Indocencias
Cronista
- José Joaquín Burgos (Notitarde / )
José Joaquín Burgos
Uno, cuando era muchacho, se ponía a leer aquellas historias maravillosas de Ulises, cuando iba por ese mar lleno de peligros y cosas maravillosas y con el propósito de regresar a Itaca, su tierra, su país, su hogar, y aquello era maravilloso. Ese viejo Homero, el autor del relato, era único, vale. Lo ponía a uno a imaginarse cosas increíbles: gigantes con un solo ojo, sirenas que embrujaban a los marineros con sus cantos…. Y sueños imposibles, pues. Después, con los años y otros libros aprendimos que los cuentos de Homero no eran fantasías puras, sino que estaban basadas en la historia, en la realidad; y que Homero, realmente, era el más notable de los poetas de miles de años antes del Cristianismo -¡qué cosa seria, vale!- y, de ñapa, que fue, realmente, el primer cronista de la humanidad, o por lo menos de la llamada "civilización occidental"… y entonces uno soñaba con llegar a ser, algún día, un cronista, sobre todo para tener historias muy hermosas para contárselas a los nietos cuando llegara a viejo… Algo hermoso, sin duda, que a lo mejor ha cambiado con el tiempo pero que, sin duda, significa mucho, en el fondo, para todos humanos y los pueblos… Y, además, de allí, de esa hermosa y sana costumbre, viene el género literario conocido como crónica y la sana y muy hermosa costumbre de que cada pueblo tenga un cronista oficial, tradición adoptada, felizmente en las últimas décadas, porque por allá, en tiempos remotos, en nuestro país los cronistas eran reconocidos únicamente en la memoria de sus pueblos cuando ya se habían ido y las páginas escritas por ellos eran simples recuerdos que a la larga del tiempo se diluía en la desmemoria…
Aquí, en Valencia hay muchos cronistas que ni siquiera se recuerdan. La memoria digamos oficial se inicia con Rafael Saturno Guerra, sigue con don Alfonso Marín y luego con ese maravilloso y universal valenciano que fue en vida y es, en su luminosa eternidad, el doctor Guillermo Mujica Sevilla. Hace poco tiempo, realmente, se nos fue. Y pensamos, de corazón, que dejó huella indeleble en esta ciudad tan nuestra, tan del trabajo, del estudio y de la gloria. Guillermo ahora anda, con aquellos cronistas valencianos tan suyos y tan nuestros a quienes Luis Cisneros Cróquer, un muchacho de siempre, llama "valencianos universales". (Mujeres y hombres, por supuesto, como ordena el buen decir y el respeto al lenguaje).
Aquí, en Valencia hay muchos cronistas que ni siquiera se recuerdan. La memoria digamos oficial se inicia con Rafael Saturno Guerra, sigue con don Alfonso Marín y luego con ese maravilloso y universal valenciano que fue en vida y es, en su luminosa eternidad, el doctor Guillermo Mujica Sevilla. Hace poco tiempo, realmente, se nos fue. Y pensamos, de corazón, que dejó huella indeleble en esta ciudad tan nuestra, tan del trabajo, del estudio y de la gloria. Guillermo ahora anda, con aquellos cronistas valencianos tan suyos y tan nuestros a quienes Luis Cisneros Cróquer, un muchacho de siempre, llama "valencianos universales". (Mujeres y hombres, por supuesto, como ordena el buen decir y el respeto al lenguaje).
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