Ameliach pedirá a Fiscalía
investigar al Gobernador Salas
Ameliach es el candidato por el Psuv a la Gobernación de Carabobo. (Foto El Carabobeño)
Kervin García | kgarcia@el-carabobeno.com
El coordinador de Estrategia y Técnica Electoral del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv), Francisco Ameliach, denunció este sábado que funcionarios de la Policía de Carabobo habrían agredido físicamente a los simpatizantes oficialistas que rechazaban la visita del candidato presidencial Henrique Capriles Radonski el viernes al municipio Guacara.
Ameliach manifestó que el contingente policial habría irrumpido sin mediación y coordinación alguna para disolver una manifestación pacífica de personas que ejercía su derecho a expresarse contra un candidato. Aseguró que los efectivos de la PC se fueron agrupando y tomando posición para “atacar a perdigonazo limpio”. Apuntó que el gobernador Henrique Fernando Salas fue quien dio la orden.
En una rueda de prensa, el candidato por la tolda roja a la Gobernación de Carabobo, mostró fotografías y videos donde al parecer se evidenciaba la “brutal y cobarde agresión policial”. Informó que en los próximos días solicitarán a la Fiscalía General de la República que se abra una investigación en relación a los hechos.
Notitarde 17-08-12
Habla la Conciencia
El capitán perdió la brújula
“La lengua es el enemigo del cuerpo”. En mal momento se le ocurrió al candidato presidente Hugo Chávez tocar el tema de la candidatura de su partido a la gobernación de Carabobo; tamaña imprudencia y una demostración más de las muchas que está dando en sus apariciones en público impulsado por la desesperación. Su desproporción en la ilación de las ideas y sus creencias de un dominio en las masas, que está muy distante de los tiempos que vivió de gloria, es para asegurar que el ocaso de su destino político lo arropó en primavera: el capitán perdió la brújula.
Como acto no fue nada distinto a los que viene realizando con las mismas características del mitin portátil distinguido por el número excesivo de autobuses, caleteando gente de otras regiones; sin embargo, aquí en Valencia fue tratado con mayor consideración que en sitios caraqueños como Catia, Petare y El Valle donde con cacerolas y cuanto instrumento ruidoso tuvieron a mano, le manifestaron el rechazo a su candidatura.
No hace falta comentar lo que fue su indignación frente a lo que se entendió como un irrespeto a su personalidad y estatura de máximo líder de su partido, pero el tono de la voz y su afirmación categórica de que “ese es el candidato de Chávez”, dejó en claro que no hay marcha atrás en su caprichosa decisión; y con el del puerto quien también es rencoroso y malcriado por agregado, no queda duda de que los batallones quedaron frente a frente: “amanecerá y veremos”. Lo demás fue intento de adornar lo dicho cuando manifestó que no habrá gobernación sin el triunfo del 7 de octubre; solo que entre unos y otros y a conciencia de que la derrota de Chávez está decretada, seguirán haciendo toda clase de esfuerzos por salvarle un ojo al gallo: la pelea interna apenas comienza.
Al candidato presidente, se le enredó el papagayo con la gobernación de Carabobo: soñar no cuesta nada. En sus elucubraciones había anunciado al canciller, pero de golpe y porrazo lo cambió por Francisco Ameliach, quien en honor a la verdad es menos rechazado que el antiguo líder autobusero, en cuanto a quien sacaría un número mayor de votos. Pero no pasa de ser una pantomima, porque si algún estado le queda grande a Chávez es precisamente Carabobo; salvo que trastornado por los rigores del tratamiento de su enfermedad haya olvidado cuanto de ensañamiento tuvo con los carabobeños con el robo descarado de sus derechos establecidos en la descentralización.
Esta es una de las gobernaciones blindadas y sin acceso a la intromisión de ideologías totalitarias, porque los carabobeños tienen conciencia democrática. El camino es uno solo y no habrá desviación posible ni consejas intrigantes que contaminen las aguas claras de la unidad afectiva. El autobús lleva combustible suficiente para no detener su travesía y, detrás de él, todo el esfuerzo y la pasión de una fuerza combativa que a diario lo da todo para que el siete de octubre se traduzca en alegría y repicar de campanas.
No nos anima el triunfalismo. Nos guiamos por los hechos y por esa realidad que hoy camina en toda Venezuela en busca de la recuperación de los más altos valores de la dignidad; en los derechos que tienen los venezolanos a vivir con democracia y libertad plena. Carabobo dará su ejemplo en la defensa de la república. Ni un paso atrás: el siete de octubre, Capriles Presidente; y en diciembre Henrique Fernando Salas, gobernador reelecto.
Como acto no fue nada distinto a los que viene realizando con las mismas características del mitin portátil distinguido por el número excesivo de autobuses, caleteando gente de otras regiones; sin embargo, aquí en Valencia fue tratado con mayor consideración que en sitios caraqueños como Catia, Petare y El Valle donde con cacerolas y cuanto instrumento ruidoso tuvieron a mano, le manifestaron el rechazo a su candidatura.
No hace falta comentar lo que fue su indignación frente a lo que se entendió como un irrespeto a su personalidad y estatura de máximo líder de su partido, pero el tono de la voz y su afirmación categórica de que “ese es el candidato de Chávez”, dejó en claro que no hay marcha atrás en su caprichosa decisión; y con el del puerto quien también es rencoroso y malcriado por agregado, no queda duda de que los batallones quedaron frente a frente: “amanecerá y veremos”. Lo demás fue intento de adornar lo dicho cuando manifestó que no habrá gobernación sin el triunfo del 7 de octubre; solo que entre unos y otros y a conciencia de que la derrota de Chávez está decretada, seguirán haciendo toda clase de esfuerzos por salvarle un ojo al gallo: la pelea interna apenas comienza.
Al candidato presidente, se le enredó el papagayo con la gobernación de Carabobo: soñar no cuesta nada. En sus elucubraciones había anunciado al canciller, pero de golpe y porrazo lo cambió por Francisco Ameliach, quien en honor a la verdad es menos rechazado que el antiguo líder autobusero, en cuanto a quien sacaría un número mayor de votos. Pero no pasa de ser una pantomima, porque si algún estado le queda grande a Chávez es precisamente Carabobo; salvo que trastornado por los rigores del tratamiento de su enfermedad haya olvidado cuanto de ensañamiento tuvo con los carabobeños con el robo descarado de sus derechos establecidos en la descentralización.
Esta es una de las gobernaciones blindadas y sin acceso a la intromisión de ideologías totalitarias, porque los carabobeños tienen conciencia democrática. El camino es uno solo y no habrá desviación posible ni consejas intrigantes que contaminen las aguas claras de la unidad afectiva. El autobús lleva combustible suficiente para no detener su travesía y, detrás de él, todo el esfuerzo y la pasión de una fuerza combativa que a diario lo da todo para que el siete de octubre se traduzca en alegría y repicar de campanas.
No nos anima el triunfalismo. Nos guiamos por los hechos y por esa realidad que hoy camina en toda Venezuela en busca de la recuperación de los más altos valores de la dignidad; en los derechos que tienen los venezolanos a vivir con democracia y libertad plena. Carabobo dará su ejemplo en la defensa de la república. Ni un paso atrás: el siete de octubre, Capriles Presidente; y en diciembre Henrique Fernando Salas, gobernador reelecto.
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