Cuaderno de apuntes
Poetas malditos
- Columnista del día (Notitarde / Notitarde)
Soc. Ángel Jiménez Guevara (*)
La biografía de los poetas es, en su mayor parte, la historia de unos cuantos desequilibrados geniales. Villon, Nerval, Baudelaire; Verlaine, Rimbaud -entre tantos otros- forman un terrible cortejo de seres torturados por su sensibilidad perturbada. Dramas en el límite de lo patológico, y a veces más allá. Intensas pero tristes vidas destrozadas. Todo les destina a padecer. Entre ellos, interesa sobremanera dos de los que más intensamente sufrieron, en su raíz íntima, desde su infancia y resentidos hasta su último miserable hospital: Charles Baudelaire y Arthur Rimbaud.
La inquietante personalidad de Jean Arthur Rimbaud (1854-1891) ya entró desde hace muchos años, y definitivamente, en la categoría de los mitos. Su figura adolescente se vuelca desde el fondo de los tiempos contra nosotros, injuriándonos, crispado por la cólera que se revuelve en su espíritu, ofreciéndonos una imagen única de lo que el autor comprende como literatura. A los diecinueve años cambia su obra rebelde, revolucionaria y vidente por una vida aventurera. Es cuando deja de escribir, pero ya entonces era el autor que más caminos había encontrado para su expresión. Su obra culminante, en nuestra opinión: "Una temporada en el infierno" que consideramos la obra de un místico en estado salvaje.
La grandeza de Rimbaud seguirá consistiendo en haber rechazado la poca libertad que en su siglo y su lugar él habría podido hacer suya, para testimoniar la alienación del hombre y llamarlo a pasar de su miseria total al enfrentamiento trágico de lo absoluto. Es esta decisión y su firmeza la que hacen que su poesía sea la más libertadora y, por consiguiente, una de las más bellas de la lengua francesa.
Baudelaire (1821-1867), por su parte, aparece en la historia de la poesía francesa, ante todo, como un innovador y un precursor. Sus compañeros de generación vivieron más que él, publicaron poemas en época más reciente; y, sin embargo, él es más actual, el único vivo acaso. Puede pensarse que con él nace la poesía moderna. En él confluyen varios movimientos, y varios movimientos poéticos parten de él. Está en una encrucijada. Y él mismo es una encrucijada.
Así, toda la poesía que se ha escrito en el mundo occidental desde mediados del siglo XIX, en cualquiera de sus múltiples lenguas, formas o variedades, tiene su punto de partida en Baudelaire. La originalidad de él consiste en retratar poderosa y vivamente al hombre moderno con sus sentidos agudos y vibrantes, su espíritu dolorosamente sutil, su cerebro saturado de tabaco, su sangre ardiendo en alcohol.
Ambos, Rimbaud y Baudelaire, con su brillantez, con su conversación sorprendente, con su imaginación prodigiosa, con su mitomanía, con su espíritu viajero, sus amores inauditos, sus vicios, su perversidad, su homosexualismo y su equívoco dandinismo -no exento de ridículo-, conforman, a pesar de los otros que también aquí entran, los "poetas malditos" por excelencia.
(*) Director del C.U.A.M.
sede Puerto Cabello.
sede Puerto Cabello.
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