VENEZUELA: LA HISTORIA SIN FIN
Virginia Contreras | noviembre 7, 2016 | Web del Frente Patriotico
El continente vive uno de sus momentos políticos más interesantes de las últimas décadas, en donde resaltan dos procesos electorales inminentes e inéditos. Por un lado las elecciones a celebrarse hoy domingo en Nicaragua, cuyo Presidente participara como candidato para una segunda reelección consecutiva junto con su esposa como candidata a vicepresidente. Estas elecciones se realizarán sin observación electoral independiente, y sin la participación de la oposición. Esto último debido a que la coalición que existía como la segunda fuerza política del país, fue ilegalizada y excluida de los comicios.
El segundo proceso electoral, de evidente mayor relevancia, se desarrollara el próximo martes en los Estados Unidos de Norte América. Allí los estadounidenses tendrán que escoger entre la primera mujer en presentarse como candidata presidencial de ese país (demócrata), la ex primera dama, Hillary Clinton, y el millonario Donald Trump (republicano). A pesar que a nivel nacional la Sra. Clinton continua liderando las encuestas, la diferencia de votos potenciales cada vez se acortan más entre los dos candidatos, haciendo presumir un final de infarto.
Ambos procesos electorales, respetando sus distancias, han estado rodeados de particularidades las cuales han perturbado en muchos casos la tranquilidad de los ciudadanos. De allí que nos hubiera gustado desarrollar con profundidad dichos casos, como ejemplos contrapuestos de lo que representa la mayor expresión de soberanía popular de un país. A pesar de su importancia, la situación de Venezuela y las consecuencias que para este país latinoamericano representan las últimas medidas tomadas por sus actores políticos, así como la inclusión de un nuevo actor internacional como mediador en la situación, como lo es el Vaticano, hace necesario comentar los últimos acontecimientos allí producidos.
Mucho se ha discutido sobre la viabilidad o no de un dialogo entre el Gobierno y la oposición de ese país, particularmente porque las experiencias de diálogos anteriores entre ambos han resultado en un absoluto fracaso, demostrando a los venezolanos que dichos diálogos para lo que han servido es para elevar los egos de algunos de sus participantes, en vez de hacer valer las necesidades de los ciudadanos. En el presente, aun con la aparición de un mediador de excepción, la discusión sobre el dialogo aún permanece vigente, particularmente porque los días transcurren sin indicios de que las partes vayan a llegar a una solución satisfactoria para el país.
Analizar la diferencia entre diálogo y negociación y la improcedencia de realizar concesiones cuando aquel está incipiente, resultaría intrascendente en un país en donde ya existen posiciones tomadas y en donde muchos se han declarado expertos en la materia. Por ende, hemos escogido resaltar los aspectos acordados oficialmente por las partes, señalando la relación o no de estos con la realidad existente, a fin de que sea el propio lector el que pueda llegar a las conclusiones respecto a la viabilidad o no del mismo.
Tal y como lo señaló públicamente la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), el dialogo-acuerdo contiene los siguientes particulares, citamos:
“Compromiso conjunto para el mantenimiento de la paz y el entendimiento de los venezolanos; revisión de la situación de personas privadas de su libertad; caso de los diputados del Estado Amazonas; cronograma e institucionalidad electoral y respeto a los procesos electorales previstos en la Constitución; funcionamiento y autonomía de los poderes públicos y respeto de sus respectivas competencias constitucionales; compromiso conjunto para mejorar las condiciones de abastecimiento y medicinas y explorar alternativas que conlleven la acción conjunta de los órganos del Estado para atender los temas económicos más urgentes(sic)”.
Como consecuencia de estos aspectos, las partes acordaron el establecimiento de los siguientes “Ejes temáticos: 1. Paz, respeto al estado de derecho y a la soberanía nacional; 2. Verdad, Justicia, Derechos Humanos, Reparación de Victimas; 3. Económico y 4. Generación de confianza y cronograma electoral (sic)”.
En este sentido, al conjugar ambos apartes, podremos apreciar que el mismo se basa en aspectos de imposible ejecución para alguna de las partes, toda vez que los mismos representan la razón de ser del gobierno bolivariano. Así tenemos que en el caso del eje relativo a “Paz, respeto al estado de derecho y a la soberanía nacional”, vinculado a los aspectos inicialmente transcritos, debemos recordar que tal y como es del conocimiento público, los eventos electorales como manifestación de la soberanía popular que eventualmente se realizarían en el presente año, elecciones regionales y referéndum revocatorio (RR), fueron pospuestos. El primero para el próximo año, y el segundo murió antes de nacer en vista del establecimiento de requisitos inconstitucionales por parte del CNE, así como por la anulación por parte de tribunales penales del 1 % de las firmas recabadas en algunos Estados. ¿Existe la posibilidad de realizar elecciones o de ejecutar el RR este año?
En relación con el funcionamiento y autonomía de los poderes públicos y el respeto a las competencias institucionales, la pregunta que los ciudadanos se hacen es: ¿existe viabilidad alguna de que el Ejecutivo Nacional pueda admitir la existencia de una Asamblea Nacional (AN) con competencia para controlar las actuaciones de los poderes públicos como lo establece la Constitución de la Republica (C.R), enjuiciar al propio mandatario nacional, sustituir y sancionar a los magistrados del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), así como designar, entre otros, a los miembros del CNE con mandatos vencidos?
Respecto al aspecto temático: “Verdad, Justicia, Derechos Humanos, Reparación de Victimas”, el mundo se cuestiona: ¿esa justicia a la que se refiere el documento será la aplicada por los tribunales del país sumisos a las órdenes del presidente de la Republica? ¿Los derechos humanos allí referidos incluirán a todos aquellos perseguidos injustamente, a los fallecidos como consecuencia de la falta de alimentos, medicinas, tratamiento médico, ataques de los colectivos y círculos bolivarianos, o simplemente del hampa desbordada? ¿Serán excarcelados todos aquellos dirigentes políticos presos como consecuencia de disentir de las políticas del Gobierno Nacional?
Referido a la temática económica habría que analizar: ¿puede la oposición venezolana comprometerse a apoyar alguna solución, cuando es el caso que la razón de la crisis económica del país obedece a la aplicación de un sistema político de ideología marxista que elimina la empresa privada, y sustituye la economía de mercado por una dirigida directamente por el Estado? ¿Renunciara el gobierno a este tipo de sistema?
Por último, en relación con el eje denominado: “Generación de confianza y cronograma electoral”, ¿puede lograrse confianza cuando se sustituyen los poderes públicos, se amenaza con encarcelar a los grupos opositores al gobierno, o incluso se establece un dialogo a espaldas de los propios ciudadanos del país?
La respuesta a estas interrogantes, derivadas del acuerdo-dialogo, pareciera haber llegado rápidamente por lo menos a uno de los participantes del evento. Es así que el propio secretario general de la UNASUR, organismo regional promotor del dialogo en Venezuela, ha declarado públicamente que: “Invito al gobierno y la MUD a no crear falsas expectativas sobre los resultados del diálogo en el plazo inicial acordado hasta el 11 de noviembre”. Mejor mensaje, imposible.
Como contraprestación al inicio del dialogo, ambos sectores han hecho concesiones. Del lado del Gobierno la excarcelación de 5, de los más de 140 presos políticos existentes en el país, así como la declaración del Presidente Maduro en su programa de televisión semanal respecto a que “aspiro a que los tribunales tomen cartas en el asunto ante los llamados terroristas de este grupo (referido al partido “Voluntad Popular” que ha manifestado su desacuerdo con el dialogo)… y como Jefe de Estado apoyaré todas las decisiones para que pague con la justicia este grupo terrorista”. Del lado de la oposición, la contraprestación ha sido más generosa: la suspensión del juicio político iniciado en contra del mandatario, y la suspensión de la marcha pautada para el propio palacio presidencial el pasado 3 de noviembre.
“El principito” (Antoine de Saint-Exupéry, 1943), ha sido considerado uno de los libros más vendidos en el mundo. Allí, un niño (el principito) –deseoso de ver una puesta de sol- le pide a un rey, quien se decía todopoderoso, que le regalara una. A lo que el rey le respondió: “Si yo le diera a un general la orden de volar de flor en flor como una mariposa, o de escribir una tragedia, o de transformarse en ave marina y el general no ejecutase la orden recibida ¿de quién sería la culpa, mía o de él?”. “La culpa sería de usted”, le dijo el principito.
“Exactamente, respondió el rey. Sólo hay que pedir a cada uno, lo que cada uno puede dar. La autoridad se apoya antes que nada en la razón. Si ordenas a tu pueblo que se tire al mar, el pueblo hará la revolución. Yo tengo derecho a exigir obediencia, porque mis órdenes son razonables”.
¿Serán razonables los compromisos del dialogo?
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