Vuelve el "Dakazo"
¿Controlar precios? Si no hay carros ni repuestos automotrices ni alimentos ni medicinas
MIGUEL SANMARTÍN | EL UNIVERSAL
sábado 1 de febrero de 2014
Prepárense. Ahí vienen. Son muchos. Algunos ataviados con cachuchas tricolores. Otros con cogollos calados hasta la pata de la oreja. Hay quienes, cubanizados tanto por el atuendo como por su sentir y actuar, visten guayaberas. Están también los que prefieren lucir franelas rojas-rojitas con la alegoría del antifaz y los ojitos abotargados impresa en el pecho.
Estos últimos completan la "pinta" con el chalequito atestado de bolsillos (distintivo de la tiranía), personalizado con el infaltable emblema bordado del organismo que los envía a perpetrar el aniquilamiento de quienes emprenden, arriesgan, invierten, se consagran y esmeran para prestar un servicio público (indispensable y valorado). Estos venezolanos voluntariosos (comerciantes, la mayoría honestos), además generan empleo, riqueza, satisfacen necesidades y facilitan la vida de la gente.
Las huestes inquisidoras pisan la calle de nuevo este fin de semana. Enfilarán contra objetivos predeterminados. Sin conmiseración lanzarán su ofensiva: multas, cierres temporales o permanentes, confiscaciones, expropiaciones, o cárcel, en el peor de los casos. No portan fusiles. Van armados con algo peor: premeditación, altanería, ventajismo e intolerancia. Alegan cumplir "órdenes superiores" pero se regocijan (basta verlos practicar los operativos) con sus acciones punitivas, muchas veces arbitrarias e ilegales. ¡Todo sea por la revolución!
Demasiada indolencia, camarita. Muchos de este lado solo se miran el ombligo, andan en lo suyo, remando para su canoa. Enfocados en su provecho e intereses, así requieran llevarse en los cachos decretos o providencias para rasparse unos piches dólares. Obvian cómo está el país: deprimido económica, social, moral y anímicamente. Acoquinado por la delincuencia. Otros -en la acera de enfrente- prestan su intelecto y voluntad para la barbarie -aniquilar todo vestigio de civilidad, modernidad y prosperidad- con el fin de suplantar la democracia por una autocracia comunista.
Ejecutarán más "fiscalizaciones". Quieren verificar (jaja) inventarios. Comprobar precios. Fijar "ganancias justas". Es decir, aflora otro "Dakazo". Más populismo. Más injerencia. Más restricciones. Más discrecionalidad. Más represión. Lo cual resulta insólito ante el gran desabastecimiento debido a la escasa producción nacional por falta de divisas para importar.
¿Vienen a controlar los precios de qué? Carros no hay. Repuestos como baterías y cauchos, tampoco. Aumenta la escasez de alimentos y productos de aseo personal. Los comercios saqueados en diciembre continúan vacíos. ¿Qué van a regular? Será que planean limitar el número de anaqueles que permitirán vacíos en farmacias, supermercados, ferreterías, etc. ¡Qué farsa! ¡Cuánto cinismo!
msanmartin@eluniversal.com
Estos últimos completan la "pinta" con el chalequito atestado de bolsillos (distintivo de la tiranía), personalizado con el infaltable emblema bordado del organismo que los envía a perpetrar el aniquilamiento de quienes emprenden, arriesgan, invierten, se consagran y esmeran para prestar un servicio público (indispensable y valorado). Estos venezolanos voluntariosos (comerciantes, la mayoría honestos), además generan empleo, riqueza, satisfacen necesidades y facilitan la vida de la gente.
Las huestes inquisidoras pisan la calle de nuevo este fin de semana. Enfilarán contra objetivos predeterminados. Sin conmiseración lanzarán su ofensiva: multas, cierres temporales o permanentes, confiscaciones, expropiaciones, o cárcel, en el peor de los casos. No portan fusiles. Van armados con algo peor: premeditación, altanería, ventajismo e intolerancia. Alegan cumplir "órdenes superiores" pero se regocijan (basta verlos practicar los operativos) con sus acciones punitivas, muchas veces arbitrarias e ilegales. ¡Todo sea por la revolución!
Demasiada indolencia, camarita. Muchos de este lado solo se miran el ombligo, andan en lo suyo, remando para su canoa. Enfocados en su provecho e intereses, así requieran llevarse en los cachos decretos o providencias para rasparse unos piches dólares. Obvian cómo está el país: deprimido económica, social, moral y anímicamente. Acoquinado por la delincuencia. Otros -en la acera de enfrente- prestan su intelecto y voluntad para la barbarie -aniquilar todo vestigio de civilidad, modernidad y prosperidad- con el fin de suplantar la democracia por una autocracia comunista.
Ejecutarán más "fiscalizaciones". Quieren verificar (jaja) inventarios. Comprobar precios. Fijar "ganancias justas". Es decir, aflora otro "Dakazo". Más populismo. Más injerencia. Más restricciones. Más discrecionalidad. Más represión. Lo cual resulta insólito ante el gran desabastecimiento debido a la escasa producción nacional por falta de divisas para importar.
¿Vienen a controlar los precios de qué? Carros no hay. Repuestos como baterías y cauchos, tampoco. Aumenta la escasez de alimentos y productos de aseo personal. Los comercios saqueados en diciembre continúan vacíos. ¿Qué van a regular? Será que planean limitar el número de anaqueles que permitirán vacíos en farmacias, supermercados, ferreterías, etc. ¡Qué farsa! ¡Cuánto cinismo!
msanmartin@eluniversal.com
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