Casa de la Estrella. Donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830.

Casa de la Estrella. Donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830.
Casa de la Estrella, ubicada entre Av Soublette y Calle Colombia, antiguo Camino Real donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830, con el General José Antonio Páez como Presidente. Valencia: "ciudad ingrata que olvida lo bueno" para el Arzobispo Luis Eduardo Henríquez. Maldita, según la leyenda, por el Obispo mártir Salvador Montes de Oca y muchos sacerdotes asesinados por la espalda o por la chismografía cobarde, que es muy frecuente y característica en su sociedad.Para Boris Izaguirre "ciudad de nostalgia pueblerina". Jesús Soto la consideró una ciudad propicia a seguir "las modas del momento" y para Monseñor Gregorio Adam: "Si a Caracas le debemos la Independencia, a Valencia le debemos la República en 1830".A partir de los años 1950 es la "Ciudad Industrial de Venezuela", realidad que la convierte en un batiburrillo de razas y miserias de todos los países que ven en ella El Dorado tan buscado, imprimiéndole una sensación de "ciudad de paso para hacer dinero e irse", dejándola sin verdadero arraigo e identidad, salvo la que conserva la más rancia y famosa "valencianidad", que en los valencianos de antes, que yo conocí, era un encanto acogedor propio de atentos amigos...don del que carecen los recién llegados que quieren poseerlo y logran sólo una mala caricatura de la original. Para mi es la capital energética de Venezuela.

domingo, 23 de noviembre de 2014

Luego de 37 años de existencia y ser el primero en América Latina el organismo rector del ambiente perderá la autonomía técnica para manejar las áreas protegidas del territorio nacional. (II)

Exministerio

Por ser (el Ministerio del Ambiente) un organismo venido a menos, debe haber mucha decepción en quienes han sido o son funcionarios entusiasmados con los propósitos originales.

VÍCTOR ARTÍS |  EL UNIVERSAL
sábado 15 de noviembre de 2014  12:00 AM
Agrupar ministerios afines bajo seis Vicepresidencias puede servir para coordinar dependencias que por su cuenta obtenían decisiones de la Presidencia y creían poder operar con autonomía. La Vicepresidencia del Socialismo Territorial asume el Hábitat y la Vivienda, el Ambiente, la Electricidad y la Vialidad, lo que significa reinar sobre la ocupación del territorio y sobre el urbanismo.

Es una impresión general que el Ministerio del Ambiente ha sido eliminado por carecer de importancia, pero en realidad ha sido degradado, quizás con  excusas como no cumplir los objetivos originales ni lo pautado en la Ley Orgánica del Ambiente del 2006, por omitir obligaciones explícitas, o por mal  desempeño en obras como el proyecto Yacambú, en la recuperación del litoral varguense y sus vertientes y en especial, lo actuado para resolver la elevación del agua en el lago de Valencia donde, por el resultado obtenido, los ministros responsables merecen ser acusados por intento de asesinato; lo que falta por venir es peor. Tampoco ha mejorado ni protegido el ambiente, ni ha institucionalizada la generación y la distribución del agua en el plazo de seis años pautado en la Ley. Omisiones notables son no haber habilitado ningún parque nacional para  disfrutarlo sin afectar sus condiciones y también es objetable el haber promulgado el reglamento de la Zona Protectora del Area Metropolitana de Caracas (80.000 hectáreas), sin plantear una estructura para ocuparla a razón de cuatro familias por hectárea de acuerdo con el reglamento.

Lo mismo ocurre en otras áreas protectoras. Cabe mencionar que el Ministerio es ignorado en la Guayana en cuanto a minería y extracción forestal, al igual que en la Faja Petrolífera del Orinoco, cuando fue desestimado su voto salvado en oposición a la instalación de la mejora de petróleo pesado en Jose. Otro silencio del Ministerio es evidente en la agresión al Waraira Repano, implícita en la autopista turística al litoral. Pero es muy probable que la degradación provenga de no entender que el ambiente no es una propiedad a ser derrochada, sino una responsabilidad a preservar y mejorar para generaciones futuras. Al parecer ha quedado supeditado el cuido del ambiente a quienes lo agreden.

Por el mandato constitucional que obliga a consignar estudios de impacto ambiental para ocupar, urbanizar y edificar, al ministerio corresponde procesar una infinidad de solicitudes de permisos, pero la escasez de personal demora las respuestas e induce a sospechar que puede haber tráfico de influencias. Por ser un organismo venido a menos, debe haber mucha decepción en quienes han sido, o son funcionarios entusiasmados con los propósitos originales.

Ante la degradación del Ministerio cabe preguntar cómo quedará el proyecto de la Ley Orgánica para la Ordenación y la Gestión del Territorio, no por ajustes semánticos sino al definir funciones. Al parecer lo  dedicarán a promover y controlar comunas y regiones, estructura territorial fracasada  donde se ha ensayado. Por emanar del mismo crisol que ha fraguado tantos fracasos, no hay  razones para esperar buenos  resultados.

vartisg@gmail.com

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