Gálatas 5, 16-23
17 Porque el adeseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisierais.
18 Pero si sois aguiados por el Espíritu, no estáis bajo la bley.Y manifiestas son las obras de la acarne, que son: badulterio,cfornicación, dinmundicia, lascivia,
21 aenvidias, bhomicidios, cborracheras, orgías y cosas semejantes a éstas, de las cuales os advierto, como ya os lo he dicho, que los que hacen tales cosas no heredarán el reino de Dios.
23 amansedumbre, btemplanza; contra tales cosas no hay ley.
El Carabobeño 11 agosto 2013
Vitrales artísticos para celebrar 150 años de una tradición familiar
Luis Felipe López D.
Hemos llegado al sesquicentenario de la hermosa tradición de cumplir la promesa hecha por mi tatarabuelo, el general Hermógenes López de Herrera, quien, ante un difícil trance en la batalla de Guaparo el 21 de diciembre de 1862, prometió -de ser librado de esa suerte- hacerle una misa y procesión cada 16 de agosto a su patrona de Naguanagua, la Virgen de Begoña, o como nos gusta llamarla, la Virgen de la Begoña. Asimismo, esta promesa iba a ser cumplida por sus descendientes, hecho que ha sucedido ininterrumpidamente por siglo y medio.
Venezuela ha tenido 37 Presidentes, uno de ellos, honrosamente, fue mi tatarabuelo Hermógenes López, en el último año de gobierno de José Antonio Páez. Este era su padrino de bautismo por la amistad que tenía con la familia López de Naguanagua, que tenía como vecina a Luisa Páez, hermana del prócer de la Independencia.
De 1863 a nuestros días se sufrieron seis guerras y tres revueltas. La más larga y sangrienta fue la Guerra Federal, en la cual el general López fue herido, lo cual dio origen a la promesa de sanación.
La población del país aumentó de un millón y medio de habitantes a los treinta millones actuales. Con este gran crecimiento y pacificación, Valencia y Naguanagua cambiaron notablemente en sus costumbres y quehaceres. Desde las sencillas fiestas patronales de agosto, en las que se ofrecía zamurito helado, y se hacían bazares y retretas que animaban los bailes, a las actuales ferias multitudinarias que convocan artistas de renombre internacional.
Cuando comenzó nuestra tradición, no existía energía eléctrica en los hogares, tampoco autos, y mucho menos radio o televisión. La plaza Bolívar de Naguanagua era de tierra y se iluminaba con una lámpara de carburo, esto hasta 1952, cuando se hicieron jardineras y se instaló el alumbrado público. El Cabriales proveía de agua a los hogares y la vida transcurría en una bucólica sencillez típica de una población de cuatro mil quinientas personas. Aun así, la devoción a la Virgen de Begoña era tan fuerte como simple la vida de Naguanagua.
La gente llegaba en tren desde Valencia a rendirle tributo a la Virgen y a disfrutar de sus fiestas. Eran días para los estrenos, de “echarse los largos”, juegos de bola, botiquines repletos, y grandes coleaderas. Con el tiempo las costumbres fueron mudando, modernizándose si se quiere, mas la devoción se ha mantenido sólida, imperturbable. Algo notable, por muchas razones, entre otras, lo singular de la veneración a la Virgen de Begoña en el continente americano, y por la humildad de sus orígenes donde la imagen de la Virgen sería lo más llamativo que tendría la población de Naguanagua.
El hecho de un país donde la realidad ha sido tan precaria e inconexa hace meritorio que nuestra familia haya logrado mantener esta promesa por tanto tiempo. Y cuando hemos pasado por muchas vicisitudes en las que, caracteres de diferentes tipos se han enfrentado a lo largo de estos años. Algo humanamente normal, más la fuerza de la tradición ha sido es y será -como repetían, incansablemente, mi padre Luis Felipe y mi abuelo Hermógenes- llevarla todos los días del año con una vida de ejemplo, de trabajo tesonero y levantando una familia donde se arraiguen esos valores, para que futuras generaciones sepan de qué se trata, cuiden y mantengan la promesa del General, que es también una promesa de vida recta. Y es allí donde radica la clave, incluso cuando todo lo material cambia o desaparece, los valores se mantiene incólumes en el tiempo.
Este año, con motivo del sesquicentenario, y en apoyo a la labor de ornato de la iglesia que ha emprendido monseñor Guerra, nuestra familia -con mucho esfuerzo, pero también con gran alegría y agradecimiento a la Virgen- ha donado cinco vitrales que representan la Virgen del Carmen, obsequio de Fernando López Fraíno y familia; la Virgen de Fátima en memoria de Hermógenes José López Fraíno, donado por su viuda Herminia Degwitz y sus hijos; la Virgen de Guadalupe, regalo de mis hijas a su abuelo Luis Felipe López Fraíno; la Virgen de Coromoto, dado por los hermanos Cosson López, y el vitral del Santísimo donado por mi hermana María Antonieta en agradecimiento por la sanación de su hijo César Felipe.
Estos vitrales, creación del artista Juan Carlos Núñez siguiendo la técnica Tiffany, han sido fabricados con grisalla francesa, como antiguamente se hacían, pintando los vidrios con esmaltes y horneados hasta obtener las tonalidades y matices deseados.
Nuestra tradición seguirá siendo duradera, Dios mediante, como estos vitrales, y antes de perderse en lo fatuo y en la riqueza súbita, encontrará cobijo y permanencia en los muchos López que practican la honestidad y el ejemplo. Como lo dijo la Virgen de Begoña cuando escogió su morada: “Aquí me quedo”.
Venezuela
- Lunes, 08.12.13
Otto Reich demanda a tres empresarios venezolanos en Nueva York
BY ASSOCIATED PRESS
THE ASSOCIATED PRESS
NUEVA YORK -- Un ex embajador de Estados Unidos en Venezuela y franco crítico de la corrupción pública en el país sudamericano demandó a tres empresarios venezolanos en Nueva York, argumentando que obtuvieron jugosos contratos de construcción de una planta de generación eléctrica pagando sobornos a empleados del gobierno venezolano.
Otto Reich, quien fue embajador en Caracas de 1983 a 1986, agrega en su querella presentada el martes en una corte federal de Manhattan que ejecutivos de Derwick Associates —Leopoldo Alejandro Betancourt López, Pedro José Trebbau López y Francisco D'Agostino Casado— lo difamaron y ocasionaron que su negocio de consultoría Otto Reich Associates perdiera negocios.
"Los acusados utilizaron Derwick Associates para asegurar contratos públicos inflados en Venezuela, pagando a funcionarios públicos grandes cantidades de dinero a cambio de que les otorgaran contratos, enriqueciéndose ilegalmente en el proceso", señala la demanda.
Reich asevera que Betancourt, Trebbau y D'Agostino violaron leyes estadounidenses al obtener varios contratos para construir plantas de generación de electricidad en Venezuela entre 2009 y 2012 con costo aproximado de 1.000 millones de dólares, pagando sobornos a muchos funcionarios públicos en Venezuela, incluido el presidente de la compañía estatal Petróleos de Venezuela S.A. Reich afirma que directivos de Derwick Associates proporcionaron además sobornos a funcionarios para obtener contratos en la empresa estatal que suministra electricidad a Caracas, capital del país, y a la empresa estatal que controla la producción de electricidad la región de Guayana, en el sureste de Venezuela.
Abogados de Betancourt y Trebbau dijeron que la demanda no tiene sustento, agregando que sus clientes no realizan negocios en Nueva York y no tienen relación comercial con D'Agostino.
"Contrario a las acusaciones falsas en la demanda, Derwick es una compañía bien establecida con un historial extremadamente exitoso", señalaron los abogados Brian Kaplan y Héctor Torres en un comunicado. "Tomaremos todas las medidas necesarias y apropiadas para defender y proteger los derechos y reputaciones de nuestros clientes", agregaron.
Betancourt, Trebbau y Derwick Associates presentaron una demanda por difamación por 300 millones de dólares en 2012 contra Banco Venezolano en Florida, argumentando que el banco difamó a la compañía en un sitio de internet. La querella llegó a un arreglo, pero Reich afirma que perdió un contrato de asesoría de 20.000 dólares mensuales con el banco después de que los hombres aconsejaron a un intermediario que llamara a un accionista importante de Banco Venezolano para decir, falsamente, que Reich estaba trabajando para Derwick mientras estaba negociando un contrato de asesoría.
Reich perdió otro contrato de 20.000 dólares mensuales con un empresario venezolano después de que Trebbau y Betancourt lo convencieron con mentiras de que Reich estaba trabajando para Derwick, argumenta la demanda.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha dicho que la arraigada corrupción es uno de los problemas más graves de la nación desde hace décadas.
Líderes de oposición aseguran que ese flagelo empeoró durante los 14 años que estuvo en la presidencia el ahora fallecido Hugo Chávez, y acusan a las autoridades de hacer poco para combatirlo y que incluso se benefician de él.
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