Casa de la Estrella. Donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830.

Casa de la Estrella. Donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830.
Casa de la Estrella, ubicada entre Av Soublette y Calle Colombia, antiguo Camino Real donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830, con el General José Antonio Páez como Presidente. Valencia: "ciudad ingrata que olvida lo bueno" para el Arzobispo Luis Eduardo Henríquez. Maldita, según la leyenda, por el Obispo mártir Salvador Montes de Oca y muchos sacerdotes asesinados por la espalda o por la chismografía cobarde, que es muy frecuente y característica en su sociedad.Para Boris Izaguirre "ciudad de nostalgia pueblerina". Jesús Soto la consideró una ciudad propicia a seguir "las modas del momento" y para Monseñor Gregorio Adam: "Si a Caracas le debemos la Independencia, a Valencia le debemos la República en 1830".A partir de los años 1950 es la "Ciudad Industrial de Venezuela", realidad que la convierte en un batiburrillo de razas y miserias de todos los países que ven en ella El Dorado tan buscado, imprimiéndole una sensación de "ciudad de paso para hacer dinero e irse", dejándola sin verdadero arraigo e identidad, salvo la que conserva la más rancia y famosa "valencianidad", que en los valencianos de antes, que yo conocí, era un encanto acogedor propio de atentos amigos...don del que carecen los recién llegados que quieren poseerlo y logran sólo una mala caricatura de la original. Para mi es la capital energética de Venezuela.

domingo, 16 de diciembre de 2012

La respuesta a quienes pretendieron desconocer la proeza de la junta directiva del Ateneo de Valencia para mantener la continuidad de la Bienal Salón Arturo Michelena, se la dio el gentío que asistió al acto de clausura y que recibió, con aplausos entusiastas, los discursos pronunciados, en esta oportunidad, en especial el de JJ Moros para agradecer el otorgamiento del consagratorio premio Arturo Michelena.

El Carabobeño 16 diciembre 2012

Hoy y Después en Valencia

 Alfredo Fermín
afermin@el-carabobeno.com
Hacía tiempo que el Ateneo de Valencia no tenía una manifestación de respaldo y solidaridad, como la  efectuada el  viernes al mediodía, en la sala de exposiciones del Centro  Cultural Eladio Alemán Sucre para la entrega de los premios de la Bienal 66 Salón Arturo Michelena. 
El gobernador del estado Henrique Fernando Salas, el alcalde de Naguanagua, Alejandro Feo La Cruz, las rectoras Inés González de Salama, de la universidad José Antonio Páez; Pérez, de la Universidad Arturo Michelena, Ulises Rojas, vicerrector académico de la Universidad de Carabobo, representantes de la banca, el sector comercial e industrial, escritores, artistas y animadores culturales llenaron la sala para celebrar la nueva victoria de la junta directiva del Ateneo de Valencia con la celebración de la Bienal Michelena, por tercera vez fuera del edificio de su legítima propiedad. 
Cuando el general Luis  Felipe  Acosta Carles fue gobernador del estado auspició la invasión del Ateneo de Valencia que, desde 1943 patrocina el Salón  Michelena como homenaje al más grande pintor valenciano  Arturo Michelena y al sobresaliente escultor Andrés Pérez Mujica, también valenciano. Para justificar el atropello, la junta directiva de la institución fue vilependiada y agredida por voceros de aquel gobierno, al mismo tiempo que parte del patrimonio cultural fue destrozado. Después se apropiaron de la colección de pintura, grabados, esculturas e instalaciones ganadoras de premios que concede el Salón Michelena. Hasta ahora, no se sabe en qué situación se encuentra ese patrimonio artístico considerado una de las colecciones más completas del Arte Vanezolano de la segunda mitad del siglo XX y primera década del 2000. 
Tres proezas 
Con esa acción ilegal, porque el Ateneo de Valencia es una asociación civil sin fines de lucro, se trató de hacer desaparecer a la Bienal Michelena creando un salón paralelo  que a duras penas pudo presentarse una sola vez, porque los aratistas no lo apoyaron por su desorganización y falta de criterios artísticos. 
En cambio, la nueva junta directiva del  Ateneo de Valencia,  presidida por Elis Mercado, ex rector de la Universidad de Carabobo e  integrada por emprendedores animadores culturales se arriesgó a convocar la Bienal en espacios alternos que fueron cedidos generosamente. Ya van tres muestras, a las que los artistas han enviado gustosos sus obras para la confrontación. La primera la ganó Felipe Herrera, la segunda Pedro  Fermín y la que acaba de concluir J.J. Moras con una hermosa escultura que contó con el voto unánime del jurado integrado por Bélgica Rodríguez, Pedro Fermín, Tahía Rivero, Ilich Rodríguez y Alfredo Fermín. 
Ha sido una lástima que la Bienal haya durado tan  poco, porque debió ser visitada y comentada por mucho más gente, tomando en cuenta la calidad de la selección de obras que ofreció un panorama de la creación artística del país y por el espléndido montaje que hizo el museógrafo Alberto Asprino, en el Gabinete del Dibujo y del Grabado de la colección Topel Capriles, la galería  Braulio Salazar de la Universidad de Carabobo y la sala de exposiciones del Centro Cultural Eladio Alemán Sucre donde estuvieron  las llamadas estaciones de la muestra. 
La facilidad que ofrecen las redes sociales, para transmitir mensajes de  algunos descontentos trataron de  restarle méritos a la Bienal con comentarios superficiales. No lograron el objetivo por la contundencia de las obras expuestas, pecialmente de jóvenes  artistas que tienen mucho que decir. Ellos saben que el futuro de la creación artístca no depende del resentimiento, ni de la negación de quienes trabajan a favor de la cultura. 
Las gracias
La respuesta a quienes pretendieron desconocer la proeza de la junta directiva del  Ateneo de Valencia para mantener la continuidad de la Bienal Salón Arturo Michelena, se la dio el gentío que asistió al acto de clausura y que  recibió, con aplausos entusiastas, los discursos pronunciados, en esta oportunidad, en especial el de JJ Moros para agradecer el otorgamiento del consagratorio premio  Arturo Michelena. 
Hay que ser agradecidos por lo cual, desde esta columna que defiende las mejores causas de la cultura, se hacen públicas las gracias, como lo hizo Pedro Douahi Toledo, en el acto de clausura a nombre de la junta directiva del Ateneo , a quienes hicieron posible que la Bienal 66 Salón Arturo Michelena resultase un acontecimiento artístico nacional: Gobierno de Carabobo, alcaldía de Naguanagua, Universidad de Carabobo, Universidad José Antonio Páez, Universidad Arturo Michelena, Centro Cultural Eladio Alemán Sucre, Galería Braulio Salazar, Gabinete del Dibujo y de la  Estampa de Valencia de la colección Topel Capriles, Banco Occidental de Descuento, Banco Caroni, Fundación Empresas Polar, Ferretería Epa, Rodelca, Venoco, Elecsa,   Sica, Seguros Carabobo, Seguval, Valencia Country Club, Laboratorio Clínico Valero, Asociación de Críticos de Arte capítulo Venezuela, Asociación de Profesores de Venezuela, Ipapedi, familia Torres Agudo, Decoraciones Dimas y Salerma Latina. De nuevo gracias en nombre de la Valencia eterna. 
  En la Casa de los Celis habrá una Tarde de Teatro y Almuerzo a beneficio de la Fundación Lisandro  Alvarado. Se presentará el monólogo La Candidata y el burro Roldán, interpretado por Lisbeth Rojas, dirigida por Miguel Torrence con producción de Maritza Mendoza. El almuerzo navideño será una creación de la chef Tamara Castro. 200 bolívares por persona. Museo Henriqueta Peñalver, avenida Soublette cruce con calle Comercio, viernes 21 de diciembre a partir de las 11 am.

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