Valencia requiere vegetación que incentive su metabolismo urbano
Las podas deben realizarse por instituciones especializadas. (Foto El Carabobeño)
Gabriela Espinoza F. | gespinoza@el-carabobeno.com
A diferencia de las zonas montañosas, las áreas verdes de la ciudad requieren un mantenimiento periódico para establecer un ciclo ecológico en urbanismos, avenidas y calles principales.
De no seguir las herramientas preventivas, se afectará el metabolismo urbano, que se define como el intercambio de recursos naturales, energía e información que se establece entre asentamientos y entorno natural, para luego determinar la exigencia de materia prima y el impacto que su empleo tiene sobre el ambiente. Por lo que en la entidad se requiere un proyecto que dicte las pautas, para que en un promedio de dos años se aprecien los resultados.
Las fracturas de ramas y enfermedades degenerativas a causa de una pared o acera son en algunas ocasiones los ejecutores que se deben evitar por la falta de atención de las instituciones encargadas de realizar el mantenimiento adecuado. El ingeniero forestal José Abreu aseveró que este tipo de acciones son competencias de las alcaldías y no de las comunidades.
Los habitantes de las áreas urbanas carecen del conocimiento necesario para ejecutar una poda adecuada, por lo que las autoridades municipales deben informar sobre las prácticas que tiene que cumplirse para mantener un metabolismo apropiado.
Los ayuntamientos poseen las herramientas correctas para aplicar los respectivos cortes. Abreu reiteró que cuando estas actividades son practicadas por los residentes no se realizan las podas perfectas por el tipo de utensilio a aplicar.
La alcaldía de Valencia ejecuta de manera propicia estas labores en la zona norte del municipio, al igual que San Diego.
Podas que refrescan
Una mayor durabilidad del árbol y una extensa belleza son los beneficios que enumeró el especialista sobre las podas. Además explicó que el material que desechan se pueden invertir en la producción de otras plantas que se pueden sembrar en áreas verdes o abandonadas para crear más vegetación boscosa.
La intención sería que las células de los árboles absorban el dióxido de carbono que generan los automóviles y las industrias. “Si se acelera la siembra de estas especies arbóreas se capturarán más rápido estas sustancias, por lo que se activara fotosíntesis de éstos y se producirá más oxígeno y beneficiará a la comunidad”.
Ante esto recomendó a las alcaldías reactivar la plantación de especies arbóreas, las cuales varían dependiendo del sitio en las que se sembrarán. Uno de sus beneficios es que retienen más dióxido de carbono que el resto. Apamate, Araguaney, Samán, Siempre Verde, Jabillo y Caro Caro forman parte de los que pueden aplicarse.
En zonas urbanas pueden plantarse Flor de la Reina y Pilón, entre otros. Pese a que Abreu destacó que las ornamentales son bonitas, especificó que las especies arbóreas deben incrementarse porque mejoraría el metabolismo.
Un ejemplo de podas de árboles se ejecuta en el municipio Baruta en Caracas, pues utilizan el material desecho como materia prima para la producción de plantas. A esto se suma el Libertador y Campo Elías, en Mérida; mientras que en Valencia aún no se utilizan los desechos de podas para la generación de árboles.
El ingeniero forestal indicó que las instituciones deben incentivar la creación de proyectos que promuevan estas siembras y posteriormente se utilice el material de desecho, para luego plantarse en lugares de mayor generación de dióxido de carbono. “Esta actividad debe ser para un beneficio social más que por el paisajismo de la ciudad”, reflexionó.
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