perdida hace mucho
su imagen de ciudad colonial, es hoy un amasijo de caserones derruidos convertidos
en estacionamientos, casonas convertidas en locales comerciales, nuevas (y no tan nuevas)
edificaciones igualmente dedicadas al comercio al detal, donde gentes venidas de
todas partes del mundo o su descendencia, junto con venezolanos nacidos en la
ciudad o venidos de otras regiones, ofrecen sus mercancías compitiendo con los
apiñados puestos de buhoneros que cubren aceras, calles y bulevares, obstruyendo el
paso de peatones y vehículos.
Es esa la Valencia que el señor Alcalde considera que es afeada por la colocación de
unos cuantos pendones publicitarios, curiosamente discriminados como "comerciales",
lo cual excluye (intencionadamente o no) a los de carácter político, como los que
el ingeniero Parra hace colocar proclamando que "Socialismo es Eficiencia".
peterkalbers@yahoo.com
Batalla de Carabobo
Acción bélica librada cerca de la ciudad de Valencia, el 24 de junio de 1821, entre el ejército realista a cargo del mariscal de campo Miguel de la Torre y el republicano comandado por el general en jefe
Simón Bolívar. La victoria lograda por este último, resultó decisiva para la liberación de Caracas y el territorio venezolano, hecho que se logrará de manera definitiva en 1823 con la Batalla Naval del Lago de Maracaibo y la toma de las fortalezas de
Puerto Cabello.
Previo al combate, Miguel de la Torre distribuyó sus fuerzas de manera tal que cubrieran por el oeste el camino de San Carlos, y por sur el de El Pao. La primera línea defensiva fue confiada a la Primera División dirigida por el teniente coronel Tomás García, la cual se organizó en tres batallones principales. El batallón del Valencey a cargo del teniente coronel Andrés Riesco, ocupó la parte sur del camino; a su derecha se situó el batallón ligero del Hostalrich comandado por el teniente coronel Francisco Illas, en columna de marcha detrás de las anteriores. Además de esto, dos piezas de artillería fueron colocadas en una pequeña altura, delante de la línea formada por Valancey y Barbastro. La Posición correspondiente a la vía de El Pao fue ocupada por la División de Vanguardia liderada por el brigadier Francisco Tomás Morales, quien contaba con dos batallones principales y uno de reserva. Primero tomó posiciones el batallón ligero del Infante, a cargo del teniente coronel Simón Sicilia; e inmediatamente detrás de esta unidad se situó el batallón ligero del Príncipe. La reserva quedó integrada por el segundo batallón del Burgos, bajo la jefatura del teniente coronel Joaquín Dalmar, quien disponía de cuatro regimientos de caballería. En cuanto al cuartel general, el mismo quedó establecido cerca del batallón Burgos.
El 15 de junio de 1821, el Libertador reorganizó el ejército republicano en tres divisiones. La primera a cargo de
José Antonio Páez, y formada por los batallones Bravos de Apure (liderada por el teniente coronel Francisco Torres) y los Cazadores Británicos (al mando del coronel Thomas Ildeston Ferriar); además de 7 regimientos de caballería. La segunda, comandada por el general de división Manuel Cedeño, y constituida por los batallones Tiradores (dirigida por el teniente coronel Ludwig Flegel), y Vargas ( teniente coronel Antonio Gravete), a lo que se sumaba un escuadrón de caballería. La tercera, bajo las órdenes del coronel Ambrosio Plaza y constituida por 4 batallones. El de Rifles a cargo del teniente coronel Arturo Sandes, Granaderos al mando del coronel Francisco Paula Vélez, Vencedor de Boyacá dirigida por el coronel Juan Uslar y Anzoátegui, comandada por el coronel José M. Arguidegui; completado todo esto por un regimiento de caballería. Las fuerzas republicanas sumaban en total 6500 hombres.
A tempranas horas del 24 de junio, desde las alturas de Buenavista, elLibertador hizo un reconocimiento de la posición realista y llegó a la conclusión de que ésta era inexpugnable por el frente y por el sur. En consecuencia, ordenó que las divisiones modificaran su marcha por la izquierda y se dirigieran al flanco derecho realista, el cual estaba descubierto; es decir, Bolívar concibió una maniobra tendiente a desbordar el ala derecha enemiga, operación ejecutada por las divisiones de Páez y Cedeño, en tanto que la división Plaza seguía por el camino hacia el centro de la posición defensiva. Al darse cuenta la Torre de la maniobra de los republicanos, ordenó al batallón Burgos que marchase al norte a ocupar la altura hacia la cual se dirigían las divisiones de Bolívar. Al llegar el Burgos al área indicada, abrió fuego contra el batallón Bravos de Apure, cabeza de la primera división, el cual después de cruzar el riachuelo de Carabobo, trataba de escalar la pendiente que lo llevaría a la parte plana de la sabana. Tan violento fue el contraataque del Burgos, que el Bravos de Apure tuvo que replegarse por dos veces. La situación cambió cuando una unidad que lo seguía, el batallón Cazadores Británicos, se enfrentó al Burgos y lo obligó a retroceder. Por su parte, los batallones Infante y Hostalrich, entraron en auxilio del Burgos, pero reorganizado el Bravos de Apure, se unió al Cazadores Británicos para reanudar el ataque, ayudado por dos compañías del batallón Tiradores. Para detener el repliegue de las unidades realistas que había producido la operación patriota, Torre envió los batallones Príncipe, Barbastro e Infante, los que lograron sostener la línea de combate, pero sólo por breve tiempo, pues el grueso de la caballería de la primera división del ejército republicano entró por el norte de la sabana. Con el fin de hacer frente a este nuevo ataque, la Torre ordenó al regimiento Húsares de Fernando VII que cargase contra la caballería patriota, pero esta unidad se retiró después de disparar sus carabinas.
Finalmente, atacados de frente por la infantería y por la derecha por la caballería, los batallones realistas optaron por la retirada. Como último recurso, la Torre le ordenó al regimiento de los Lanceros del Rey que atacara a la caballería patriota, pero esta unidad no sólo desobedeció la orden, sino que huyó ante la embestida de las fuerzas republicanas. Al entrar la batalla en su fase final, los patriotas iniciaron una tenaz persecución del ejército español, la cual fue llevada a cabo hasta
Valencia. De los 4.279 efectivos que participaron en la batalla de Carabobo, los realistas perdieron dos oficiales superiores, 120 subalternos y 2.786 soldados. Por su parte, las bajas de los republicanos también fueron cuantiosas. El resto del ejército realista terminó refugiándose en
Puerto Cabello.
Monumento conmemorativo de la batalla de Carabobo
Para lo que quedaron los militares, Luis...Unos gordos fofos metidos en unas busacas
verdes
de pésima calidad, que ni saben decirle a Chávez que no se vista de militar
ni use la boinita roja que le queda de un horror subido, a los que gritan y ordenan
los negros groseros del G2 cubano. Gómez o un venezolano (Leo, Job Pim,Aquiles
Nazoa) de antes
estuviera en la cárcel por adversarlos o caricaturizarlos como lo
hacen los caricaturitas Zapata, Weil, PAM CHITO o ña genial Ramia
Notitarde11:50 pm 21-06-12 |
Trinchera
/
Creemos que la palabra adecuada es sevicia. Si, sevicia o sea crueldad excesiva (Rae).
La escenografía es más o menos la siguiente: un teatro, el del Circulo Militar, allí sentados
quizá trescientos militares, creo que de los grados superiores. Todos atentos, y el
ciudadano presidente, en flagrante violación a la Constitución de la Republica,
aprovechando
la educación de aquellos señores respetables para explayarse en mamaderas de gallo y
en lavados cerebrales. Explica las teorías comunistas a las cuales se ha adherido el
ciudadano Ministro.
Creo que la situación para nuestros oficiales y soldados, es calamitosa. El ciudadano
Presidente de la Republica no debe abusar de aquellos hombres respetables,
complicando a las
Fuerzas Armadas en su proyecto. En cierto momento se creyó que las medidas de darle
derechos políticos a los militares era justa, al poco tiempo se supo que lo que se le daba
a los señores armados, era licencia para participar solo en el partido del ciudadano
presidente,
hubo algunos militares que creyeron en las buenas intenciones del magistrado, al poco
rato pagaron caro por haberse expresado con libertad. La medida fue solo para que las
cúpulas
castrenses hicieran gala de profundo chavismo, y con todo el acento de sus palabras
comprometieran a los miembros de las Fuerzas Armadas, como si fueran un coroto que
estuviera a la mano de quien fuera más audaz en agarrarlas primero. Si la medida en
principio
fue justa, al poco tiempo se supo que era una trampa para limpiar al ejército de oficiales que
no estaban de acuerdo con las medidas que se venían tomando, entonces los sacó.
¿Uno se pregunta, si les dio toda la libertad para que hablaran, porqué los retiró poco apoco.
Hoy es difícil pensar, que las Fuerzas Armadas estén acordes con transformar una
democracia en un partido estalinista, donde los poderes los tenga durante toda su vida un
solo hombre, un gendarme necesario recién descubierto, alguien que ha pasado de ser un
Presidente a un ser que usa todos los poderes como si fuera cosa propia.
De golpe y porrazo, de un día para otro, el ciudadano Ministro, pregonaba a todo leco
que él era un político chavista, que estaba de acuerdo con todo lo que estaba haciendo el
régimen, y con las mismas, se le cuadraba a Fidel cada vez, que era citado a la isla.
Los militares venezolanos aun siendo chavistas tienen que darnos una explicación
a los venezolanos. Con el truco del antiimperialismo, nos tienen borrachos, se es
antiimperialista con un país, como los Estados Unidos, que nunca nos han robado ni
una paja, más bien nos ha favorecido, en cambio, cada vez dependemos más de las
órdenes de Cuba. ¿Señores militares, acaso tienen ustedes dos presidentes, como nos
ha impuesto Chávez a los civiles?.
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