Casa de la Estrella. Donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830.

Casa de la Estrella. Donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830.
Casa de la Estrella, ubicada entre Av Soublette y Calle Colombia, antiguo Camino Real donde nació la República libre y soberana de Venezuela en 1830, con el General José Antonio Páez como Presidente. Valencia: "ciudad ingrata que olvida lo bueno" para el Arzobispo Luis Eduardo Henríquez. Maldita, según la leyenda, por el Obispo mártir Salvador Montes de Oca y muchos sacerdotes asesinados por la espalda o por la chismografía cobarde, que es muy frecuente y característica en su sociedad.Para Boris Izaguirre "ciudad de nostalgia pueblerina". Jesús Soto la consideró una ciudad propicia a seguir "las modas del momento" y para Monseñor Gregorio Adam: "Si a Caracas le debemos la Independencia, a Valencia le debemos la República en 1830".A partir de los años 1950 es la "Ciudad Industrial de Venezuela", realidad que la convierte en un batiburrillo de razas y miserias de todos los países que ven en ella El Dorado tan buscado, imprimiéndole una sensación de "ciudad de paso para hacer dinero e irse", dejándola sin verdadero arraigo e identidad, salvo la que conserva la más rancia y famosa "valencianidad", que en los valencianos de antes, que yo conocí, era un encanto acogedor propio de atentos amigos...don del que carecen los recién llegados que quieren poseerlo y logran sólo una mala caricatura de la original. Para mi es la capital energética de Venezuela.

sábado, 25 de agosto de 2012

Un valenciano a carta cabal...cumplió 93 años DON OSWALDO FEO CABALLERO













 24-08-12

Técnico


En verdad no sé si la cuestión es técnica, o filosófica,o ecuménica, o propia de la diversidad de géneros o lo que sea, como dicen tantos amigos filósofos que uno tiene. El asunto es que hace pocos días Tomás Cabrera me llamó y nos pusimosde acuerdo para reunirnos, en la Casa de Páez, a cumplimentar y felicitar a Oswaldo Feo Caballero con motivo de su cumpleaños número 93. En verdad Oswaldo merece el reconocimiento y el afecto de todo Carabobo por lo que ha significado su vida y obra de estadístico, investigador social y escritor. Por eso me entusiasmó la invitación de Tomás, y, recordando la incesante actividad de Oswaldo le dije: “De verdad Oswaldo no solamente es el espíritu protector del Bosque de San Esteban,sino un infatigable caminante por todos nuestros rumbos... bueno, yo no lo soy tanto, pero a lo mejor restando los años que él me lleva y emparejando algunos otros detalles,entre él y yo prácticamente hay un empate técnico”... Seguramente dije este disparate un tanto distorsionado por los “diagnósticos” y sentencias de los grandes medios que cuando hay elecciones y se llega a fechas ya conclusivas, inventan y de una vez le zumban a sus comensales cualquier empanada con la suapara por dentro y la fórmula del empate técnico. ¿Qué sucederá al final? ¿Eso que importa? Lo que importa es que el mandado ya está hecho.

Y de eso me dí cuenta con lo del cumpleaños de ese “caballero de fina estampa” -dijera Chabuca Granda- que es Oswaldo Feo Caballero, capaz de reventar cualquier empate técnico a galope limpio y a quien Dios y la Santísima Virgen del Socorro y de la Coromoto mantengan en la plenitud su vida, activos y con su vigor mental infatigable, para bien de Valencia, de Carabobo, de Venezuela y de todos quienes lo queremos y reconocemos sus altos méritos ciudadanos.

Felicidades siempre, Oswaldo, en nombre de tu amada ciudad.


El carabobeño 23 marzo 2011

Martha Barroeta || Taller de Fantasía

Valencia en la voz de sus hijos
Dentro de este honroso y hermoso empeño de las instituciones culturales que hacen vida en nuestra ciudad de celebrar y conmemorar sus cuatrocientos cincuenta y seis años, hemos querido extraer de la voz de algunos de sus hijos destacadas evocaciones que con inmenso amor demuestran fascinación hechizante, para expresar cada vez que alguna reminiscencia llega a su mente.
Aprendí a querer a Valencia cuando comencé a caminar cada una de sus calles. Hoy puedo decir que amo profundamente esta ciudad. Me siento halagada al igual que sus hijos cada vez que se le brinda una caricia. Distinguidos son todos sus hijos, sin embargo, hay en algunos la facilidad para expresarle con pétalos de rosas y suavidad de raso, con amor genuino y corazón henchido de alegría, frases como las del recordado poeta Arturo Machado Fernández, de alma limpia y digna, para mí, el más exquisito de los poetas soñadores.
Él nos dejó su poema Mi Valencia: “Mi Valencia es de pájaros y trinos, /de azúcar sonrosada y de fragancia. / Es un grueso manojo de caminos / por donde vuelvo al mundo de la infancia. / Es diáfana y risueña como un niño / tierna como un relato de Vigil. / Lleva un lago por broche en el corpiño / y una estola de gracia pastoril. / Bajo el mar suspendido de su cielo / se dilata la fe, surge el anhelo, es de musgo el pensar, de nube el canto. / Y su ambiente de árbol navideño, / brinda a la espera placidez de sueño / con arrullo de amor en esperanto”.
La querida y recordada señorita Luisa Galíndez, en su libro Viejo templo valenciano expresa: “Desde hace tres siglos y medio Valencia (negritas nuestras) tiene su templo de San Francisco y durante todo ese tiempo los sacerdotes que lo regentan envían mensajes de amor y de bondad a los seres, procurando que sean cada vez mejores”.
Con especial reconocimiento, nuestro cercano amigo, el Dr. Julio Centeno, cronista del municipio San Diego, nos obsequia en su libro Páginas de Valencia lo siguiente: “A Valencia, suelo bordado por la historia con los laureles de la heroicidad y siempre bendita por la gracia plenamente inmaculada y misericordiosa de nuestra santísima y castísima Virgen del Socorro.
A ti Valencia, a ti Valencia mía, con inconmensurable amor filial te ofrendo, emocionado, estas páginas como uno de tus hijos más humildes, pero quizás el que más te quiere”.
El recordado poeta romántico Manuel Alcázar nos expresa con versos impregnados de fresca dulzura en su poema A Valencia: “Valencia, mi cuna, mi tierra querida, / mitad de mi alma, mitad de mi vida, / mi blanca azucena, mi nido de amor! / ¿Por qué de tu seno se aleja la calma? / ¿Qué tienes, mi vida? ¿Qué tienes mi alma? / ¿Por qué está tan triste la luz de tu sol?”.
Para el eminente valenciano don Oswaldo Feo Caballero, (próximo a cumplir sus primeros noventa y un años) “Valencia es una y única”. Valencia es madre de la Patria y Ciudad Industrial de Venezuela, y para Valencia, Oswaldo siempre será su eterno enamorado.
Mi admirado amigo mayor, de azules y de brumas, cronista especial que nos enseña con magia espontánea en cada conversación sostenida, el Dr. Guillermo Mujica Sevilla, ha reflejado en innumerables ocasiones el amor que le tiene a nuestra ciudad. Valencia es su luz. Él ha transitado por su cielo azul, recordando y plasmando en sus libros todo el amor, su esplendor e historia. Nuestro amigo Guillermo es un raudal de poesía y amistad, y brilla como el sol en su andar diario.
Hay muchos otros que poco a poco se irán mencionando. Sé que todos tienen un pedazo de vida por contar. De los cercanos y lejanos. A todos, ¡Gracias por amar tanto a Valencia!

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