Francisco M. Pérez || En Secreto
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*** POR QUÉ NO TE CALLAS. El gobierno de Maduro le dio de beber al ministro Rodríguez Torres, de la misma medicina que el rey de España le había dado al presidente Chávez, en un escenario estelar. Al titular del Interior y Justicia, que no tanto de paz, le acaban de cerrar “el pico” y atar las manos, en la averiguación que inició la Contraloría General por el uso y desuso de las divisas de Cadivi. Como aún está fresca la denuncia de Edmeé Betancourt y Jorge Giordani, señalando la actuación descarada de 115 empresas de maletín que se llevaron en un abrir y cerrar de ojos más de 25 mil millones de dólares, y en torno a lo cual Rodríguez Torres mantenía activa una averiguación penal con 93 imputados, a la administración Maduro no le gustó las implicaciones y ordenó que del caso no se hablara más. La propia Fiscal, Luisa Ortega Díaz, trató de lavarle el rosto a los culpables, al negar que existieran hechos punibles sobre el particular, y más tarde, desde Miraflores se anunció un nuevo director para el Sebin, terminando de echarle tierra al asunto. NM le teme a su ministro del Interior, a quien ve como potencial y seguro aspirante a la presidencia y por consiguiente, un eventual rival de cuidado en la sucesión, más temprano que tarde.
*** TAPÓN DE LIMONADA. El chino Khan apenas duró 20 días como ministro, pese a ser un hombre de confianza del presidente Maduro, por pertenecer, sin reservas, a su mismo clan de “revolucionarios recién vestidos”. El anterior titular de Industria cayó en desgracia en Palacio al atreverse a declarar a la prensa el 26 de enero último, que los periódicos se estaban quedando sin papel, porque no había voluntad ni diligencia en Cadivi para la tramitación y aprobación de las divisas que necesitaban las empresas editoras para importar su materia prima básica. ¿Y quién con más autoridad y conocimiento de causa que el mismísimo Khan?, quien había sido el primer presidente de Cadivi que nombró Maduro. Por allí van los tiros.
*** POR UNA ROSA. No es para ver los toros desde las talanqueras ni para cruzarse de brazos, todo lo está ocurriendo con la industria nacional, y que en Carabobo se manifiesta con la paralización de operaciones productivas de empresas emblemáticas como General Motors Venezolana o Brigestone-Firestone, o con la situación de Ford Motor que en su planta de Valencia actualmente ensambla un promedio de 20 vehículos al día, después de haber logrado topes hasta de 150 por jornada de trabajo, sino que es una crisis envolvente, que en oriente tiene de reflejo el cierre de la planta Toyota en Cumaná. La situación de Carabobo supone para cerca de 90 mil trabajadores, el riesgo de quedar sin empleos. Y saber, con tristeza y dolor, que los sindicatos de las tres ensambladoras, todos bajo control del PSUV, en estos momentos están más pendientes y preocupados por el destino de los cupos que reciben para comprar y revender vehículos, que en la propia estabilidad laboral y la salud económica de las empresas. Para llorar, señores.
*** PAN DE CADA DÍA. El maldonadismo sigue presionando y ganando terreno en la UC con su persistente llamado a elecciones del cogobierno y autoridades, tesis que gana adeptos todos los días, y genera muchas expectativas porque el proceso tendría ahora la participación de los trabajadores administrativos y no solamente profesores y estudiantes. Hasta ahora no se han definido candidatos para los cargos rectorales en este sector, en la fórmula que pudiera estar encabezada por el propio Ricardo Maldonado, por la ex rectora María Luisa y por Ulises Rojas. En la acera del frente Pablo Aure no descarta ser el contrincante, pero solo en tanto y en cuanto vea que ciertamente tiene apoyo sólido como para ganar. De lo contrario, seguirá con el ojo puesto en una diputación a la AN.
*** LA CALLE DEL MEDIO. El lío desempolvado por la carretera de Bucarito, vía a Güigüe, en la que se ha querido involucrar a Enzo Scarano, tomará en breve otro rumbo, pues Antonio Scarano, hermano del alcalde de San Diego, como representante de la constructora Scarano agregará a la disputa nuevos elementos de juicio, que pudieran darle una vuelta de 180 grados a la situación. Como hay evidencias de que hubo aparente conexión entre el doctor SalasRömer (el viejo) y directivos del actual Consejo Legislativo para poner en tela de juicio al burgomaestre, la Constructora Scarano demandará la responsabilidad penal del ex gobernador por daños y perjuicios causados al erario público, al afanarse en inaugurar la citada carretera, sin que la misma hubiese estado terminada y entregada, de manera de apuntalar su reelección entonces. En esa misma época los Scarano le ganaron un litigio al gobierno de Salas, quien tuvo que pagarles hasta los refrescos consumidos, y de allí pudieran alimentarse todavía los rencores de ahora.
*** HOJILLAS NUEVAS. Los nuevos concejales de Valencia, con mayoría aplastante del PSUV, se acaban de aprobar un incremento en sus sueldos o dietas por más del 40 por ciento lineal, amén de beneficios sociales de HCM y primas por hijos, sin tomar en cuenta las exiguas condiciones financieras del municipio. Además, se habrían aprobado un asistente para cada uno de ellos, con un salario de 8 mil bolívares por cabeza, según decisión adoptada en la sesión del 28-1, según cuenta número 3.
*** DOBLE COPORO. El alcalde Juan Perozo, a la calladita, consiguió que el gobernador Ameliach le aprobara sin objeción la creación de la policía municipal para Tocuyito, y también la construcción de la sede para ese organismo de seguridad que estará ubicada en San Paulo. La gestión ha sido sin levantar ruidos ni falsas expectativas, sin gritos ni aspavientos, como un verdadero servidor público.
Al mal tiempo, buena cara…!
¿Manos arriba? A Miguel Cocchiola igual que a Andrés Pérez, la oportunidad se la están pintando calva. El señor alcalde de Valencia, sin ningún rasguño pudo salir a salvo tras la andanada de vilipendios y persecuciones a que fue sometido en plena campaña electoral; mientras que al presidente de la Cámara de Industriales le salió el muerto, en lo más claro. Ahora juntos son compañeros de infortunio. El primero jamás se pudo imaginar el berenjenal en que se estaba metiendo, con eso de querer y lograr llegar a ser electo alcalde. Algo así como meterse a brujo sin conocer mucho de yerbas. Al otro, fueron sus propios amigos y las circunstancias, que lo pusieron sobre el polvorín. Cocchiola todavía casi atolondrado por los golpes bajos que recibió de los que querían, a cualquier precio, que el alcalde fuera Miguel Flores y no él, ahora mismo anda en trance, con los problemas de la basura que no termina de superar, pero más que eso, con las dificultades financieras que heredó de la administración Parra, que no le dan espacio para reaccionar como es su deseo. Pérez, por su parte, sin dejar de acariciarse su mostacho, tampoco sabe qué va hacer con la “papa caliente” puesta en sus manos y en su capacidad intelectual. Está cargado de voluntad para enfrentar la crisis de la industria carabobeña, pero muy aturdido con el silencio sepulcral que produce el cierre en cascada de numerosas empresas manufactureras, sin otro recurso que resignarse y seguir pegando el grito al cielo. Con ese San Benito encima se acaban de reunir en la casa de los industriales, buscando conciliar sueños en común, pero sobre un escenario que apenas sirve para renovar las pesadillas y los lamentos de lado y lado. El parque fabril va directo al abismo, y ni uno ni otro pueden evitarlo, aunque ambos tengan la mayor y mejor disposición. La solución está en Caracas, y mientras mayor sea la desidia o la mala intención, más largo se hace el camino, por el que ahora solamente puede transitar con facilidad y velocidad de viento, el gobernador Ameliach, directamente emplazado desde lejos a ver pa’ los lados o, desde arriba, a extender su mirada hacia abajo. Ya no hay ni sentirá olor de chimeneas ni menos los movimientos de producción, que conoció desde niño. Apenas queda el recuerdo de la Valencia Industrial de ayer, y muchas caras jaladas.
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